viernes, 29 de diciembre de 2017

2018


Como casi siempre, la historia se repite. Y no es porque el ser humano esté obligado a repetirla, que también, lo que ocurre es que el calendario es inexorable y cuando pasan las páginas nos encontramos con las mismas fechas en los mismos lugares de siempre.

Bien, partiendo de esa premisa y del hecho que no podemos cambiarlo, el final de un número y el principio de otro nos traerá lo de casi siempre pero cambiado de lugares en ese inexorable momento que rige nuestras vidas. 

Por eso, y porque los que amamos la Música, sus emociones y lo que nos llena el alma no sabemos de otra cosa que vivirla y sentirla, un año más, acompañado de esos amigos de negros colores y surcos inacabables, os deseo que la Música os atraviese, os absorba, os posea, os tenga entre sus brazos y haga que volvamos a pensar que a pesar de todo es posible, porque lo que ella no puede conseguir al ser humano le queda muy lejano.

Cuando una melodía me hace el amor, nada puede disturbar mi alma.

domingo, 17 de diciembre de 2017

Snow Traces


De Vinilos y Otras Glorias MCMLXXIX

Desde el Lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Rävjunk (Uppsala Stadshotell Brinner) 1977


Maravilloso artefacto, de esos que llevan en volandas hasta donde uno quiere, especialmente si de sueños y Música se trata, el encontrado con estos frikis suecos de Uppsala, que hacen un Rock tremendo, poderoso, absolutamente radical y lleno de una energía que pone los pelos de punta.
Entre el Punk que tomaba forma a finales de década, parte de Prog. llevado al extremo en algunos momentos de composiciones electrizantes y el animal del vocalista en lo que le toca cantar (que no es lo que más llena del disco pero como impacto a los sentidos está de miedo) la grabación es un brutal alegato de Música sin nada que demostrar, lanzados al vacío para llevar en los nueve temas que lo componen una fiereza que se te mete muy dentro.
Guitarras demoledoras, demostraciones de riff salvajes que se alternan con punteos salidos de madre y que marcan a fuego el acero en quienes lo escuchan; la sección rítmica apoyando, aguantando y llevando en más de una ocasión las galopadas que van marcándose a lo largo del disco, mientras los teclados se unen a la fiesta para que nada falte.
Un disco que sorprende porque como tantos otros, es mucho más de lo que se conoce, con una calidad fuera de toda duda y un manejo de los instrumentos que para sí quisieran muchos. Los temas en los cuales se extienden a modo de suites, especialmente dos de ellos que casi abarcan toda la cara B ("Snöspar" y "Vi Ses") recuerdan al buen momento de ese Prog. que buscaba herir los sentidos con continuos cambios y provocaciones en sus composiciones.
Son discos como este, pequeñas gemas perdidas en los recuerdos de coleccionistas de primer nivel y gente que de verdad entiende de Música, los que te hacen saber que todo es posible, más allá de lugares, épocas y estilos, porque el talento no sabe de estereotipos, y los tipos de Rävjunk así lo demuestran.
Disfruta, si lo deseas, de algo que no deja indiferente, y déjate empapar por la magia que impregna esto que amamos.

SID A:  Sherry, Vermouth, Vin A Öl;  Hey little girl;  Jag e'sa skiting jag e'sa paj;  Uppsala Stadshotell Brinner;  Inferno;  Säg Mig Andersson
SID B:  Nasten;  Snöspar;  Vi Ses


sábado, 16 de diciembre de 2017

David


Música


Mantén la calma y escucha Música. No importa lo que pretendas, si va a ocurrir, que te coja con un buen montón de sonidos atravesándote el alma.
Quizás no lo creas, pero suele joderles bastante.

Música


La Magia no se encuentra en lo que los ojos no ven, sino en aquello que consigue hacer creer que lo que nunca vemos está ocurriendo. 
La Música es parte de la Magia que llena mi alma, y aunque cierre los ojos, la siento tan profundamente que puedo verla, tocarla, percibir cómo roza mi piel y me llena.

Poster


De Vinilos y Otras Glorias MCMLXXVIII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Nits (URK) 1988-1989


El grupo holandés, que tras catorce años de carrera se encontraba en uno de sus mejores momentos artísticos y sobre todo de reconocimiento allende muchas fronteras, se desmarcó en el invierno que marcaba el final de 1988 y el principio de 1989 con un triple en directo que tenía la valentía (osadía lo llamarían algunos) de abarcar casi toda su trayectoria en 29 canciones que son una imagen más que clara y evidente de lo que eran.
Lo que sí está claro es que tanto las canciones más antiguas como las que estaban dándoles esa fama en los años de grabación, suenan al momento en el cual se encontraban, con arreglos acordes a la época y una cuidada producción que hace que el álbum sea un ejemplo de sonido para ser un disco grabado en varios conciertos y lugares (Amsterdam, Utrecht y Moscú para ser exactos)  
Íntimo en un porcentaje bastante amplio de su duración, con la voz y la acústica de Henk Hofstede sobresaliendo por encima de todo lo demás, el disco conecta con la audiencia y quien lo escucha por la sencillez que logran en todo lo que hacen, a pesar de que muchos de los temas tienen poco de simples, pero ahí está el mérito del grupo, que todo parece girar en torno a una sola imagen y se va expandiendo hasta conseguir envolverte en lo que hacen.
Nits nunca han sido un grupo de grandes eventos, y mucho menos de mayorías, pero su Pop Rock mantiene intacta la fidelidad de esa audiencia a la que han llegado siempre, y la verdad es que la calidad de su producción es más que interesante. "URK" es una apuesta, un desafío a esos incondicionales y a quienes se atrevan a escucharlo, porque manteniéndose fiel a su estilo consiguen una obra atemporal por el sonido global, más cercano a lo que eran otros momentos musicales que a ese final de década en el cual se desarrolla, y eso en mi opinión le hace saltarse los límites que pudiera tener para cierto tipo de público.
Al final, ni lo minimalista es tan nuevo, ni lo que se intenta simplificar se consigue reducir tanto, sobre todo cuando detrás hay Música hecha con estilo.

De Vinilos y Otras Glorias MCMLXXVII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


World Party (Goodbye Jumbo) 1990


Y con el segundo álbum acertaron de pleno. Suele ocurrir, o al menos en muchos casos ocurre, porque uno se da cuenta de por dónde deben ir los tiros y da en la diana. No es el caso de World Party en lo comercial, porque al margen de su reconocimiento en los medios y demás parafernalia no cambió mucho la cosa con su álbum debut, pero sí que algo cambió en lo musical, y eso fue un mundo.
Para muchos Rock alternativo (por aquello de...) y para otros Pop Rock de alto voltaje, que es lo que me gusta de este disco. Moviéndose entre guitarras melódicas y que no se atreven a salir de los ritmos suaves, y otras que se endurecen para hacer riff que se asemejan bastante a un Rock más poderoso, los temas se sienten mucho más cuidados, al margen de una creatividad que no tenían y que les ayuda a mezclar canciones que se meten con una facilidad asombrosa en la piel junto a otras que cuesta más digerirlas pero que demuestran una complejidad que se agradece.
Me sorprendió con la treintena y pocas ilusiones en lo que venía de Música (aunque todo es relativo, porque he leído a alguien orgulloso por tener una primera edición del álbum... ¡¡a mí no me quedó otra que comprar la primera, qué mayor soy!!!) pero fue uno de esos discos que hacía ver que algunas cosas cambiaban y comenzaban a tirar del carro, aunque aún quedaba mucho por venir.
Con algún que otro altibajo, aunque no muchos, la verdad, el disco es un digno representante de la buena Música de principios de los noventa, inclinado hacia el Rock que se había perdido y rememorando toques sutiles del Pop que comenzó todo el espectáculo allá por... un trabajo para descansar de muchas cosas, y la voz del creador Karl Wallinger, liberado de las cadenas de grupos y líderes ajenos a su persona, es un fresco impacto que te lleva de la mano en cada canción para disfrutar de todas ellas.
Lo dicho, estamos con esas piezas que algún día serán una excusa para cerrar los ojos y perderse, una parte de lo añorado cuando había poco, pero sobre todo estamos ante Música de calidad, y eso sigue siendo un lujo, a pesar de los pesares.

A Side:  Is It Too Late;  Way down now;  When the rainbow comes;  Put the message in the box;  And I feel back alone
B Side:  Take It up;  God on my side;  Show me to the top;  Love street;  Sweet soul dream;  Thank you world

De Vinilos y Otras Glorias MCMLXXVI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Mike Scott (Bring 'Em All In) 1995


La aventura en solitario de Mike Scott ajeno al universo The Waterboys fue literalmente eso, un encuentro consigo mismo sin más ayuda que su talento y lo que quería hacer (o necesitaba, ¡vaya usted a saber!) porque los trece temas de este "Bring 'Em All In" son una demostración de intimismo que no había realizado en su etapa anterior.
Lo que no cambia, porque algunos trucos de magia son imposibles, es su voz con ganas de todo o desganada por todo, desgranando como pocos las estrofas que se convierten en su caso en historias contadas desde lo más profundo y derramadas con la clase de alguien que ama algo tan... como la Música.
"What Do You Want Me To Do?" ya vale un disco, pero afortunadamente no es sólo eso, y eso que es mucho, porque pone la piel tan sensible que da miedo, porque hay un puñado de canciones que si las escuchas como creo que se debe escuchar un disco como este, con lo que te sugiere lo más cercano y que sólo uno sabe, te llegan hasta donde las cosas importantes penetran.
No, popes, no, no voy a caer en la tentación de hablar de un incunable que esté plasmado en las listas de, con el número tal, más allá de los..., pero este disco es uno de esos trabajos que hacen saber que un creador (y Mike Scott lo es aunque moleste mucho) puede redescubrirse de vez en cuando, con cosas que sin ser lo que le han hecho, pueden mantenerle en un lugar que la Música siempre tiene reservado para quienes la aman sin condiciones, como él ha hecho durante mucho tiempo.
A partir de aquí, se trata de una obra a la que volver de vez en cuando y escuchar esos temas que se salen de lo habitual, o plantearse que pueden resultar bien para una velada hecha a imagen y semejanza de los corazones solitarios que nunca saben dónde descansar. Lo que está claro es que asegura un soplo de aire sin más pretensiones que escuchar Música, pero esto es algo que muchos intentan y no consiguen, o que otros se niegan a escuchar porque las vueltas de tuerca les anudan la garganta.
Mike Scott, todo.

Songs:  Bring 'em all in;  Iona song;  Edimburgh castle;  What Do You Want Me To Do?;  I know she's in the Building;  City Full Of Ghosts (Dublin);  Wondeful disguise;  Sensitive children;  Learning to love him;  She Is so beautiful;  Wonderful disguise (Reprise);  Long way to the light;  Building the City Of Light

De Vinilos y Otras Glorias MCMLXXV

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


The Waterboys (The Live Adventures Of) 1986


Si en algún momento quisieron demostrar lo que eran The Waterboys en directo, con este triple disco se acercaron bastante a la realidad.
Grabado en varios conciertos, la energía que emana de cada surco da un golpe de frescura tal que terminas por saber el por qué de un grupo que siempre fue atípico en un universo musical que le era tan extraño como necesario.
Realmente no se puede decir que lo que nos ofrecen sean piezas de incunables que no se puedan repetir, pero la verdad es que el trato que hacen a sus propios temas es de un valor incalculable porque sin llegar nunca a la brutal exhibición de sus discos, dan una vuelta de tuerca a lo que hacían y vacían el alma en cada interpretación, y eso no es fácil. Si a esto unimos el delicado aroma de amor que rezuman las versiones de algunos de sus ídolos, Prince, Van Morrison, Bruce Springsteen... todas ellas tratadas como si pidieran permiso para interpretarlas, el disco se convierte en un impacto que merece la pena por donde lo cojas.
Cambiar el mundo es imposible, querer hacerlo un sueño, intentarlo una quimera de proporciones bíblicas, pero cuando al menos haces ver que estás en ello, te la das una y otra vez, merece la pena prestar atención. The Waterboys nació y murió con un sueño (el que ahora estén o no es algo intrascendente, me refiero a lo que fueron durante casi una década) y en ese sueño dejaron pinceladas de buena Música, de emociones nada contenidas y de palabras que a quien quiera nunca se les podrán olvidar.
"The Live Adventures Of" es una persecución en sí mismo, una vuelta y una ida hacia lo que no se podía alcanzar, pero esa voz que te lleva hasta ninguna parte, el violín arrastrando tu mente, las guitarras intentando ser y nunca siendo y los continuos arrullos de una tierra prolífica como pocas en la creatividad de la Música, hacen creer que aún es posible, y eso no tiene precio, les guste o no a los mediocres que se empeñan en enseñarnos que no es así.
Para los que creemos que las utopías se transforman en lienzos pintados con los sueños a la luz de una vela mientras la Música nos abraza el alma.

Side One:  Death Is not the end;  The Earth only endures;  Medicine bow;  Fisherman's Blues;  This Is the sea
Side Two:  Medicine Jack;  Meet me at the station;  We will not be lovers
Side Three:  The wayward wind;  A girl called Johnny;  Purple Rain
Side Four:  Be my enemy;  Old England;  The trill Is Gone / And The Healing Has Begun
Side Five:  The pan within / Because The night;  The whole of the moon;  Spirit
Side Six:  Savage Earth Heart;  Saints And Angels

domingo, 10 de diciembre de 2017

David


Havin' A Party


The Fever


Poster


De Vinilos y Otras Glorias MCMLXXIV

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


This Picture (A Violent Impression) 1991


La primera obra del grupo inglés This Picture tenía toda la pinta de ser el comienzo de algo grande, y si bien la trayectoria del grupo se quedó en esto y uno más, en lo referente a "A Violent Impression" se puede decir que de algo grande hablamos.
Oscuro y mental, el disco es un tratado de Rock sacado desde abajo para ir arañando el estómago y llegar hasta el cerebro; un producto maravillosamente negro y profético, que si ya con el título hace ver lo que puede ser, te atraviesa sin mesura con el impacto que supone el primer tema, ese "Naked Rain" que no cierra ninguna herida.
Ayudados por la voz como un lamento de Symon Bye, el tono de pesimismo se impregna en la manera de expresar las palabras, un tono crudo y desgarrado, con un descarado estilo que se acerca al Bono más violento cuando clama al cielo lo que no puede ser.
La Música sigue en la línea que marcan las composiciones, incluso en momentos de cierta luz en la oscuridad, como la preciosa "The Great Tree", donde Bye parece cambiar la letanía por el suspiro de alivio, las guitarras se mantienen expectantes aunque las acústicas elevan ese tono para intentar salir, con teclados que cubren todo el espacio.
Tremenda manera de llenar los sentidos, comenzando la década y abrasando por todos lados, jugándose a una carta la apuesta por lo que te lleva a un lugar en el extremo de la cuerda, para tensarla, para provocar que se escuche o se deje de manera inmediata.
Ese es, además de la calidad en sus temas, el gran valor del disco, que no deja lugar a la duda, puedes seguirlo hasta el final con lo que ello supone, zambullirte en ese negro azabache y gozar con ello, o dejarlo en las primeras notas, porque no te van a dar opciones de sonreír.
Si quieres disfrutar con aquello que hace que los sentidos crean en todo lo que no puede ser, "A Violent Impression" es una buena forma de mantenerte despierto, de no ser así, lo mejor es lo de siempre, pasar página y a otra cosa.
Symon Bye voz. Robert Forrester guitarra. Austen Rowley bajo. Duncan Forrester batería.

SIDE 1:  Naked rain;  All I believe in;  The Great Tree;  Step Up;  Death's sweet religion
SIDE 2:  Breathe deeply now;  A Violent Impression;  Still Life;  5.30 AM;  As deep as this one

De Vinilos y Otras Glorias MCMLXXIII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Deacon Blue (Raintown) 1987


Un suceso comercial puede dar mucho de sí, especialmente ayudar a que la cosa (sea la que sea) siga adelante. En el caso de Deacon Blue, el suceso sorprendente de este "Raintown" les empujó a que durante unos años pudieran estar en la escena con una más que fiable dignidad, pero en cuanto a la calidad de su trayectoria como banda este disco fue el principio y lo demás se quedó a años luz del comienzo.
Un disco de Pop Rock, más en el primer sentido que el segundo, que lleva en cada surco todos los mimbres del estilo hecho con clase y calidad, porque lo que no se les puede negar a estos escoceses de Glasgow son las ganas de hacer una obra que represente ese estilo por el que se movían, y eso lo consiguen muy bien.
El disco se convierte (supongo que era la idea dado el título y la temática de los temas) en un homenaje a la ciudad que les vio nacer, un pequeño recorrido por rincones y emociones, tanto sociales como las que provoca vivir en una ciudad en esa época en las Islas.
La voz de Ricky Ross, autor de todas las canciones y letras (salvo ayudas en dos de ellas) va contando estas historias mientras la Música le sigue como acompañamiento, sin alardes, esas melodías que no se meten en complejas composiciones y que buscan el contacto a través de lo que quieren recitar; la voz coral de Lorraine McIntosh abunda en esa manera de recitar, siendo el contrapunto perfecto para lanzar los mensajes.
Por lo demás, el disco funcionó de maravilla porque además de no complicarse mucho con nada, tampoco se desfasa en nada, siempre hablando del estilo de Pop suave y sencillo por el que se mueve. Guitarras de riff suaves, piano que se convierte en el gran protagonista de la función y una sección rítmica que literalmente acompaña y punto.
Para momentos de relajación mental, sin buscar en la Música nada que no sea la caricia a los sentidos sin que disturbe, un disco de escucha.

side 1:  Born in a storm;  Raintown;  Ragman;  He looks like Spencer Tracy now;  Loaded;  When will you
side 2:  Chocolate girl;  Dignity;  The very thing;  Love's great fears;  Town to the blamed

viernes, 8 de diciembre de 2017

De Vinilos y Otras Glorias MCMLXXII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Hothouse Flowers (Home) 1990


Un pelotazo comercial que les aupó en las listas no le quita (al menos en este caso, porque casi siempre nos vemos en otra) mérito a la calidad de la segunda entrega de Hothouse Flowers, el grupo irlandés de Pop Rock que hacían una Música de alto voltaje.
Lo que no se les puede negar, al margen de todo lo que es en sí su Música, es una energía descomunal durante todo el disco, un ritmo frenético (salvo momentos contados de calma y arrullos) que se contagia, especialmente por el interés de Liam Ó Maonial en ello, que con su voz parece que te empuja en cada canción, y no es fácil hacerlo cuando te puedes esperar el siguiente impulso, pero aún así lo consigue.
Como tantos grupos de Irlanda, cuna de mucho de lo bueno que la Música ha dado, las reminiscencias a lo que son y de donde provienen quedan patentes en sus composiciones, con un sello que es parte de esa manera de hacer el Rock que se estila por allí. En el caso de "Home" los toques al lugar de sus orígenes se sienten desde lo escrito en el pentagrama, y el conjunto de los sonidos se mezclan entre guitarras, vientos y teclados para hacer que la parte de sensibilidad se impregne en uno cuando lo escuchas.
La verdad es que no pesa volver a estos grupos, músicos que surgieron por la necesidad de ir hacia adelante y crear algo ya conocido con las bases de la década que les tocó vivir. Un sonido impecable jalona toda la obra, una exquisita producción que se siente en cada surco del vinilo pero que no lo hace artificial, sino todo lo contrario, te permite disfrutar de cada nota y cada instrumento.
No será, como digo muchas veces, la joya de la corona, pero lo que no se puede negar es que destila sinceridad y ganas, y en su conjunto es un disco que se escucha con facilidad y gusto, no sobra ni un segundo, y eso no se puede decir siempre.
Para seguir disfrutando de esos comienzos después de la oscuridad, "Home" permite un empuje hacia adelante, una bocanada de aire fresco y sobre todo optimismo, porque disfrutar de la Música no puede llevar a algo que no sea eso.
Liam Ó Maonial voz, piano, "Hammond", bodhran. Fiachna Ó Braonáin guitarra, bajo, voces. Peter O'Toole bajo, mandolina, voces. Leo Narnes saxo, "Hammond", voces. Jerry Fehily batería, percusión, voces.

Side One:  Hardstone City;  Give It Up;  Christchurch Bells;  Sweet Marie;  Giving It All Away;  Shut up and listen
Side Two:  I can see clearly now;  Movies;  Eyes wide open;  Water;  Home;  Seoladh na nGamhna


De Vinilos y Otras Glorias MCMLXXI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Energy Orchard (Shinola) 1993


Una entrega más para el recuerdo del gran grupo irlandés de los noventa, bastante menospreciado y nunca reconocido, y me llama la atención que en un país como Irlanda, donde esto de la Música se cuida hasta morir, fuera así.
Quizás lo de Bap Kennedy nunca fueron las relaciones sociales, o socializar, que puede parecer lo mismo pero no lo es, y la mala prensa que le acompañó siempre no ayudara, pero la verdad es que volver a Energy Orchard me sigue sugiriendo momentos de jornadas intensas con amigos rozando ya la treintena, cuando buscábamos ese soplo de aire fresco que la Música volvía a encontrar después de una década de exilio.
La voz sugerente de Bap comienza a entrarnos por la piel, acompañada de la guitarra de Paul Toner que da el toque justo, preciso, en esos arpegios medidos y calculados de una Música que casi se adentra en los confines de Irlanda y busca fuera de sus fronteras en los posos eternos del Rock.
Momentos para la dedicatoria sentida y emocional a un alma irlandesa como Van Morrison con la versión delicada de Madame George, contando con la inestimable ayuda de una mujer a la que le sale la sensibilidad por cada poro de su piel cuando toca el oboe, el saxo... Kate St. John, y después más Rock, más del terruño con la tradicional "The Star Of The County Down" y piezas acústicas sin precio con una banda lanzada a lo que la década clamaba.
Kevin Breslin se luce con los teclados cuando de llamar la atención se trata atravesando las guitarras y el espacio que dejan vacío de notas, viajando entre la nada, llamando a la sección rítmica que marca, y marca, y marca, y nos lleva en volandas, entre sonidos de antaño, de siempre, y lo que en la época se intentaba.
Once canciones que son parte de las enseñanzas que estos tipos tenían metidas en vena desde que nacieron, lo que su talento transformó y lo que les dejaron hacer, que no es poco, porque "Shinola" es un disco para disfrutar con la honestidad de los que aman la Música, se meten en ella y la llevan en las entrañas dándola en lo que saben y pueden, que en este caso es una barbaridad.
Salvo a los popes que se les acabó el fuelle en el año del Señor de 1.898, un disco para sentir en la piel lo que otros no son capaces de conocer aunque lo vean delante.
Bap Kennedy voz, guitarra, armónica. Spade McQuade bajo, mandolina, voces. Paul Toner guitarra, voces. Kevin Breslin teclados. David Toner batería.

Quello:  Coming Through;  Madame George;  Atlantic City;  Stay Away;  Don't Fail Me Now;  In My Room;  Seven Sisters;  The Star Of The County Down;  London Fields;  Big Town;  I'm No Angel



Tom


Stayin' Alive


Who'll Stop The Rain


Brown Eyed Girl




A mi Amor, porque sus ojos me permiten ver todos los colores del Universo.
Te Amo

Poster


De Vinilos y Otras Glorias MCMLXX

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Felt (The Strange Idols Pattern And Other Short Stories) 1984


Hablando de excepciones, porque las hay ¡¡por descontado!!, uno de esos casos que en plena vorágine de mediocridad hacían Música de mucha calidad en esa asombrosa década en la cual se podría haber obviado casi todo.
Felt seguían sorprendiendo (no por el nombre que nos recordaba a esa maravilla de principio de los setenta con sello de Psycho para obnubilar) con trabajos que buscaban más allá de los propios estamentos escritos con ritmos de guitarras eléctricas afinadas en lo agudo y continuadas en ritmos que no tenían fin.
No es que necesitaran mucho más, porque la voz excepcional y particular de Lawrence ya era mucho en su Música, una voz que sugería en las palabras, la forma de narrar las historias y esa manera tan personal de adormecer mientras los ritmos se te iban metiendo en la piel por detrás de lo que nos decía. Además de eso nos quedaban las guitarras melancólicas para llevarnos hasta el infinito, con esa cadencia que nunca terminaba, esa manera tan especial de marcar las notas, al paso de una sección rítmica que hacía (y muy bien por cierto) un trabajo de escapismo asombroso cuando parecía que no estaban y sin embargo se "colaban" entre las seis cuerdas (más metálicas que nunca en su apariencia) para acoplarse a todo lo que llevaban.
Porque el Pop de Felt es mucho más elaborado de lo que parece, no se trata del primer tema de la primera cara del primer disco (que lo será para los popes que ni siquiera sabrán qué coño es la Música del grupo) sino de mucho de lo que nos dice esa manera tan compleja de hacer que todo parezca simple y sin embargo al desgranarlo se siente la magia de lo que está entrelazado, envuelto en clase y en todo lo que es la Música, nada menos.
Para frikis de mucho pelo (aunque muchos estén calvos) de los que realmente vibran con la Música y lo que busca cuando se sale de lo habitual, ahondando en los caminos que sugieren emociones y sentimientos más cerca de la piel que del vinilo.
Aprender a escuchar discos como éste puede no ser fácil, pero es un chute de sensaciones que no pueden cambiarse por nada.
Lawrence voz y guitarras. Maurice Deebank guitarra. Mick Lloyd bajo. Gary Ainge batería.

KKKK:  Roman Litter;  Sempiternal Darkness;  Spanish House;  Imprint;  Sunlight bathed the golden glow
SSSS:  Vasco da Gama;  Crucifix heaven;  Dismantled king Is Off The Throne;  Crystal Ball;  Whirlpool vision of shame

De Vinilos y Otras Glorias MCMLXIX

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


The September When (Huggerreggum) 1994


Desde las gélidas tierras de Escandinavia, concretamente desde Noruega, vuelve a visitarnos un grupo que apareció en los albores de los noventa, al amparo de los músicos y creadores que intentaban levantar el vuelo del buen Rock, el Pop, las reminiscencias de lo qeu fue gloria en la Música y que nunca debió irse tanto (porque algo quedó gracias a unos pocos)
Su cuarta entrega me sorprendió en lo mejor y en lo que no lo era tanto. Destilan el poso de los que ya tienen un bagaje y lo aprovechan en composiciones, algunas de ellas, que tienen un estilo definido y giran alrededor de notas que son la esencia del Rock; por otra parte siento al escuchar este "Huggerreggum" que la fuerza y lo intenso se han diluido un poco, o que no dejan que salga cuando en algunos momentos deseas que las guitarras te estallen en el cerebro y te arrasen.
La elegancia de la puesta en escena del resultado final es indudable, incluso el uso de los teclados tiene una mesura controlada que les hace estar pero sin apenas saber que son la parte que une los ritmos con las guitarras, pero me esperaba más fuerza, más fiereza.
De todos modos es una opinión personal, porque el grupo siempre me ha sugerido eso y lo han dado muchas veces. Lo que está claro es que el gusto por el Pop Rock de antaño es tan evidente que se les agradece haberlo seguido. La voz de Morten Abel puede tener mucho que ver en ese sentido de las canciones, un tono dulce, casi sensual que arrastra al resto del conjunto.
Como cualquier obra que seguía las evoluciones de los noventa, los momentos de estallido están un poco controlados, pro cuando se dejan ir son demoledores, como en "Getting It", puro fuego, una andanada directa al entrecejo que se retira y vuelve una y otra vez, o "Leave To Wonder", una impactante manera de terminar el trabajo.
Un disco para disfrutar por la calidad del resultado, cuidadísima producción que te hace ser parte de lo que escuchas y un grupo manteniendo vivos esos lugares del norte que nunca en la Música han dejado helados.
Una portada rasgadora, que posiblemente hoy no tendría cabida, así estamos.
Morten Abel voz, guitarras. Helge Hummervoll teclados. Morten Molster guitarra. Stene Osmundsen batería. Gulleiv Wee bajo

SONGS:  Sometimes serious;  I can take It;  The garden party;  Sounds nice;  Getting It;  True love;  Cries like a baby;  If I was;  Villain;  Real life;  Leave to wonder

De Vinilos y Otras Glorias MCMLXVIII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


The Black Crowes (The Southern Harmony And Musical Companion) 1992


Como diría uno que yo me sé "oculto tras el largo título de inacabables palabras se encuentra..." el que en opinión del que suscribe es el mejor disco de la banda, aunque es cierto que el primero tenía una frescura realmente maravillosa.
Como no podía ser de otra manera para egos de los que anidaban en el grupo, ya comenzaban los cambios, con un nuevo guitarrista tras el despido de Jeff Cease.
A pesar de los pesares, y dada que la inestabilidad era parte de su idiosincrasia, este segundo trabajo les salió redondo, con un puñado de canciones muy bien compuestas y que se trasladan al vinilo de manera poderosa, tremenda. Rock de instantes para atravesar las conciencias, toques ocultos de Blues eléctrico que asoman en algunos riff y sobre todo ritmos que lo recuerdan, pero sobre todo una manera visceral de hacer que todo estalle.
La voz de Chris Robinson, que será muy particular y es un sello indeleble del grupo pero que nunca me ha gustado, en este trabajo cuida más su rol y consigue de manera sorprendente ser uno más de una banda, que es una máquina de precisión a pesar de la sensación constante (maravillosa sensación, por cierto) de que todo se va a romper para que los solistas hagan lo que les dé la gana.
Los temas más calmados, puro contraste con las andanadas de Rock que se marcan, logran un equilibrio que no se les supone y hacen que el disco gane en intensidad, porque te permite seguir el interés con los sentidos a la espera de lo que vendrá, y la verdad es que en estos temas la sección rítmica está genial, manteniendo el tempo mucho más tranquilo, con el toque de los teclados que lucen más que en los desbocados temas donde el acero de las guitarras se lo come todo (como debe ser, por otra parte)
Una máquina engrasada y funcionando a pleno rendimiento, el Rock que volvía en los noventa a mayor gloria, de la mano en este caso de un grupo que surgió de esas cavernas que la década anterior parecía no querer cerrar. Para dejarse empapar y golpear sin mesura, que es de lo que se trata cuando la Música, ésta especialmente, estalla.
Preciosa la foto de contraportada. Lamentable el desliz de la portada.
Chris Robinson voz. Rich Robinson guitarra. Marc Ford guitarra. Johnny Colt bajo. Steve Gorman batería. Eddie Harch teclados.

Side 1:  Sting me;  Remedy;  Thorn in my pride;  Bad luck blue eyed goodbye;  Sometimes salvation
Side 2:  Hotel Illness;  Black moon creeping;  No speak no slave;  My morning song;  Time will tell



A Mª Paz, para que no existan dudas

De Vinilos y Otras Glorias MCMLXVII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido.


Steve Earle (Copperhead Road) 1988


Se iba acabando la década "prodigiosa" en verbenas y demás fiestas innombrables, y cada vez más se sentía un giro hacia otras orillas menos pobladas de duendecillos mediocres.
Bien es verdad que por estilos y tipo de Música los había que les daba igual lo que hubiera pasado en los últimos años, como a Steve Earle (al que le sigue dando igual todo) porque ese Folk de raíces con el Country metido en vena no era de muchos fuegos artificiales.
Su tercera obra, este "Copperhead Road" sí que fue un giro radical en lo que él hacía, desviándose más al Rock e incluso incidiendo en momentos más duros, aunque sin dejar de lado completamente sus orígenes, especialmente el Country que ya se empapaba mucho más de eléctricas con sonidos rasgadores.
Un buen disco que nada entre aguas muy diversas, con la inconfundible voz de Earle  dando el toque pendenciero y perdedor, borracho y dejado de lo que venga, una forma de cantar más que aprendida en la carretera y las peleas de bares (y de cualquier otro lugar) que te da la pista para saber dónde te vas a meter.
Rock, R'N'B, toques de Country Rock y algo de Hard con estilo sureño se dan cita en este experimento que al artista le salió bastante bien, y que se escucha con mucho gusto y sin que nada pese. Claro que si te atreves a tener como invitados en algún tema a The Pogues y la cosa funciona, cuando agarras el micro para el resto puedes estar tranquilo porque algo ha saltado en el sentido musical y va directo hacia donde quieres.
Los ritmos más fáciles de llevar son los que menos me gustan (por eso lo de ser friki me va enganchando cada vez más) pero incluso estos, que le hicieron coger una buena posición en esas listas que te llenan de dinero y no son mucho más, no desentonan con el conjunto.
Es cuando desgarra su voz y se lanza a tumba abierta aún sabiendo que el disco era una apuesta hacia lo desconocido, cuando coge esa fuerza que se agradece, dejando un puñado de canciones que son parte de la historia de este músico que siempre pudo ser mucho más... cada uno se revuelca por donde quiere.

1:  Copperhead Road;  Snake oil;  Back to the wall;  The devil's right hand;  Johnny Come Lately
2:  Even when I'm blue;  You belong to me;  Waiting on you;  Once you love;  Nothing but a child

domingo, 19 de noviembre de 2017

Poster


Close To The Edge


Poster


De Vinilos y Otras Glorias MCMLXVI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Gerry Rafferty (City To City) 1978


Aunque parezca increíble dada la calidad del músico del que hablamos, por diversos avatares en su trayectoria y además problemas legales con colegas varios, "City To City" es su segunda obra en solitario, un disco que vio la luz siete años después de su primer álbum (aunque eso sí, en medio realizó proyectos con un grupo y después...) 
Un disco que si obviamos el impacto de un tema como "Baker Street", que le hizo alcanzar números más que notables en las listas, se maneja de manera más que notable en un Folk Rock que puede deslizarse de uno u otro lado sin esfuerzo.
Lo que sí le da igual a Gerry Rafferty haga lo que haga, es modular esa voz aterciopelada que parece surgir de la nada y poco a poco llena el espacio, casi con miedo, como si no quisiera esta, pero que por contra a lo que parece ¡¡vaya si está!!
Un maldito parido en las entrañas de Escocia, una gran tierra en lo musical, con los toques clásicos de su formación Folk y los aprendizajes metidos ya en una década que le vio pasar sin apenas estar. Pero es lo que tiene que todo se te tuerza, que de vez en cuando estalla esa frustración que te impide hacer lo que amas y se entregan piezas como "City To City", un disco que se escucha sin esfuerzo, con una sensación de renovación que da gusto, la voz de Rafferty guiándote en cada momento y las Música envolviéndote, sean las guitarras, la sección rítmica muy al uso y arreglos de teclados que nunca desentonan.
Para no caer en la tentación de parecer un pope ecléctico y poseído por el don de la verdad absoluta (aunque lo mismo lo parezco y ni me estoy enterando, pero no es la intención) "City To City" es un disco bien compuesto, con una Música que intenta acoplarse a los tiempos que corrían y un autor interpretando lo que le tocaba tras el salto temporal en el que se encontró, que no debió ayudarle mucho para acometer la empresa.
Dicho esto, lo de siempre, a disfrutar y pillarle el gusto, o a pasar a otra cosa, que hay mucho y de todo.

SIDE ONE:  The ark;  Baker Street;  Right down the line;  City to City;  Stealin' Time
SIDE TWO:  Mattie's rag;  Whatever's written in your heart;  Home and dry;  Island;  Waiting for the day

De Vinilos y Otras Glorias MCMLXV

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Al Stewart (Zero She Flies) 1970


Disco de los que ponen en guardia desde la primera nota. Cuando vuelves a la portada y te empapas de lo que estás escuchando, siempre te puede venir (bueno a mí me viene, pero los frikis no contamos) esa sonrisa de los que nacimos décadas después de lo mejor y se nos dio a conocer antes de que todo se perdiera.
En el año setenta el señor Al Stewart iba bastante sobrado, especialmente como compositor, que al final es lo que queda cuando comienzas a ver pasar el tiempo, y en estas fechas se recreaba en creaciones que ponen los pelos de punta por lo buenas que son.
"Zero She Flies" es una de ellas, la tercera entrega del músico, al que se le incluía dentro del Folk pero que demuestra en sus canciones que puede muy bien estar en varios estilos, aunque ese aire intimista es muy clásico.
El comienzo de armónicas y percusiones básicas del disco en el tema "My Enemies Have Sweet Voices" es un compendio de esa manera tan particular de recrearse en la Música a través de su voz y las guitarras, especialmente éstas últimas que son la base de las canciones, apoyando a la voz del artista (el cual daba una especial importancia a las letras de su temas) o dibujando en ocasiones los sonidos sin nada más que el silencio que deja el acero cuando acaba de marcar una nota más.
Disco de autor, especial y sensible, preciosa manera de llegar hasta muy dentro, con la Música susurrando casi sin enterarte y la voz atrayéndote hacia sí con las historias envolviéndote. A pesar de muchas cosas, este tipo de discos perduran, porque sin fuegos artificiales de por medio siempre están en ese punto donde todo lo que suena tiene sentido, calidad y una emocionante manera de hacerte creer en lo que estás escuchando.
Estamos con lo de siempre, no es un tratado atemporal que figure en esas listas a las que te remiten cuando no saben muy bien cómo vender el producto, pero no hay espacio en el tiempo que acabe con discos así, porque son Música en estado puro, hecha con una calidad enorme y sin nada más (y nada menos, por supuesto) que lo que te llega.

Side 1:  My Enemies Have Sweet Voices;  A small fruit song;  Gethsemane, Again;  Burbling;  Electric Los Angeles Sunset
Side 2:  Manuscript;  Black Hill;  Anna;  Room of Roots;  Zero She Flies

De Vinilos y Otras Glorias MCMLXIV

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


John Martyn (One World) 1977


Otro de esos artistas que nunca fueron comprendidos en su totalidad. Otro de esos maravillosos creadores de sensaciones que exigían meterse en un mundo ajeno a la propia realidad, y eso, a pesar de los pesares, me resulta fascinante.
Con varios álbumes en su carrera, siguiendo la senda que él mismo se marcaba a la hora de crear, apareció este "One World" que daba un giro en su trayectoria, sin cambiar un ápice de concepto entre lo que se pretendía y lo que él deseaba expresar.
Momentos de instrumentalidad muy por encima de lo que tenía acostumbrado, un trovador como él que con su guitarra era capaz de arrancar sones al silencio y convertirlos en pequeñas gotas de esencia. Con este disco demuestra la capacidad compositiva en un conjunto de temas (no todos, porque el intimismo no lo pierde de ningún modo) que provocan cambios de ritmos y sugerentes maneras de soñar al son de su Música.
Acompañando los susurros con esa voz de llanto que nunca estalla, aullando al infinito lo que le daba la gana, más allá de su garganta y la guitarra, fiel compañera de todo lo que creaba, los músicos que le acompañan consiguen (y no era fácil con el concepto mental de Música que John Martyn amaba) trasladar la realidad a su mundo y hacernos entre todos sentir que algo surge desde lo más profundo de su mente para embaucarnos al escuchar.
Los temas pausados te mantienen como en un sueño, despertándote con los avisos de las palabras que entre cantadas y narradas por el autor nos llevan de una estación a otra. Inmensa "One World", casi suspendida en el aire sin miedo a caerse, tremendos los temas de ritmos cambiantes y búsqueda de tierras alejadas en el tiempo, como "Smiling Stranger", y sorprendentes en el ideario musical del creador hasta la fecha piezas como "Big Muff" que te lanza al vacío sin red. Un viaje sin retorno para terminar este gran disco dejándonos "Small Hours", y tras el sueño, la realidad de un despertar donde desees.
Para esos amantes de lo que nunca estará establecido, John Martyn es un buen bálsamo siempre, y su "One World" una manera muy especial de curar heridas al uso.

TEMAS (A SU CAER): Couldn't you more;  Certain Surprise;  Dancing;  Small Hours;  Dealer;  One World;  Smiling Stranger;  Big Muff

sábado, 18 de noviembre de 2017

The Snow Goose


De Vinilos y Otras Glorias MCMLXIII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Glenn Gould (Bach: The Goldberg Variations) 1955


De la misma manera que he defendido siempre la libertad musical, el universo de la Música sin esas fronteras que algunos (popes y no tanto, aunque serlo no es ningún mérito ni honor, según lo creo) se empeñan en crear y la posibilidad de creatividad allá donde la sensibilidad puede sentirla, me pasa igual con los estilos.
Los frikis me apasionan, sean de la época que sean y siempre entendiéndoles como genios que al margen de casi todo (o todo de manera absoluta) lo establecido, son capaces de crear lo que para la gran mayoría es imposible o simplemente una quimera.
Según qué épocas, estos genios se han derramado por entre las notas de manera maravillosa ofreciendo lo que nadie podía (o al menos hasta ese momento) hacer. El disco que nos acompaña en este espacio es la obra de un friki que demostró que algo casi inalcanzable por lo que suponía se podía hacer porque en su mente y sus manos estaba el poder hacerlo.
La Música clásica puede ser tan fácil como compleja, tan enigmática como cristalina, pero no todo el mundo en la era contemporánea es capaz de traducir lo que en siglos pasados llegó a ser parte de la vida cotidiana de la gente.
"The Goldberg Variations" de Bach (30 variaciones para ser exactos) se antojaban un inalcanzable reto para los músicos de formación clásica, por las dificultades que entrañaba realizarlas, tanto técnica como emocionalmente. Sin embargo, un friki de mitad de siglo, Glenn Gould, que siempre estuvo reñido con los cánones encorsetados de las normas y las leyes no escritas sobre la interpretación de esta Música, fue capaz de realizarlo, y de ahí al infinito no hubo nada más.
Claro que como buen friki tuvo detractores que querían colgarle de ahí y fieles seguidores que acababan de descubrir el lugar exacto donde descansaba el santo grial, y con ello estuvo hasta su muerte, pero la obra que le encumbró y que sigue siendo un referente, ya nadie podría quitársela nunca.
Si deseas descubrir lo que no está escrito, lánzate a la aventura, de no ser así, hasta la próxima entrada, si sigues por aquí.
Glenn Gould piano.

A:  The Goldberg Variation Part One
B:  The Goldberg Variation Part Two

Rockers


Música


Guarda el dinero para cuando vendas tu alma, comprarla de nuevo a cualquier mercader de emociones no será nada barato, porque lo que das con el sello de lo que no deseas es un caro deseo de ti mismo.

Música


Nunca elegí el momento ni el lugar, dejé que mi mente se despejara de los negros presagios que la atormentaban. 
Pensé que la fina lluvia traspasaría mi piel mientras lloraba por el negro azabache que cubría mi alma, y fue entonces cuando ella me encontró.
Me abrazó y en su regazo volví a creer que era posible sentir, que las sensaciones llenarían mis entrañas tanto tiempo después, que los susurros de las notas trasladadas desde el pentagrama me harían vivir.