domingo, 27 de mayo de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDXLIX

Volvemos a recuperar un tipo de sonidos que cuando nos entran, llegan hasta el alma, desgarradores, fieros, poderosos, todo en uno...


Birthcontrol (Operation) 1971


Uno de los más grandes representantes del Krautrock en su versión del Rock más contundente y poderoso, un grupo que rompía todo lo que se le ponía a su paso, y que si hablamos de energía, iban bastantes sobrados.
Tras un primer disco en el cual, según mi opinión, no fueron todo lo que debieran, con este "Operation", su segundo trabajo, ya sentaron las bases de lo que sería durante casi una década uno de los vértices del Rock teutón, una seña de identidad la de este grupo que les convirtió en un icono en su tierra, y para los que no creemos en las fronteras, nos encanta haberlos conocido.
El trabajo de este disco es explosivo, brutal, con unas piezas que eran y siguen siendo la base de su discografía, temazos que en directo eran desarrollados por la habilidad de cuatro músicos grandiosos que caían lo que hiciera falta a golpe de Rock sin fisuras.
La banda de los grandes momentos, Bruno Frenzel a la guitarra y voz, una verdadera máquina en esas seis cuerdas que te destrozan con riff abrasadores, punteos salvajes y cortes en seco que dejan sin respiración. Compositor de la mayoría de los temas del grupo en este disco tiene la exclusiva salvo uno que comparte... sobradísimo. Con la voz, casi te come.
Bernd Koschmidder al bajo, en la línea de la mejor tradición de los bajistas de la época, que hacían de su instrumento un solista más, brutal con sus solos y los recorridos por las cuatro cuerdas sin final.
Bernd Noske en la batería y voz, un auténtico animal golpeando los timbales, alma de ese ritmo brutal que el grupo marca en los temas, un pegador incisivo, total, y cantando otro que se come lo que le echen.
Reinjhold Sobotta en el órgano, la réplica en los ritmos a las seis cuerdas, un "Hammond" que aúlla, se mete, atraviesa el aire, y los solos descomunales en las eternas jams del grupo.
El disco es una tremenda exhibición de Rock Duro, calidad por los cuatro costados y unos temas que se sustentan solos, gran parte de lo que eran ellos en directo, esos amantes de las jams descarnadas, sin límites de tiempo, sin decir nunca basta, 41'57'' demoledores, repartidos en seis temas, cuatro de ellos por encima de los seis minutas, una barbaridad compositiva y una gozada para los sentidos.
Para no coger prisioneros, el disco comienza con la animalada que es "Stop Little Lady", al ritmo que imponen los timbales, rompiendo el aire en sus 7'16'' de furia desatada; la continuación no puede ser más digna, una cabalgada hacia el infierno con los 7'35'' de "Just Before The Sun Will Rise", el órgano chirriando en el espacio, esa guitarra desgarradora y la base pateándote el trasero. Esa cara A, gloriosa, termina con uno de esos himnos que les hacían ser en directo imparables, "The Work Is Done", un ritmo constante y seco para llevarte donde quieren.
Claro que en la cara B esperan momentos memorables, la apertura con "Flesh And Blood" donde se dan un respiro para atacar otras dos barbaridades, la infernal "Pandemonium", 6'34'' de descenso a los infiernos en esos instantes con la banda apedreando a todo dios, y el final de traca con la suite ""Let Us Do It Now" y sus 11'09'' de eterna gloria, una orgía musical para dejarte acabado.
"Operation" en un disco de un estilo único, irrepetible, creado en un momento y un lugar muy especiales, una obra del más descarnado Rock Duro que a todos los que les apasione esta Música deberían escuchar, y a los que no... como es bueno podrían hacer el intento, pero eso ya no es cosa mía.
La portada, tan salvaje como la obra, un monstruo devorando bebés y la contraportada el Papa de turno bendiciendo la salvajada.

De Vinilos y Otras Glorias CDXLVIII

Un pequeño mito en poco tiempo, esas cosas que tienen los momentos de Música que hacen aparecer iconos que más adelante se difuminan como el azucarillo, a pesar de todo, es algo muy especial.


Boston (Don't Look Back) 1978


El tremendo suceso del primer disco, que arrasó en ventas y supuso el advenimiento de una banda desconocida, hizo que se tardara dos años en ver de nuevo a los chicos de Boston en acción, hasta que en el 78 vio la luz este "Don't Look Back", que para mí no es ni mejor ni peor que el anterior, es otro disco del grupo que podía haber salido junto al primero y no se hubiera notado.
La misma idea, la misma forma, el mismo sentido de la obra, si el primero era fantástico, este no desmerece en absoluto, aunque con lo años le veo como una parte indisoluble del primero más que un disco al margen. 
El Rock fresco y sin concesiones de Boston se destila de nuevo en cada surco, composiciones realmente brillantes apoyadas en esas guitarras de las que tanto alardean (ya que en el disco avisan de la inexistencia de sintetizadores y computadoras) y la voz especial de Delp que da un toque único al sonido de la banda.
Como ya he comentado, el esquema es un calco de su anterior trabajo, y como aún mantenían parte del talento intacto, sólo podía salir bien.
La banda inicial, ese mito que surgió de la nada a las estrellas, con su líder y creador Tom Scholz encargándose de las guitarras, piano, órgano... un músico increíble con un toque especial para crear himnos eternos del imaginario musical.
Brad Delp en las voces, esa garganta que hacía lo que quería y como quería dando el sello al sonido en las estrofas.
Barry Goudreau en las guitarras y slide, el otro culpable de esos riff descarnados y los duetos en las seis cuerdas con Scholz.
Sib Hashian en la batería y Fran Sheehan al bajo completan el quinteto.
33'47'' de Música (poco es, la verdad) divididas en ocho temas que desgranan de nuevo el sonido particular y único de Boston, comenzando con otro de los hits que les encumbraron, la tremenda "Don't Look Back", guitarras enloquecidas, cambios constantes, la voz arriba, muy arriba, Rock puro y duro.
Un poco de pausa con esa instrumental que se va sin enterarnos, "The Journey", para atacar otra andanada de Rock en "It's Easy" y mi favorita, esa preciosidad titulada "A Man I'll Never Be", 6'37'' donde todo cabe, el susurro, piano mágico y guitarras acústicas como soñando, una barbaridad.
En la misma línea la cara B, especialmente emotiva es "Feelin' Satisfied", acabando con otro himno "Don't Be Afraid", una demostración más de la música del grupo, guitarras... el álbum se completa con dos temas más "Party" y "Used To Bad News".
Sabiendo que Boston fue dos discos y después otra historia, este es un álbum de Rock que por supuesto se debe escuchar, paladear y si se puede tener, porque es un pedazo de historia de una banda que fue y se fue con la misma rapidez, desde las alturas, con algo más que Música.
La portada, esa mítica nave que ya va tomando tierra, continuación de la aventura a modo de viaje del nacimiento del grupo.


De Vinilos y Otras Glorias CDXLVII

Otro de esos músicos que tantas y tantas jornadas me han hecho pasar entre la pasión, el deseo y los instantes infinitos con la buena Música, volviendo a este "Paseo por..." para dar otro pedazo de su clase.


Bruce Cockburn (Night Vision) 1973


De la extensa e inmensa en calidad discografía de Bruce Cockburn, en la que se pueden ver partes muy diferenciadas desde la evolución de su Música, los primeros años del artista canadiense me han ido enganchando más aún según avanzaba en la búsqueda de los sonidos y he podido entender todo lo que la Música me da.
El aspecto intimista de su primera época, un Folk casi absolutamente privado, con el uso de las acústicas y por supuesto su voz por encima de todas las cosas, tiene en este "Night Vision" un representante excelso, siempre sabiendo que hasta esa maravilla que se deslizó por nuestro espacio llamada "Circles In The Stream" no hay nada que desmerezca en su producción, una verdadera obra maestra tras otra.
El disco es el cuarto de su discografía, y el regusto por lo bien hecho va in crescendo a medida que el autor tomaba las riendas en una carrera simplemente única.
Será la edad, no digo que no, pero los sonidos intimistas me atraen mucho más que antes, disfruto de todo lo que me lleva desde el punto de vista de las entrañas que salen a la luz, y "Night Vision" es un álbum maravilloso donde todo se aprecia desde dentro, como si te abrazara y te metiera en su mundo nota tras nota.
Evidentemente esta sensación tiene mucho que ver con la manera increíble de tocar la guitarra acústica de Cockburn, una caricia tras otra en las seis cuerdas con esos dedos que resbalan por ellas como enviando pequeñas oleadas de roces que se convierten en notas mágicas absolutamente increíbles. Sus composiciones no dejan lugar a la duda, y esa guitarra te mece, acompañada cuando corresponde por esa voz que enamora, que te sugiere, que te susurra al oído y no te puedes resistir.
La voz de Cockburn es un componente tan importante en su Música que el todo envuelve con esas estrofas cargadas de mensaje, letras incendiarias, íntimas, de desasosiego, una demostración en este "Night Vision" de lo más florido.
Acompañando en los espacios musicales donde se permite más están Pat Godfrey a los teclados, Dennis Pendrith en el bajo, John Savage en la percusión, músicos que se acoplan perfectamente a las composiciones y acompañan al genio para que todo se convierta en un lujo.
Diez temas que nos dejan más de 40' de Música para soñar, desde composiciones de suspiros apenas sentidos a temas de más de siete minutos se mezclan en un disco maravilloso, donde la costumbre de esos instrumentales a la guitarra demostrando su capacidad llegan a cotas altísimas con los 7'40'' de "Islands In A Black Sky" una orgía sensorial para soñar, o la preciosa "Foxglove"  y ese pasaje que es "Lightstorm".
Momentos de tremenda dureza en los sentimientos, como "Clocks Don't Bring Tomorrow, Knives Don't Bring Good News" o la preciosa "God Bless The Children" pura seda.
"Night Vision" es esencia de Bruce Cockburn, una maravilla para degustar lo que sabe un artista único, genial e imperecedero.
La portada una reproducción del cuadro de Alex Corville "Horse And Train", en álbum, una preciosidad.

Side I:  Foxglove;  Yoi don't have to play the horses;  The blues got the world;  Mama just wants to barrelhouse all night long;  Islands in a black sky
Side II:  Clocks Don't Bring Tomorrow, Knives Don't Bring Good News;  When the sun goes nova;  Dejà vu;  Lightstorm;  God bless the children

sábado, 26 de mayo de 2012



Guárdame en la memoria, cuando busques los instantes de pasión infinitos
al bajar a lo más profundo del deseo, más allá de nuestros propios sueños,
cruzando océanos de tiempo para sentirnos, a través de la noche de los tiempos.
Guárdame y busca en tus sentidos el placer que te estremece
con mi rostro entregado al hacer vibrar tu cuerpo desnudo de recuerdos
deslizándome por los confines de tu piel que aguarda ansiosa.
No sientas más de lo que llegaste a descubrir conmigo,
no puedes llegar, fui yo quien se llevó tu anhelo por mi alma
tu nombre aún llena mis noches en vela, pero no necesito tu cuerpo junto al mío.



De Calpurnia Tate, que me honra con sus palabras

Dead Forever


Posiblemente


El hombre juega a ser amo y de algún modo espera que le obedezcas.

Por eso busco la libertad en el único lugar donde no pueden ponerme cadenas, echarme al mar atado o violentar mis instintos, busco en mi mente lo que mi alma lleva, a través de los mágicos sonidos que surgen de la memoria, arrullando la piel desnuda mientras me empapo de ellos por los confines del universo.
No busquéis en mis ojos lo que siento, no hagáis de adivinos para entrar en mí, mi emoción la llevo conmigo oculta a los ojos del mundo, cuando me siento arropado por esa melodía que convierte los colores en el blanco y negro de mi niñez, esos compases que mueven mis pies hacia el lugar donde era feliz, esas cuerdas que cortan mis manos cuando me dejo llevar al son que desean.

Soy esclavo en lo que quieren lo que pueden tener o ver de mí, pero soy libre en la sensación de entender mi Música, saborear cada instante cuando me acurruco en la cama esperando que me abrace, cierro los ojos y la siento hacerme el amor con cada nota, cada estrofa, cada tema que son muescas en mi vida, pedazos de mi alma que nadie puede atrapar.
No obedezco lo que está escrito, sólo puedo seguir el instinto de tenerla, amarla, sentirla, no conozco lo que quieren, pero sé lo que ella desprende, por eso me siento yo por encima de todas las cosas, por eso siento lo que soy más allá de lo que nadie puede percibir, por eso, abrazado a mí mismo en la soledad que me dejan, sé que nunca tendrán lo que yo no quiero que tengan.

De Vinilos y Otras Glorias CDXLVI

Desfacemos entuertos porque este "Paseo Por Los Sueños hace tiempo que ya no sabe de conocidos o desconocidos, y no haber traído más a este artista increíble y único no tiene perdón, por eso comenzamos de nuevo...


Roy Buchanan (Second Album) 1973


Y en estos momentos uno se pone en pie, hace una justa reverencia y se dispone a dejarse empapar por los sonidos de una guitarra única, maravillosa, genial, los sonidos que surgen de los dedos y el talento del que fue y seguirá siendo para mí por los siglos de los siglos, "El Mejor Guitarrista Conocido de la Historia" o el que será por siempre según esa misma historia "El Mejor Guitarrista Desconocido de la Historia".
No voy a meterme en la técnica musical de Roy, primero porque sería de un presuntuoso que alucinas, segundo porque no me emociona la técnica, me emociona el alma, y este músico tenía alma cuando tocaba su "Telecaster" y nos hacía soñar simplemente con la voz de esas seis cuerdas de acero que nadie, absolutamente nadie ha hecho hablar como él.
Cuando alguien es especial, llena su Música, su manera de entenderla y sobre todo su manera de hacerla llegar, y alguien que puede hacer estremecer con lo que salía de entre sus manos a través de esa compañera a la que amaba por lo que representaba como extensión de sus entrañas, es muy especial, único, y Roy lo era, y seguirá siéndolo, porque lo eterno de la Música cuando es así, maravillosa y genuina, no se acaba nunca.
Tengo predilección por este "Second Album", hay cosas de la fibra (eso que se te pone cuando algo te atraviesa) y el despegue musical del genio tras un primer álbum un poco menos lineal, pero en este se puso a lo que sabía y consiguió una pieza de museo entre el Blues y un poco de todo lo que dominaba que es pura dinamita.
34' donde la guitarra te lleva constantemente, sus cuerdas te abrazan, te abruman, te arrullan y a la vez en esos momentos fieros que sólo él conseguía te lacera y atraviesa cuando ataca furibundo solos demenciales que no se pueden repetir, con los agudos incrustándose en tu cerebro, los vaivenes de notas infinitas que recorren todo el traste de un instrumento que se transforma en un estilete preciso para llegar hasta el alma, hacerla suya y engancharte a su Música por siempre jamás. 
Roy se encarga, ¡¡cómo no!! de las guitarras y la voz, ese tono melancólico de recitador de historias, grave, profundo, que le sirve exclusivamente para entrar en tu universo mientras cede todo, absolutamente todo a su compañera.
Dick Heinze a los teclados, especialmente con el "Hammond" que se atreve alguna vez a replicar los solos de Roy, manejado con maestría para sacar otro de esos sonidos que la historia nunca olvidará.
Teddy Irwin en la guitarra acústica, Jerry Mercer en la batería y Don Payne al bajo forman el grupo que sustenta los maravillosos desvaríos de la guitarra, conocedores de lo que deben hacer y cómo, sin excesos y estando simplemente donde deben.
"Second Album" es una joya, con ocho piezas que recorren los dedos de Roy, dos de ellas furibundos Blues genuinos que estremecen, como esa barbaridad "After Hours" que te atraviesa sin mesura, lo de "Five String Blues" ya es de traca, la guitarra comienza cortando, y acaba abrasando.
El resto es mejor no atreverse, si lo haces... "Thank You Lord" una de las escasas ocasiones en las que la acústica te susurra y la voz de Roy te mece cantando, sin recitar, o esa cabalgada al uso que tanto le gusta, con la banda lanzada y él a lo suyo "Treat Her Right", el grandioso homenaje al gran Elmore James en su "Tribute To Elmore James" y esa pieza que es una de las más increíbles creaciones instrumentales para una guitarra llamada "She Once Lived Here" algo más que un tema. "Filthy Teddy" te pone sobre aviso y arranca el disco de 0 a 100 en milésimas. Si no fuera por lo que es, mi favorita sería "I Won't Tell You No Lies" una maravillosa manera de jugar con el tempo y ese alma que ya no puede más.
La portada una preciosa foto a contraluz de los focos con Roy tocando, y la contraportada una maravillosa sensación de paz con el músico relajado en un sillón acariciando a su compañera.
Si conoces a Roy, recordemos juntos a este artista único, si no le conoces, atrévete a entrar en su universo, una manera fascinante y especial de entender el sonido de una guitarra, la Música, la esencia, el alma...



A Goyo, que me enseñó quién era, cómo era y por qué era así. 
Allí donde estés, que puedas charlar con Roy de lo que mejor sabéis ambos, la Música.

jueves, 24 de mayo de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDXLV

Un paseo de nuevo por ese país que me sublima como tal y que me permitió conocer una Música bellísima que en aspectos como el que traemos no envidia nada a cualquier obra hecha en otros lugares.


Banco Del Mutuo Soccorso (Io Sono Nato Libero) 1973



El tercer disco del grupo romano es otra gran obra del Progresivo italiano, en opinión del que suscribe del mismo calibre que las dos precedentes, y con un punto de madurez en el grupo tanto en lo musical como en lo creativo realmente maravilloso, pero al ser otra obra creada tras un año de descanso entre los dos monumentos primarios quizás se considere un poco menos... pero no creo que sea así.
Ya de por sí me resulta una debilidad el título, ese alegato que es "Io Sono Nato Libero", un nombre impactante, una declaración de intenciones que me gusta recordar de cuando en cuando, pero lo más importante de todo, su Música, es una de las mejores demostraciones del Prog. melódico hecho en el "Bel Paese", una maravillosa sensación de gusto por lo refinado.
Metidos de lleno en el ámbito político, sus sonidos se muestran como un contrapunto a lo convulso del momento, con el tema de la libertad tratado sin pausa ni mesura, y las seis cuerdas emergen enérgicas y poderosas como aullando al infinito frases de repudio por demasiadas cosas, en contraste con la acústica usada de manera melancólica por la mano de un invitado de lujo, Rodolfo Maltese.
Para mí, y quizás sea mucho decir por lo creado anteriormente, es el disco de la madurez del grupo, y en cada tema se nota ese cuidado por la composición, la interpretación y la manera sublime de llegar hasta donde casi nadie podía.
La banda mítica con esos seis miembros de lujo, comenzando por la voz única e irrepetible de Francesco Di Giacomo, una forma, una manera, un susurro, un levitar hasta las estrellas cuando se le escucha en las estrofas maravillosamente interpretadas.
Los hermanos Nocenzi, Gianni y Vittorio en los teclados, ese pianoforte que nos lleva a épocas pasadas, y el "Hammond" que aúlla promesas muchas veces imposibles de cumplir.
La guitarra de Marcello Todaro que envuelve con su energía y fiereza los momentos más dramáticos de la obra.
El bajo de Renato D'Angelo y la batería de Pierluigi Calderoni que en la mejor tradición Prog. toman un protagonismo que se agradece.
Cinco temas que componen 40'29'' de Música excelsa, Prog. en estado puro desde el Rock pasando por el Folk y un poco de Psycho tardío, temazos que son un desafío a la composición, como los 15'53'' que abren el disco con esa suite "Canto Nomade Per Un Prigionero Politico" una historia sobre el golpe de estado en Chile y la angustia de un condenado que espera la ejecución, Prog. puro, sin concesiones, Leopardi entre la Música y la belleza...
El Folk Prog. melódico y bellísimo de "Non Mi Rompete", acústicas y teclados en dueto.
Los 7'10'' de "La Città Sottile" nos dan un paseo por la psycodelia y el sinfónico sin pausa, y la otra suite del disco, esos 9'54'' de "Dopo... Niente E Più Lo Stesso", con la guerra de fondo en lo musical y de nuevo la literatura llevando las letras.
Esta joya se acaba con el instrumental "Traccia II", dejando el gusto por lo bien hecho y las ganas de más.
El cierre de la trilogía mágica del Banco, este "Io Sono Nato Libero" es un tremendo disco con la sensibilidad como bandera y la Música... hecha seda.
La portada, otra joya, y de un significado brutal.


miércoles, 23 de mayo de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDXLIV

Cuando uno se siente un poco bajo de moral, piensa que todo va sobre el negro de la podredumbre, llega un sonido que te hace ver lo que tienes y todo va pasando por el tapiz de la magia.


Van Morrison (Moondance) 1970


Yo aviso, si me da por ahí y de vez en cuando traigo a este espacio cualquiera de los primeros discos de este genio de Belfast, la palabra mágica será... ¡¡¡Joya!!!
Y es que Van Morrison es uno de los más grandes músicos, creadores, compositores, intérpretes e iluminados del siglo XX y lo que le quede del XXI, por eso cuando se toma entre las manos esas piezas de museo que son todos los discos de una primera época gloriosa, insuperable, magistral, no cabe otro calificativo.
Tras la descomunal presentación en sociedad (experiencias alucinógenas aparte en unos estudios de Los Ángeles) con esa indescriptible obra que es "Astral Weeks", el León de Belfast se refugió en su talento para descargar una andanada de Música que nota tras nota va llevando la clase y el genio hacia el infinito.
"Moondance" es una obra de arte, una pieza de orfebrería que además tiene la virtud de no parecerse a su antecesor, por lo que evita ese descenso casi inevitable que ocurre tras un icono, y se convierte por sí misma en una pieza imprescindible para cualquier amante de los sonidos con marca de seda.
Morrison en un momento sublime, compositor sobradísimo que creaba fantasía en forma de temas increíbles, bellos, eternos, especiales, con esa voz que dominaba el tempo y el espacio, esos rugidos de león herido que hacen estremecer, esos susurros que buscan el silencio en medio de una orgía musical sin límites. Como instrumentista sin problemas para atacar lo que quisiera, guitarra, piano, armónica, percusión, pero además su talento le permitía rodearse de unos músicos geniales que transformaban sus creaciones en retratos perfectos que casi se podían tocar, y como muestra lo que sigue:
Jack Schroer al saxo, Collin Tilton en la flauta y saxo, John Platania con la guitarra, Jeff Labes a los teclados, John Klingberg al bajo, Gary Mallaber en la batería, Guy Masson percusión.
Una auténtica barbaridad para hacer posible los 38'14'' de gloria en estado puro que llegan hasta los sentidos en diez joyas que conforman una aún mayor.
Van Morrison nos lleva de la mano por su mundo, su universo, y eso significa gozar de la Música, los sonidos y la manera de hacer lo que nadie hace, porque sensaciones directas al alma como "Crazy Love", Into The Mystic", "Brand New Day" no se pueden soportar sin estremecerse, latigazos como "Caravan", "Come Running", "And It Stoned Me" o la preciosidad "These Dreams Of You" te hacen vibrar hasta desfallecer, y esa pieza que da título al álbum, una incursión jazzy simplemente magistral.
"Everyone" y "Glad Tidings" guardan ese regusto por lo bien hecho para terminar un álbum de ensueño, algo que simplemente hay que escuchar para acercarse un poco a las dimensiones como músico de este genio único.


domingo, 20 de mayo de 2012

Nos Cubre La Losa




Hay gente feliz y cansada
y un viento que
todo lo esparce
Hay rostros amarillos de adolescentes
y un cielo negro
marca el ambiente
Hay tardes como la de hoy
que suben los sueños
a las montañas
para que el hombre viva de olvido
nos suben a las cotas más altas
nos cubre la losa (4)
hay oscuras cenizas
en las calles
nuestros deseos
se están pudriendo
enterraremos tristemente
los placeres
con nuevos nichos los cuerpos
durmiendo
los ojos llorosos tristes
nos molestan
hay tiempo perdido
en la memoria
nos cubre la losa
del absurdo
encontraremos nunca más
la gloria
nos cubre la losa (4)
… (solo instrumental)
y yo
miro todo
desde la ventana
cerrada
tengo miedo de
el pegajoso lodo
tengo miedo de
la nada
nos cubre la losa (8)
…( Apoteosis ).
…(ocaso).
porque tristemente
advertí
que la losa también
me cubre a mi
que la losa también me cubre a mi, mi, miiiiiii.



De Vinilos y Otras Glorias CDXLIII

Un genio, y dicho esto todo lo que viene después es parte de lo que la mente de cada uno quiera aceptar cuando se le escuche, porque es lo que tiene ser así.


Peter Hammill (Chámeleon In The Shadow Of The Night) 1973


Tras abandonar la nave Van Der Graaf Generator por un tiempo, este genio del siglo XX y lo que dure del XXI se embarcó en su proyecto en solitario y en su mente de ser especial y superlativo para esto de la Música se parieron unos primeros álbumes, especialmente una trilogía que es simplemente una de las más grandes creaciones del Prog. realizado con la mente y las ideas.
Este "Chámeleon In The Shadow Of The Night" es el segundo de los trabajos al margen de la banda que le vio nacer al mundo de los sonidos, y para el que suscribe es una joya de tamaño monumental que se convierte en una auténtica pieza de museo por su originalidad, su calidad musical y esa capacidad casi ilimitada en sus creaciones, temas que son auténticas joyas dentro del monumento que es el disco.
Un sonido espectral, que se rige sobre todo por la emoción y la manera tan especial de interpretar de Hammill, que con la guitarra y los teclados hace un recorrido casi místico por todo el álbum que a diferencia de la VDGG deja la complejidad instrumental para recuperar una original y primaria melodía, casi poética en todos los temas.
Menos abrasivo que lo que el autor nos tenía acostumbrado, más lirismo y composiciones que atraviesan la vena de las sensaciones con cada sonido, cada espacio llenado por las notas que este visionario recrea para gusto y disfrute de los que le amamos.
La manera de tocar los teclados de Hammill estremece, especialmente el piano, donde puede mecerte en un sueño o sentir que las cuerdas te atraviesan y te hacen parte del instrumento, con una sinfonía suave y melancólica por momentos, o como cuando acaricia las seis cuerdas para darse un festín de sensibilidad y buen gusto.
Nueve temas que son un compendio del ilimitado poder creativo del genio, desde el impacto dramático de algunas piezas como "German Overalls", "Rock And Rôle" o la maravilla titulada "Easy To Slip Away" a la agitación sin mesura de temas como "Black Room" todo en el disco es una manera especial de llegar hasta las entrañas, con esos sonidos tan especiales que casi no se pueden definir, el Prog. elevado a la categoría de arte por uno de los más grandes, libre de todo lo que no sea hacer lo que le plazca sin límites creativos.
Junto a Peter Hammill, que se encarga de los teclados, la guitarra acústica y eléctrica y ¡¡cómo no!! de las voces, el disco se sustenta de manera maravillosa por unos músicos excepcionales al servicio de la mente del genio, a saber:
Nic Potter al bajo
Guy Evans en la batería y percusión
Hugh Banton en los teclados
David Jackson en el saxo y la flauta
No creo que se deba decir nada más al respecto, el disco es una joya, una obra de arte, la demostración infinita de un genio creando, y eso es algo inmenso, por lo cual, si alguien se atreve a dejarse atravesar por este Prog. de cientos de quilates, el mundo estará a sus pies, de no ser así, no pasa nada, sólo es Música.
La portada... una auténtica maravilla, que nos dejamos llevar y luego todo se sabe.

Side One:  German Overalls;  Slender Threads;  Rock And Rôle;  In The End
Side Two:  What's It Worth;  Easy To Slip Away;  Dropping The Torch;  Black Room;  The Tower





De Vinilos y Otras Glorias CDXLII

Como hemos cambiado de dirección, recuperamos una banda que salvo por su directo no había visitado nuestro paseo, ¡¡y a fe que es justo que lo haga!! de modo que nos encontramos con...


Thin Lizzy (Jaikbreak) 1976


De entrada decir que hablamos de un mito, seguimos diciendo que hablamos de uno de mis mitos, y por decir algo más que ese mito es lo que su propia leyenda quiera, y eso es algo increíble.
No puedo decir que sea el disco que más me guste de Thin Lizzy, simplemente porque me gustan todos los que están comprendidos hasta esa joya titulada "Live And Dangerous", pero si he elegido esta maravilla que es su sexto álbum simplemente se debe a algunos momentos que me rozan la fibra, sobre todo por cómo conseguí el disco y en la manera en la que entró en mi vida.
A partir del cuarto vinilo con el cambio de formación a cuarteto el grupo comenzó su andadura como una de las bandas más amadas y respetadas del panorama Hard en el universo musical, y con esa formación mítica se marcaron en el año 76 este "Jailbreak", una auténtica maravilla de Rock duro con un conjunto de temas que son parte integral de la historia del grupo irlandés, una de las grandes historias que el Rock ha dado en la década de los setenta.
Como ya era habitual, la voz de Phil Lynott, además de esa capacidad bestial para atacar las cuatro cuerdas, llevaba el peso de los temas que atravesaban el aire, una voz particularísima que nos metía en el conjunto de las canciones, la mayoría creadas por él mismo, y que eran el sello de esta banda.
Voz especial, una simbiosis pocas veces vista en esa sección rítmica que se elevaba por encima de cualquier cosa y las dos guitarras que a modo de gemelos inseparables nos deleitaban con dobles punteos, riff poderosos y cambios continuos en los solos que asaltaban cada canal del equipo.
El disco reúne un puñado de canciones que son parte integral de la discografía del grupo, históricos momentos que se reflejaban en sus directos y que sustentaban la leyenda de Thin Lizzy, nueve pedazos de composiciones que formaban un disco espectacular, una obra del más puro Hard y de un nivel como pocos conseguían en la época.
El combo irlandés se formaba (y ahora al igual que esas delanteras míticas uno va y lo recita de memoria) por el gran Phil Lynott, líder, creador, compositor, bajista y la voz de un grupo memorable, acompañado hasta el final de sus días por ese pedazo de batería llamado Brian Downey, uno de los más grandes pegadores que el Rock haya conocido, tremendo, preciso, técnico y una joya a la hora de marcar los ritmos.
Las guitarras estaban a cargo de Scott Gorham y Brian Robertson, ese dueto que nunca ha sido superado, una compenetración excepcional y dos solistas magistrales a la hora de realizar esa parte del sonido de Thin Lizzy que lo hace tan suyo.
El disco no tiene desperdicio, desde el primer surco destila un poder y sobre todo una clase excepcional, Hard de un nivel estelar hecho por unos músicos muy especiales, con composiciones elegantes, finas y complejas que no tienen parangón en la forma de crearse, por eso son únicos y han sido ellos siempre.
"Running Back" es una cabalgada preciosa que te lleva en volandas, "Romeo And The Lonely Girl" una maravilla de ritmos y cadencia que no puedes parar de degustar, o esas joyas de la corona que son parte de su historia, como "The Boys Are Back In Town", y las tremendas y salvajes "Cowboy Song" (una de mis debilidades) y ese espeluznante duelo de aceros en "Emerald"...
No puedo ser objetivo, amo a Thin Lizzy y su época gloriosa, y este disco me sublima, de modo que si realmente te gusta el Rock, zambúllete en su universo y disfruta como todos los que hemos gozado con su Música y aún lo hacemos.

Side One:  Jailbreak;  Angel from the coast;  Running back;  Romeo And The Lonely Girl;  Warriors
Side Two:  The Boys Are Back In Town;  Fight Or Fall;  Cowboy song;  Emerald


De Vinilos y Otras Glorias CDXLI

Un mito en un formato apasionante por ser quienes eran y la maravillosa sensación que desprendían haciendo esa Música que nos llevaaaaaaaaaaaa...


Jethro Tull (Nothing Is Easy: Live At The Isle Of Wight 1970) 1970


Cuando lo vi pensé que podía ser algo grande, cuando el tipo que sigue sabiendo muchísimo de esto me dijo que no lo dudara porque era "salvaje", evidentemente no lo dudé y a fe que es una experiencia maravillosa.
Jethro Tull en estado puro, presentando su segundo disco, ajenos aún a la fama que no tardaría en llegar y fieles a lo que eran y fueron, un grupo del mejor Rock Prog. que además en directo destilaban fuerza, furia y salvajismo por los cuatro costados.
Dos discos y ya se podían permitir demostrar en directo algunos de los clásicos que les han hecho grandes, grandísimos en la historia del Rock, especialmente en esa primera parte de la época setentera que les vio llegar a lo más alto.
El talento de un iluminado, Ian Anderson al servicio de un escenario donde se desmelenaba haciendo suyo todo lo que allí se movía, secundado por una banda brutal que sostenía los temas con una facilidad casi insultante, y en el caso que nos ocupa nos deja una experiencia sensorial maravillosa, pura fuerza, puro fuego, todo el carácter incendiario del grupo arrasando a diestro y siniestro.
Un disco doble que nos deja dos canciones por cara, desarrollos inmensos de temas míticos, especial atención a esos monumentos que son "My God", donde Anderson arrasa con sus continuos solos de flauta, salvaje en las voces y llevando el peso de toda la andanada que se viene encima.
La exhibición musical de toda la banda en "Dharma For One", solo de batería incluido, con una salvajada puesta en escena del bajo arrasando, la voz a grito pelado, esa guitarra que te corta las venas y los teclados casi arañándote, brutal.
Hasta un tema que pueden hacer para relajar un poco las emociones lo llevan al máximo en la versión de "Bouree" donde la flauta te envuelve, te hipnotiza, dejando paso a ese bajo que parece no querer parar nunca, toda una joya que en directo se eleva lo que quiere.
Claro que puestos a exhibirse, todos y cada uno, "Nothing Is Easy" es un temazo que te lleva a galope por donde quieran, solos de flauta, órgano, guitarra...
El grupo en estado de gracia, como ya hemos dicho salvaje como pocas veces se le ha sentido, con Ian Anderson llevando la batuta con esa voz insuperable, única, la acústica y sobre todo esa flauta que es el sello de la casa, simplemente un genio, sublime.
El fiel escudero por los años de los años, Martin Barre en la guitarra, esa manera rockera y desgarrada de tocar las seis cuerdas, con riff demoledores y solos espectaculares, tremendo.
John Evan en los teclados, al piano tremendo, dando un toque clásico que nos lleva a otras épocas en contrapunto con la animalada que lleva detrás, y con ese órgano que rechina los dientes metiéndose por cualquier rincón del cuerpo.
Glen Cornick en el bajo, un solista más que se permite llevar el peso de según qué temas con su instrumento, una manera salvaje y precisa de tocar las cuatro cuerdas, genial, único, mágico.
Clive Bunker a la batería para que todo se sienta, como una patada en el trasero, algo brutal.
El disco es una orgía sensorial, un momento único de un grupo único, salvaje, demoledor, tremendo, simplemente Rock arrasador, de los que echo de menos en ocasiones para poder llegar hasta el infinito a golpe de ritmos desenfrenados.
La portada, en álbum, fotos de Anderson en plena acción, tremendas por el momento, pero hecho de menos al grupo, porque en este disco están todos para morirse, maravillosos.

Side A:  My sunday feeling;  My God
Side B:  With you there to help me;  To cry you a song
Side C:  Bouree;  Dharma for one
Side D:  Nothing Is Easy;  Medley: We used to know / For a thousand mothers


sábado, 19 de mayo de 2012

On The Road Again


Mientras escribo estas líneas un tipo que ha sido uno de los más grandes rockeros de la historia ha actuado en tres ciudades de nuestro país, aterrizando en una gira que lo ha devuelto donde comenzó y donde se siente como pez en el agua, la carretera.
Sevilla, Las Palmas y Barcelona han recibido a Bruce Springsteen después de la desaparición de otro miembro de la E Street Band (perdón, del miembro con mayúsculas de la Banda) y este rockero impenitente ha sentido la llamada de la sangre en forma de notas de Rock'N'Roll, eso de lo que sabe tanto porque es y ha sido uno de los más grandes.
No he leído las crónicas, ni voy a hacerlo, una broma del destino y la pasión de mi Musa Amor han conseguido que si todo va bien lo vea en el escenario tres veces en quince días, y no quiero ir sobre aviso, quiero sentirlo, como hago cuando escucho Música, Mi Música, la esencia de mi vida, de la que Bruce es parte indisoluble.

No voy a entrar de nuevo en los últimos veinte años del rockero de Jersey; un tipo que sabe mucho de esto, pero mucho, mucho, mucho y que tuvo la suerte de disfrutarlo en sus primeras visitas a este país, allá por el año 81 me ha dicho que el último trabajo es lo mejor que ha hecho en los últimos 15 años, y creo que tiene razón, pero... ¿y el antes?
Bruce fue durante una época el más grande intérprete global del Rock en el universo, como creador, compositor, y traductor de esa magia en los escenarios, y durante otra media década se dedicó a darle al mundo (algo que le honrará por la Eternidad y un día) lo que había parido en esas entrañas de rockero de la calle, y el mundo vibró con él.
Después... no sé, creo que se había magnificado al mito y todo valía, pero él es mucho más que lo que dio, salvo aquél memorable concierto con triple álbum incluido del Madison en el 99 para mí se convirtió en alguien que ama tanto la Música, necesita tanto darla, que no podía parar de hacerlo, y sus creaciones no eran lo que él mismo se merecía por la inmensidad de su curriculum.

He disfrutado a Bruce siete veces en el siglo XXI, tengo todos sus discos en vinilo y mil piratas, soy un enamorado de lo que hacía y vibro y llego al orgasmo físico y mental cuando escucho "Thunder Road" salir de su garganta, "Jungleland", "For You", "The River"... esas cientos de canciones que son insuperables, magia y seda, sublimes cantos de Música, pero no me llega cuando entona lo que últimamente crea.
Me dicen algunos que no soy justo, que si... yo no soy músico, amo la Música y a los que tienen las agallas y la capacidad para crear sonidos que embrujan, pero como amante puedo pedir a mi amor que me bese como mejor sabe, no como ve en las películas, porque cuando yo la beso como espectador, escuchante y entregado enamorado lo hago con la pasión de saber que los sonidos me han dado la vida, por eso...
Bruce me la dio muchas veces, en noches solitarias, en momentos de mi vida en los que escuchar "Backstreets" me llevaba a demasiadas oscuridades no queridas, me ha hecho vibrar, llorar, emocionarme, me ha besado con pasión a través de su Música, sus letras, sus conciertos de tres horas, por eso si ahora me besa de otra forma no lo puedo sentir igual.

Respeto enormemente a los que dicen que lo que hace ahora es como siempre, porque él es... yo no lo creo, pero no sé mucho de esto, lo que sí sé es lo que escucho y me llega, y con mi alma abierta cuando le veo en un escenario, esos temas eternos que arañan las entrañas no tienen rival con lo que ha creado en esos últimos 20 años, entre los que hay joyas porque este tipo va muy sobrado y hace lo que le da la gana.
Uno de los más grandes, uno de mis grandes, amor y un poco desencanto, nadie sabe (no tiene por qué saberse) lo que Bruce me ha dado con esos primeros quince años de Música, por eso escribo esto, porque es un lugar donde puedo expresarlo desde el amor que siento por el músico, su Música y lo que conlleva.
Ese tipo que sabe tanto dice que es lo mejor en los últimos 15 años, quizás su evolución vaya hasta el Olimpo de nuevo, donde estuvo tanto tiempo que debió quedarse. Yo creo en que puede hacerlo, es único, es Bruce, por eso a pesar de los últimos besos no queridos sigo comprando su Música, viéndole y... esperando ese tema que me eleve a las estrellas.

Los días 2, 7 y 17 de Junio veré en directo a Bruce, posiblemente no le escucharé bramar como antaño, pero disfrutaré con su descarga emocional sobre un escenario, porque en eso sigue siendo ¡¡la leche!! la banda es algo tan superlativo que sustenta cualquier tipo de concierto, pero esa misma banda sustenta la historia (lo que Bruce ha hecho historia) de manera simplemente sublime.
Soy un impresentable... quizás. No tengo mesura... quizás, pero como decía otro que sabía mucho de esto, pero mucho, mucho, mucho y además es mi mentor y en eso no lo toca ni dios bendito. "Primero escucho, después... Me Corro" y yo cuando lo hago, echo el resto. Deseo escucharle, saborearle y correme de gusto pero ¿lo hará ajeno a esos temas que sé me van a llenar de mi propia esencia? espero ansioso esos días.



Es sólo Rock'N'Roll, pero si lo hace Bruce me gusta más.




Come Back To Me


Donna


Se Dice...


Se Dice... 
que las doncellas pasean por praderas de lirios y los jóvenes bailan delante de un unicornio, en el límite del laberinto.
Por eso mi escritura es oscura como vino en los días luminosos del instinto.

Bonny Bunch Of Roses


De Vinilos y Otras Glorias CDXL

Uno de los mayores errores (Errores, porque es mayúsculo) de esta sección, no traer, salvo las dos piezas de museo en directo, discos de una banda que es, para el que suscribe, una de las más grandes en la historia, de modo que hagámonos disculpar un poco.


Wishbone Ash (Wishbone Ash) 1970


Cuando una banda hace un disco de presentación como éste, se sabe que estamos ante un fenómeno, si además es el principio de muchos instantes mágicos, sabemos que estamos ante un mito, y a fe que para el que suscribe Wishbone Ash es un mito, uno de los más grandes grupos de la historia, con una década prodigiosa donde desarrollaron un talento sin límites y una continuación un poco menos lineal donde han tenido la osadía de crear genialidades fuera de tiempo.
Este su primer trabajo es, simplemente, una joya, pero una joya de tal magnitud que creo realmente que hay que escucharla al menos una vez para darse cuenta de lo que proponían encima de la mesa, el "Sonido Wishbone", uno de los más innovadores intentos del dueto y armonías entre guitarras, esas guitarras gemelas que han manejado como nadie y que otros grandes, enormes del Rock han tomado por lo que significaba.
Es una joya porque "Wishbone Ash" une un puñado de canciones que son parte de la columna vertebral de la Música del grupo, clásicos de toda la vida sin los cuales no se entiende su Música, unos temas simplemente maravillosos creados y desarrollados por la inmensidad del talento de cuatro músicos increíbles, que si por separado son de traca, en conjunto es el ¡no va más!
El concepto de la melodía sublime, los conjuntos corales simplemente mágicos (otro componente básico de su Música) la base rítmica solistas excepcionales, y por encima de toda esta maravilla ese sonido de las seis cuerdas duplicadas que son como un manjar cada vez que se escucha.
El cuarteto mítico que comenzó y llevó al grupo al estatus de estrella y mito (aunque una segunda versión no desmerece en absoluto) con Andy Powell y Ted Turner a las guitarras y voces, lo dicho, geniales creadores de sonidos y melodías, arpegios increíbles y solos infinitos que o bien al unísono o bien alternándose elevan la Música a la categoría de magia.
Martin Turner en el bajo y voces, con esos solos endemoniados a las cuatro cuerdas y esa voz que sugiere lo que quiera, junto a Steve Upton en la batería para formar una base tremenda, en conjunto un bloque con las guitarras, por separado ellos mismos.
El disco, como he dicho y no me canso de repetir, es una joya, 42'24'' de pura magia, sensibilidad absoluta, el Rock tratado con una sensación de delicadeza como pocas veces, algo realmente portentoso. Seis canciones que arrasan, comenzando con esa entrada furibunda que es "Blind Eye" para seguir con la tremenda y dura "Lady Whisky", la primera en la frente, pero cuando te estás recuperando te tumban con una de sus joyas, ese "Errors Of My Ways" que es puro Ash, melodías exquisitas, coros infinitos, solos tremendos y dobles punteos para morirse, una pieza de museo.
La cara termina con "Queen Of Torture", preparándonos para lo que viene en la cara B, dos suites que sirven para desarrollar todo el talento de la banda a nivel compositivo y dejar la puerta abierta a esos directos descomunales. "Handy" es una exhibición de 11'30'' donde el bajo arrasa, la banda se lanza y las guitarras arden, y la traca final la dejan para su himno, ese temazo que no tiene fronteras mentales, una composición redonda, sublime... especial, la maravilla que es "Phoenix" 10'23'' de pura orgía musical para dar fin al festín que es esta pieza de museo llamada "Wishbone Ash".
La portada... su símbolo, que siempre estuvo en manos de Andy.
Un disco para descubrir un universo único, sin igual, el universo Wishbone Ash, donde es maravilloso perderse.

De Vinilos y Otras Glorias CDXXXIX

Una vuelta de tuerca a esa maravillosa sensación que es el Progresivo con uno de los más grandes grupos que dio la escena inglesa y que teníamos injustamente olvidado.


Emerson Lake & Palmer (Tarkus) 1971


Podría haber comenzado con cualquiera de los cuatro primeros discos de este excepcional trío de Música que marcó las pautas de un estilo particular dentro del propio Prog., pero por muchas razones "Tarkus" es un disco que me apasiona, y como siempre hay una posibilidad de volver, que sea este la presentación en nuestro "Paseo Por Los Sueños".
Uno de los mayores sucesos en la escena Prog. inglesa, quizás el lado más excesivo y comercial de la misma, siempre en duelo entre el Rock y la Música Clásica, con un formato que fue copiado en ocasiones con éxito notable por otras bandas, teclados, batería y bajo (guitarra menos presencial y ocasional) aunque la Música de ELP sea la más excelsa de los que se fueron iniciando, con una dosis de efectos especiales rodeando y arropando los sonidos pocas veces conocida.
Este "Tarkus" surge un año después de su presentación en sociedad con otro gran álbum, y quizás comienzan a rodear lo que fue su Música como una constante. La maravillosa cara A es toda ella una suite, el tema homónimo, que en sus 20'35'' nos va contando la historia a modo de crítica desgarradora sobre la industria armamentística, con el apocalíptico monstruo de la portada mitad armadillo mitad tanque que aparece tras una erupción devorándolo todo. Un tema fantástico donde los sintetizadores y moog se expresan en toda la extensión de la palabra, aunque hay pasajes con solos de guitarra que no son muy comunes en la manera de expresar la Música del grupo por parte de Lake. 
Todo un desarrollo de lo que mejor sabían hacer que continúa en la segunda cara con seis temas que   pasean desde el sonido casi "desaliñado" como la canción que la inicia "Jeremy Bender" a momentos integrativos dentro de la Música Rock "Are You Ready Eddy?" pasando por divagaciones de clásica de la mano de Bach "The Only Way". 
Un disco tremendo de la mano de tres monstruos que formaron uno de los mega grupos de la época, comenzando con Keith Emerson, uno de los pocos teclistas que han sido y son solistas con su instrumento, al que han dotado de la capacidad para llevar el peso de los grupos donde ha estado. Un mito de los teclados, y un mito de la Música, compositor maravilloso y músico completo, global.
Greg Lake, ese excepcional instrumentista y genial vocalista, dotado de una garganta maravillosa, técnico como pocos de las cuatro y las seis cuerdas, compositor y arreglista, otro monstruo sagrado de la Música.
Carl Palmer cierra (o abre, porque en estos niveles...) este portentoso grupo, un batería mágico, técnico, excepcional, compositor y arreglista, uno de los más grandes de la historia y otro músico que ha conseguido hacer que en ocasiones todo girara alrededor de su instrumento, y eso no es nada fácil.
"Tarkus" es uno de los grandes álbumes de ELP, un suceso en el Progresivo, una maravillosa sensación y una manera de entender la Música muy especial.
La portada, dibujo del monstruo de marras en álbum ocupa toda la portada y contraportada, el interior más dibujos de otras "máquinas infernales" y los créditos.


De Vinilos y Otras Glorias CDXXXVIII

Un artista único, como todos los pioneros que se atrevieron a jugársela por una idea, un amor, una creencia... la Música, y en esas cosas yo no me meto, sólo escucho.


Lightnin' Hopkins (Lightnin' Strikes) 1962


Lo dicho, con tipos así no hay mucho que comentar, salvo que muchas de las cosas que luego vinieron tienen la base en esta Música llena de sentimiento, nacida de las entrañas de la Tierra y sacada con el sudor y algo más de muchos tipos, como Lightnin' Hopkins, que creían en lo que les salía del alma.
Blues en estado puro, quilates a miles, esencia de una Música única, y un artista en estado de gracia al que la oportunidad le llegó demasiado tarde para el talento que destilaba, y aún así dejó su marca en esto que es la leyenda del Blues.
Con 47 años grabó su primer disco (al menos que se sepa, porque las leyendas urbanas son lo que son) singles y grabaciones esporádicas para radios aparte, y con cincuenta se marcó este antológico "Lightnin' Strikes" con el que daba una vuelta de tuerca a su trayectoria, creando un disco absolutamente de raíces, porque salvo dos canciones, dos, toda la grabación se desarrolla con la voz maravillosa y sugerente de Hopkins, acompañado por su guitarra y las ganas de hacer que todo vibre hasta estallar.
Muy simple y complejo al mismo tiempo, porque la manera de cantar de este tejano de pura cepa no es cualquier cosa, una voz que quizás no sea la que te esperas en esos tíos que se han machacado en la carretera, la cárcel y los campos interminables, las iglesias y los tugurios de cualquier clase, pero que es tan especial como el tono que te engancha sin quererlo. La guitarra resbala de una manera natural, especialmente la acústica, peso de todo el disco, y las cuerdas parecen flotar en las canciones que son las continuaciones perfectas de la simbiosis entre músico e instrumento, algo realmente maravilloso.
Soy más del Blues eléctrico, quizás tengo el toque europeo y se nota, pero cuando una guitarra es manejada de esa forma y las entrañas cantan a través de la garganta, no puedo por menos que dedicar 34' del infinito (porque el tiempo si escucho Música se detiene) para disfrutar y degustar esta delicatessen que si amas la Música te gustará, pero si amas el Blues te va a encantar, porque no tiene desperdicio.
Por lo demás, Blues, Blues, Blues y más... no se pretende nada más pero no se pretende nada menos, y en manos de músicos así es decir mucho, demasiado.
¡¡¡Disfruta!!! es puro sentimiento.

Side A:  Got me a Louisiana woman;  Want to come home;  Please don't quit me;  Devil Is watching you;  Rolling and rolling
Side B:  War Is starting again;  Walkin' round in circles;  Mary Lou;  Heavy snow;  Coon Is hard to catch