sábado, 19 de noviembre de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXIV

Vamos a mover todo lo que sea susceptible de hacerlo y que forme parte del "body" que a cada uno la naturaleza otorgó (o le dejó prestado, porque visto lo visto)


The Leopards (Magic Still Exists) 1987


Mira que uno es reacio a esa década que molestó más que aportó, pero claro, si un tipo que sabe de esto lo que no está escrito y más allá te hace una lista (¡¡¡y qué lista, por dios!!!) de maravillas que salieron en las décadas malditas pero que maldijeron a los que querían maldecir la buena Música, lo menos que hay que hacer, al menos en mi caso, es tomarlo como una biblia en clave de sonidos, porque lo que dice Pablo me lo tomo muy en serio, y así nos vamos encontrando (entre mil cosas más) este disco enorme de The Leopards.
Sin confusión posible con el grupo de igual nombre y parido en el año 77, este maravilloso "Magic Still Exists" es una orgía de sonidos frescos y del Rock más resultón, con un ritmo y unas ganas de levantarte el ánimo que resulta un bálsamo para muchas ocasiones (y con calidad, que es de lo que se trata)
Guitarras desmadradas, ritmos frenéticos y un conjunto rítmico para seguir moviéndote varias horas después de escucharlos, porque lo que no se puede negar de este disco, y además su escucha no lo oculta en absoluto, es el torbellino de sensaciones que provoca al ritmo del Rock que creado en los sesenta se traslada dos décadas y pico después, con el sonido de la época y la recreación de las composiciones que llevan por seña los conjuntos corales, las voces que lo dirigen todo para dar paso a la Música y lo que arrastra, que es mucho.
A partir de aquí el disco se convierte en una fiesta, una positiva vibración llena de energía que salta del vinilo y te atrapa, contagiándote con las ganas de comerse el mundo. Brutales en los momentos de corales emociones, el dueto guitarra, voz y cuando debe el piano que lo convierte en trío, se van hasta las estrellas y se divierten paseando por ellas, porque en lo que parece simple sin serlo está la gracia, y después de la gracia el placer está servido.
Un disco para disfrutar, sin más y nada menos, y con esto, que ya nos da algo ganado, podemos bebernos ese cócktel que hace que la Música y las emociones sean magia.
Dennis Pash guitarra, piano, armónica, percusión y voz. Ross Inden bajo, percusión y voz. James Bordy guitarra y voz. Dennis Bouch batería y percusión.

2 comentarios:

  1. Una buena dosis de sonidos enérgicos de los que sientan siempre tan genial, temas amenos para hacer placentero el momento y dejarte el cuerpo así de bien.
    Buen momento, si señor!
    Besos.

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