domingo, 27 de noviembre de 2016

Surcos del Siglo XXI - 265

Como algunos se empeñan en no cambiar, y además son muy buenos, da gusto volver a ellos de vez en cuando.


Yo La Tengo (Fade) 2013


Treinta años desgranando sonidos y aún se pueden sacar muchos momentos de placer escuchando un trabajo de Yo La Tengo.
Quizás (entiendo a los puristas y los que crean en "sólo la primera canción de la primera cara del disco...") mi debilidad por el grupo me hace ser un poco menos objetivo de lo normal, y evidentemente no voy a pensar que "Fade" sea la obra maestra de la banda, pero lo que sí creo como amante de los sonidos (al margen de grupos y músicos) es que el disco sigue la senda de calidad que siempre ha caracterizado al grupo, y en conjunto es una más que buena obra de Música.
Olvidemos los nuevos grupos de la segunda parte de la década de los ochenta que se encuadraban en esa etiqueta horrible llamada... pues eso, porque treinta años después no tiene sentido; lo real es que el disco de Yo La Tengo sigue entregando Rock en cantidades importantes, con unos temas compuestos con calidad y un toque de sensibilidad precioso, y la interpretación magistral de los tres músicos que siguen al pie del cañón con la calma que han hecho suya a lo largo de los años.
No escatiman en dejar los temas que permiten un desarrollo musical de infinitas posibilidades, como la preciosa entrada "Ohm" y el final de la obra, un temazo que me encanta "Before We Run", donde vuelven a demostrar que en esos ritmos que pueden acortarse o alargarse según deseen, siguen siendo maravillosos. 
De todas formas, este trabajo treinta años después de su debut (añito más o menos) demuestra que la esencia del grupo sigue intacta, con cambios en los sonidos que ahora llegan (menos abruptos y más limpios y cuidados) acorde a la época, pero aún con el sentimiento de rebeldía en su Música que les hizo ser un icono... ¡¡esas palabrejas!!
Disfruta de una banda que es lo que es, sin dejar de amar la Música y todo lo que el Rock representa, y zambúllete en la maravillosa sensación de ingravidez que Yo La Tengo te ofrece.
Ira Kaplan voz, guitarra, teclados. Georgia Hubley batería, guitarra, teclados y voz. James McNew bajo, guitarra y voz.

one:  Ohm;  Is that enough;  Well you better;  Paddle forward;  Stupid things
two:  I'll be around;  Cornelia and Jane;  Two trains;  The point of It;  Before we run

Surcos del Siglo XXI - 264

Seguimos con la tradición de recuperar el buen Rock de los setenta a través de grupos que marcan a fuego su Música en este siglo (ya no tan nuevo)


Causa Sui (Euporie Tide) 2013


Es evidente que el grupo danés lleva un tiempo desmarcado de la línea más extrema de sus primeros trabajos y se ha adherido (por decirlo de alguna manera) aunque sin perder el sello personal que le caracteriza como músicos, a esa corriente maravillosa de grupos escandinavos y en general del norte de Europa, que buscan crear su Música con la base fundamental del buen Hard de los setenta, cualquiera que sea su vertiente.
En ese sentido, este "Euporie Tide" nos retrotrae a los primeros tiempos del Dark más pesado, con las ganas y evidentes maneras de ser un toque oscuro dentro de nuestra alma.
Amantes de las grandes jams y los desarrollos de solos sin mesura, este doble disco ya metidos en la segunda década del siglo, nos trae un grupo que se lanza sin pausa hacia el final de cualquier cosa que tenga que ver con la pesada Música que nos viene encima, una evidencia más que notable al amparo del sonido duro, seco, oscuro y cruel de la guitarra dejándose llevar por senderos de pesimismo cuando ataca los riff que dan lugar a la cabalgada de rigor o los ritmos que parecen no arrancar pero poco a poco te meten en esa atmósfera de negro azabache.
Las influencias son claras, pero el talento es de cada uno, y el disco vuelve a demostrar que Causa Sui es un grupo muy a tener en cuenta cuando se proponen llegar con su Música. En mi opinión, ese momento de creatividad primario que les hacía diferentes deberían hacerlo más patente en la actualidad, porque si bien su Música ahora es de mayor calado, son un grupo más dentro de la maravillosa generación de bandas que retoman el Hard como bandera, y esos instantes de frikismo que alienaban me parecían simplemente geniales.
Aún así, escuchar Causa Sui es degustar con ganas una Música maravillosa que me absorbe, y en eso el disfrute, a día de hoy, está asegurado.
Para quienes no tienen miedo de salir doloridos con los sonidos oscuros del alma, un disco para que la luz sea creada por cada cual.
Jakob Skott. Jonas Munk. Jess Kahr. Rasmus Rasmussen.

SIDE A: Homage;  The Juice;  Echo Springs
SIDE B:  Boozehound;  Mireille
SIDE C:  Fichelscher sun;  Ju-Ju Blues;  Sota el cel
SIDE D:  Euporie;  Eternal Flow

sábado, 26 de noviembre de 2016

Frank


Música


Ya sabes, aunque te digan lo contrario... el Rock And Roll es una actitud, no una edad.

Música


Cuando la Música rompa el silencio, es posible que el ser humano recuerde algo de su dignidad.

Poster


Surcos del Siglo XXI - 263

Una artista muy especial, que hace la Música que le place y de la manera que le da la gana, que por otra parte es lo que debe ser siempre que medie eso que se llama calidad.


Josephine Foster (This Coming Gladness) 2008


Vaya por delante que me encanta Josephine Foster, aunque reconozco que su personal forma de entender la Música hace que en sus obras me sienta diferente según cuál sea la que me llega, no como en otros casos.
De lo que no se puede achacar a esta artista es de seguir unos parámetros establecidos para saciar el gusto del oyente, porque la Música que hace es tan personal, única e incontestable que gusta o pasas página, pero si te engancha...
No es su mejor trabajo este "This Coming Gladness", pero en momentos resulta memorable, y en su conjunto... una andanada de descaro y desparpajo como sólo ella sabe hacerlo, que ya es suficiente para que merezca la pena y mucho (al menos al que suscribe)
Con su impresionante voz haciendo lo que le da la real gana, nos entrega un disco intimista y lleno de calidad, sacado desde sus entrañas con la habilidad característica para saltarse todas las normas y hacer de lo inusual parte de lo cotidiano, porque durante todo el disco te transporta a su hábitat para que con ella disfrutes de momentos que nunca estarán sacados de los manuales y te entregues a lo que quiera hacer con tu mente. 
Maravillosas sensaciones de desvaríos acompañados por la Música que a modo de asonantes melodías y contraritmos incesantes van llenando el vacío de unas sugerentes imágenes que cubren todo, aunque parezca que la nada se encuentra bajo tus pies. Y es que sentir las agudas proezas de su voz, los vaivenes de la garganta cuando chilla, gime, desgrana las estrofas de manera inexplicable, con la guitarra y algo de percusión flotando en el aire, sólo puede llevar a salir corriendo o dejarte embaucar para lo que sea.
Lo dicho, o te quedas y apuras un vaso de néctar convertido en Música y magia, o te levantas en segundos para otra cosa, porque "This Coming Gladness" es la quintaesencia de lo que no deja indiferente, sea para gozar o evitarlo.
Si te atreves, háztelo ver, y de paso siente el embrujo de una obra como ésta entregada por una artista muy especial.
Josephine Foster voz, guitarra, armónica y piano. Víctor Herrero guitarra. Alex Nelson batería.

A:  The garden of earthly delights;  The lap of your lust;  Lullaby to all;  I love you & the springtime blues;  All I wanted was the moon
B:  Waltz of green;  Second sight;  Sim Nao;  A thimbleful of milk;  Indelible rainbows


Surcos del Siglo XXI - 262

Vamos con un grupo que me apasiona, por su manera de expresarse, por cómo me llega y sobre todo porque entienden la Música como más me gusta.


Colour Haze (All) 2008


Y de pronto llegaron Colour Haze, y todo se llenó de una explosión súbita, inesperada, que regó el silencio con el poderoso sonido del trueno, y el Valhalla se tornó en un lugar real donde los dioses se mezclaron con los humanos disfrutando de la Música.
Más o menos, o menos que más según esos popes que todo lo niegan, es lo que ocurre, o me ocurre, cuando los alemanes se deciden a estallar todo lo que sienten y convertirlo en Música, y este "All" es otra demostración más de la brillante trayectoria musical de una carrera tremenda.
Disco doble donde vacían sus emociones en la mejor tradición del Hard, sin dejar de lado esa escuela de Krautrock que han mamado desde siempre y que provoca un estallido muy especial cuando la dureza de la Música penetra en la piel.
Amantes de las jams eternas, las que enganchan y no paran de hacerte saltar a golpe de guitarras y ritmos desenfrenados, el Power Trío suena con ese grave lamento de la guitarra que, cayendo como una losa pesada, muy pesada y amarga, recupera el sonido oscuro que linda en ocasiones con el Dark más poderoso y primitivo, bañándose en las aguas turbias y cubiertas de lodo de una Música que llama desde la desesperación y abruma por la belleza en la que se convierte cuando ese doloroso desgarro te posee y el acero te hace jirones la piel.
Tremendo Stefan Koglek para conseguir a través de su guitarra ese sonido áspero, una vez más, un disco más, una década después de suspiros y forma de vida; bestiales en su concepto de muro que nunca se mantendrá en pie para poder aplastarte con él desde la sección rítmica, a cargo de Manfred Merwald y Philipp Rasthofer con la batería y el bajo, que desprenden ese olor a añejos guardaespaldas de una guitarra impresionante.
No es por pasión, es por algo más íntimo, por eso "All" me parece un disco maravillosamente visceral, a pesar de hacernos creer que es lo mismo vestido de otro color, porque realmente se trata de una vuelta más a esa llave mágica con la que Colour Haze abren las puertas de lo que emociona y lleva hasta el infinito.

a:  Silent;  Moon;  Turns
b:  Lights;  If;  Stars
c:  All
d:  Fall;  One;  Remains

Surcos del Siglo XXI - 261

Una andanada de buen Rock para regar los oídos, de la manera que más me gusta, sin limitar los sueños que te sugieran.


Three Seasons (Grow) 2014


El Power Trío surgido de las entrañas del frío de los países nórdicos, parido tras la reunión de miembros de bandas que por sí mismas creaban fuego, nos traen desde Suecia este contundente trabajo basado en el Rock de siempre y aderezado con las ganas de patear el culo lanzados en pleno siglo XXI, para que no se diga que todo quedó allá...
"Grow" es la demostración de continuidad en una banda que nació para estallar en directo y crear en el estudio la energía que más tarde trasladan al escenario, con unas cuidadas grabaciones donde se recupera el sonido setentero del Hard más enérgico, poderoso y brutal, siempre desde la óptica de la clase y el gustazo por hacerlo maravillosamente bien.
Composiciones que se mantienen por sí solas, apabullantes, saliendo desde lo más profundo del Hard que quema, que hierve la sangre y que anida en las entrañas de los que amamos esta sensación de ingravidez que provoca la permanente demostración de golpeo en los sentidos.
La guitarra de Sartez Faraj echa fuego y nos desgarra en riff graves, duros, sin compasión, pero cuando se trata de mantener el éxtasis con sus solos, se va mucho más allá de lo que se pueda imaginar. Bien secundado por Olle Risberg en el bajo y Christian Eriksson en la batería, que no cesan de golpear y provocar esa atmósfera tan del Hard. Para saborear y contando las ocasiones (porque su concepción de la Música es de absoluto poder, no en momentos de lujuria sostenida por las melodías que se cuelgan en el aire) el "Hammond" que interfiere cuando según qué temas las galopadas se estrellan contra los sentidos (las cosas de mi locura por la Música y el amor que me provoca)
Un disco para sentirlo, dejar que te apalee y terminar agotado por todo lo que te llega, que si amas el Hard Rock más auténtico será mucho y bueno. El tiempo se detiene y una vez más el límites aquél que quieras poner.

A:  Which way;  Drowning;  By the book;  Tablas of Bahar
B:  Food for the day;  No shame;  Home Is waiting;  Familiar song

Surcos del Siglo XXI - 260

No todo iba a ser malo en los albores y al meternos en el nuevo siglo, de modo que con unos paseos por los sueños de quienes se empeñan en mantener la calidad de la Música, nos queda el buen gusto sea la época que sea.


The Amazing (Gentle Stream) 2011


Como un suave susurro, de esta manera se nos presentan de nuevo The Amazing, el grupo sueco de melodías vertidas desde el sueño, con una impresionante capacidad para provocar que los sentidos se dispersen desde los mismos.
La preciosa manera de expresión a través de la Música que tienen, se ve reflejada en este trabajo que, manteniendo la línea de los anteriores, da una vuelta de tuerca y se adentra más allá, con momentos de caricias dulces y sostenidas, a base de acústicas y vientos que sobrevuelan la memoria y nos llevan a las fantasías que queramos recrear.
No se dejan en el imaginario de aquello en lo que creen la posibilidad de estremecer (no es lo más intencionado pero sus momentos tienen) con algún sonido de eléctricas que apuntan alto, comienzo del vinilo y sorpresa inesperada con "Gentle Stream", pero pronto vuelven a esos ritmos que mantienen las cuerdas de las acústicas, acompañadas por voces de terciopelo cantando como si quisieran pedir permiso por hacerlo, con solistas y coros que se turnan por igual, en un alarde de sensibilidad y buen gusto.
La preciosa portada y la impactante contraportada, donde la conjura de la Música con lo visual se convierte en un todo, no son sino una parte más del puzle que el grupo nos ofrece como refrendo de esta obra que es un gusto para los sentidos y una manera más que notable de descubrir los sonidos de este siglo ya metido en su segunda década.
Por más que se empeñen en negárnoslo, cuando el talento y la clase se aúnan, pueden llevar hasta lugares recónditos de la belleza, en cualquiera de sus expresiones, y desde Escandinavia The Amazing demuestran que todo eso es posible, con un disco precioso, lleno de matices y creado para satisfacer. 
Para paladares que gustan de escuchar y desaparecer, dentro o fuera de lo que se quiera ya es cosa de cada uno y sus emociones.

A:  Gentle Scream;  Flashlight;  International Hair;  The fog
B:  Gone;  Dogs;  Assumptions;  When the colours change


domingo, 20 de noviembre de 2016

Merzbow


Boris


Surcos del Siglo XXI - 259

No nos hemos olvidado de la continuación de esta obra que es por sí misma una demostración (otra más) de lo que nos lleva y nadie quiere llevar.


Boris With Merzbow (Gensho Part 2) 2016


Segunda parte, en vinilo doble y con todas las connotaciones de rigor (ojo a las portadas que tienen su miga aunque no lo parezca) de esta epopeya en clave de Música experimental y "noise music" que Boris y Merzbow nos ofrecen con todos los disparos al entrecejo que uno se pueda imaginar.
Al igual que en la primera parte, el primer disco se deja a la locura trascendental de la Música hecha jirones que nos deja Merzbow con el ilimitado sin fin de los ruidos infernales y la llegada hasta el infinito de la aberración o el amor por lo que hace (es evidente que los términos medios en este caso no son posibles) con "Goloka Pt. 2" y "Prelude To A Broken Arm", que ocupan el primer disco y llenan de un sin sentido cáustico lo que los sentidos quieren esperar pero se niegan a aceptar. El segundo disco se deja al talento de Boris, un grupo que enamora a quienes creemos que lo experimental es tan cotidiano como levantarse cada mañana, todo depende de lo que cada uno desee para su propia existencia, y en esa misma existencia nos dejan "Heavy Rain", "Akuma No Uta", "Akirame Flower" y "Vomitself".
Apasionante y excelsa, esta segunda parte, que una vez conocida su existencia no se concibe sin la primera y viceversa, concluye una colaboración sublime y deja la insistente demostración de que todo es lo que parece, a pesar de quienes no quieren que se parezca en nada a lo que ya es, porque al final nunca se puede elegir, salvo en estos casos.
Tremendo, brutal, emocionante, apocalíptico, visceral... lo que nos lleva a quienes pensamos que el frikismo (por llamar de alguna manera lo que es natural para algunos) puede ser tan embaucador como lo demás, sea del color y las formas que se vista.
Atreverse no es la opción, decidirse sí, de lo contrario, pasar página es lo que toca si todavía queda algo de raciocinio en quienes no quieren verse inmersos en algo que les pueda disturbar, que por otra parte no es de recibo en lo que debe suponer placer y emociones.
Boris:  Takeshi voz, guitarra y bajo. Wata voz, guitarra y eco. Atsuo voz, percusión y electrónica.
Merzbow:  Masami Akita electrónica.


Surcos del Siglo XXI - 258

Vamos a por varios de eso que nos hace ser tan despreciable para muchos como incontestable para tres (o cuatro, que no sé si me pongo en la lista)


Boris With Merzbow (Gensho Part 1) 2016


Ser tan radical en lo que se piensa, y sobre todo en lo que se siente, porque al final es lo que cuenta, te lleva a descubrir y por ende (siempre que la calidad exista y te haga pensar que todo es lo que Nunca parece) a disfrutar, de cosas que serían impensables de otra manera.
Lo de la Música japonesa es para que se lo miren y para que nos miren a los que la miramos, porque hay que estar muy para allá (y en este momento invito a los que se sientan muy para acá a que dejen de seguir esta entrada, si es que alguien aún sigue esto) para disfrutar con lo que es de allá, viniendo acá y poniendo las cosas muy acullá.
Boris es un grupo japonés de Música experimental que además de hacer lo que le da la gana, siempre se ha sentido atraído por esos músicos (la mayoría nipones) que sirven a su talento a través de lo más extremo, y no duda en colaborar con ellos en un sinfín de obras donde la creatividad (guste o no como que se la suda) está por encima de todo lo demás.
Es el caso de "Gensho", una obra excepcional en colaboración con el gurú del "noise music", o lo que es lo mismo, el desvarío mental de lo que desea y el resto podemos llegar a desear llamado Merzbow. Como toda colaboración que se precie, hablando de una obra de dos vinilos dobles con un sinfín de temas atemporales, el protagonismo está perfectamente repartido entre Boris y Merzbow, dejando el primer disco a la exageración de la odisea de ruidos y sonidos al margen de lo permitido que en una demostración de frikismo trascendental nos ofrece "Planet Of The Cows" y "Goloka Pt. 1", brutal exhibición de ataque a los sentidos más permisivos por parte de Merzbow, para dejar la siguiente obsesión llamada "Farewell", "Huge", "Resonance", "Rainbow" y "Sometimes" al lirismo escondido de Boris y su sentido de la experimentación dentro de unos cánones más... viscerales.
Espectacular y amorfo, amor y desamor unidos en una constante unión de ingenios adaptados a lo que lo mundano llama Música y el que suscribe ama como intelecto.
Boris: Takeshi voz, guitarra y bajo. Wata voz, guitarra y ecos. Atsuo, voz, percusión y electrónica.
Merzbow:  Masami Akita electrónica.

Tommy


Removiendo el Polvo

Buscando agua para el camino, removiendo el polvo bajo mis pies
siento que la tierra se mueve al descubrir una melodía oculta.

Allí donde la luz no llega, siguen inmutables los caminos que escuchan,
sobre todas las cosas se alza majestuosa la Música que me acaricia.

Buscando la sed para encontrar el agua, me adentré en lo profundo,
no había nada a mi alrededor, pero los sonidos venían claros hacia mí.

He llenado la botella con la esencia de lo que sentía, alejado de todos,
vuelvo hacia la luz que ya no me ilumina, todo se encuentra dentro de mí,
donde la Música me hizo suyo y me tendió de nuevo la mano.

Buscando agua, removiendo el polvo... ella estaba allí.



A.R.

Nancy


Música No Data


...hay días como los de hoy, que suben los sueños a las montañas, para que el hombre viva de olvido, nos suben a las cotas más altas.
Lo difícil es no olvidar que a pesar de todo, el olvido se rompe cuando los sueños bajan hasta nuestros pies.

Música



Los mediocres siempre tienen el dedo preparado. No es para disparar lo que su cerebro no puede concebir, es para señalar cuando se quedan sin la verborrea fácil y el aire de su propia inmundicia les ahoga.
Por eso entienden la Música como algo que aliena, no como lo que es, el alimento para el alma.

Poster


De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXVIII

Un grupo que me encanta por su manera delicada de llevarte a otros lugares, aunque parezcan muy cercanos en lo físico.


Seatrain (The Marblehead Messenger) 1971


Tengo el placer de abrir de nuevo la puerta de nuestro "Paseando Por Los Sueños" a un grupo exquisito, portador de la mejor tradición de la Música americana y con una forma de entender la misma muy personal.
Este "The Marblehead Messenger" es su tercer trabajo, un precioso disco con todos los matices que hace que sus creadores siguieran la línea marcada por sus dos primeros discos, descomunales exhibiciones de sonidos al más puro estilo del otro lado del océano.
Una de las características de Seatrain, y este trabajo no es una excepción sino todo lo contrario, es su capacidad para sonar como un grupo compacto, una banda donde todo está en su sitio y se hace ver, con la excepción buscada y exacerbada del violín de Richard Greene, ese maravilloso instrumento que arranca del espacio las notas agudas y quejumbrosas y que apareciendo por detrás en las composiciones, acaba abarcando un espacio que sólo él puede tener.
El Rock se convierte en Música de terruño, no es la tradicional más pura que nos ofrece el Country, el Bluegrass o Cajún sonando desde los pantanos o en las praderas, es un Rock que se mezcla perfectamente con toques de antaño merced al virtuosismo de Greene y la habilidad del resto de la banda para compaginar estos sones.
Preciosa demostración de Música, con temas que alternan las melodías más suaves con arranques de furia desmedida, intercalando en ocasiones los sonidos y esos relatos contando historias con la Música adormecida acompañando la voz; en definitiva, un disco de Rock americano al más puro estilo, con la base de la Música tradicional para seguir hacia adelante.
Para disfrutar de la Música, discos como "The Marblehead Messenger" son un punto de partida, porque los sentidos siempre lo agradecen.
Larry Atamanuik batería y percusión. Lloyd Baskin voz y teclados. Richard Green violín, mandolina y voz. Andy Kulberg bajo, flauta y voz. Peter Rowan voz y guitarra. Jim Roberts letras y voz.

Side One:  Gramercy;  The state of Georgia's mind;  Protestant preacher;  Lonely's not the only way to go;  How sweet thy song.
Side Two:  Marblehead Messenger;  London song;  Mississippi Moon;  Losing all the years;  Despair tire

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXVII

De esa corriente que cuando tiene calidad me hierve la sangre en las venas, un representante que dejó una obra de nivel, al estilo de lo que había (que era mucho y bueno cuando se ponían a ello)


Frame (Frame Of Mind) 1972


El Krautrock es lo que es (bastante disperso a partir de ciertos momentos porque todo se consideraba parte de él si venía de una zona determinada) pero a los representantes de la Música que sabían componer con un estilo propio mamado en las regiones de esa Europa del Norte que tanto ha dado en lo musical, se les intuye la calidad especial que atesoran los músicos grandes.
Frame como banda fue más efímera de lo esperado, al menos por lo que se hubiera intuido de un grupo que se marca un trabajo como "Frame Of Mind", un espectacular disco del mejor Hard Prog. con la indiscutible manera de crear que los teutones tienen.
Bastante comedido en el tiempo de los temas, (solamente "All I Really Want Explain" se va más allá de los 11') la composición de las canciones, como bases de guitarras y teclados, denota ese clasicismo Prog. con la indiscutible fiereza de los momentos más Hard desde el punto de vista de un Krautrock que en ese sentido siempre marca distancias.
En cuanto a la interpretación, el virtuosismo de los músicos hace el resto, especialmente esas guitarras y teclados que llenan las partes solistas cubiertos de manera exquisita por una percusión de lujo que en algunos momentos manejan tres de los miembros del grupo. 
Un disco al uso del período, Krautrock de altos vuelos de lo más florido en calidad, Música poderosa y mística a partes iguales, con los pasajes que inspiran viajes a otras tierras entre teclados sublimes, especialmente el órgano y el mellotrón, y la vuelta a lo que nos lleva con las seis cuerdas chirriando y bramando en cuanto tienen oportunidad.
Si te gusta el Hard Prog. hecho por músicos que consideraban parte de su ideario social, político y sobre todo musical, la creación de sonidos, "Frame Of Mind" no te defraudará, porque en la calidad lleva impresa una manera de sentir la Música muy especial.
Andy Krinberger guitarra, voz y piano. Cherry Hochdörffer teclados. Peter Lotz bajo, voz y percusión. Dieter Becker voz y percusión. Wolfgang Claus batería y percusión.

side 1:  Frame Of Mind;  Crusical scene;  All I Really Want Explain
side 2:  If;  Winter;  Penny for an old guy;  Childrens freedom;  Truebsal





sábado, 19 de noviembre de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXVI

Una joya se asoma a nuestro "Paseando Por Los Sueños", para que no nos durmamos a pesar de todo lo bueno que nos hace el honor de pasar por este espacio que es para y por la Música de calidad.


Farm (Farm) 1970


Cuando un disco así riega mis sentidos, me resulta difícil poner algún pero, sin embargo, al descubrir que la aguja deja de acariciar el vinilo tras veintiséis minutos de gloria, no puedo por menos que aullar al infinito como un lobo herido pidiendo más, mucho más, infinitamente más.
Y es que los cinco temas en los que se resume este "Farm" te dejan con el regusto de saber que si bien lo breve si bueno, dos veces bueno, en este caso la intensidad de la Música que nos llega hasta los oídos sería igual de sublime si el trabajo durara otros tantos minutos más.
Maravillosa exhibición de poderío guitarrero con dos solistas que se buscan para ir un poco más allá, mientras el resto de la banda se agita entre percusiones excelsas, bases rítmicas descomunales y un órgano que junto al piano te traslada esas ganas por rasgar el silencio que todo el conjunto crea.
Como se puede leer en esa enciclopedia de la Psycho y que me tomé hace tiempo como guía para muchas cosas, "The Acid Archives", quizás en la época en la que aparecieron, a pesar de los pesares y de lo que había, no se entendió la calidad de Farm como se debía, y de ahí que esta obra fuera el principio y el final de una aventura exquisita e increíble.
Desde el Blues Rock más excelso, desgranado con un toque Psycho que abruma por su belleza, el disco nos ofrece una exhibición de buena Música, maravillosas melodías desde la creación de unos temas geniales y una interpretación de los mismos a la altura de los más grandes. 
La cara A es en sí misma la esencia del grupo, con dos temas de más de siete minutos de duración donde derraman todo el talento que llevan, dos joyas que te absorben por su enormidad y donde las guitarras se dan el gustazo de recrease, junto a un grupo que se sale por donde quiere.
Otros dos temas propios para seguir en la cara B y terminar con una versión desgarradora de un clásico entre clásicos, el "Statesboro Blues" y su magia hecha poder.
Para disfrutar desde la primera nota hasta ese triste encuentro con el final de una joya que vuelve a demostrarnos por qué la Música, su magia y lo que conlleva no sabe de números, épocas ni nombres. Farm demuestra que lo genial puede estar oculto a los ojos de quienes creen que la evidencia está... pues eso.
Del Herbert guitarra. Gary Gordon guitarra y voz. Jim Elwyn bajo y voz. Steve Evanchik percusión y armónica. Roger Greenwalt órgano y piano. Mike Young batería.

SIDE ONE:  Jungle Song;  Let That Boy Boogie
SIDE TWO:  Sunshine In My Window;  Cottonfield Woman;  Statesboro Blues

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXV

Vamos con lo clásico hecho por gente que nunca se vio reconocida (o casi nunca, por si acaso) con un disco que da gusto sólo por pensarlo.


Parish Hall (Parish Hall) 1970


Como comentaba con el bueno de Javi, rostro amable de la más que recomendable tienda de discos Harmony Rock y entendido en esto de los descubrimientos más allá de las listas, éste es el típico disco que puede estar colgado en la pared de la tienda todo el tiempo del mundo hasta que de pronto alguien aparece y se lleva las manos a la cabeza por haberlo encontrado.
Y quien lo haga tiene toda la razón y más para hacerlo, porque el disco de Parish Hall es una brutalidad hecha Música del mejor Blues Rock guitarrero con clase, calidad y muchas de las cualidades para hacerlo imprescindible.
Tremendo en su concepción, Blues Rock eléctrico de altos vuelos en manos de un Power Trío que se salta todas las barreras para parir esta obra que emociona desde la primera nota. Eso sí, puestos a pedir yo pediría sesenta horas más de esta Música que me saca todo lo que llevo dentro, pero me conformo con los diez temas interpretados de manera sublime por estos tres tipos que se nota han mamado lo que dan y lo sienten en lo más profundo de su alma. Porque de no ser así no se entiende esa endiablada comunicación con lo más demoníaco para que la guitarra arrase desgarrándote la piel y haciendo tiras de la misma en cada riff, cada solo desmelenado, cada ataque de furia que es como una patada directa a las tripas.
Con una sección rítmica que aguanta las seis cuerdas y se permite algún que otro momento estelar "soleando" con clase, los temas pasan por el tamiz de Gary Wagner, su guitarra y su voz, que parece una con ella, en una lección tras otra del buen Blues Rock realizado con mucha, muchísima clase.
Seda y magia para un disco sin pausa en el disfrute, lleno de clasicismo y mirando hacia lo que estaba por venir, como un puente entre todo lo que había sido y los momentos que esta Música maravillosa siempre ofrece.
Una vez más, descubrir estas gemas ocultas en el olvido ya es de por sí un placer, disfrutarlas y saber hasta donde llega el talento y el amor por lo que nos lleva... simplemente no tiene precio.
Gary Wagner guitarra, piano y voz. John Haden bajo. Steve Adams batería.

Side One:  My eyes are getting heavy;  Dynaflow;  Ain't feeling too bad;  Silver Ghost;  Skid row runner
Side Two:  Lucanna;  We're gonna burn together;  Somebody got the blues;  How can you win;  Take me with you when you go





De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXIV

Vamos a mover todo lo que sea susceptible de hacerlo y que forme parte del "body" que a cada uno la naturaleza otorgó (o le dejó prestado, porque visto lo visto)


The Leopards (Magic Still Exists) 1987


Mira que uno es reacio a esa década que molestó más que aportó, pero claro, si un tipo que sabe de esto lo que no está escrito y más allá te hace una lista (¡¡¡y qué lista, por dios!!!) de maravillas que salieron en las décadas malditas pero que maldijeron a los que querían maldecir la buena Música, lo menos que hay que hacer, al menos en mi caso, es tomarlo como una biblia en clave de sonidos, porque lo que dice Pablo me lo tomo muy en serio, y así nos vamos encontrando (entre mil cosas más) este disco enorme de The Leopards.
Sin confusión posible con el grupo de igual nombre y parido en el año 77, este maravilloso "Magic Still Exists" es una orgía de sonidos frescos y del Rock más resultón, con un ritmo y unas ganas de levantarte el ánimo que resulta un bálsamo para muchas ocasiones (y con calidad, que es de lo que se trata)
Guitarras desmadradas, ritmos frenéticos y un conjunto rítmico para seguir moviéndote varias horas después de escucharlos, porque lo que no se puede negar de este disco, y además su escucha no lo oculta en absoluto, es el torbellino de sensaciones que provoca al ritmo del Rock que creado en los sesenta se traslada dos décadas y pico después, con el sonido de la época y la recreación de las composiciones que llevan por seña los conjuntos corales, las voces que lo dirigen todo para dar paso a la Música y lo que arrastra, que es mucho.
A partir de aquí el disco se convierte en una fiesta, una positiva vibración llena de energía que salta del vinilo y te atrapa, contagiándote con las ganas de comerse el mundo. Brutales en los momentos de corales emociones, el dueto guitarra, voz y cuando debe el piano que lo convierte en trío, se van hasta las estrellas y se divierten paseando por ellas, porque en lo que parece simple sin serlo está la gracia, y después de la gracia el placer está servido.
Un disco para disfrutar, sin más y nada menos, y con esto, que ya nos da algo ganado, podemos bebernos ese cócktel que hace que la Música y las emociones sean magia.
Dennis Pash guitarra, piano, armónica, percusión y voz. Ross Inden bajo, percusión y voz. James Bordy guitarra y voz. Dennis Bouch batería y percusión.

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXIII

Un paseo por las delicias que dejaban grupos que más allá de su talento no tenían muchas oportunidades, pero en lo que nos daban...


Ill Wind (Flashes) 1968


No soy partidario de las reediciones que se pasan lo de respetar el original por el forro, ni temas adicionales, ni bonus de galletas caramelizadas, ni leches para los dulces... ¡¡¡qué joooooooé!!! el disco es el disco y si los artistas lo decidieron así, ¡¡qué les den a quienes no lo vean como lo quisieron!! pero aumentar el precio del producto por... nada, es que no tiene nombre.
Toda la parrafada anterior viene (a cuento o no, no lo sé, pero me da igual) porque el disco de Ill Wind, el original "Flashes" es una obra de Psycho como la copa de un pino, pero tuvo que venir un iluminado de las reediciones aumentadas para poner otro disco de más que ni pega ni es lo que quiere decir el disco primario.
De modo que basándonos en lo que es esta obra, sin aditivos, vamos a lo que interesa (y no confundamos, o si se quiere confundir allá cada uno, con grandes éxitos, desarrollos de la historia de un grupo o la obra registrada, que es otra cosa) un pedazo de disco que rezuma buena Música por cada surco de los nueve temas que lo componen, con una calidad enorme en sus composiciones, una muestra de la buena interpretación y sobre todo momentos de excelsos desvaríos musicales que me llevan hasta allí.
Los conjuntos corales, que son muy buenos y el engarce voz masculina / femenina queda como dios, no superan, y ya es difícil, a esas guitarras desmadradas que en la mejor onda de la época se te meten por cualquier sitio y no salen porque al final uno no las deja. Junto a ellas, el bajo se da un festín tema sí y tema también, y en conjunto el grupo suena y rezuma lo que debe, esas ganas de irse con la Música hasta las estrellas que la buena Psycho siempre ayuda a conseguir.
Un disco que ayuda a seguir en la línea de lo bueno y breve, por lo que fueron y no les dejaron (a pesar de ese segundo disco que rechina) y que demuestra de nuevo que el talento va en lo que la mente deja, y en este caso "Flashes" tiene mucho de mente y poco de lo que se escribe gratuitamente, y eso ya es un lujo en sí mismo.

Side One:  Walkin' and singin';  People of the night;  Little man;  Dark world;  L.A.P.D.
Side Two:  High Flying bird;  Hung up chick;  Sleep;  Full cycle

domingo, 6 de noviembre de 2016

James


Música


De alguna manera tendremos que buscar los límites de nuestro propio espacio, esa parte que nos llega a través de los sonidos y que más allá de lo que sentimos se pierde unida a la Música que nos acaricia, la que viene sin ataduras de pentagramas, de pinceles que escriben en el lienzo en blanco, de ideas concebidas antes de sentirla.

Soy a veces, y no estoy en la mayoría de las ocasiones. Viajo a través de las estrellas envuelto en el manto invisible de los sonidos. Puedo traspasar mi propia conciencia gracias a esta amiga que ha decidido, hace mucho tiempo ya, seguir a mi lado a cambio de nada.

Poster


De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXII

Un grupo que fue, en gran medida, por las cuerdas de una guitarra, pero que llegaron lejos porque nada se consigue sólo con eso.


Ten Years After (Cricklewood Green) 1970


Si decimos que Ten Years After estaba íntimamente ligado a la guitarra de Alvin Lee, está claro que no comentamos ningún disparate, pero si bien este genio era el alma y lo que tuviera que ser de la banda, el resto de los músicos mantenían el nombre porque conseguían, alrededor de él, ese sonido añejo y brusco tan particular.
Tras aparecer en el mundo de la Música como un tornado, la trayectoria musical de Ten Years After se detuvo (no digamos en seco, pero bastante) comparada con las expectativas que levantaron al principio, y llegó esta cuarta entrega de estudio, "Cricklewood Green", el que según mi opinión (y en esto como en todo lo demás para gustos los colores y las paredes pintadas a mano) es su mejor disco y volvió a ponerlos, sin sorpresas iniciales de por medio, en un lugar más que importante en la Música.
El estilo es el que es, porque el Rock, el Blues, el R'N'B y las influencias de sus inicios siguen ahí, pero quizás todo lo que supuso comenzar con esa fama inesperada les había llevado a una angustia vital que no dejaba avanzar como se hubiera previsto. En este álbum se siente de alguna manera que todo está mucho más bajo control, que no se sienten atenazados por ese ansia que les obliga a demostrar algo, y en este contexto la calidad de los músicos y el talento de Alvin Lee podían desarrollar la Música que sabían hacer como les daba la gana.
La guitarra sublima ese Blues Rock exquisito por su crudeza y su desgarro, y en algunos temas llevan la Música del grupo a lo más alto, con toda la banda rayando a un nivel excepcional, especialmente clásicos como "50.000 Miles Beneath My Brain" o "Love Like A Man", donde Alvin serena la furia y la traslada a la mente a través de sus dedos, simplemente mágico.
Un disco con el que se disfruta porque es una Música para el alma, con una calidad acorde a lo que realmente ellos eran, puro Blues Rock destilado desde las raíces y un nivel compositivo enorme que trasladan de manera brillante al vinilo. Con discos como "Cricklewood Green" amar la Música es un poco más fácil.
Alvin Lee guitarra y voz. Leo Lyons bajo. Rick Lee batería. Chick Churchill órgano "Hammond"

SIDE ONE:  Sugar the road;  Working on the road;  50.000 Miles Beneath My Brain;  Year 3.000 Blues
SIDE TWO:  Me and my baby;  Love Like A Man;  Circles;  As the sun still burns away


De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXI

Uno de los grandes a las seis cuerdas nos vuelve a visitar en un estado de gracia absoluta con lo que mejor sabe hacer.


Robin Trower (Live!) 1975


Creo sinceramente que la carrera en solitario como músico de Robin Trower (salvo para sus compañeros de profesión y quienes aman su talento) no ha sido apreciada nunca en la medida justa del genio que es.
Es cierto que en mi caso me encanta Robin Trower, su forma de tocar me enerva y su estilo me parece de lo más original, y quizás por eso soy muy subjetivo a la hora de comentarlo, pero no se puede negar que como intérprete tiene una calidad enorme, eso sí, con alguna que otra influencia que se aprecia y que no hace sino enriquecer lo que se escucha.
Este "Live!", un disco que quizás llegó demasiado pronto por su carrera como solista (que no como músico, con un bagaje amplio y de calidad) se me queda corto por lo que puede aportar y no se plasma en el vinilo. La banda, ese Power Trío que anida entre el Hard más poderoso y el Prog. más elegante, puede con tantas cosas que expresarlo en un disco simple con temas tan tremendos me deja un regusto de ansia por querer seguir más y más, y más.
Salvo ese egoísmo musical que tantas veces me puede, en "Live!" todo es Trower en estado puro, desde la enorme y brutal entrada con "Too Rolling Stoned", un tema para enmarcar, la continuación con "Daydream" y ese final de Side 1 llamado "Rock Me Baby", donde transforman el viejo tema en un gran impacto sonoro.
La Side 2 sigue de orgía con "Lady Love", ese tremendo tema llamado "I Can't Wait Much Longer" y el final de fiesta que me llega muy pronto con "Alethea" y "Little Bit Of Sympathy".
Claro que para que todo sea lo que es, una exhibición de Hard Prog. de altos vuelos, tienen que juntarse los astros, y en este caso a Robin Trower le acompañan un pegador sin mesura a la batería llamado Bill Lordan y su guardaespaldas a la voz y el bajo, James Dewar, solistas ellos también de sus instrumentos y músicos capaces de acoplarse al talento de las seis cuerdas para formar un bloque compacto y sin fisuras.
"Live!" sirve para conocer el talento de un tipo muy especial en estado puro, cuando el tiempo y el espacio se detienen a través de las cuerdas de acero de una guitarra tocada con clase, estilo y magia.


De Vinilos y Otras Glorias MDCCCX

Un músico que comenzó de una forma más que maravillosa en esto de la Música, con sus influencias y las que más adelante él mismo consiguió transmitir.


Mahogany Rush (Maxoom) 1972


Desde luego la dedicatoria de la contraportada a un mito y leyenda del Rock, Jimi Hendrix, no puede ser más acertada en el caso que nos ocupa.
Y es que la presentación en sociedad del grupo canadiense Mahogany Rush, este "Maxoom" que deja un regusto maravillosamente sesentero en las ideas y setentero en la conclusión, es un sentido homenaje musical al excelso guitarrista, y rezuma sonidos hendrinianos por todos lados.
Frank Marino, otro iluminado de la guitarra al que le lloverán muchas críticas por no haber llegado a... pero que es un portento a las seis cuerdas, se delata a conciencia con ese amor que sentía por Hendrix y en sus composiciones se vuelca en su estilo, con un sonido ya más acorde al año del disco pero con un sello que no puede negarse.
El Power Trío se lanza a un Hard de textura Prog. con pasajes de Blues (también en claras miradas a otras influencias notables) y realiza un trabajo para enmarcar, donde la guitarra de Marino se eleva grandiosa por los aires, acompañada de una voz casi en constante distorsión que se asemeja (o lo pretende en la forma de interpretar, porque las cuerdas vocales son otra cosa) a su ídolo. No cabe duda que las seis cuerdas son las reinas indiscutibles del sonido del disco, pero el trabajo de Paul Harwood en el bajo, el fiel escudero de décadas posteriores, y el de James Ayoud a la batería, hacen que el sonido creado suene como una obra compacta, llena de poder y con cantidad de matices para descubrir.
Desde la presentación más oscura y enigmática de "Maxoom", pasando por enormes composiciones de solos guitarreros salvajes y desmelenados ("Madness", "All In Your Man") o esa dedicatoria al Blues con el tema "Blues", el disco se recrea en la buena Música basado en unas composiciones de grandísima calidad y unas interpretaciones geniales.
Tremendo disco de Hard Prog. como presentación de una banda enorme, para descubrir las influencias y alumnos de un mito, que dejó una estela maravillosa en lo creativo.

Side 1:  Maxoom;  Buddy;  Magic Man;  Funky Woman;  Madness
Side 2:  All In Your Mind;  Blues;  Boardwalk Lady;  Back On Home;  The New Beginning


sábado, 5 de noviembre de 2016

Frank


Oni


The Shakedown


Poster


DE Vinilos y Otras Glorias MDCCCIX

Dentro del mundo del Prog. la profusión de grupos ayudó a que en algunos casos se disfrutara de momentos que dentro de lo que eran, sugerían un poco de frescura en las ideas.


Marsupilami (Marsupilami) 1970


Nos visita uno de tantos grupos que encontraron en el Prog. su espacio para reivindicar ideas y formas de expresión a través de la Música.
Marsupilami vivió lo que tardaron en crear los dos discos que componen su existencia (un poco más de los dos años que cubren el nacimiento de dichas obras si nos atenemos a los orígenes del grupo) y como siempre ocurre en estos casos, a estos grupos de efímero paso se les suele negar, simplemente por el olvido, la calidad que en su día tuvieron.
Como digo en muchas ocasiones, no hablamos de la joya de la corona, ni de lo sublime elevado desde la tierra, pero en ocasiones hay que escuchar grupos como este para saborear ciertos detalles que por obvios se escapan de otros que sí son grandes.
El Prog. al uso se da cita en este disco de presentación que en cinco temas de extensos momentos, buscan en lo oscuro una forma de expresión a través de suites donde desarrollan la Música que nos llega.
Los teclados dominan la escena, quizás porque expresan muy bien esos instantes que hacen que llegar a la luz sea una odisea, dejando a la guitarra breves momentos donde exhibirse, aunque no tantos como en otras obras del estilo. Un disco que mezcla perfectamente la idea de cambio constante y sugerente que el Prog. tanto ha hecho valer, con temas que viajan entre el Folk más melódico (sin perder esa oscuridad que dirige toda la obra) momentos de furia demoníaca que recuerdan a compositores como Arthur Brown, lamentos vocales a dos voces contrastando la masculina de Fred Hasson  con la de Jessica Stanley-Clarke...
Tremendos temas de desarrollos musicales con historias contadas en clave de desgracia (la barbaridad con la que termina el álbum "Facilis Descencus Averni", es digna de la épica más clásica hecha Prog.) que hacen que el disco se disfrute como una sinfonía de lo más clásico del estilo.
Cuando se sabe lo que se debe, y queremos ir un poco más allá, siempre hay espacio para discos como "Marsupilami", que además ayudan a que la mente se abra.
Dave Laverock guitarra y voces. Fred Hasson voz, armónica y bongos. Leary Hasson órgano. Richard Hicks bajo. Mike Fouracre percusión. Jessica Stanley-Clarke flauta y voz.

SIDE ONE:  Dorian Deep;  Born To Be Free;  And the eagle chased the dove to Its ruin
SIDE TWO:  Ab Initio Ad Finem (The Opera);  Facilis Descencus Averni