domingo, 28 de febrero de 2016

Love


Who'll stop the rain


Like A Hurricane


Poster


De Vinilos y Otras Glorias MDCXVI

Seguimos los caminos trazados por las bandas que quisieron dar un impulso a ese Rock de siempre que nos llena.


Gun (Taking On The World) 1989


Sin confundirnos con la gloriosa banda de Hard de los sesenta, los escoceses Gun aparecieron en escena como otro de los valedores del Rock que jamás se niega a morir y que además es la base de la Música que muchos reinventaron después.
Un disco apoyado en temas compuestos con un gusto exquisito, trallazos como el que abre el álbum, "Better Days" que te levanta del asiento de una patada, tremendos baladones en clave de Rock de muchísimos quilates, como la memorable "Taking On The World", un temazo para poner los pelos de punta, siempre desde la perspectiva de ese Rock tremendo que llena a poco que esté hecho con gusto y mucha clase.
La voz de Mark Rankin, poderosa, por encima del bien y del mal, va desgranando las estrofas mientras las guitarras de Giuliano Gizzi y Baby Stafford abrasan a su espalda con riff que descongelan cualquier cosa que se sienta fría a su lado. La sección rítmica, a cargo de Dante Gizzi en el bajo y Scott Shields a la batería se encargan de que no se vaya nada por esos resquicios que a veces aparecen.
Disco para disfrutar del poder del buen Rock, de las Islas y con todas las influencias del mundo, porque para eso se maman las cosas, y a partir de aquí todo queda en manos de saber componer para que se note que merece la pena. En el caso de Gun no les falta calidad en esta presentación en sociedad, con un "Taking On The World" que se sumerge en las raíces del mejor Rock de siempre y nos demuestra que aún era posible, a pesar del oscurantismo que veníamos padeciendo una década antes.
Disfrutar con lo que a veces es lo básico de todo lo demás no es tan difícil si está bien hecho, y además suele dejar ese regusto a calma que te llena de una manera completa cuando la Música se te mete por los poros y no sale porque se convierte en parte de ti.
Gun puede darte esos momentos para que nada pase de largo, con las guitarras echando fuego y el maravilloso sentir de la quemazón abrasándote las entrañas.

SIDE ONE:  Better days;  The feeling within;  Inside out;  Money;  Taking on the world
SIDE TWO:  Shame on you;  Can't get any lower;  Something to believe in;  Girls in love;  I will be waiting

De Vinilos y Otras Glorias MDCXV

Grupo de ventas millonarias, que quiso preservar un estilo y que después quiso preservarse a sí mismo... como muchos, todo sea dicho.


The Black Crowes (Shake Your Money Maker) 1990


Primer trabajo de la banda estadounidense, en opinión de este que por aquí suscribe el más puro y sin aditivos de los que hicieron, entre otras cosas porque funcionaban como una pedazo de banda, sin el iluminado del vocalista creyéndose dios y todos los santos y el resto los que encontraron el santo grial.
Al margen de lo que uno piensa que da igual porque son cosas mías, este "Shake Your Money Maker" rezuma auténtico Rock de los setenta, guitarrero y potente, con el sonido de la nueva década que comenzaba y lo que hizo de esta Música una gloria para los sentidos cuando se hace bien y con ganas.
Temas poderosos, mucha guitarra, pero que mucha, con ese dedito metálico que llega hasta lo más profundo, las seis cuerdas ardiendo y el resto a verlas venir, que es lo que manda en este estilo. Las composiciones giran alrededor de riff calientes, demoledores, llenos de fuerza y de acero, una sección rítmica acorde a lo que le llega para mantenerlo todo en su sitio y por una vez la voz del ínclito Chris Robinson siendo una parte más de lo que suena, sin alardes más allá de lo que debe y sin subir a los altares.
Con estos mimbres y el talento que por descontado la banda tenía, les salió una presentación digna de los engranajes del Rock clásico acoplado a los nuevos tiempos, mucha fama y seguidorAs, y por supuesto el camino trazado para lo que quisieran.
La verdad es que el disco merece la pena para disfrutar de lo que ya era una realidad, la búsqueda de algo que no dejara de lado lo actual pero basado en lo mejor de lo mejor, y en eso The Black Crowes lo bordan, con una propuesta que está en lo más alto de la época sin lugar a dudas.
Disfruta de lo que nos vino y aún sigue (de otras maneras, todo sea dicho) con un disco que entra sin esfuerzo y se degusta con el sonido del buen Rock de siempre, el que no morirá por mucho que se empeñen algunos que saben más que nadie (o sea que ellos)
Chris Robinson voz. Young Rich Robinson guitarras. Jeff Cease guitarras. Steve Gorman batería. Johnny Colt bajo

SONGS:  Twice as hard;  Jealous again;  Sister luck;  Could I've been so blind;  Seeing things;  Hard to handle;  Thick n' thin;  She talks to angels;  Struttin' blues;  Stare It cold

sábado, 27 de febrero de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCXIV

Otras cosas que no son lo que parecen pero que tienen su hueco en las andanzas del Rock, al menos en una época que puede ser muy discutida.


The Alarm (Eye Of The Hurricane) 1987


Tercer disco de los galeses The Alarm, con una mezcla de Rock y sonidos de los que se llamaron (no sé por qué) Rock alternativo, nada que ver con las alternativas que me gustan que son para hacer temblar a cualquier pope sobrado. El caso es que hacen Rock y en este "Eye Of The Hurricane" consiguen una mezcla de canciones con melodías entre lo acústico y eléctrico junto a temas más que sobrados para empaques y duros envites de guitarras.
Con una figura que sobresale dentro y fuera de la idiosincrasia de la banda, Mike Peters, alma y concepto en todo y junto a Eddie Macdonald en lo musical, la Música no desentona más allá de lo que pretenden, un Rock con buenos fundamentos y temas cuidados que se dejan llevar de muy buena manera.
Los genios están a lo que están, y luego se encuentran los músicos que siempre buscan hacer su trabajo bien o de manera notable. En The Alarm te puedes encontrar cosas que no te gusten, y en el disco puede que también, pero lo que no falta es la decencia (y mucha) que se destila por el amor que estos tipos sienten en lo que hacen.
Un disco con temas realmente emotivos y que sigues sin darte cuenta, como la preciosa "One Step Closer To Home" que empieza de acústicas y termina rasgando las vestiduras con riff y sección rítmica cortando a degüello. En otras la melodía son las guitarras, y eso es un placer.
En general, un disco típico del período en lo bueno, intento de salir de la oscuridad tras la gloria setentera, con bálsamos que vienen dados de las fuentes donde los músicos beben y suelen tirar para hacer lo que les gusta.
No es la joya que siempre se tiene, es uno de los discos con los que siempre se disfruta, a partir de aquí, lo que cada uno quiera.

a:  Rain in the summertime;  Newtown Jericho;  Hallowed ground;  One Step Closer To Home;  Shelter
b:  Rescue me;  Permanence in change;  Presence of love;  Only love Can Set Me Free;  Eye of the hurricane

De Vinilos y Otras Glorias MDCXIII

Vamos a zambullirnos en el veneno del Rock, en una época de dudas sobre lo que vendría y búsqueda por todo lo que había sido.


Quireboys (A Bit Of What You Fancy) 1990


A finales de los ochenta y principios de los noventa se comenzó a gestar el nacimiento (no como algo nuevo que no existiera sino como algo que buscaba) de una generación de músicos y bandas que querían revitalizar de alguna manera el Rock, con detalles muy propios de la época en cuanto al sonido y bebiendo de muchas de las fuentes del auténtico Rock parido en los setenta.
Quireboys nació al amparo de esa idea y de la cabeza de su indiscutible líder, Spike, voz e imagen al más puro estilo de los vocalistas setenteros. Imagen aparte, que se llevaba y mucho con esos desarreglos en pelos, ropa y descaros en posturas y ademanes, al menos intentaron y a su manera lo consiguieron, refrescar el ambiente del Rock con una vitalidad fuera de toda duda.
Su primer trabajo es una perfecta demostración de sus influencias, todas ellas buenas, y sirve para que se supiera que de nuevo la Música daba un impulso en otra década (obviamente al margen de los genios que habían dado un paso adelante en los ochenta)
Disco fresco, de ánimos subidos de tono, con la máxima del Rock por bandera y mucha imagen que en este caso no está exenta de calidad en su Música, con temas que son parte del ideario del grupo y de las generaciones que en la época comenzaban a ser quinceañeros y un poco más. Referencias al sexo, a la Música que nos lleva, a lo que debe hacerse para pasarlo bien y disfrutar.
Guitarras, muchas guitarras, sección rítmica para aguantar el peso desmedido de las seis cuerdas, teclados (especialmente el piano) que adornan las composiciones y la voz, por encima de todo y de todos, de un tipo que desde antes de empezar sabía lo que había que hacer delante de un micro. 
Con temazos que hacen agarrarse a quien desees para amar como "I Don't Love You Anymore", algunos para dar patadas al aire y vivir el Rock más puro, "Sweet Mary Ann", "Roses & Rings", "7 O'Clock", el disco es una fiesta, lo que en muchas ocasiones se olvida que la Música debe dar, porque también en eso consiste si no rechina por ningún lado.
Disfruta, vive y encuentra aún en los noventa la magia que el Rock nunca dejará de tener.
Spike voz. Guy Bailey guitarra. Guy Griffin guitarra. Chris Johnstone teclados. Nigel Mogg bajo. Ian Wallace batería.

SIDE ONE:  7 O'Clock;  Man on the loose;  Whippin' boy;  Sex party;  Sweet Mary Ann;  I Don't Love You Anymore
SIDE TWO:  Hey you;  Misled;  Long time comin';  Roses & Rings;  There she goes again;  Take me home

viernes, 26 de febrero de 2016

Chuck


Nothing In Return


Música


"Hay gente, feliz y cansada..."
Me gusta el comienzo de "La Losa", ese monumento de canción que a poco que tengas la sensibilidad ajena a la basura que nos venden debería llegar, no sólo por lo musical, sino por lo que dice.
Hay gente que es feliz, pero que además está cansada. No sé si de felicidad, pero posiblemente sí de serlo y no poder estar a gusto con ello. Porque ser feliz en el patio que nos movemos debe dar mucho escozor al resto, y eso siempre molesta, disturba y... por qué no decirlo, jode un montón.
Y es que la gente feliz y además cansada lleva a cuestas una carga tremenda porque de regalo se lleva la incomprensión del resto, no me extraña que canse, y encima a los mediocres queriendo saber cómo es posible que se sea. 
En mi caso, que conozco gente feliz y no sé si cansada de estarlo pero sí cansada de saberse y que nadie quiera que lo sean, intento llegar hasta donde están, porque debe ser un estado de natural convivencia con la inteligencia cuando se piensa en lo que se consigue con ello.
"La Losa" es un arrebato de locura maravillosamente descrita, una invitación musical a la filosofía de vida desde la perspectiva del que se hunde porque lo hunden, quiera o no. Ese barro que al final te llega, a pesar de cerrar las ventanas e intentar que las cuerdas de la guitarra te acaricien, o que el piano del principio no sea una entonación de la melancolía que viene.
Porque hay gente feliz, y cansada, y un viento que todo lo esparce...

Poster


De Vinilos y Otras Glorias MDCXII

Recordemos cosas que nos hacían ser, cosas que ningún maestro pudo enseñar porque se sienten desde dentro, a pesar de repetirse muchas veces.


Pavlov's Dog (At The Sound Of The Bell) 1976


Como ya dijimos en este espacio sobre su álbum debut, una de esas extrañas ocasiones en las que el Prog. de calidad, del que te levanta la piel a jirones, se entroncó en los USA.
Pavlov's Dog nos vuelve a visitar con su segundo trabajo, que siguiendo la línea que marcaron cuando se dieron a conocer no desentona para nada de las bandas inglesas y del resto del Viejo Continente que enseñaron un nuevo tipo de sonidos para hacernos vibrar (al menos a los que nos gusta estremecernos con esto)
No sé cómo ni de qué manera pero hay lugares donde se coloca a la banda dentro del AOR, esa demencial manera de ser lo que no se podía e intentar vender una extravagante mezcla de Música "culta" con Hard venido a menos. En opinión del que escribe estas incoherencias mentales sobre vinilos, el grupo (¡¡afortunadamente, vive el cielo!!) está a años luz de esa idea, y este "At The Sound Of The Bell" no es sino una parte más del Prog. melódico y en ocasiones más ideado para mecer los sentidos.
Con la inigualable voz de David Surkamp, bella, embaucadora y en ocasiones brutalmente enamoradiza, todo entra de una manera dulce, suave, apoyadas las composiciones en arreglos de un nivel más que notable que te hacen soñar, especialmente en los temas donde la balada se mezcla con las cuerdas y la propia banda.
Disco para escuchar sin prisas, no iguala el nivel de su antecesor porque les salió una pequeña joya, pero en lo musical está donde uno quiera llegar más allá de los propios deseos, y en eso el disco cumple sin ningún problema.
En lo demás, contagia el ritmo y las ganas, las demostraciones de solos que los invitados manejan muy bien y esa calidad en el sonido, porque exceptuando la voz que está por encima de todo para resaltar esa especial textura que debe escucharse con ganas, el resto está donde debe y como debe.
Si se busca la Música para que te acompañe sin que nada esté en ese momento, este puede ser un buen disco, además no se pierde nada porque nadie va a enterarse de que somos distintos al resto.
David Surkamp voz, guitarras. Douglas Rayburn, mellotrón, bajo y percusión. Stephen Scorfina guitarra. David Hamilton teclados. Richard Stockton bajo. Thomas Nickeson guitarra y voces

1:  She came shining;  Standing here with you (Megan's Song);  Mersey;  Valkerie
2:  Try to hang on;  Gold nuggets;  She breaks like a morning sky;  Early morning on;  Did you see him cry



domingo, 14 de febrero de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCXI

Simpático (por el careto, porque no le conozco ni me importa si lo es) y rockero impenitente que marcó una época con genialidades ajenas a su futuro.


Roky Erickson (Don't Slander Me) 1983


Si se quiere escuchar un buen disco de Rock'N'Roll para estar constantemente saltando de la silla (si es que estás sentado, obviamente) nada mejor que Roky Erickson, el rockero impenitente que se reinventó en los ochenta tras ser santo y seña de la Psycodelia más auténtica de finales de los sesenta y un poco más.
El doble disco que nos visita, que sólo tiene de doble lo que ocupa por peso y volumen, ya que son tres caras grabadas de Música y una cuarta grabada con unos dibujos preciosos pero inútiles, es un tratado de Rock al más puro estilo del artista, con esos estribillos tan reiterativos que se te meten en el cerebro y te van haciendo suyo, las constantes incidencias en las notas que machaconamente ocupan su lugar en el coco de cada uno y entre todo o por encima de todo, según quien lo escuche, la voz de Roky Erickson, melódica, dulce y suave, a pesar de imprimirle esa furia de querer comérselo todo y hacer como que se lo está comiendo.
Canciones para llevarlas colgadas del cuello y lanzarte a por lo que sea (porque si me pongo "Nothing In Return" los frenos no me funcionan nunca) momentos de emocionantes cabalgadas al ritmo del Rock'N'Roll de siempre, con solos descarnados de las guitarras (cuando los hay, que no siempre te ofrecen esa delicadeza) la batería en modo automático con escasos cambios y los teclados entrando y saliendo como les da la gana.
A veces lo que parece sencillo y sin embargo se hace con el gusto y la clase de saber qué se tiene entre manos consigue que la Música se convierta en algo sublime, al margen de lo que se considera como lo máximo a la hora de componer y destrozar intelectos.
Para divertimento sin pausa, ganas de pasar un rato inmejorable y disfrutar de todo lo que la Música como escucha puede ofrecer.
Roky Erickson voz y guitarras. Duane Aslaksen guitarra y voces. Paul Zahl batería. Jack Casady bajo. Andre Lewis teclados. Bill Miller armónica.

ONE:  Don't slander me;  Haunt;  Crazy crazy mama;  Nothing in return;  Burn the flames
TWO:  Bermuda;  You drive me crazy;  Can't be brought down;  Starry eyes;  The damn thing
THREE:  Hasn't anyone told you;  Realize you're mine;  Haunt

De Vinilos y Otras Glorias MDCX

¡Cómo me encanta recurrir a los genios! me lo ponen muy fácil y de paso disfruto de la Música que me ha ido haciendo a lo largo del viaje.


Steve Hackett (Please Don't Touch) 1978


Segundo trabajo en solitario de este maravilloso y genial guitarrista, talento también en lo compositivo y completísimo músico en su concepción de los sonidos.
Supongo que la mayoría de esos popes que tiran de pluma fácil y aseguran que lo mejor del músico que sea es la canción de la cara tal, del disco cual, de su época... y a partir de ahí todo se acabó, destrozarían la carrera en solitario de Hackett comparándola con el grupo que le dio fama y gloria, pero es lo que hay, que agarrarse a lo fácil es jugar sobre seguro (en mi caso pienso que es echar mucha mierda cuando uno no tiene lo que hay que tener)
"Please Don't Touch" es un disco de Prog. a la vieja usanza, con la complejidad en las composiciones que se le supone a un tipo que llevaba mamando clase y estilo más de una década, y a pesar de los pesares (para quien sea, no para el que suscribe) le sale una obra que rezuma esa calidad que lleva hacia arriba cuando la Música merece la pena y mucho.
A pesar de lo músicos que le acompañan, todos nombres propios de la Música, y no sólo del Prog., el disco es sin dudarlo un trabajo de autor, que mana del talento de Steve Hackett y lo que su mente recrea al entender las sensaciones hechas sonidos.
Las cualidades como guitarrista quedan patentes en momentos de despliegue emocional y Prog. más desatado, clasicismo de siglos pasados, escuela de conservatorio y recursos varios. Al margen, su capacidad como instrumentista nos regala momentos de íntimos suspiros con la flauta y efectos que se usan para adornar composiciones de alto nivel.
Un disco trabajado y con una textura preciosa, un sonido acorde a la calidad de quien lo crea y con una producción impecable que ayuda a meterse en ese estado onírico donde la Música de Steve Hackett nos lleva a poco que la sensibilidad se deslice por la piel.
Para disfrutar de lo que siempre debería ser y en tantas ocasiones no puede llegar.

SIDE ONE:  Narnia;  Carry on up the vicarage;  Racing in a;  Kim;  How can I?
SIDE TWO:  Hoping love will last;  Land of a thousand autumns;  Please don't touch;  The voice of Necam;  Icarus ascending


De Vinilos y Otras Glorias MDCIX

Un genio anda suelto, o mejor dicho, necesitaría estar suelto, pero por desgracia para él y el resto que amamos su brutal intelecto musical, no pudo estarlo mucho tiempo.


Syd Barrett (Barrett) 1970


Creo que es evidente que si amo cierta Música, llamémosla emocional, mental, creada por los sentidos por encima de todo, amo el talento de tipos como Syd Barrett.
Creador primario junto a sus colegas del universo Psycho de Pink Floyd, donde todo era una alucinación tras otra, a mayor gloria de las locuras trascendentales que nos llevan más allá de la lógica, cuando abandonó la nave porque no se podía sostener lo que tenía en la cabeza, nos dejó alguna que otra perla para que con el tiempo uno vuelva a ellas y se divierta esperando que nada sea lo que parece.
El comienzo de la década setentera embaucó con este "Barrett", a mayor gloria de su apellido paterno (creo) y por ende de él mismo. Un disco donde quería seguir guardando sus fantasmas y envolver con un halo de invisible probabilidad la continuación de su genio más allá de los propios problemas que su mente le creaba.
Con la aportación inestimable de colegas del pasado, especialmente un amor sentido por parte de David Gilmour que colabora en todo lo que puede y más alargando su sombra como músico capacitado para lo que le da la gana, firma un trabajo que se desliza entre la Psycho más auténtica made in Syd y momentos de Prog. experimental y ecléctico que su cerebro maneja porque no tiene límites.
La dejadez querida, requerida y nada forzada de su voz se transforma en hilo conductor para la aventura, que nos hace viajar de manera libre y segura por unos sonidos que se meten donde uno quiera colocarlos; de hecho esa es la gran virtud de Syd Barrett, llevarte a su universo y una vez allí... uno mismo y sus circunstancias, que son las que son.
No hay que esperar esa joya que el talento de este músico excepcional podría haber hecho cuando hubiera querido, pero no hay nada desechable en "Barrett", de hecho se convierte en una guía de momentos fuera de la norma y queriendo dejarlo todo, porque hay donde elegir y disfrutar con ello.
Es lo que tiene, o lo que siempre pensaba tener, que cuando uno crea lo que sus emociones le dictan, los límites son muy difíciles de definir, porque no suelen existir.
Syd Barrett voz y guitarra. Jerry Shirley batería. David Gilmour bajo. Richard Wright teclados.

SIDE ONE:  Baby lemonade;  Love song;  Dominoes;  It Is obvious;  Rats;  Maisie
SIDE TWO:  Gigolo aunt;  Waving my arms in the air / I never lied to you;  Wined and dined;  Wolfpack;  Effervescing elephant


sábado, 13 de febrero de 2016

Jennie


Música


Si la ceniza me permite saber que todo lo que queda es algo que me encendió por el fuego que llevaba, no hay mejor lugar para escribir las palabras que me dejan sentir todo en lo que creo, por eso la Música resurge de ellas para no morir jamás.

Thick N' Thin


Sueños


De Vinilos y Otras Glorias MDCVIII

Inspiración para quienes amamos la buena Música, nos visitan de nuevo un grupo que me ha dado momentos de increíble goce emocional.


Sea Level (On The Edge) 1978


Algunos de mis allegados me dicen que no me puede gustar mucho Sea Level porque tienen mucho de jazzy, y deben saber (investigan mis más profundos secretos con armas químicas prohibidísimas) que es un estilo que me dice menos.
No lo voy a negar porque si escuchas sus discos esa tendencia está más que clara, y además en algunos momentos se van por esos sonidos más que por ningún otro, pero me apasiona el grupo porque creo que están por encima de estilos, modos, formas y cualquier otra cosa que no sea la Música con mayúsculas (todas las letras, no sólo la M)
Su tercer disco, "On The Edge", tiene ritmos de sentidos allende los mares, instrumentales donde los músicos se salen, y momentos para perderse por lo que te viene, que puede ser cualquier cosa. Es cierto que la influencia de Chuck Leavell es mayor que en sus dos primeros trabajos, porque su piano y los teclados que maneja como le da la gana ejercen un peso muy importante en todas las composiciones, y sin los solos que se marca el disco no se entiende, pero en conjunto el trabajo lo es de banda, seis músicos que hacen lo que les da la gana porque en lo suyo son superlativos.
De hecho las guitarras, manejadas con clase y mucha finura por Davis Causey y Jimmy Nalls, son el contrapunto perfecto (y las que quitan más de un momento jazzy al sonido) para esos teclados, llevando el ritmo y los solos siempre de una manera elegante. El resto del grupo hace un trabajo soberbio, como Randall Bramblett con el saxo y la voz aterciopelada que embauca, y a pesar de no estar ya históricos del inicio de Sea Level, la sección rítmica mantiene un nivel excepcional para que los demás hagan lo que les da la gana (Lamar Williams al bajo y Joe English en la batería, seamos justos)
"On The Edge" es un álbum para disfrutar de la Música, saborear los sonidos que se hacen por gente que va muy sobrada en esto pero que nunca llegarán a salones de la fama y demás casas de rebajas baratas, y saber que lo que te llega es tan auténtico que nunca deja lugar a dudas.

SIDE ONE:  Fifty-Four;  King grand;  Living in a dream;  A lotta colada
SIDE TWO:  This could be the worst;  Uptown Downtown;  Electron cold;  On the wing

De Vinilos y Otras Glorias MDCVII

Porque nos ponemos nostálgicos (con estas cosas ya se puede) nos vamos de paseo con algo tan grande como hermoso.


Cream (Goodbye) 1969


Salvo la cara de payasos de los tres en la portada, sólo superada por la de colgado de Jack Bruce en la contraportada (de estar gozando no se sabe con qué) y esos trajes que firmaría cualquier comparsa de carnaval, el disco no tiene desperdicio.
Y es que el testamento en estudio y directo (que de todo hay) de Cream tiene impreso el sello de tres genios pasándose de rosca tres pueblos y la mitad del otro, pero todo ello en positivo. A pesar de que la nave naufragaba por multitud de historias que nunca se sabrán del todo, el talento de los músicos era tan descomunal que sellan un pedazo de álbum para decir "Goodbye" con una clase abrumadora.
De hecho, el comienzo del disco, ese trallazo titulado "I'm So Glad" grabado en ditrecto ya vale casi todo lo que se hacía y se ha hecho en mucho tiempo, pero no contentos con eso la cosa seguía, y seguía, y seguía... hasta que te encuentras volando por los confines de la estratosfera al ritmo de una guitarra demencial (Mr. Eric Clapton, dios y demonio por igual) un bajo como no se conocía (Mr. Jack Bruce en estado más que puro, como casi siempre) y una batería que demostraba que lo del ritmo puede ser tan fundamental como un genio quiera (Mr. Ginger Baker llamando a satanás para pegarle a los timbales una y otra vez)
Una llamada a la buena Música, sea Rock, Blues (porque si alguien quiere saber de qué va ese estilo en clave de eléctricos suspiros que se escuche "Sitting On Top Of The World") o cualquier otra cosa que llame a los sentidos a encenderse desde los sonidos más enervantes y traicioneros para disfrutar. "Badge" es un himno por sí mismo, la voz de Bruce demuestra que no hay que estar en el mundo para irse a otra dimensión, y E.C. hace de las cuerdas de su guitarra una especie de collage para que se pueda agarrar en el cuello y salir hasta donde uno quiera.
Disco de despedida y a la vez de saludos a la Música con clase, estilo y genial, porque Cream enseñó que el camino a muchos lugares no se concibe sin estar tan alto como uno puede llegar (ellos, por supuesto)

Side One:  I'm So Glad;  Politician
Side Two:  Sitting On Top Of The World;  Badge;  Doing that scrapyard thing;  What a bringdown



miércoles, 10 de febrero de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCVI

Como somos de esa manera (que por otra parte no sé nunca cuál es) pues nos apasionan las maravillosas experimentaciones de genios.


Television (Adventure) 1978


Hay que reconocer que cuando un genio deja escapar el talento, y además se olvida de las trabas de todo lo que le pueda disturbar en el mismo, siempre se produce algo especial.
Tom Verlaine es un genio, y a lo largo de su carrera musical lo ha demostrado, pero al margen de querer volar (y hacerlo) en solitario demasiado pronto alejándose del maravilloso proyecto llamado Television, lo que dejó marcó tanto que no tengo duda que puso los cimientos de un estilo.
"Adventure" es el segundo y último álbum del grupo, otra maravilla en estado puro que hace que el Rock tome otra dimensión. El sonido tan natural que emana de las composiciones parece sacado de un tratado de Música, y eso que en la época en la que salió, al igual que su antecesor, no existía nada parecido.
Pero es lo que tiene innovar porque se cree en ello, se sabe hacer y además el talento sobra, que cuando el grupo se puso manos a la obra para continuar el impactante debut con esta obra, lo que hizo fue otra vuelta de tuerca sobre lo ya inventado, y no era nada fácil.
Quizás se trate de un sonido menos violento que "Marquee Moon", e incluso más tranquilo en algunos pasajes, como si se permitieran reflexionar sobre lo que habían hecho, pero creo que sin medir mejor ni peor porque ambos me parecen superlativos, la "limpieza" salvaje con la que te llega "Adventure" te hace jirones la piel.
Las guitarras de Richard Lloyd y Tom Verlaine dan un recital de ritmos, arpegios y solos dónde y como deben, perfectamente acompañadas por el bajo de Fred Smith y la batería de Billy Ficca, que consiguen esa sección rítmica que te lleva a cualquier parte sin ningún esfuerzo.
Por supuesto la voz de Verlaine ejerce de maestro de ceremonias, ese tono tan característico y peculiar, como pasando de todo y de todos, que en algunos temas llega a niveles de preciosa dejadez para que otro siga con la fiesta.
El final de una aventura, el comienzo de muchas cosas gracias a este grupo que innovó cuando se pretendían otras cosas, y un segundo álbum para disfrutar del génesis de lo que iba a madurar como algo grande años después.

SIDE ONE:  Glory;  Days;  Foxhole;  Careful;  Carried away
SIDE TWO:  The fire;  Ain't that nothin';  The dream's dream

De Vinilos y Otras Glorias MDCV

Una vuelta a lo que nos está entrando cada vez más, a través de un grupo con mínima repercusión pero calidad más que contrastada (ya nos va sonando)


Complex (The Way We Feel) 1971


Segunda y última (que se sepa) entrega de este grupo inglés de Psycho ya entrado en los setenta que desgranan una Música clásica del estilo, con una cuidada elaboración y mucha clase.
La edición original fue de noventa y nueve copias, un prensaje privado de lo mejorcito que se realizó en la época, que junto a su primera obra consiguió que el grupo se hiciera un nombre en los ambientes más reducidos y underground londinenses, copias de las que no se sabe si se llegaron a vender todas ellas, pero que en la actualidad se cotizan muy, pero que muy alto. Y puede ser una banalidad del coleccionismo, que en otras ocasiones ha roto el mercado por cualquier cosa que no valía lo que se solicitaba, pero en el caso de este "The Way We Feel" sin que nunca me parezca bien lo de salirse de madre, sí que me parece lógico el interés porque la calidad del disco merece la pena.
Muy en la línea del Pop Psycho inglés, lo primero que llama la atención, y mucho, son los maravillosos conjuntos corales, que consiguen una armonías exuberantes y llenas de impacto melódico, voces que se encadenan entre sí con el solista uniéndose una y otra vez.
A partir de aquí las composiciones son un todo en las que el grupo suena de manera compacta y muy bien, dejando a las guitarras en un primer plano salvo las composiciones de las que se encarga Steve Coe, que como lleva el órgano, se hace notar en las mismas. Alternancia de temas más tranquilos de Pop con impactos más salvajes y directos, como el tema "We Don´t Exit" o "If You Are My Love", donde se dejan llevar por los 6'39'' de guitarra asesina sin pausa.
Un disco clásico del sonido Psycho, estilo y gusto por todos lados, canciones que se siguen de manera tan fácil como entusiasta debido a la calidad con la que están hechas, y a pesar de los pesares y esas ventas que no dicen nada, un álbum para disfrutar cada vez que se vaya a él.
Tony Shakespeare voz y batería. Steve Coe órgano, voces. Brian Lee guitarra y voces. Lance Fogg bajo y voces.

Side 1:  Every time I hear that song;  Am I;  We don't exist;  Lemon pie fair;  The way I feel
Side 2:  Moving moor;  Jeananette;  Hey girl you've got style;  If you are my love







martes, 9 de febrero de 2016

Poster


Música


Si la buena Música se acerca a ti, no la dejes pasar de largo. Que tus sentidos se aferren a ella como si fuera el último tren. Nunca sabemos si las sensaciones que nos provoca volverán, pero cuando se tienen no se olvidan nunca.

Él


Música


Queriendo adentrarme más aún en los nuevos espacios que la Música me está permitiendo conocer, no llevaré a límites las sensaciones que me vayan indicando, mientras creo este pedazo de mis entrañas, lo que quiero que me atraviese los sentidos para sentirme más y mejor, y en cuanto a lo que pueda o pretenda envolver las notas que inundan de clase mi vida buscaré en los rincones de mi alter ego, lo que pueda estar a la altura de la abrumadora maravilla que es lo que me hace y llamo magia, para unirlos en uno solo y hacer que se deslicen por los rincones de las mentes dispuestas a dejarse amar.

Poster


De Vinilos y Otras Glorias MDCIV

Una banda que me lleva a esos lugares donde lo prohibido es tan natural como prohibirlo, por eso soy un friki para la mayoría, claro está.


MC5 (Kick Out The Jams) 1968


Que apenas queden miembros en activo (por vivos, se entiende) de los MC5 se me antoja tan lógico como que su Música levantara ampollas a quienes les escuchan y no saben de qué coño va la historia, y que a su vez hagan alucinar a quienes queremos que todo sea así de por vida.
Puro hippismo pasado por todo el ácido del mundo, las drogas y el Rock elevados a la máxima expresión y a partir de ahí, riff machacones, salvajes andanadas de Música y una manera de sentir la vida que se va como un suspiro porque si no es así el cadáver no queda bonito.
Me han querido vender siempre que los MC5 eran puro garaje y que lo que hacían era lo que no les dejaban a otros. Será que quienes lo dicen saben mucho, pero como estoy pasado de rosca con popes listos y eruditos de medio pelo, para mí son la esencia del Rock salvaje en una época donde se podía morir por ello, costara lo que costara.
"Kick Out The Jams" fue un adelantado a su época, un disco en directo de lo que no debía ser, pura adrenalina cuando se te mete en vena la voz salvaje de Rob Tyner y te invita a los infiernos, o las guitarras (señaladas con su marca en el disco, nada que ver con la contra cultura que va  a machacar a las casas de nombre y millones de dólares) de Wayne Kramer y Fred Smith te queman con riff y más riff para que te sientas atacado en los momentos de éxtasis musical buscado en el disco.
La presentación del speaker ya te va indicando lo que viene, y a partir de ahí, MC5 y nada más, por si acaso crees que puedes escapar del influjo maléfico de ser un mal chico si te gusta, o una teenager de falda corta y aviesas intenciones. A partir de aquí el disco se lanza a la yugular y ya no hay escapatoria, porque lo que te van a dar es puro acero lleno de fuego y sembrado en los campos de la desesperación por vivir una época donde la épica no vale para nada, porque no eres nada ni lo vas a ser.
No disfrutes si no quieres, a mí me da igual, pero si te atreves, este es un disco para saltarte todos los muros, las alambradas y lo que han considerado por ti que no está bien, pero al final...

SIDE ONE:  Ramblin' rose;  Kick out the jams;  Come together;  Rocket reducer nº 62
SIDE TWO:  Bordeline;  Motor City is burning;  I want you right now;  Starship




De Vinilos y Otras Glorias MDCIII

Un grupo encantador, porque me encanta de ahí el término, y porque creo que nunca ha sido valorado lo suficiente, sobre todo cuando dejaba perlas como esta.


The Climax Chicago Blues Band (A Lot Of Bottle) 1970


Lo primero, ante todo, dirigido a esos puristas que nos siguen y que ya son multitud, decir que el nombre del grupo en el disco, los archivos y demás es sin "The", pero como uno va guardando sus cosas, para que no me líe a la hora de clasificarlo, le pongo la susodicha "The" y así me queda en el mismo archivo.
Es complejo, porque The Climax Blues Band, The Climax Chicago Blues Band o Climax Chicago Blues Band son la misma cosa pasada por nombres que cambiaban de aquella manera en su primera y más gloriosa época, a la cual pertenece este "A Lot Of Bottle" que es otro tratado de Blues y Blues Rock de raíces con toque eléctrico para descargas emocionales importantes.
Desde las reminiscencias al "Delta Blues" con el que se abre el disco, a esos instrumentales con saxo uno de ellos y armónicas rotas y desgarradas otro, todo suena a lo que es, Blues del que te saca a patadas del letargo y te recuerda que estás vivo o te van a mandar al otro barrio entre slide, acero, más slide y más de todo grabándose en la piel. Porque no nos engañemos, "A Lot Of Bottle" es Blues Rock, pero de añoranzas pasadas por lo que se aprende en los tugurios, llenos de humo y con olor a alcohol en las palabras.
Da igual que la eléctrica se enerve de vez en cuando, que la voz quiera dedicarnos una sinfonía de frases de perdedores y muertos en vida, que el bajo se te agarre al cuello para demostrar que está, todo gira alrededor de una Música que se hace más grande con la emoción de saber que en cualquier momento todo se acaba y terminaremos vomitando o escupiendo sangre en cualquier lugar.
No esperes otra cosa, o si lo haces allá tú, pero si te quieres zambullir en los sonidos sacados de lo más oscuro para llegarte al alma, este disco te lo va a dar todo, y si quieres que se convierta en algo que te dé una cierta esperanza, entonces te escuchas siete veces "Seventh Son" y dejas el resto, aunque yo no lo haría por lo que te pierdes.

Side One:  Country hat;  Everyday;  Reap what I've sowed;  Brief case;  Alright blue?
Side Two:  Seventh son;  Please don't help me;  Morning noon and night;  Long lovin' man;  Louisiana Blues;  Cut you loose



De Vinilos y Otras Glorias MDCII

Otro maravilloso proyecto que se quedó en poco, en esta ocasión por la desgracia convertida en dama negra, por lo que se atisbaba que podría haber sido.


Stone The Crows (Ode To John Law) 1970


A pesar de hacer algún que otro disco posterior, en mi opinión la magia de Stone The Crows terminó con este "Ode To John Law", segundo trabajo y a la altura de su álbum debut.
Tremendo Rock con detallazos de Hard y Blues que dejan seco, un trabajo impecable del grupo en general y los músicos en lo que les toca a cada uno, y la producción exquisita que nos acerca aún más a ese sonido tan particular que conseguían.
Todas las piezas encajan como deben, desde la maravillosa voz de Maggie Bell, arrasadora, desgarradora y tan bella como dura, que se mete en la mente como un haz de luz, pasando por la guitarra de Les Harvey, un genio al que el destino no le dejó mucho para poder serlo y que cuando se pone a ello estremece con sus solos demoledores y su manera de arrancar sentimientos a las seis cuerdas.
Temas compuestos con un gusto exquisito, completísimos y que permiten en los seis minutos largos que se marcan en cinco de los siete que componen el álbum, lucirse al grupo cuando suena de manera compacta, llevándose todo por delante, o en los distintos solos que los jalonan, porque si bien Harvey es la joya de la corona, los teclados de John McGinnis provocan un contrapunto ideal para el sonido de la banda, en solos o como ambiente. 
La sección rítmica es otro punto fuerte, el bajo de Jim Dewar se sale cuando quiere, y la batería pegada con precisión por Colin Allen más de lo mismo.
Disco para disfrutar de Música de muchísimos quilates, tremendo, impactante, sin fisuras, una gozada que llega sin esfuerzo, porque los sonidos que escapan del vinilo son de una calidad excepcional y se nota.
Cuando la Música puede crear los sueños, y los sonidos traspasan los surcos, delicatessen como ésta se meten en la piel y no salen nunca, por eso es bueno apurarlos hasta el fondo.

SIDE ONE:  Sad Mary;  Friend;  Love 74;  Mad dogs and englishmen
SIDE TWO:  Things are getting better;  Ode to John Law;  Danger zone

De Vinilos y Otras Glorias MDCI

Grupo apasionante, donde todo pudo ser, y se quedó en memorables gotas de clase de eso que nos gusta tanto.


Cactus (Restrictions) 1971


Me encanta Cactus, me apasiona su Música. Hard de excepcional factura y un impacto directo a los que quieren sentirlo. 
"Restrictions" fue el primer disco que conocí de ellos, o mejor dicho el primero que tuve. Evidentemente no es el mejor de su producción, pero cuando parecía que la vaca ya no daría más leche, se sacaron de la manga un vinilo con una energía que da gusto escuchar.
Ya el tema que da título a álbum y que lo abre es de una fuerza como para dejarte caer. Es cierto que se nota que los cuatro músicos saben de qué iban los otros, aunque esto mismo fuera lo que acabó con la banda, y ese feeling se ve llegar desde la primera nota.
La voz de Rusty Day está tremenda. Entre desgana, mucha guasa y una capacidad para entonar realmente brillante, los temas comienzan sintiéndose a través de su garganta, que por otra parte llega y hace lo que quiere.
Donde sí me parece que el disco gana más que en otros álbumes del grupo es en el sonido compacto que logran. Son una perfecta máquina engrasada que te cae de aquella manera, y si no, escucha el comienzo de "Guiltless Glider" y si después de eso no te abruma, cuando acaben los 8'45'' míratelo porque estás muerto.
Brutal como rezuma a buen Hard, Música poderosa por los cuatro costados; la sección rítmica de los maravillosos Carmine Appice (vaya por delante que uno de mis baterías favoritos) y Tim Bogert se sale, y así es más fácil para lo demás, incluidas esas virtuosidades, que le salen a veces sí y a veces un poco menos, de Jim McCarty, que por otra parte con su guitarra y la slide cumple más que bien.
Disco de estilo, es más de lo que parece porque Cactus fueron mucho en poco tiempo, para disfrutar de la Música que sin desvaríos te puede aplastar porque es tan buena que llega hasta dentro, y eso siempre es una gozada. El final de otro grande (lo de las reuniones... pues eso) hecho a lo grande, como debe ser.

Side One:  Restrictions;  Token Chokin';  Guiltless Glider
Side Two:  Evil;  Alaska;  Sweet Sixteen;  Bag Drag;  Mean Night in Cleveland