domingo, 28 de agosto de 2011

Roy


Hot Cha



Algunas veces siento que me repito, pero ¡quién soy yo para llevar la contraria a mi alma!, sobre todo en esas cuestiones de emociones, sentimientos, que tanto domina, incluso sobre mi propia conciencia.
No puedo ir a contra corriente en esas cosas, por eso cuando paseo, cierro los ojos y sueño o miro sin ver algo, no es casualidad que si busco esa calma que tanto me falta me vengan a mi mente muchas melodías de Roy Buchanan, ese tipo con cara de abuelo bonachón y tímido que se subía a un escenario con su compañera para entregar sonidos imposibles que salían de seis cuerdas de acero caliente, muy caliente.
Las melodías de Roy las llevo grabadas a fuego en mi piel, mis entrañas, y ¡¡cómo no!! en mi alma, por eso ella tira de estas melodías cuando sabe que necesito eso, lo que la compañera de Roy acariciada por sus dedos entrega.

No sé las veces que me habré sentido mal, pero cuando vagas por caminos secundarios para que no te vean, los escenarios con miles de watios y masas enfervorecidas coreando tu nombre no son tu lugar, y en algunas ocasiones he sabido mucho de tugurios y horas indecentes perdido por ahí, por eso los dedos de Roy haciendo el amor con su "Telecaster" me sirven para saber el lugar por donde me encuentro más cómodo, a gusto conmigo mismo y mis sueños, ahora afortunadamente apenas son pesadillas, pero siguen sin ser sueños de grandes conciertos y masas que te adoran, sigo en los tugurios donde apenas se cabe y el músico te lo da todo porque no sabe si será la última actuación.
La primera vez que escuché la guitarra de Buchanan lloré, no estaba nada bien y era fácil que me llegara, que me atravesara el alma, se instaló en mi vida y el "Hot Cha" fue un sentimiento más que un tema, pero resulta que cuando estaba bastante bien escuchar esa pieza de museo también me hacía llorar, no será casualidad, quizás es más que una canción, es algo que traspasa la magia de las notas y se te mete por otro lado, es lo que tiene, si eres capaz de hacer el amor con una mujer y transmitirle a través de tus dedos lo que "Hot Cha" transmite a través de sus cuerdas de acero, la Música deja de serlo y se convierte en algo místico
.
La primera vez que vi a Roy sobre un escenario, en uno de esos conciertos rescatados de televisiones ajenas a este mundo en el que vivo (llámese país) no lloré, simplemente me desmoroné, porque esos dedos eran un todo con su rostro avejentado, la madera pegada a su pecho, el mástil y las cuerdas, la gorra y el pelo blanco. No es casualidad, es un músico por encima de la Música, era y es único en lo que hacía y lo será siempre, por eso mi alma lo recuerda, ella sabe mucho de mis sentimientos, mis emociones, la fibra y todo eso, de noches perdido por ahí, encontrado de nuevo, y en medio de todo la nada más absoluta con las melodías en mi cabeza, eso nunca falta, la Música me ha dado tanto que ni siquiera estando horriblemente mal puedo abandonarla, sería traicionar al universo, pero estando terriblemente bien tampoco lo hago, es una cuestión de agradecimiento, honestidad y sobre todo de amor, ese que la compañera de este guitarrista único me da tantas veces, eso sí, acariciada por esos dedos que parecen envolverla con el mimo y cuidado que se requiere para que un orgasmo intenso e infinito te recorra de arriba hacia abajo, el mismo que la hizo apoyarse sobre mi pecho cuando mis dedos llegaban a sus entrañas con los sones de ese "Hot Cha" convertido en tema de vida y no canción de adiós.
¡Qué lista es mi alma! sabe lo que necesito, lo que me viene, lo que... por eso me hace recordar las melodías de Roy, para que mi piel se erice y me encuentre en la gloria casi de manera permanente, o las tararee en cualquier tugurio con una cerveza en la mano, ahora sin querer vaciar mis tripas en el lavabo, ahora disfrutando de lo que este viejo bluesman me da cuando, a pesar de estar rodeado de gente, soy capaz de abstraerme y tararear cualquiera de sus temas.





Piel


Mientras la Música siga con nosotros, miraré tus ojos y escucharé una melodía, oleré tu cuerpo y sentiré las notas acariciar mis sentidos, tocaré tu piel y la magia de los temas eternos cubrirá mi cuerpo para ser uno contigo.

El Viejo Faro


Julia se sentó sobre una roca al borde del acantilado. A sus espaldas el faro, su viejo faro, la miraba y con su sombra la arropaba recordándole que los viejos amigos están siempre cerca vigilando y dispuestos a ofrecer su calor y su cobijo.
La neblina de la mañana había descendido y se había compactado sobre el agua dándole  la sensación de estar sentada en una montaña, con las nubes como alfombra. El faro era el único elemento que le indicaba que se encontraba junto al mar. Aspiró profundamente para llenarse del olor del salitre, mas las nubes no permitían que ese olor la llegara. Cerró los ojos dejando al sol acariciar su piel.
Hacía mucho tiempo, quizás demasiado, que no había vuelto a ese lugar y las cosas ya no eran igual que antes. Preguntó por él pero ya no estaba. “Will se ha ido”, le dijeron en el pueblo.
Había buscado la senda olvidada del faro simplemente porque el corazón le indicó el camino.
Se sentía extraña, había algo en el ambiente que no encajaba con el lugar. No sentía el rumor de las olas, ni el canto inconfundible de las gaviotas ni tan siquiera el sonido de las sirenas de los pesqueros trabajando fuera de la bahía.
Sacó un sobre con un trozo de papel del bolso, lo desdobló y leyó: “Deseo hacer realidad mis sueños más íntimos, esos que me llevan a un lugar apartado, sentados sobre una roca, a los pies del viejo faro, mirando el mar en calma, tú y yo, sin nadie más. ¿Cuántas veces te lo he dicho, cuántas noches me habré dormido con ese pensamiento a flor de piel…?”.

Guardó la carta, se quitó la chaqueta, hizo con ella una almohada y se tumbó sobre la roca, con las manos cruzadas, tapándole los ojos. La quietud la invitaba a abandonarse a las sensaciones que le llegaran y aceptó la invitación. Respiró tranquila, se relajó y dejó libre la mente abriendo la puerta de los sentidos.
Los rayos del sol acariciaban suavemente la piel de sus muslos desnudos e intentaban traspasar la fina tela de algodón del vestido que apenas cubría su cuerpo desde el pecho hasta los glúteos. Una ráfaga de aire tibio que se adentraba en tierra desde el mar besó su piel. Julia dobló las rodillas ofreciendo al aire sus piernas, sus muslos, el minúsculo trozo de tela de su ropa interior. El aire y el sol excitaban por igual la piel de Julia que, embriagada por el olor a eucalipto, sentía cómo su pecho se aceleraba, cómo su sexo latía ante la proximidad de un amante imaginario e invisible que le susurraba palabras de amor ininteligibles disfrazadas del sonido del agua que se aleja de la roca tras chocar con ella. Sus ojos cerrados dibujaron la silueta de su amigo tan querido que, acercándose a ella, depositaba un leve beso en sus labios entreabiertos. La lengua recorrió los labios y los saboreó recordando el sabor de la boca que anhelaba. Dejó resbalar las manos por su cara, por el contorno de su cuerpo, por los muslos ardientes desde el interior hasta llegar a los glúteos, las dejó reposar en la roca para que se llenaran del calor que había acumulado.

Un sueño relajante y sensual se apoderó de ella. En él la silueta de su amigo se transformaba en un cuerpo que respiraba a su lado, que le transmitía su calor, la acariciaba y aspiraba el olor de su pelo; en unos brazos que la rodeaban suavemente atrayéndola hacia sí impregnándola del olor y del deseo que lo llenaban. Los labios se detenían en su boca, la lengua se hacía hueco entre los labios y buscaba su calor, se llenaba con su sabor. Julia recibía los suspiros de su amante como un regalo que llegaban de muy lejos. Notó cómo una lágrima se escapaba y comenzaba a rodar por la mejilla al intuir los primeros versos de una poesía que la emocionó tiempo atrás.
Abrió los ojos ligeramente sobresaltada al sentir el roce de unos labios impidiendo que la lágrima continuara su camino. Su mirada se topó con unos ojos marrones que conocía muy bien en los que descubrió una sonrisa maravillosa. Volvió a cerrar los ojos, guardó esa imagen, abrazó a Will y lo besó tiernamente.

-Hola, estabas dormida. ¿Soñabas?
-Creo que si, que era un sueño.
-Espero haber sido yo el objeto de tus sueños.
-Quizás, respondió con una mueca picarona. Pero antes de soñarte, yo te sentí.

De pronto su cabeza se llenó de cosas que preguntar, cosas que contar, cosas que compartir. Un torbellino de energía la rodeó y la hizo ponerse en pié, pero unos brazos la rodearon, la abrazaron muy fuerte y la obligaron a serenarse.

-Vamos dentro, quiero enseñarte algo.

Tomó la mano de su amigo y se dejó conducir hasta la puerta del faro. La pintura azul brillaba, no había grietas en la madera, mostraba el mismo aspecto que ofrecía cuando, siendo niña, acudía cada verano a visitar a su abuelo. La puerta se abrió sin ruido y les mostró un interior de paredes blancas, muebles antiguos pero bien conservados y, al fondo, una cocina de la que se escapaba un intenso aroma a pan recién horneado.
Julia quiso decir algo pero Will selló sus labios con un gesto de su dedo y una mueca encantadora. La invitó a subir las escaleras que conducían al primer piso.
La planta, diáfana, recibía la luz del sol que se colaba por el hueco de la eterna escalera que parecía reptar hasta el cielo. Cerca de la ventana había un acogedor rincón lleno de jarapas de brillantes colores y cojines, una mesa baja donde reposaban varios objetos traídos de lugares remotos y una lámpara con una tulipa oscura. El resto de la estancia se componía de una cama, una antigua mesa recuperada de algún barco y distintos muebles que albergaban libros, discos, fotos, recuerdos…
Se dirigieron hacia la ventana y miraron hacia el mar de nubes que parecía no querer desvanecerse. Will se sentó en un cojín y le indicó a Julia que se sentara a su lado.

-Mira al fondo, sobre la balda verde.

Julia quedó un momento mirando al fondo. Sobre la balda de color verde esmeralda había un muñeco de trapo que ella misma cosió de forma tosca muchos años atrás. Todavía conservaba el parche en el ojo y el pañuelo en la cabeza: su niño pirata.

-¡Lo conservas! Te quiero, eres un amor.

Se miraron tranquila, profundamente. Buscaron en los ojos del otro lo que el corazón gritaba y los labios callaban. Julia acarició la mejilla de Will, la besó tiernamente, como una amiga besa a un amigo tras años de ausencia.
Tras ese primer beso sus labios buscaron la comisura de los labios de Will y se detuvo un momento. Los labios suaves, jugosos, tantas veces deseados, estaban dispuestos a recibirla. Los dibujó con la punta de la lengua. Aspiró el aliento masculino, se embriagó de él, de sus recuerdos, se dejó caer atrayendo hacia ella a su amigo y cerrando los ojos se ofreció a él.


El Viejo Faro (Extracto) 
Historia creada por "Clara"

De Vinilos y Otras Glorias CLXVIII

Una barbaridad de ese grupo que rompió todo lo que tenía que romper, pero esta animalada viene en formato "Pirata" con la cual que me he deleitado muchas veces.


The Allman Brothers Band (Statesboro Blues) 1970


Una auténtica barbaridad, una joya en estado puro por lo que históricamente representa, y si el sonido hubiera sido de excelente para arriba, posiblemente de los mejores discos de esta increíble y maravillosa banda creadora de uno de esos estilos que me han hecho soñar cuantas veces he querido.
De entrada la banda original, eso es, Duanne Allman y Dickey Betts a las guitarras, o lo que es lo mismo, uno de los más grandes dúos de seis cuerdas de la historia del Rock, que ya es decirlo casi todo, Gregg Allman a los teclados y esa voz única que le hace ser uno de los mejores cantantes de blues rock blancos de la historia. Berry Oakley al bajo, otro que parece que no está, pero ¡¡vaya si está!! simplemente abrumador. Para terminar el sexteto de una de las más grandes bandas del universo, Buch Tucks y Jaimoe a la batería, otro de los motivos de por qué eran tan buenos y especiales.
El disco es una burrada, un triple en directo en el año 1970, más concretamente el 4 de Abril en el "Ludlow's Garage" en Cincinati, y es simplemente el fiel reflejo de lo que la banda hacía en vivo, cuando la leyenda se estaba forjando y ningún productor tenía reaños a grabarles tal y como eran, porque eran simplemente únicos. ¡¡Cómo será la cosa, que el triple tiene siete canciones!! algo brutal, bestial y lo que se quiera decir, con un disco completo, el tercero, para "Mountain Jam" que la tienen que dividir en Pt. I y Pt. II, porque son 45' de una orgía musical realmente única (musical y de cualquier tipo, porque si me dan la oportunidad la monto)
Con sólo dos discos de estudio el desarrollo de los temas es evidente, y entre propios y clásicos se compone una obra excepcional, un documento único y la posibilidad de saber, al margen de leyendas y mitos, lo que eran cuando se subían a un escenario. La banda original no duró mucho, pero además de lo que dejó como discos grabados, en apenas tres años cimentó una fama que los convirtió en mitos, y evidentemente sus actuaciones en directo eran la base de todo lo que expresaban como músicos y hacían llegar al público.
The Allman Brothers Band fueron los creadores de muchas cosas, los pioneros de otras tantas y especialmente los que abrieron las puertas para que un montón de grupos y músicos excepcionales, leyendas a su vez del rock, siguieran el camino que estos tipos de Macon trazaron ¡¡¡y de qué manera!!!
En cuanto a la portada... pirata, de una época oscura en documentación, y pocas ganas de buscar, pues una demencial foto del grupo en otro momento y lugar, a finales de los 70, la contraportada al menos pone los créditos correctos. En fin, es lo que tiene el pirateo, pero pasando de fotos, la esencia y lo que contiene es algo mágico, casi místico, diría yo, jams eternas, solos infinitos, demostración de técnica, calidad, creatividad, en fin, ABB en estado más que puro, purísimo, sin interferencias discográficas ni chorradas de marketing.
A mí me apasiona, será que son ellos y en ese caso la fibra se me toca bastante fácilmente.

Cara A: Dreams (I'll Never See);  Statesboro Blues
Cara B: Trouble No More;  Dimples;  Every Hungry Woman
Cara C: Outkirts Of Town;  Hoochie Coochie Man
Cara D: In Memory Of Elizabeth Reed
Cara E: Mountain Jam Pt. I
Cara F: Mountain Jam Pt. II


viernes, 26 de agosto de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CLXVII

Un viejo conocido de tardes eternas disfrutando Música en lo que fue una aventura entre delicados momentos emocionales, pero es lo que tienen los genios, que...


Richard Betts (Highway Call) 1974


Una de las leyendas con nombre propio del Rock Sureño, guitarrista genial y sublime compositor, el gran Dickey Betts en su primer trabajo en solitario.
Circulaban tiempos malos para The Allman Brothers, todos a la gresca después de lanzar el mítico "Brothers And Sisters" y a medio camino entre el grupo y los proyectos personales Betts se embarcó en esta su primera aventura, cambiándose el nombre por Richard Betts, supongo que para desligarse de la historia ABB (original sí que estuvo, sí) para realizar un disco de puro country, que con unas gotas más poderosas de rock ya dejó entrever en sus composiciones del "Brothers And Sisters". Aquí deja el lado duro y se dedica al country tal cual, rodeado de un elenco de músicos de este estilo además de algunos tremendos musicazos, que eran capaz de hacer cualquier tipo de Música, por otra parte, como el gran Chuck Leavell al piano, David Walshaw en la batería, Johnny Sandlin en las guitarras, bajo o John Hughey en la steel guitar. Dickey Betts se encarga ¡¡cómo no!! de las guitarras, voz solista, dobro y la producción del disco.
No es ni por asomo el mejor álbum en la carrera de este impresionante, genial y legendario músico (claro que es poner el listón muy alto siendo quien es) pero la época convulsa en la que se desarrolló, los problemas que tuvo y lo que rodeó la grabación hacen de este disco un toque de valentía en un Betts que se atrevió con lo que muchos ni de lejos soñarían, hacer un muy buen disco de country con temas compuestos por él y demostrar su talento más allá de los estilos.
A mí me encanta por el sonido, porque los músicos son buenísimos y porque los temas no desmerecen en absoluto de lo que pretenden, y si además los 35'28'' que dura están adornados con algunos temazos como esa country jam que es "Hand Picked" 14'20'' de auténtico desmadre genuino o la preciosa "Highway Call" y otra típica de sonido country como "Let Nature Sing" pues el disco se escucha pero que muy a gusto.
La portada presenta a un Dickey Betts sonriente, con un cigarrillo en la boca y su guitarra acústica en las manos, como enmarcado en una foto de familia, y la contraportada los créditos y fotos de todos los componentes e invitados al disco.
"Highway Call" es un precioso disco de country creado por uno de los más grandes, si no fuera por eso seguro que tendría incluso más valor, pero fue su primera vez al margen de todo y de todos, y lo que sí demostró es que es y será un músico por encima de todo lo demás. Un genio, simplemente, Dickey Betts.

Cara A: Long Time Gone;  Rain;  Highway Call;  Let Nature Sing
Cara B: Hand Picked;  Kissimmee Kid

De Vinilos y Otras Glorias CLXVI

Algo que no es un clásico porque los hados del destino no lo han querido así, de modo que yo lo transformo en eso y nos quedamos tan contentos.


Point Blank (Second Season) 1977


Que me apasiona el Rock Sureño los chiquicientos mil seguidores de "Paseando por los Sueños" (menos lobos caperucita) ya lo deben saber, que dentro de ese maravilloso estilo siento debilidad por ciertos grupos que aún no sé cómo no llegaron más allá, es harina de otro costal, por ello me he traído a uno de los grupos que adoro y en especial este disco que me vuelve loco.
Point Blank hizo unos discos fantásticos, quizás se dulcificó un poco a partir de este "Second Season", pero el ya comentado y su primer LP deberían, si es que no lo son, ser parte de la historia del Rock Sureño con mayúsculas, porque son pura dinamita.
Su segundo vinilo es la madurez y estabilidad del grupo, un disco impresionante, con unos temas increíbles de puro rock y una banda en un estado de forma simplemente genial. Esta banda de Texas, a la sombra siempre de mega grupos de la zona, creó esta maravilla con la formación original, que a mi modo de ver fue de largo la mejor, con dos guitarras que se alternaban los salvajes solos tan de ellos, Rusty Burns y Kim Davis, memorables a los coros y simplemente mágicos tanto en los riffs pesados de sus temas duros como en los punteos tan "sureños"; John O'Daniel como voz solista, un registro enorme, tanto en las salvajadas que salían de su garganta como en las melodías de las baladas, donde cambiaba de registro de forma magistral. Philip Petty al bajo y Peter Gruen a la batería conformaban una base rítmica potente, sólida y genial donde las guitarras podían descansar haciendo lo que les daba la gana.
El disco son 40'05'' de puro Rock, sureño, eso sí, con algún desliz de Blues pero con una potencia que alucina, temas tremendos, algunos himnos del grupo, y sobre todo mucho más elaborado que el primero, conformando una auténtica joya del Rock Sureño con mayúsculas.
"Part Time Lover" es una exhibición de guitarras acústicas y eléctricas en una cabalgada sin final, una entrada a lo grande, que da paso a dos temas de puro rock, armónicas incluidas y solos alternando "Back In The Alley" y "Rock'N'Roll Hideaway"; el tema de los temas del grupo, "Stars And Scars", 8'17'' de pura magia, acústicas, eléctricas, arpegios, solos increíbles, su tema estrella.
La cara B abre con una preciosa versión de un temazo de Bob Seger, el "Beautiful Loser", maravilloso, y la voz, sublime, para seguir con una piedra de dureza y dobles guitarras, "Uncle Ned", alucinante; "Tattooed Lady" y "Nasty Notions" son Rock Sureño de pura cepa, guitarras asesinas, la voz desgarrada, ritmos cortados y poderosa base, para terminar con una belleza exquisita, la balada "Waiting For A Change", donde el grupo parece transformarse para recrear una preciosidad donde todo encaja de manera increíble, pero de nuevo la combinación de acústicas y eléctricas es monumental, con esa voz y los coros de alucinar.
"Second Season", para el que suscribe, que ama este tipo de Música, una joya del Rock Sureño, quizás demasiado olvidada o quizás demasiado al margen de muchas cosas, pero realmente un disco maravilloso, genial y con unos temas para no olvidar nunca.




Slowhands


Layla


Llegó a través de mi querido Pedro la noticia de su pérdida, no era consciente de que la vida sigue su curso y ya se va cobrando los momentos que decidimos hacer eternos a costa de demasiadas cosas, por eso salí a la calle, puse mis auriculares y apreté ese "play" que me lleva lejos de este mundo.
No tuve que buscar mucho, demasiadas cosas en común con esas notas que en su día nos unían en la mañana, la tarde y muchas noches en vela, en vela por no dormir llorando la tristeza de estar vivos, llorando la alegría por poder estar, simplemente estar, y ahora... sólo puedo llorar yo, porque ya no compartiremos lo que nos unía, a pesar de años sin vernos, a pesar de e-mails sin respuesta, a pesar de todos los pesares.

Suena "Layla", esa guitarra maldita que se dobla con otro maldito, siempre dijimos que E.C. se llevaba a muchos por delante, ¿gafe? ¿maldito? simplemente el destino, clamábamos al viento, y seguíamos escuchando a "Manos Lentas" con ese solo salvaje, esa voz desgarrada, llevándose la mujer de otro, la vida de otros, la suya propia no pudo llevársela, y le doblaba Duanne con esa "Les Paul" que tú sí sabías identificar, el solo por encima del solo, los sones desgarradores de un tema épico, y luego, hacia el límite, jugándonosla de nuevo, a una carta, el "As de Oros" y de nuevo ganador, con los sones de "Badge" arrasando los oídos, "Presence Of The Lord" nos resultaba irónica, no había Señor para nosotros, éramos nuestros dueños, tú en mi regazo, yo sobre tu pecho, sin palabras de mañana, sin promesas para cumplir, sin nada más por hacer.

Ese maldito "play" me trae los sonidos de demasiadas cosas, la lluvia no va a parar, no quiero que lo haga, deseo que moje mi rostro, como cuando nos dejábamos hacer en los callejones con esa Stratocaster negra que era nuestro brazo compartido con el otro, ese susurro de E.C. después de llevarse otro cadáver al otro lado, porque tú y yo estábamos allí, ¡¡joder, cómo amabas a este tío!! "Watch Out For Lucy" te ponía las pilas, y de qué manera, tomabas mi rostro y en ese instante sentir tus labios al son de esa guitarra me alucinaba, no podías parar, hasta que llegaba "Wonderful Tonight", olías a ti de una manera especial, nunca has olido así, con esa sensación de desprenderte de tu alma, de tu esencia, de la intimidad que te salía a borbotones, tú misma me lo decías, "Querido, nunca me he excitado tanto como escuchando esos temas contigo, a la luz de la Luna, en tu cuarto, a la orilla del lago..." y debe ser así, nunca estuve en tu intimidad, sólo estuve en tu alma a través de la Música, de E.C., ¿sólo? quizás fui el único que te amó sin saberlo, pero ahora estoy solo, en la barra de un bar haciendo como que escucho a la camarera, pero no es posible, sólo te escucho a ti cantando a dúo con "Slowhands", ¡qué voz tenías!, tan maravillosa, tan sensual, un susurro en la oscuridad, Marcy Levy nunca hubiera dicho que no, menudo dueto a espaldas de Eric, las dos haciendo los coros, o haciendo el amor junto a la batería, con un micro y vuestros labios.

Los auriculares me traen demasiadas cosas, y ese tipo que enfermó de ego pero que es un genio me trae tu imagen, sobre mi cama, escuchando "Layla", una vez más, otro solo, el piano desmadrado, los ojos inyectados de pasión, tus manos buscándote, la Música, nuestro común hilo, el que nunca ha sabido nadie, ni siquiera... 
Eric Clapton hoy toca para ti, no puede ser de otra manera, es un genio y sólo lo hace para quien es genial, y tú, querida, eres y serás por siempre genial.

Tal Como Son
















Genesis



Hubo un tiempo en el que los árboles eran inmensos, los animales campaban a sus anchas por todo el orbe, y junto a ellos otro animal, quizás un poco diferente, quizás un poco más racional, que compartía las ganas de vivir y de gozar de lo que le rodeaba.
Hubo un tiempo en el que todo era azul, gris, rojizo, pero nada turbaba la armonía entre los seres, en el que la muerte y la vida eran una sucesión de acontecimientos naturales, venidos por la propia marcha de los tiempos, llegados por el discurrir inexorable de las épocas.
Hubo un tiempo en el cual los sonidos de la Naturaleza se erigían como los instrumentos que llenaban el silencio, y todo era un alarde de armonías que hacían vivir los momentos, las épocas, los siglos...
Pero llegó el tiempo en el cual el hombre dejó de ser un animal un poco diferente, un poco más racional, y fue convirtiéndose en el Ser, en todo “razón”, en el dominador absoluto basándose en su poder para pensar, en ese poder que nunca utilizó para mantener la armonía, la quietud, para llenar el silencio, y llegó el tiempo de la oscuridad, de las brumas, de los desastres, en los que el hombre seguía queriendo demostrar que el silencio ha de destrozarse con los sonidos asonantes, con los estruendos de los “sinsentidos”, con las voces que gritan, con los oídos que no escuchan... y consiguió llenarlo todo de la nada, de lo negro, de lo absurdo, de él mismo, supremo príncipe de las tinieblas, único destructor de vida, de belleza, de frases bellas, de palabras hermosas, único superviviente de su propia miseria, de su propio vómito, de su propia esencia...
Me presenté en una época de tránsito, cuando cansados de destruirse entre sí hicieron un parón (escaso, fugaz, insuficiente) en sus ansias por destruirse y destruir, y salvo “focos” aislados de sangre y muerte, buscaban formas de comunicarse, de interpretar los sueños, de llegar a entenderse a través del aire, de las notas, y nacieron los juglares, enemigos de la tristeza o inevitablemente unidos a ella, y quisieron llevar su vida por senderos de notas, de pentagramas escritos o creados sólo en su imaginación desbordante, queriendo alcanzar el infinito, queriendo tocar la nada.
Llegué en un momento de transición, y me impregné de los ecos de estos autores de sueños, y deseché a los imitadores, y barrí de la faz de la tierra a los que pretendían ensuciar con su basura camuflada la obra de los auténticos, y viajé con ellos a través de la tierra de los sueños, y floté elevado por la magia de sus creaciones, hasta el infinito, hasta donde nadie llega, empapándome de vida, calándome hasta los huesos de sensaciones, perdiéndome en las esquinas de los suburbios, simplemente escuchándoles.
Hubo un tiempo, en el que me presenté, donde el ser humano decidió sacar algo de su “razón”, ser un ser racional, ser un ser, ser... para llenar espacios, para rasgar silencios, para temblar almas, quiso dar sentido a la evolución, quiso mantenerse en la pirámide de la vida, no duró mucho, no fue eterno, no pudo crearse algo en el infinito, pero fue, existió, llenó, dio sentido a muchos negros momentos, y dejó un rastro de vida que difícilmente podrá volver a ser tan sublime

De Vinilos y Otras Glorias CLXV

Algunos los llaman "No Oficiales", a mí me encanta lo de "Piratas"; en una época en la que mi acceso al vinilo era limitado por vivir donde vivía, estas piezas de museo llenaron mi colección y me hicieron conocer otra cara de mis genios.


Eric Clapton (American Tour '78) 1978


De entrada decir que este vinilo pirata (me encanta la palabreja) suena más que decente, o sea, bastante bien, lo cual es de agradecer, que en el caso del que suscribe se trata de un disco de vinilo azul, entre transparente y opaco y corresponde al concierto que E.C. dio el 11/02/1978 en Santa Mónica, USA. 
Aún en la gira por los USA y Canadá de un gran trabajo de estudio, el "Slowhand" (siempre hablando de esta época en solitario tras lo que fue y pudo dejar de ser) el disco representa al Clapton más genuino, con una pedazo de banda de músicos solventes y profesionales, esos "músicos de banda" que a los genios les apasionaban porque te sacaban de cualquier apuro y estaban al servicio de él. Aparte E.C., Carl Radle al bajo, George Terry como segundo guitarra, Jamie Oldaker a la batería, Dick Sims en los teclados y la maravillosa voz de Marcy Levy en los coros y la percusión (siempre me ha encantado esta mujer, ha estado con los más grandes y ha vivido de todo, una vocalista excepcional) por supuesto la guitarra y la voz solista del gran E.C. cerraban este gran grupo que en directo se marcaban conciertos sin excesos, sin florituras pero de puro blues, rock, y lo que les echaran.
En este disco, el que se dedicó a seleccionar los temas parece que pretendía hacer un recorrido por todas las etapas de Eric Clapton como Músico, porque falta muy poquito, la verdad.
La cara A comienza con una tremenda versión a ritmo de reggae (¡quién se lo iba a decir a su creador!) del "Knockin' On Heaven's Door" de Dylan, preciosa y curiosa, con un riff que te hace mover las piernas quieras o no, para continuar con un poco del último estudio, "Lay Down Sally" y "Next Time You See Her", pegadizas y muy para directo, animando al personal; termina con otra pedazo de versión, el "Cocaine" de J.J. Cale, con un toque Clapton absolutamente genial.
La cara B se desmelena, con ese himno de Cream que es "Badge", en una versión para que E.C. se luzca, un temazo eterno; "Sign Languaje" es otro de Dylan pasado por las manos del genio, quedando una versión preciosa de un tema maravilloso, pero es que la voz de Marcy le da un toque sensual realmente bellísimo. Para terminar, la traca, esas canciones que a uno le convierten en mito, si no lo era ya, "Layla" desmelenada, salvaje, sin más comentarios que ponerse en pie y escucharla.
"American Tour '78" no es más de lo que pretende, un disco pirata de uno de los más grandes artistas, en una época que iba acabando con lo mejor de lo mejor que ha hecho, un concierto tremendo con una banda realmente buena, 46'06'' de puro Blues Rock, R'N'B y ese toque magistral que E.C. cuando estaba en forma ponía por ser quien era.
La portada, como la mayoría de estos piratas, ¡¡para verla!! una foto de E.C.con tirantes y una chapa del "Slowhand", hortera total, eso sí su Stratocaster negra, preciosa.

jueves, 25 de agosto de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CLXIV

Lo de los egos chocando ha traído rápidamente a mi memoria algo a su vez memorable, que también pudo ser y quedó en una joya y nada más, pero las joyas hay que disfrutarlas así es que...


Blind Faith (Blind Faith) 1969


Si hablamos de mega grupos intentando hacer historia y quedándose en el intento, posiblemente Blind Faith se lleve la palma, porque lo que intentaron estos cuatro animales, todos ellos genios sin discusión y mitos y leyendas de la Música fue crear lo más de lo más, pero de nuevo esos egos que se van subiendo unos encima de otros dejaron con las ganas al personal, o como suelo decir, dieron lo que tenían que dar, que nunca se sabe.
El grupo simplemente mítico, Eric Clapton a las guitarras y voz, uno de los más grandes, recién abandonada la nave Cream y antes de hundirse en todos los infiernos del mundo. Steve Winwood, el niño prodigio de la Música británica, un talento ya maduro pero sin límites, encargándose de los teclados, guitarras y voces, algo genial. Ginger Baker, para la historia uno de los más grandes baterías y en esa época el batería, sin más, también recién desembarcado de Cream y aportando talento a los timbales, además de componer un auténtico temazo. Ric Grech, componente de otro mito, Family, bajista, violín y voces, otro de los más grandes músicos del momento y un tipo con una sensibilidad muy especial.
Nada que decir, el grupo algo único, una leyenda, el disco una joya del Blues, R'N'b, rock... la verdad es que todo está tocado y todo está bien, es el puente entre muchos estilos y los temas santo y seña de lo que se fue haciendo poco después.
Seis canciones, cuatro en la cara A y dos en la B, 42'12'' de auténtica magia para los sentidos, se zambullen en lo que hacen y te lo transmiten, cada tema es algo que brilla por sí mismo, en conjunto te deja aplastado, una verdadera obra de arte. "Had To Cry Today" abre el disco, un himno pesado, tremendo, riffs y solos alternándose los 8'48'' que dura, la base rítmica te machaca, una monumental canción. "Can't Find My Way Home" deliciosa y rítmica canción, melodiosa, con las acústicas saludándote y el resto envolviéndote, teclados y base. "Well All Right" me vuelve loco, casi un tema en riff de reggae con los coros maravillosos y cambio brutal al final para el solo del piano, la batería marca lo que quiere, ¡pero qué bestia! Para terminar la cara "Presence Of The Lord", con un Clapton místico, la voz como del más allá, pausada y tranquila en su primera parte con el "Hammond" susurrando hasta que de pronto el cambio te pilla y te lleva donde sea, un tema legendario.
La cara B no tiene por donde pillarla, los 5'22'' de "Sea Of Joy" juegan a todo, "Hammond" melodioso, guitarras en arpegios, base sencilla y suave, cambio, más cambio, ese solo de violín precioso... voces arriba. Claro que para el final dejan la bestialidad creada por Baker, "Do What You Like" 15'20'' de tema que es un compendio de todos los estilos que estos cuatro monstruos dominaban, simplemente un tema para soñar, Música en estado tan puro que abruma, con solos mágicos y ritmos alucinantes.
La portada, como el grupo y el disco, mítica, en álbum una adolescente desnuda (según parece la hija de Ginger Baker) con un avión en la mano ¿signo fálico? pues como todo y como tengas la cabeza en esos momentos, sin créditos ni letras, superpuesta la foto en un campo. El interior las letras y dos fotos del grupo posando de lo más insulsos.
"Blind Faith" una joya que hay que escuchar, sin más, después, pues cada uno a lo suyo, como siempre.

De Vinilos y Otras Glorias CLXIII

Algo mítico pero efímero (como tantas cosas) ¿choque de egos? quizás, o simplemente incompatibilidad de caracteres... musicales, no sé...


Beck, Bogert & Appice (Beck, Bogert & Appice) 1973


Algo que pudo ser grande, inmenso, genial por el talento de los tres componentes del grupo, pero que se quedó en este disco y uno que salió con posterioridad de su gira por Japón, algo que por desgracia era demasiado común en la época, o por suerte, que nunca se sabe.
De todas maneras este grandísimo disco es una joyita porque los tres músicos eran mucho y en una época en la que se encontraban en plena forma, así es que salió lo que salió.
Jeff Beck a la guitarra, uno de los más grandes de la historia, brutal a la hora de manejarla tanto en riffs de ritmos acelerados como en los punteos que repite sin cesar a lo largo de todo el disco. Tim Bogert al bajo y voces, un excepcional músico que venía de bandas señeras, un instrumentista que a la vez usaba las cuatro cuerdas como un solista más. Carmine Appice en la batería y voz solista, uno de mis favoritos, me entusiasma su manera de tocar, con esa sensibilidad cuando lo desea y esa barbaridad pegando cuando se le requiere, además de cantar con una voz que se te mete por donde quiere, todo un crack.
Evidentemente con estos mimbres se podía hacer cualquier cosa, y realmente el disco es maravilloso, un poderoso trío de Blues Rock y en ocasiones Hard en estado salvaje, que deja su impronta cuando atacan cada tema. La versión descarnada del "Superstition" de S. Wonder es bestial, con continuos contra ritmos y cambios salvajes, "Lady" es un paseo Hard con los tres lanzados, Beck en plan "me lo como todo" y los otros dos sin pausa, alternando temas suaves y preciosos, "Oh To Love you" es una muestra de balada exquisita, con otros que aporta el gran Don Nix, productor del disco, "Black Cat Woman" (blues rock puro y del bueno) y "Sweet Sweet Surrender", preciosa, una delicia. Otra cabalgada de los tres en actitud solista "Why Should I Care", más contra ritmos (eso tan difícil) y solos de los tres en "Lose Myself With You", más ritmo desenfrenado en "Livin' Alone" y otra versión maravillosa de un temazo del gran Curtis Mayfield, "I'm So Proud", para soñar.
El disco es una joya, porque la calidad es brutal, los tres están que se salen, y como son tan buenos, parecen uno solo escuchando tres solistas a la vez, ¡casi nada!
Para amantes de la Música exquisita, escuchar en cualquier situación y degustar temas fantásticos desarrollados de una manera maravillosa, con esto y las ganas, sale perfecto.


De Vinilos y Otras Glorias CLXII

De la maravillosa parte de extrañas y geniales cosas que desprenden Música, una joya por lo que representa y de la manera que surgió, que todo cuenta.


The Marshall Tucker Band (Way Out West! Live From San Francico 1973) 1973


Se me va a ver el plumero, pues seguro que sí, pero ¡qué se le va a hacer! intentando no traer a este "Paseo por los Sueños" esas piezas que prácticamente todos conocen, rebusco entre lo que me apasiona, y aunque debo dejar lo más de lo más de mis ídolos supremos, lo que ya no es tan habitual empezaré a acercarlo, porque creo que merece la pena.
Del empeño (¡bendito seas, Doug!) de la voz de toda la vida de la MTB, el gran Doug Gray, han salido grabaciones en vivo inéditas de este grupo que fue magia pura y una leyenda del Rock Sureño, y aunque todas, dada la calidad del grupo, son maravillosas, esta me toca la fibra por lo que significa (quizás lleguen las otras algún día) el grupo en el año de su presentación, con un sólo LP editado "The Marshall Tucker Band", y a punto de sacar a la luz su segunda obra, el genial "A New Life".
No se puede pedir algo más auténtico, la banda original meses después de nacer discográficamente, en directo... una auténtica orgía para mis sentidos, y supongo que para los amantes de este maravilloso y único grupo. Tommy Caldwell al bajo, Toy Caldwell a la guitarra, steel y voz, George McCorkle a la guitarra, Paul Riddle batería, Jerry Eubanks saxo y flauta, Doug Gray voz. Un sexteto simplemente mítico, legendario en el Rock Sureño y en la Música americana en general, en estado más que puro, cuando aún tenían que demostrarlo todo, pero es que ya en esta grabación lo demuestran casi todo.
Ocho temas que nos dejan 55' de magia, Música con mayúsculas, pura seda de un grupazo que mientras duró (para mí fueron diez años, aunque Gray se empeñe en llevar la cosa más allá) fue uno de los estandartes de esa corriente que comenzaba a engancharse tras la línea trazada por los Allman Brothers y daba genios como estos.
El disco es la esencia de lo que la MTB era en directo, desarrollos de temas en jams inmensas, la tremenda y compacta sensación de sonido que daban y entre ellos los solistas haciendo lo que querían, sobre todo ese mago único que era Toy, uno de los más grandes guitarras sureños de la historia. El primer disco desarrollado a gusto, con un tema del aún inédito segundo, temazos que ellos llevaban más allá, como las brutales versiones de "Take The Highway" 8'11'', "Can't You See" 6'29'' cantada por Toy, "Everyday (I Have The Blues)" 13'59'', la única que no es del grupo donde Toy canta de nuevo y se desmelena con la guitarra hasta el infinito y ese final apoteósico que es "24 Hours At A Time" 8'28'', su himno y la ocasión para el lucimiento de toda la banda.
El resto de los temas para soñar, "Hillbilly Band", "Another Cruel Love", "See You Lather, I'm Gone" algo vaquero para recordar orígenes y esa cabalgada brutal que es "Ramblin" 5'50'', en la que Doug Gray se pasa tres pueblos.
Sencillamente impresionante, una joya por lo que significa y muestra, pero es que además es tremendo, porque MTB lo eran, un grupo único, genial, maravilloso, unos músicos simplemente geniales que como banda sonaban como uno, y luego... un documento precioso de una banda inigualable.
No voy a decir más, ¡¡para qué!! si te gusta el Rock Sureño, imprescindible, si te gusta The Marshall Tucker Band, imprescindible, si te gusta la Música... tú verás.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Animal De Rock'N'Roll


Heroin


No puedo ni quiero dejar de pensar en las épocas convulsas de mi vida. Me ayudan a saber cómo fui, de dónde vengo y en mayor medida por qué estoy aquí.
La Música se instaló en mi alma hace demasiado tiempo y es lo único que me queda de cualquiera de mis andanzas por esos lados oscuros, grises o relucientes como el Sol, que de todo hay y es la única que puede contar cada instante, sea del color que sea.
Ahora paseo con mi alma inquieta, no por nada, sino porque siempre la llevo inquieta, soy así, ¡qué le vamos a hacer! y de vez en cuando me agrada recordar esos pasajes oscuros de mi alma, no por revolcarme en el barro, para eso me levanto cada mañana a las toneladas de basura que me esperan, sino para evitarlos, dar un pequeño rodeo y seguir mi camino.

Serán las leyendas urbanas, los mitos o lo que uno quiere creerse, pero cuando todo eso se me echa encima, las notas de viejos temas de un tipo que anduvo más en el filo que yo me envuelven y de forma  inconsciente (o no, que de eso la mente sabe mucho) "Heroin" se hace eterna, con sus minutos largos de esa maravilla de versión del "Rock'N'Roll Animal".
Lou Reed me recuerda al cuero negro, gafas oscuras, humo hasta no ver nada y por supuesto rock'n'roll, puro rock'n'roll, ese de los callejones perdidos, de los perdedores y buscadores de redención eternos, como fui hace demasiado tiempo. No es casual, es un tema eterno, mítico, pero más allá de la leyenda y el por qué de la censura en este nuestro (lo que sea) país es pura Música, un tema redondo, un vocalista único en ese registro y una banda que simplemente se salía.

Amé el rock'n'roll con ese "Animal..." llamado Lou Reed, con esos discos en directo donde cantaba leyendas urbanas que vivían debajo del asfalto, paseé al borde del abismo y en el lado oscuro de la calle tarareando cualquier noche bajo una farola lo que nunca podía llegar a ser, yo no podía subir a un escenario, pero me hubiera gustado vomitar al viento lo que sentía con un micro en la mano, y la rabia de Lou Reed haciéndolo me llegaba al alma; nunca le he pedido más que rock'n'roll, pero ese, el que hablaba a través de la Música de otro mundo donde cada uno es quien no quiere ser, para engañarse a sí mismo o engañar a las sombras que se alargan cuando el Sol se oculta.
Incluso la grosera "Sweet Jane" es dura cuando las guitarras te arrastran con esa introducción que es para irse de este mundo, ¡¡¡qué banda dios, qué banda!!! hacían gasolina de agua de cloaca, por eso nací al rock'n'roll con ellos, y con esos temas que el tipo perdido en su miseria y su ciudad hace tan bien. La primera vez que paseé por New York City lloré de emoción recordando esas aceras pateadas por los personajes de los temas de Lou Reed, ya libre de demasiadas cosas, apurando la vida para llenarme de Música, de alma y de mucho más que el rock'n'roll, pero en aquellos días era así, por eso esa obra magna que es el "Berlín" sólo se puede escuchar cuando estás realmente bien, porque sino te puede arrastrar la corriente, y eso en la esquina de cualquier avenida puede valer, escondido tras los cubos de basura, pero paseando por la vida sin lados oscuros es peligroso, demasiado.

Lou Reed no escribe rock'n'roll, es rock'n'roll, quizás ya no llega como llegaba, pero al menos hizo lo que muchos, demasiados, dijeron y no se atrevieron, por eso NYC rezuma a sus temas en muchas esquinas, por eso "Heroin" es un temazo de proporciones épicas, por sí mismo, por esa versión demencial de cinco iluminados metidos a músicos y por lo que dice, que dice demasiado para ser un simple tema de Música, pero es que quizás sea eso, que es un tema de Música, algo más que sonidos al viento.
No hay mucho donde elegir, la vida te marca y luego tú marcas lo que puedes, y esos temas de momentos de llantos y después de orgasmos sensoriales me han marcado el alma, "Heroin" es una mueca, "Rock'N'Roll" otra, "Sweet Jane", "Berlín"... no me hace falta volver a llorar, ni a sentir cómo la mierda me cubre, ahora, estando con ganas de comerme el mundo me recuerdan lo que fui y no debió ser, y eso es un lujo que no todos pueden darme, algunos creadores, rockeros impenitentes y de vuelta de todo sí, por eso es Lou Reed, vive en NYC y adora el rock'n'roll.


lunes, 22 de agosto de 2011

El Hilo Invisible (Eso de lo que Tú y yo sabemos tanto...)


Es un buen momento, no puedo robarle mucho tiempo al espacio, estoy en horario lectivo (la semana y todas esas cosas) pero estoy bien, relajado, tranquilo, sereno incluso. Será porque a través de muchas cosas que es una sola me siento muy cercano a ti, escucho la grabación de tu sobrino, y mi mente se ha calmado, no intento hacer nada más, está bien como está, fuera el mundo gira, sin mí creo, "Down By The Sally Garden" es una excusa perfecta para soñarte, quizás para sentir que tú también lo sientes, a pesar de tantas cosas, ellos llegaron décadas después y se han fundido con mi alma esta noche, ¿casualidad? no lo creo, siempre he sido un visionario, un soñador, un ser que busca sin encontrarlo, por eso no es casualidad que mi alma se sienta tan a gusto escuchando esta grabación tan cercana, a pesar de... no saber quién soy por momentos y saber quién eres siempre, por eso tu mesa tenía este título, y tus sueños eran más allá de una simple ceremonia, por eso ahora llegan a mí estos sonidos, algo que no se puede describir, sólo sentir. ¿Casualidad? no es posible en los sentimientos, no puede ser en la magia, no si se viste de seda todo lo que nos envuelve y nos lleva hasta donde sólo podemos estar tú y yo. No existen los momentos casuales en lo místico, querida, sólo existe...

Duerme, descansa, sueña, quizás esté a tu lado cuando amanezca, simplemente hay que creer en la magia.



"Down By The Sally Gardens" Irish Song


It was down by the Sally Gardens, my love and I did meet.
She crossed the Sally Gardens with little snow-white feet.
She bid me take love easy, as the leaves grow on the tree,
But I was young and foolish, and with her did not agree.

In a field down by the river, my love and I did stand
And on my leaning shoulder, she laid her snow-white hand.
She bid me take life easy , as the grass grows on the weirs
But I was young and foolish, and now am full of tears.

Down by the Sally Gardens, my love and I did meet.
She crossed the Sally Gardens with little snow-white feet.
She bid me take love easy, as the leaves grow on the tree,
But I was young and foolish, and with her did not agree.