sábado, 25 de abril de 2020

De Vinilos y Otras Glorias MMCCXC

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Miguel Ríos (Al-Andalus) 1977


A Miguel Ríos se le podrán achacar muchas cosas, pero que durante una época intentó hacer lo que era más difícil en vez de seguir la senda fácil del Rock, eso es algo plausible y que no muchas veces se le ha reconocido.
"Al-Andalus" es un disco tan atípico como lógico en su carrera. En una época en la que todo iba cambiando y parecía que podían llegar todas las opciones a la Música de este país, este granaíno de pro se marcó un trabajo que es tan evidente como (en mi opinión) maravilloso por lo sorprendente.
Un homenaje a su tierra en clave de obra conceptual (aunque nunca se haya dicho) que es un recorrido por lo que siente más allá de su propia faceta como músico y que se nota le hace derramar más emociones de las que hasta ese momento había desparramado por los escenarios y los vinilos de estudio.
En algunas ocasiones se ha tildado al disco de un sucedáneo de Rock Andaluz (término que apareció con la obra magna de Triana dos años antes) pero creo que esto es un error. "Al-Andalus" en un canto al Progresivo más instrumental y descarado, eso sí, con ciertos aspectos que mezclan la Música de sus orígenes, de su tierra y las reminiscencias árabes que eso conlleva (la brutal y maravillosa "Azahara" es un compendio de tantas cosas que asusta) 
A partir de aquí Miguel Ríos se aleja un poco de ese Rock tan reconocible que hacía para zambullirse de nuevo (su anterior trabajo es una obra de arte y no se le ha reconocido jamás) en una idea ajena a la lógica como artista pero lógica cuando se tienen inquietudes y se quieren descubrir nuevas formas de expresión a través de los sonidos.
Musicalmente el disco se sostiene solo porque los músicos que acompañan al cantante son fantásticos y capaces de captar esa idea de Música que se va alterando a lo largo de los siglos desde paisajes y épocas de convivencia entre culturas. Es así como la base de teclados y orquestación provoca una profundidad enorme mientras los contraritmos y las galopadas nos llevan por terrenos de ilusiones y fantasías.
Un disco que no será la joya de la corona, pero por supuesto ni tan malo como han querido hacer ver algunos popes de las palabras fáciles, sino más bien una idea que se expresa en lo que es, y eso es mucho y bueno.

Cara A:  Al-Andalus;  Azahara;  Un día en Mojacar
Cara B:  Balada de la alondra y el gavilán;  El cinco a las cinco;  Guadalquivir;  La blanca oscuridad


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