domingo, 18 de diciembre de 2016

2017



No importan los números (salvo los que estén obsesionados con su DNI) no importan las fechas, sólo importa que sigamos amando la Música y todo aquello que representa y nos provoca.
Para los que se lo tomen así, que lo que viene de nuevo y se llama 2017 sea una orgía sensorial, al margen de quienes sigan creyendo lo contrario.

¡¡¡Feliz 2017!!!

Música


Dicen que los ojos son el espejo del alma.

He vendido tantas veces mi alma al diablo que no sé si puede verse algo a través de ellos. Quizás si se espera al momento en el cual me la ha devuelto y es mía de nuevo, por un contrato de alquiler que dura lo que sienta cuando todo se empequeñece y me come por dentro.

Los ojos son el espejo, pero en muchas ocasiones se encuentran empañados por esa bruma que no podemos quitar. En algunos casos, cuando el alma se encuentra en las entrañas de los sueños, y el diablo no puede alcanzarla hasta el siguiente contrato para hacerla suya, se refleja en el brillo que representa sentir, emocionarse, conseguir que el corazón refleje ese latido de vida que nos lleva.

En mi caso, ¡¡cómo no!! la Música es el candado que hace que lucifer tenga que esperar un poco más, que el brillo resurja y haga salir las intenciones convertidas en deseos más profundos, que todo pueda parecer lo que no es hasta que el silencio lo envuelva.

El jardín de los niños perdidos está lleno de almas que nunca crecieron, de latidos que se apagaron antes de comenzar, de miradas muertas sin brillo al compás de un silencio sobrecogedor. La Música es lo que me hace ser, la parte que no necesito explicar, ni enseñar, ni someter al juicio de quienes, como yo, pasean por el infierno demasiado habitualmente.

La Música, la esencia de lo que respiro, fluye y mana desde ese alma que cuando quiere no puede venderse nunca.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Lo del año...















Como cada año que supera la segunda quincena de diciembre y va desgranando la cuenta atrás del final de los 365 días de rigor (o 366 en el caso que nos ocupa) muchas voces emocionadas se alzan entre vítores o súplicas, según el caso, con las frases de siempre, "que el año que viene sea mejor", "que se acabe pronto", "virgencita que me quede como estoy"... y demás lindezas para justificar lo injustificable y sentirse aliviado por ser una mierda dentro de la mierda y no querer parecerlo.

En lo que nos atañe a este "Paseando Por Los Sueños", cada vez más exigente con sus seguidores (porque lo siguen cuatro, que no sé quienes son,  y con mucho valor según se demuestra) ha sido como mínimo un año curioso; a través de las sombras hemos descubierto que la vida sin Música no es lo mismo (ya lo sabíamos, pero cuando las sombras te cubren todo se ve de otra manera) que a veces la cantidad y la calidad coinciden y que los machos alfa no saben ni de lo uno ni de lo otro, que las hembra beta buscan a los que no saben porque les resulta mucho más fácil saber ellas y darles por el saco, que la Música sigue siendo esa magia que no se puede traducir a pesar de los conocimientos y lo sobrados que vayamos, que la dama negra no sabe de mitos, de leyendas ni de orígenes varios porque se nos lleva a todos (y seguro que además obliga a cantar la mejor de las canciones mientras la barca atraviesa ese lago oscuro lleno de almas perdidas)

En lo referente a los creadores de sueños, la dama que todo lo decide se llevó a mitos del calibre de Prince (lo icónico sin nombre y el nombre que nunca quería ser) David Bowie (el hombre que vendió al mundo porque el mundo no quería comprarlo) Merle Haggard, Glenn Frey (porque no todo era el Hotel donde hubiéramos querido ir) Paul Kantner (sabedor de que la Psycho era algo más allá de las palabras) Keith Emerson (ese momento sin guitarra que quiso cambiar el mundo) Greg Lake (un nombre sin nombre más allá de lo que nadie quería conocer, porque era él por sí mismo) Leon Russell (mucho, pero mucho más que la histriónica imagen que lo devoraba todo) y muchos más, pero que muchos más, aunque ninguna pérdida tan sentida como nuestro querido y amado creador Bob Dylan, que nos dejó con la Música en los labios para irse al mundo de la literatura (sin retorno aparente) y se llevó la memoria y el entendimiento de Patti con él.

"Que se acabe ya"... sinceramente me la trae de aquella manera. Son fechas, días, que tienen su lugar en el calendario, y que me hacen sentir la Música como siempre, con pasión, con amor y con ganas de poner el siguiente vinilo para que la aguja lo acaricie y me llene los sentidos cuando todo me llega, como si fuera la última vez, o la primera como en aquellos años setenta donde todo comenzó. El que sea el día xx del mes 12 del año xxxx no es sino una parte de la numerología sin importancia, la gente se va cuando debe, los músicos nos dejan cuando les toca, y su obra, sobre todo si son esos genios capaces de traspasar la frontera de lo intangible, se queda para quien quiera amarla. 

Lo del año ya me lo miro sin prisas, sin angustias, sin nada que buscar, quizás en los cuarenta años de mi relación con esta pasión que amo y a la que llamo Música, magia, seda, todo se acabe, o comience lo que es porque debe ser, pero nada ni nadie (especialmente nadie, porque el ser humano es un hijo de puta sin remisión) podrá quitarme lo que ha sido y aún es eso que me sigue llevando, más allá de números, décadas, fechas y muertos ilustres.




Kalahana, un lugar ajeno al mundo


Cuando intentas evitar la lluvia en Sapporo te lanzas (siendo un visitante que busca estar en cada rincón al mismo tiempo) a las galerías que durante varios kilómetros cubren la ciudad en una parte privilegiada, entre lo mundano, lo irónico y el mundo que viene, donde los japoneses se encuentran hace varias décadas.

Si tienes la suerte de no tener prisa porque en esos días tu tiempo es el que marca el ritmo de tus pasos, puedes continuar andando por las galerías y pasar hacia las que desafían el tiempo y el espacio, manteniendo aún el regusto de siglos pasados.

Llenas de locales encantadores y de un gusto exquisito, cuando queríamos saciar la sed que provoca andar, andar, andar, la lluvia, los miles de personas que quieren ocupar tu espacio y el ansia por conocer, nos encontramos, fuera de este mundo, con "Kalahana", un encantador local donde todo se transformaba, especialmente el tiempo y lo que conlleva.


La Música que nos recibió al llegar ya nos hizo saber que pasaríamos un buen rato, entre Blues, Pop clásico y algo más lleno de melodías de siempre (o casi siempre para los mediocres, porque lo otro no cabía) y la carta de cervezas no desmerecía en absoluto con lo que llevarse a los labios.

Una encantadora camarera hizo los honores, nosotros hicimos lo que pudimos, y entre gestos, algo de inglés (que dejé como siempre a mi Amor) y el compás de la Música que sonaba, la primera cerveza del país (o artesanal, que se llaman ahora por aquí) nos refrescó el momento. 

Pequeño, lleno a rebosar de artefactos, cosas, casos, curiosidades y posters de festivales varios, el "Kalahana" te abraza a poco que sientas cada rincón del pequeño local con lo que suena, las voces (que no era el caso porque estábamos solos) de quienes mantienen una conversación entre cerveza, sake, licores varios o varios incunables de los que salen por los altavoces, y el susurro de la camarera o el encargado del local haciéndote saber que les importa si te sientes a gusto o no.


Son esos rincones donde la Música se siente más allá de lo que suena, en los cuales las voces de los mitos llegan de otra manera, por donde la guitarra se pierde en un solo demoledor, el "Hammond" te riega y acelera para abrirte en canal, o la sección rítmica pasa de una caricia a una patada y te sienta igual de bien, porque la cerveza cae al ritmo de lo que te viene, no importa los grados que tenga, que sea rubia, tostada o negra, sino que acompañe al todo en un conjunto donde la magia es parte del sentimiento.

Estuvimos bien, a gusto, de lujo, y al salir, la amable camarera nos acompañó hasta la puerta, nos despidió con una reverencia y agradeció (no sabía que lo mutuo es tan fácil como improbable) nuestra visita preguntándonos de qué lugar del globo terráqueo proveníamos, algo nada significativo si lo que buscas son esos instantes donde todo es... 





sábado, 10 de diciembre de 2016

Música


Si los sueños han sido llevados a las montañas, no podremos valernos de ellos para esperar el nuevo día.

Puede que la Música llene nuestros sentidos y nos haga volar hasta ese lugar donde creyeron que los harían inalcanzables.

Poster


De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXXVI

Una de mis debilidades desde el país del Sol naciente, un grupo que me ha llevado a más de un lugar en viajes alucinantes a través de la Música.


Blues Creation (The Blues Creation) 1969


Cuando un grupo, y dentro del mismo un genio, comienzan su andadura, es de valorar que tengan muy claro lo que quieren hacer.
No era la primera vez que grupos japoneses, fuesen del estilo que fuesen, iniciaban su carrera con un disco compuesto por versiones de clásicos y leyendas de la Música, y en mi opinión el valor de ir sobre seguro porque los temas son parte de la historia, les hacía correr el riesgo de ahogarse en esa misma historia si no daban el nivel para interpretarlos.
Blues Creation aseguró en su primer disco que la composición estuviera bien cubierta, y eligió ocho temas clásicos para que el mundo conociera lo que amaban y de lo que podían ser capaces. Pero además, siendo el grupo que es y sabiendo lo que había como intérpretes, hicieron que esos temas sonaran a Blues Creation, y en eso nadie podrá discutir nunca que acababa de nacer una leyenda dentro de la Música nipona, que en este caso también traspasó el océano.
La impresionante voz de un Fumio Nunoya en estado de gracia, otorga un punto emotivo a la interpretación vocal, con un deseo contante de elevar un poco más allá el lugar de los temas acariciados desde el dolor del Blues y comidos con el ansia de unos adolescentes que intentaban hacerlo suyo. Junto a Nunoya, el otro fundador del grupo y leyenda absoluta de las seis cuerdas en Japón, el genial Kazuo Takeda, uno de esos personajes que nacen de vez en cuando para dar sentido a muchas de las cosas que la Música representa, aunque sea (en teoría, por supuesto) fuera de tiempo y lugar. Su impresionante calidad con la guitarra y la genial visión de la Música hace que cada solo extraído de la guitarra estremezca por su sonido, su inspiración y la idea que a los diecisiete años era capaz de transmitir.
Junto a ellos, una sección rítmica que no desmerece en absoluto, especialmente el bajo de Takajuki Noji, que se permite marcarse algún que otro duelo con las seis cuerdas, y la batería de Shinichi Tashiro, marcando los ritmos a golpe de sentimiento.
Un disco fundamental (no su mejor trabajo siendo tremendo porque después vendrían... pues eso) para entender el nacimiento de mucho de lo que en Japón se amaba, de un grupo impresionante en lo que duró y porque a partir de aquí un genio se lanzó a un viaje hacia las estrellas del que nunca regresó, porque por ahí sigue.

1:  Checkin' up on my baby;  Steppin' out;  Smoke stack lightnin';  Double crossing time
2:  I can't keep from crying;  Spoonful;  Rollin' and tumblin';  All your love




A Mª Paz, por seguir queriendo entenderlo.

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXXV

Vamos a darnos el gustazo de volver sobre un grupo que nos impactó con su primer trabajo, especialmente porque en su continuación las emociones vuelven a ser fuertes.


Frijid Pink (Defrosted) 1971


Si lo primero que te llega a los oídos al poner es disco es una entrada entre salvaje y asesina de la guitarra iniciando un punteo y segundos después da paso a la voz que te quiere comer vivo, por lo menos el segundo trabajo de Frijid Pink te pone en situación.
Su disco de presentación dejó las expectativas sobre lo que sería el grupo muy altas, y aunque creo que a partir de "Defrosted" la magia de los dos trabajos se perdió bastante, está claro que esta segunda entrega es de un nivelazo para continuar creyendo en ellos.
"Black Lace" y sus 6'08'' de brutal impacto nos preparan para saborearlo todo, y la verdad es que desde este comienzo hasta el final del disco (el original, no el de los "bonus tracks" y demás historias) el Hard más auténtico riega nuestros sentidos, incluso en las baladas que no desmerecen en nada (a pesar de parecidos razonables con temas de toda la vida que en su palidez blanca dejaron una huella imborrable) porque desde el desgarro que supone la voz de Kelly Green metiéndose por tu alma hasta esa guitarra manejada con furia y emoción por Gary Thompson, el Hard está presente, sea cual sea el tema que suene; y para eso también ayuda el deseo de Tom Beaudry en el bajo y de Rich Stevers en la batería por dar sentido a todo con una sección de ritmos que encumbra esta Música maravillosa que tanto nos hace vibrar.
Efectivamente, "Defrosted" se une al carro del Hard sin paliativos, emoción, momentos de increíble talento interpretativo y la composición de los temas a la altura para que sea uno más en la imaginería del Rock, donde disfrutar y beberse el mundo a tragos de buena Música a los que siempre se puede volver da sentido a amarla.
A partir de aquí, sólo queda (quien quiera hacerlo, que de todo hay) disfrutar con las buenas andanadas de este segundo trabajo, seguir el ritmo que marca cada impulso de los riff hechos con sangre y fuego y cuidarse de no caer desgarrado por algún lamento del Hard cuando clama al viento toda la gloria al sentir la Música.

SIDE ONE:  Black Lace;  Sing a song for freedom;  I'll never be lonely;  Bye Bye Blues
SIDE TWO:  Pain in my heart;  Sloony;  I'm movin';  I haven't got the time

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXXIV

Aquello de los límites, las fronteras, el talento y la madre que parió a la burra Eloisa. Con todo junto, un grupo de calidad venido desde muy al norte.


Mánar (Mánar) 1971


Excepcional documento de uno de los grupos seminales de una región tan recóndita como fría, pero que cuando ha dado Música, lo ha hecho muy bien.
Los islandeses Mánar nacieron como grupo a finales de los sesenta, en la localidad de Selfoss, y tras ganarse una buena reputación en su tierra, se atrevieron a darse a conocer más allá de las fronteras de la fría Islandia.
El disco que nos acompaña es su único trabajo conocido como oficial, grabado en el año 71 tras varios años de Música, y nos deja un excelente trabajo de Hard Prog. con instantes melódicos de alto nivel y una verdadera sorpresa por la calidad de las composiciones. Adornados todos los temas (salvo algún momento de sensaciones más calmadas en forma de baladas) con la contundencia del Hard, no se pueden negar esas influencias Prog. que provocan en los mismos cambios y variaciones constantes, dentro incluso de la melodía más sostenida por los teclados; ayudan a ello los momentos más sutiles de flautas, teclados en clave de órgano y arreglos de vientos.
Las guitarras se erigen como la guía de los temas, los riff y en los momentos en los que entran los solos, van marcando la pauta para que la voz (o las voces, porque los conjuntos corales son más que frecuentes, todo ello en un perfecto y comprensible islandés) y los teclados marquen ese ambiente que los temas crean. Una sección rítmica solvente, y en según qué temas con variaciones de percusiones y contraritmos, se encarga de llevar las canciones al lugar donde las seis cuerdas mandan.
No defrauda un grupo como Mánar y su disco, obra que nos deja el regusto amargo por lo breve pero que a su vez nos impacta por lo intenso. Un buen disco del Hard Prog. más exigente, del que se pueden sacar matices que llevan hasta la Música hecha con clase, estilo y mucho talento.
Disfruta de Mánar y los límites inexistentes de la Música, cuando se empeña en ser universal a pesar de los pesares y de quienes lo niegan.

HLID A:  Liff Pitt;  Hvers Vegna?;  Söngur satans;  Litli Fuglinn;  Ég horfi á Brimid;  Leikur ad vonum
HLID B:  Haustregn;  Villi Verkamadur;  Sandkorn;  Prelúdía Í a moll;  Pridja Heimsstyrjöldin

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXXIII

Por lo que siempre decimos, que el talento no depende sólo de eso, sino del toque de suerte que en muchas ocasiones no está, un ejemplo de buena Música.


Iron Claw (Iron Claw) 1970 - 1974


Tremenda demostración del mejor Hard, pesado, poderoso y muy oscuro. Una andanada tras otra que se pierden en los mismos lugares donde impactan, recordando en demasiados instantes a esos Black Sabbath primarios y absolutamente desgarradores, las señales enviadas por grupos como Black Widow y toda la esencia del origen de esa Música oscura que deambula por los límites del caos mental.
Los escoceses Iron Claw desarrollaron durante su período de actividad más venerable y creativa la Música que les influía desde esos vaivenes del metal más pesado cuando aún el Hard tenía dentro de sí las gotas del elixir que provocan sonidos tan apabullantes como estos. 
En este doble disco que nos acompaña, los dieciséis temas que lo componen, aglutinados de sus creaciones entre 1970 y 1974, son un tratado de calidad y saber hacer del mejor Dark, sin filtros ni formas suaves donde esconderse, dieciséis andanadas que estallan en los sentidos y te dejan tocados por la calidad de las composiciones. Como en tantos casos, la fama y la fortuna no fueron acordes a lo que su talento demostraba, y aunque en su tierra gozaron de un espacio por derecho propio, poco más allá llegaron. Por esto esta grabación es un bálsamo de buena Música del estilo que además nos permite conocer en profundidad la obra de un grupo que no tenía mucho que envidiar a lo que se hacía por esos años.
Una sección rítmica brutal, agotadora hasta decir basta, se encarga de sostener los temas desde esos ritmos pesados y contundentes, verdaderas losas que te caen encima una tras otra, dejando el camino libre para el remate con las seis cuerdas que parecen hacer fuerza para ahogarte con los riff demoníacos y negros, muy negros. La voz es el último eslabón de un grupo que empuja hasta derribar, surgida de los infiernos y entonando escalofriantes letanías que te invitan a ese paseo por lo más oculto.
Un disco para amar de nuevo el buen Hard en su versión más oscura y perdida, descubriendo (si es que no se conocía ya) un gran grupo como Iron Claw y su ideario de oscuros deseos.

I:  Clawstrophobia;  Mist Eye;  Skul Icrusher;  Let It Grow
II:  Sabotage;  Crossrocker;  Winter
III:  Rock band blues;  Pavement artist;  Strait Jacket;  Gonna Be Free
IV:  Loving you;  Lightning;  All I Really  Need;  Knock em dead;  Devils



jueves, 8 de diciembre de 2016

Toy


Música


Para los que llevamos el alma en un hilo, saber que la Música aún quiere estar con nosotros es una razón poderosa para poder sentir.

Hall Of Fame...




RETRANCA:  De retro y anca.
Intención disimulada, oculta  



Poster


De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXXII

Una pieza de esas que (otra más, sí, pero es que afortunadamente hay muchas) fueron una parte importante en la dirección tomada para crear un estilo de Música.


The Cosmic Jokers (The Cosmic Jokers) 1974


Volvemos a las leyendas urbanas y en este caso al ácido, el ácido, más ácido y lo que el ácido tiene que ver en la creación de esta joya del Rock Espacial y experimental, todo ello dentro del Krautrock más auténtico y puro.
Que se creara con los músicos metidos en cápsulas de cristal, rellenas de papel plata, con un tubo para que el ácido les entrara, o en vez de eso tomándose un bocadillo de salchichas de medio metro... creo que me da igual, o sea, que me da igual. Lo cierto es que cinco de los más afamados músicos y creadores de la escena Prog. radical y experimental de Alemania se dieron cita y desarrollaron este proyecto, llamado The Cosmic Jokers, del cual salió como primera obra esta barbaridad del Rock más auténtico en viajes mentales.
Dos temas, o lo que es lo mismo, dos desarrollos instrumentales, uno por cada cara, se llevan los 42'02'' del disco, "Galactic Joke" en la cara 1 y "Cosmic Joy" en la 2, que no son sino una demostración de las ideas avanzadas de los creadores, una brutal exhibición de experimentación y orgía de sonidos interestelares y por supuesto, por mucho que les pese a los que buscan razones extraterrestres, el derrame del talento de éstos, estuvieran como estuvieran.
Esta Música hay que vivirla más que entenderla, hay que sentirla en cada poro de la piel y hacerla de uno a través de las neuronas para que pueda significar algo en el intelecto, pero de lo que no me cabe duda es de la calidad de lo que está creado, y este disco sin esa capacidad no hubiera sido lo que es, una maravilla del estilo, con todo lo que conlleva y significa.
Resulta curioso que no se desmerezcan las obras de otros estilos si median sustancias de cualquier ámbito, color, tipo o tamaño en la creación de las mismas, pero que el Rock Espacial, lo experimental, el Krautrock de las asonancias y lo infinito para que la mente juegue y se desarrolle, tenga que demostrar algo que pueda ser ajeno o no a la Música. 
"The Cosmic Jokers" es una obra pionera, unida a otras que crearon una visión de la Música diferente, y en eso radica su grandeza, porque no limita nada de lo que se piensa, y los dos temas son un viaje espectacular y brillante por los confines de la mente.
Por supuesto, para frikis, frikis y frikis, además de quienes se atrevan a comenzar la aventura con esta apasionante forma de "ver" la Música.
Dieter Dierks. Jürgen Dollase. Manuel Göttsching. Harald Grobkopf. Klaus Schulze.

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXXI

Nos volvemos áridos, ásperos, llenos de la dureza que nos deja desnudos ante los sonidos esculpidos con la rabia de lo impensable.


Exponent (Upside Down) 1974


Creo sinceramente que es una suerte que se recuperen discos como el que nos visita a nuestro "Paseando Por Los Sueños", este "Upside Down" que es un exponente más que brillante y tremendo del Krautrock más emotivo y duro, salido de las entrañas de la Música que regó con clase y brillantez a los teutones y a quienes amamos estos sonidos durante más de una década.
Entre la sinfonía, el Hard más descarnado y un toque indiscutible de sentimientos oscuros como el azabache, Exponent dejan un trabajo que en cuatro largas suites (firmadas en lo más apoteósico con el tema "Dream" que ocupa toda la Seite 2 y que en sus 19'13'' es una demostración más de la calidad instrumental y creativa de los músicos de la región y la época) nos hacen ver lo ilimitado de las creencias mentales derramadas como Música.
Guitarras demoledoras y teclados incendiarios se unen para crear un álbum que lleva el signo de la dureza en sus composiciones, en una obra que a pesar de esas separaciones entre los sonidos es un todo desde su primera nota hasta el final, a modo de paseo por los vaivenes oscuros que la Música del grupo recrea.
Impactante comienzo con los 8'19'' de "Duplicate", donde el disparo al entrecejo ya te deja en evidencia para que no te despistes ni un segundo, porque a pesar de lo que las voces puedan dar a entender, las cuerdas de acero no dan respiro, arañando todo lo que tocan. 
Tras otra barbaridad que revienta las últimas defensas ("Last Spring", hundido en 8'17'' de gloria al más puro estilo Krautrock) llega la única rama a la que agarrarse para que la corriente salvaje no te lleve, "Thoughts", que en un alarde de exquisitez va tomando los sentidos en su primera parte para escapar en una cabalgada sin pausa más allá del final, cuando el "Hammond" hace suyo el espacio y todo se desmanda.
Un disco para disfrutar de lo mejor del Krautrock en grupos que no fueron más allá de obras significativas y que dejaron su sello en piezas para el recuerdo.


De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXX

Porque no queremos privarnos de nada, en ocasiones nos acercamos a esos templos de lo perdido y extraemos parte de la esencia hecha Música.


McDonald And Giles (McDonald And Giles) 1970


No voy a entrar en las leyendas urbanas (que todas tienen el crédito de la verdad y la duda de lo inventado por igual) sobre el por qué del disco, su creación y lo que supuso en cuanto a idea de sus paridores, porque lo cierto es que en un caso como este se convierte en algo banal.
Y lo es porque "McDonald And Giles" es una obra de arte, uno de esos discos que no sólo marcan un momento sublime en el estilo, sino que van más allá y son capaces de hacer creer que la Música es un Arte con mayúsculas, cuando todo se conjuga para hacer esta auténtica barbaridad.
Evidentemente estamos hablando de un disco del Prog. más auténtico, legendario y con el  que comenzó una era dentro de la manera de concebir los sonidos, pero en sí mismo el trabajo que nos dejan estos dos iluminados y los que creyeron en el proyecto traspasa la propia idea del estilo para diseñar un manifiesto de Música absoluta, que siendo el único, es algo para el recuerdo y la leyenda.
Es evidente que las influencias se notan y mucho, pero son todas tan maravillosas como manifiestas, porque Ian McDonald y Michael Giles lo mamaron y transcribieron muy bien en sus épocas del rey y lo que significaba (King Crimson es y será la marca indeleble del Prog. elevado) por eso todo en el disco es diferente a nada de lo que se hubiera creado, por eso cada vez que los músicos que se paseaban por esa corte hacían algo se notaba.
Una manera excepcional, en cinco temas que sugieren un viaje sin retorno a las creaciones mentales y oníricas de cada uno (puestos y con lo puesto o como a uno le venga en gana) de demostrar que las ideas no tienen límites cuando las avala el talento, la capacidad creativa y sobre todo creer en lo que se desea, al margen de cualquier manual escrito o supuesto (en el peor de los casos)
Las gemas hay que admirarlas y degustarlas, porque siempre ofrecen algo distinto cuando se vuelve a ellas, y este disco es una enciclopedia de lo que se puede descubrir con cada escucha, cada vez que se siente de nuevo el placer con los sonidos que acarician tu mente. Por eso creo que en algún momento atreverse a conocer trabajos como este nos permiten expandir la mente un poco más, y eso, más que les pese a algunos, no tiene precio.
Para iluminados, frikis, creyentes de lo irreal y sobre todo amantes de la Música sin límites de tiempo ni espacio.
Ian McDonald guitarra, piano, órgano, saxo, flauta, clarinete, zither y voz. Michael Giles batería, percusión y voz. Peter Giles bajo. Steve Winwood órgano y piano. 

SIDE ONE:  Suite in C;  Flight of the Ibis;  Is she waiting?;  Tomorrow people - The children of today
SIDE TWO:  Birdman











A mi Padre, que cree en lo Imposible


De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXIX

Una verdadera maravilla se acerca, compendio de años y años de luchar contra lo que nadie quería ver y que sin embargo estaba muy presente.


Uther Pendragon (San Francisco Earthquake) 1966-1975


Excepcional recopilatorio de los diez años de un grupo realmente maravilloso, único por su trayectoria y a tener en cuenta para conocer la evolución de una Música muy especial.
Uther Pendragon comenzó dentro de la Psycho más clásica y californiana, cuando el "Flower Power" se adueñaba de las almas y los corazones eran capaces de creer que todo era posible, que aún el mundo podía girar en las direcciones que uno deseara y los mediocres apenas tenían cabida en lo que llamamos arte. De aquí sacamos piezas que llevan implícito el lenguaje del deseo y todo aquello que puede llevarnos hasta donde queramos, en una primera parte inmensa con temas (por citar algunos entre los 24 que hay) como "Devil's Due", "10 Miles To Freedom", "San Francisco Earthquake" o la preciosa "Luxury's Draft".
De ahí fueron capaces de evolucionar hacia un Rock más contundente, bañados en los tiempos en los que la dureza del diamante rallaba lo justo para que la piel se erizara, y llegaron a crear temas que en sus diez minutos eran una alegoría de lo bello por contundente, merecedores de estar en el mejor de los eventos para ensalzar aquello que el Hard nos ha dado. Aún se puede sentir el desgarro de algún tema que te revienta las entrañas por su capacidad para desmontar ideas preconcebidas, como los 10'04'' de "Melanie Jeanie-Old Man" o esa animalada que firmaría cualquier grande, muy grande, llamada "Troubles", 9'02'' de orgía sin descanso.
Un triple disco en vinilo presentado como se debe en estos casos, con una caja que enseña el arte y la magia de un grupo que fue lo que quiso, no lo que quisieron, que dejó esencia de talento y más aún de lo que supone vivir en un ideario que hace de la Música esa nave que nos transporta hasta donde pocos pueden llegar.
Escucha (si lo deseas, porque al final hacer que sirva es tan fácil como imposible) Uther Pendragon, un grupo que te regará los sentidos con algo tan exquisito como la Música, la de calidad, la que nos hace ser... ella.
Bruce Marelich guitarra y voz. Mark Lightcap guitarra, voces.Martin Espinosa bajo y voces. Mike Beers batería y voces.


martes, 6 de diciembre de 2016

Richard


Instrumental


Double Freedom


Live At Dunajam


Poster


Surcos del Siglo XXI - 267

Todo se hace en los lugares donde la mente habita, y algunos, los que saben y creen en esto como parte de sus vidas, lo trasladan a un escenario para transformarlo en...


My Brother The Wind (Live At Roadburn) 2013


Para el que suscribe es un placer escuchar a My Brother The Wind, porque su Música me lleva muy lejos, con la imaginación como bandera y los sonidos sacados de sus composiciones abrazándome el alma.
Uno de tantos grupos que se expresan en directo mejor aún que en estudio, porque los límites temporales los ponen ellos y su manera de crear está acotada por el infinito, y eso es decir una vida entera.
Por eso este disco grabado en directo, con la manera de pensar del grupo, hasta donde nos propongamos y nada más, me apasiona cuando lo escucho, porque es la esencia de una Música que ayuda a mi mente a perderse en los confines de esa maravilla a la que amo y que llamamos Música. Un disco que en cinco temas divididos en tres caras enseña el nivel en el cual se encuentran, cuatro músicos con una técnica superlativa que pueden recrear sus emociones con composiciones escritas sin posibilidad de dejar prisioneros, un desmesurado (y excepcional, bello e inimaginable) concepto de los desarrollos para soñar dentro y fuera del tiempo.
Y es que My Brother The Wind te pone los medios y eres tú quien decide por dónde lanzarte a la aventura de escucharles, comenzando con un tema del calibre de "Sulphur Valley Dawn" que en una cara completa es capaz de hacernos creer que escuchamos varias historias ligadas al tiempo, cuando en realidad es lo sugerente de todos sus cambios, idas y venidas lo que nos provoca esa visión que traspasa la propia creatividad y te engancha para ser parte de ello.
Al final todo es un entramado maravillosamente montado donde tus sentidos vuelan y desaparecen con la Música, un viaje que dura lo que quieras porque más allá de lo temporal, cuando el último roce de la aguja en el vinilo, terminando "Into The Cosmic Halo", te hace saber que ellos han terminado, sigues metido de lleno en esa orgía plena de sensaciones.
Disfruta de una andanada de placer convertida en notas para que tu cerebro se resienta con lo visceral, lo que hace que todo se remueva y pueda crear algo.
Mathias Danielsson guitarra. Nicklas Barker guitarra y mellotrón. Ronny Eriksson bajo. Daniel Fridlund batería y gong.

SIDE 1:  Sulphur Valley Dawn
SIDE 2:  Ancient caravan;  The mountain trail
SIDE 3:  Further up the mountain trail;  Into The Cosmic Halo


Surcos del Siglo XXI - 266

Un poco de emoción a estas apagadas vidas musicales que nos quieren vender, con un grupo que destroza los sentidos y pone todo patas arriba.


Samsara Blues Experiment (Waiting For The Flood) 2013


Para que no haya ninguna duda de lo que van, lo que pretenden y sobre todo cuál es el camino de su Música, este "Waiting For The Flood" de los alemanes Samsara Blues Experiment nos entrega cuatro temas para completar un álbum terrorífico, cuatro suites que se van más allá de los diez minutos cada una para desarrollar toda la Música que llevan dentro.
La visión de las grandes jams, con la excusa de palabras cada cierto tiempo que sólo hacen esperar aún más los desarrollos instrumentales de los temas, se convierte en un viaje apasionante a través del ideario musical de este grupo que no sabe de límites, y por supuesto no se los impone.
Oscuros, con un descarado acento Dark dentro de los sonidos del siglo XXI que les ha tocado vivir y a los cuales se acoplan sin problemas, la voz de Christian Peters acentúa aún más ese sonido que invita a bajar a los infiernos entre clamores desde lo más profundo, con los riff de las guitarras empujando desde atrás para que no se pueda salir.
Las pesadas notas de las seis cuerdas, el golpe constante y tremendo de la sección rítmica, los solos que surgen de la nada y se van montando encima de lo que está sonando, hacen de cada tema un brutal paseo por los oscuros deseos que la Música provoca, en clave de Hard moderno que bebe sin miramientos de los buenos momentos de los setenta, cuando todo se comenzó a gestar como parte de las vidas de muchos que lo llevaban metido en vena.
Cuatro temas, cuatro, que no dependen de la autoridad ni del tiempo que haga, porque se conciben y entregan entre brumas y presagios de placer confiado a las inmensas prolongaciones de los temas, para que el viaje nunca se detenga, para que podamos perdernos por los caminos que se trazan en la piel al escucharlos.
Para ahogarse entre negrura y maravillosas pesadillas de lo que no es y la Música te entrega desde la nada.
Christian Peters voz, guitarra, sitar, teclados y armónica. Thomas Vedder batería. Hans Eiselt guitarra. Richard Behrens bajo.

A:  Shringara;  Waiting for the flood
B:  Don't Belong;  Brahmin's Lament