sábado, 16 de junio de 2018

De Vinilos y Otras Glorias MMVI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Jericho Jones (Junkies Monkeys & Donkeys) 1971


Para comenzar y no hacer fácil la cosa, hablamos del que fue el grupo Jericho, restos de otro grupo llamado The Churchills y alguna que otra entrega que ni los más avezados del lugar sabrían recomponer.
En el disco que nos ocupa, que nos visita y que además marca un momento importante en la historia de la Música de una zona nada dada a estos avatares, el grupo fundado en Israel se lanza a la aventura y no les quedó nada mal.
Ya era en sí mismo una odisea poner en pie algo como lo que se escucha en una tierra nada entregada a la calma y el placer por ciertas artes donde la imaginación y la libertad mental deben ser el paradigma, pero es evidente (como hemos dicho muchas veces) que las barreras se crean porque se quiere, no porque se deba, y esta es otra demostración.
Oscura formación con tendencia Hard Prog. aunque a decir verdad el estilo se antoja un poco incierto. Realmente las influencias son muchas y variadas, y en el disco se pueden apreciar momentos de intensidad en esa línea Hard mencionada, intimismo instrumental ayudado por las voces y coros que rezuman sensibilidad, melódicos y con orquestaciones (que dado el carácter del grupo podrían evitarse sin más, pero ya que están no quedan mal) hasta largas suites de Prog. con toques e influencias descaradamente Blues. No falta alguna extravagancia instrumental en la cual los músicos quieren dejar constancia de lo que pueden llegar a hacer, en un salto sin red que es de valorar por lo que representaba en el momento de la creación del álbum.
El disco en conjunto es mucho más positivo que no, y el poderío en los temas donde descaradamente se decantan por cabalgar sin mesura le dota de una intensidad que se agradece, con una voz en constante esfuerzo aportando momentos de fiereza.
Al menos no se trata de la curiosidad venida de un lugar donde crear era algo realmente complejo, sino de un trabajo hecho sabiendo de qué iba la cosa, composiciones bastante logradas y un grupo que suena como tal en la mayoría de las piezas que se escuchan.

SIDE 1:  Mare tranquilitatas;  Man in the crowd,  There Is always a train;  Yellow & blue;  Freedom
SIDE 2:  Triangulum;  No school today;  Junkies, monkeys & donkeys;  Time Is now;  What have we got to lose

De Vinilos y Otras Glorias MMV

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Rain (Norsk Suite) 1969


Poder, lo que se dice poder, pueden quedar dudas sobre el origen de estos chicos, pero creo que tanto en su presentación como con el título de su disco quieren que la gente sepa que en los países donde el sol se esconde demasiado en invierno y demasiado poco en verano hay muchas cosas que ofrecer a nivel musical.
Influidos y mucho por todo el sentido beatleriano de la Música, los noruegos "Rain" nos ofrecen un tremendo disco lleno de calidad, de imaginación (incluso en las versiones de tres clásicos del cuarteto de Liverpool) y de capacidad instrumental.
Que van sobre seguro al echar mano de temas clásicos es un hecho, aunque también hay que respetarlos y no meterla hasta el fondo con según qué versiones, pero a la hora de crear, especialmente los instrumentales que llenan el álbum, demuestran que tienen talento. Trío de músicos que desarrollan momentos de intimismo poco habitual en el estilo, un Pop Rock clásico y sin concesiones, desviándose en momentos por caminos más arriesgados que rozan lo experimental, en temas que parecen sacados de poemas nórdicos oscuros, abruptos, historias para que la noche no sea nada calmada. Todo el comienza de "Norsk Suite" es un paseo por los océanos llenos de niebla, con el regusto de la búsqueda por un horizonte que no aparece en la lejanía; percusiones y teclados grandilocuentes para acentuar el efecto de ese negro azabache que se cierne sobre quien lo escucha.
No cesan en sus intentos por encontrar a la vez el camino más fácil, con conjuntos corales en los temas más al uso, ritmos más llevaderos y seguidos, pero perfectamente alternados con lamentos más allá de lo clásico.
Un disco más que interesante, en mi caso lo considero un gran disco en un momento nada fácil para destacar en algo, que se escucha con la idea de que siempre te van a sorprender, no importa si son temas millones de veces escuchados en boca de otros artistas, o las creaciones propias muy del gusto escandinavo.
Carl Jorgen Kionig batería. Knut Heljar Hagen órgano, piano, voz y bajo. Asmund Feidje guitarra, violín, voz y bajo.

side A:  A day in the life;  Whine and wail;  Strawberry fields forever;  Norsk Suite;  Join the city war
side B:  Ikkle voer redd, far;  Have you seen your father's face;  Sveins vise;  Isolation;  Siste ordre


Japón: Cuaderno De Viaje VI // Onomichi, Lo Pintoresco Hecho Realidad II


Aún nos quedaba tiempo para apurar el día y nos dispusimos a visitar lo que hace de Onomichi algo más que el mar que la sustenta, una ruta por los entresijos del monte que se une al pueblo y lo abraza.

El "Sendero de los Templos" y el "Sendero de la literatura" son dos rutas que terminan confluyendo en el mismo lugar. Tras atravesar la vías del tren, que en algunos lugares parecen las viejas piezas de hierro abandonadas que atraviesan la ciudad y la dividen en dos, el resto del camino es cuesta arriba, y en verdad que la cuesta es muy hacia arriba.

Antes de comenzar a subir, en el mismo pueblo cumplimos uno de los deseos de mi amor, encontrar y ver la estatua de Fumiko Hayashi, una escritora nacida a principios del siglo XIX y que como muchas mujeres sin miedo a nada, se atrevió a vivir su vida y ser por encima de todo, al margen de lo que la época dictaba para los escritores de su sexo. Un amable señor (decir esto en Japón es casi una redundancia pero me encanta recordarlo) nos explicó en perfecto japonés y con miles de gestos (afortunadamente ésto último) cómo encontrarla, y ver los ojos llenos de emoción de una enamorada de la literatura degustando el momento fue un instante inolvidable.

Puestos a demostrarnos que podíamos hacer el día completo de actividades olímpicas varias, comenzamos a subir por los senderos, sintiendo cómo el pueblo iba reduciéndose a nuestros pies mientras nos colábamos entre callejuelas, piedras, templos, gatos que dormían o se lamían sin cesar (cientos de ellos, por cierto) subiendo hacia el infinito, en un lugar entregado en el pasado a la magia que desprenden las palabras, el intelecto y su manera de cultivarlo.

Onomichi se presentaba ante nosotros con una imperial belleza, bañado por el mar, rodeado de montes y naturaleza, atravesado por caminos de hierro y senderos de piedra, y entre todo esto, dos enamorados de ese país, el cual nos permite creer que a todos los niveles (especialmente en lo  humano) aún todo es posible, y eso es impagable.

Pensar que allí arriba se esforzaban por crear un foco de cultura a través de las palabras era sencillamente emocionante. Mi mente se esforzaba, entre el silencio y las vistas de todo lo que impactaba en mis ojos, por traer a la memoria esos temas eternos que me hacen sentir más allá del propio universo, y recreando sones que me han hecho ser quien soy después de más de cuatro décadas, me dejé llevar flotando sobre el mundo, parando el tiempo y recreando el espacio a través de la Música.

Bajamos sin prisas, degustando en sentido inverso todo lo que nos había hecho llegar hasta la cima, dejando que Onomichi se acercara poco a poco hasta nuestros pies, y ya en el andén, una imagen me hizo creer en esos túneles del tiempo que a veces te asaltan en la vida, dos vías perdiéndose en la tierra, desapareciendo hacia el centro del mundo ("Sueños en papel" no buscados) 




Japón: Cuaderno De Viaje V // Onomichi, Lo Pintoresco Hecho Realidad I


El tercer día de estancia en Japón, y más concretamente en Hiroshima, no pintaba nada mal. Mi Amor había preparado una visita a uno de esos lugares donde todo parece sacado de un cuento de siglos pasados, en los recónditos libros de este espectacular país que se niega a entregar la parte más pura que tiene.

Onomichi es un peculiar y pintoresco pueblo costero que pertenece a la prefectura de Hiroshima, al cual se accede en tren con un trayecto corto gracias a la brutal y organizada red ferroviaria del país. Una visita que de nuevo te transporta por los senderos del tiempo, sin perder esa unión que el pasado y el presente (que en el caso de Japón casi siempre es futuro) poseen, y que te permite volver a descubrir lo que nunca debe terminar, vivir en la época que te ha tocado sin dejar de lado lo que ha llevado a vivirla.

Al margen del propio pueblo, situado en la costa del mar interior de Seto, que le otorga ese carácter propio y típico de los pueblos costeros y que se abastecen en su respirar diario del mar, los alrededores de Onomichi son una maravilla y un canto a la naturaleza, cuidada y buscada para que sea parte del entorno y se funda con él.

Nada más llegar a la estación, nos dispusimos a buscar el "apeadero" de bicicletas para alquilar un par de ellas y hacer el recorrido entre los puentes que unen las seis islas en la llamada Shimanami Kaido, una de las rutas ciclistas más famosas de Japón (si no la más) y que permite unirte a la naturaleza y todo lo que te ofrece la zona entre carreteras comarcales, zonas de calma chicha en el mar y puentes inmensos que unen las islas para conectar distintas formas de ser, vivir y sentir.
No estuvo mal la cosa para dos avezados aventureros a pie que no toman la bicicleta casi nunca, porque a parte de disfrutar de las maravillas que el paisaje nos ofrecía pudimos aguantar unos 22 kilómetros y disfrutar de un paseo realmente impresionante.

Ciclistas, moteros, automóviles de todo tipo y la experiencia de mi primera ruta circulando al más puro estilo anglosajón, por la izquierda y con adelantamientos "anti natura", al borde del mar, subiendo montañas para acceder a los inmensos puentes que te permiten pasar de una isla a otra, y terminar la entrega de las bicicletas tras atravesar en ferry (toda una experiencia también perdida en el tiempo) el puerto lleno de barcos de pescadores que preparaban los aperos para la madrugada siguiente.

El paseo por el puerto y las paradas para descansar traían la esencia de la calma y la tranquilidad perdida en lo que ahora no deja ser, y nos preparaban para la segunda parte de nuestra visita, un paseo por las nubes hasta el cielo de lo prohibido.






domingo, 10 de junio de 2018

Poster


Shadows Of Lost Days


Poster


De Vinilos y Otras Glorias MMIV

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Os Mutantes (A Divina Comédia Ou Ando Meio Desligado) 1970


Es lo que tiene la gente que usa la imaginación y algo más de su intelecto para aplicarlo a lo que hace, que suele conseguir cosas al menos originales, y si encima unen calidad a lo que sale, pues todos contentos (los cabestros y esos a los que les provoca dolor interno pensar obviamente no)
Dicho esto, una de esas parrafadas del que suscribe, el disco que nos acompaña en esta entrada, a la sazón la tercera obra de Os Mutantes, se convierte en un disco de claro cambio dentro de la Música del grupo, abandonando un poco los sonidos puramente brasileños con las influencias notorias de las Músicas de su zona, y abrazando un poco más el Rock más intenso, dentro de esa Psycho tan salvaje y personal que interpretaban.
No quiere decir esto que de pronto dejaran de parecer lo que eran, porque lo que nunca han abandonado Os Mutantes son esas raíces tan particulares que les hacen ser ellos mismos y con un sello tan personal como brasileño, pero es cierto que ciertos pasajes, especialmente los arreglos y la manera de tratar algunos ritmos sí parecen más endurecidos.
Lo que sigue siendo un sello de identidad en sus canciones son los conjuntos corales, melódicos, preciosos, dulces, que llevan en volandas al resto del tema. Es a partir de las voces cuando todo fluye, ya sean los momentos de voces solistas como los que realizan en distintas voces jugando con las gargantas, mezclándose de manera excepcional o llevando las letras como coros.
Percusiones muy de la zona, creando ritmos vivos y constantes, teclados que provocan en algunos momentos una atmósfera rodeada con un halo de misterio, un poco más radical que en otros trabajos, donde todo estalla a través de la intensidad de las voces (el "Hammond" de "Meu Refrigerador Nao Funciona" desgarrando el silencio mientras la voz quiere comérselo es tremendo) y momentos de fuerza menos habituales con anterioridad.
Un tremendo disco de Psycho personal, intransferible, puro Os Mutantes, original y lleno de calidad, la marca de uno de los más grandes grupos brasileños de la historia.
Arnaldo, Rita Lee, Díaz Sergio

Lado 1:  Ando meio desligado;  Quem tem medo de brincar de amor;  Ave, Lúcifer;  Desculpe, babe;  Meu Refrigerador Nao Funciona
Lado 2:  Hey boy;  Preciso urgentemente encontrar un amigo;  Chao de estrelas;  Jogo de calçada;  Haleluia;  Oh! mulher infiel

De Vinilos y Otras Glorias MMIII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


The Pretty Things (Emotions) 1967


Ni de lejos me parece el mejor disco de la banda, ni uno de los que hará que se les recuerde por los siglos de los siglos, pero sabiendo que The Pretty Things me encantan y siempre me han parecido un grupo infravalorado por la época que les tocó vivir y porque eran como eran, he de reconocer que este tercer trabajo tiene la valentía de intentar algo diferente.
Que el grupo comenzó haciendo R'N'B no creo que se pueda dudar, pero quizás lo logrado hasta ese momento no debió dejarles muy tranquilos, porque el cambio fue radical. Eso hizo que varios componentes de la banda dejaran el barco porque no comulgaban con las nuevas ideas, algo muy lógico y coherente, por lo que Phil May y Dick Taylor se encontraron con un disco a medio hacer y teniendo que buscar media banda.
El sonido de "Emotions" ronda mucho más el Pop que se estilaba entre algunos de los iconos de entonces, se aprecian muchas reminiscencias en la forma de componer de Ray Davis, ese ritmo sosegado que lleva las canciones por un camino más que reconocible, así como algunos de los momentos de injerencias del Rock más fresco.
En mi opinión lo que sí me parece excesivo es el uso de tantos instrumentos de viento, que en algunas canciones quitan protagonismo a una sección rítmica y a las guitarras, realmente la base de los temas. No sé si ésta búsqueda de contrastes entre los vientos y el resto estaba buscada hasta ese extremo, pero no me encaja tanto con la Música, en ocasiones visceral, del grupo.
Es por eso que sigo creyendo que este trabajo es una obra de transición hacia lo que luego fueron algunos de sus logros más importantes, pero aún así, el disco es más que válido porque tiene momentos de intimismo preciosos, y en algunos temas la manera de componer no puede negarse que es puro The Pretty Things.
Para amantes del grupo y de la Música que durante una época fue la guía y el futuro de todo, un disco que nunca viene mal, a pesar de muchos pesares si nos ponemos demasiado popes.

A:  Death of a socialite;  Children;  The sun;  There will never be another day;  House of ten;  Out in the night
B:  One long glance;  Growing in my mind;  Photographer;  Bright lights of the city;  Tripping;  My Time

De Vinilos y Otras Glorias MMII

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Thundermother (No Red Rowan) 1971


En primer lugar señalar (y con razón a raíz de lo que indica el propio disco) que no existe apenas información sobre la grabación, un poco más sobre la banda y casi nada de lo que pudo acontecer tras salir al mercado, si es que salieron algo más que algunas muestras.
Estas son las sorpresas agradables que aún y por siempre depara la Música, pequeñas gemas escondidas que al final salen a la luz y nos dejan una maravillosa sensación, casi siempre de una época irrepetible por la calidad y la cantidad.
Supuestamente grabado en Wakefield, Inglaterra, entre 1970 y 1971 (también aparentemente) este doble disco es un manual de buena Música que abarca distintos estilos, y todos tratados con un gusto y una clase realmente exquisitos.
Hard Psycho que rezuma por los cuatro costados, con un toque descarado de Prog. cuando se ponen trascendentales, una mezcla improbable pero que este "No Red Rowan" es capaz de equilibrar desde la primera nota. Es cierto que en cuanto a la grabación existen partes mucho mejor grabadas que otras, y es una pena que no se mantenga en ese sentido la constancia, pero es lo que tienen estas grabaciones ignotas y recogidas desde el olvido, que no siempre se pueden conseguir como debieran.
El comienzo demoledor de 13'41'' llamado "Someday" da una idea de lo que podían ofrecer, un temazo perfectamente estructurado, con las guitarras alternándose en el tiempo y la Música incandescente llenándolo todo, puro Hard Psycho tremendo y precioso.
A partir de aquí nos vamos adentrando en un espacio musical que el grupo domina, con destellos de furia nada contenida, momentos de expresión mental que linda con el Space Rock versioneando algunos de sus propios temas, el Prog. más incandescente ("Come On Home" en cualquiera de sus versiones) y toda la base de esa Música dura que lleva al grupo.
Un hallazgo de lo más sugerente, para disfrutar y mucho de un gran disco hecho por un grupo que tenía muy claro lo que quería y cómo trasladarlo al vinilo. 
David John voz. Frank Newbould voz, bajo y guitarra. Ginner guitarras, voz. Daz bajo.

Side A:  Someday;  Woman;
Side B:  Boogie music;  Country lines;  Lady;  Duce blues;  Watch your Step;  You know me babe
Side C:  Woman In my life;  Come on home;  Rock me babe
Side D:  The people show;  Boogie music (Coke Version);  Come on home (Space Version)


sábado, 9 de junio de 2018

De Vinilos y Otras Glorias MMI

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Harumi (Harumi) 1968


La influencia de todas las Músicas y estilos de calidad en los artistas japoneses es un hecho que nadie puede negar, y desde la apertura del país al mundo, una vez superado el lastre de la segunda guerra mundial, esta influencia y lo que significa fueron haciéndose cada vez más notorias.
No obstante, el toque personal que estos artistas dan a la Música que crean es algo indudable, y eso es lo que les hace (cuando de calidad hablamos) diferentes y emocionantes.
Harumi es uno de esos artistas más que influenciado por la Música que llegaba de los lugares donde se creaban los sonidos que movían el mundo, y en su obra homónima deja bien claro esto.
Doble disco de pura Psycho ambientada en lugares donde la imaginación es libre y viaja a sus anchas pero con dos características bien diferenciadas, que corresponden a cada uno de los discos. De hecho parece una obra realizada en dos partes y unida para salir a la luz como el doble trabajo que se entrega.
En el primer disco, no se anda con muchas transgresiones y se dedica a realizar una Psycho muy USA, en ocasiones incluso peca de inocencia en sus planteamientos, como si jugara sobre seguro, y aunque el resultado no es nada malo, se deja entrever la posibilidad de haber ido un poco más allá. Las guitarras tienen una importancia capital en los temas, pero no deja de ser un trabajo que podrían firmar muchos de esos grupos que nacieron en el país donde esta Música se implantó casi como una forma de vida. La creatividad en este sentido está marcada por lo que Harumi conoce y no inventa nada que no esté sabido.
Otra cosa es el segundo disco. De pronto todo se transforma, y el universo del artista se convierte en un mundo al margen de la lógica donde la imaginación se desborda y la capacidad creativa surge a borbotones. Un tema por cada cara que además se convierten en obras enormes que no se detienen ante nada; la cara A, descomunal, son 24'01'' de éxtasis mental, con la integración de instrumentos tradicionales japoneses que dotan a la obra de una singularidad y belleza maravillosa, mientras el artista se dedica a pasear por el tiempo y acompañantes del mismo llenan el espacio recitando, cantando, inventando. La cara B, "Samurai Memories" con sus 18'11' de duración, consigue ser tan épica como intimista, abundando en la preciosa simbiosis entre instrumentos del Rock y los tradicionales, llevando la Psycho a un extremo realmente sugerente.
Demasiada diferencia entre los dos discos, pero en general una obra que merece la pena por lo que sorprende y lo que destila.

Harumi todos los instrumentos, compositor, arreglos e imaginación.


Japón: Cuaderno De Viaje IV // Kurashiki, Un Viaje En El Tiempo



Tras la travesía, hacia mucho de lo que debería ser menos lo que realmente es, del día anterior, la mañana se presentaba interesante. La ruta de viaje que mi amor había preparado nos hacía tener por delante lugares que no suelen estar en los planes de los visitantes ajenos a Japón (sin contar a los viajeros que no se conforman con las guías de viaje, por supuesto) 

Como casi siempre en nuestro caso, el tren como medio de transporte y gracias a la tarjeta que los extranjeros podemos conseguir por semanas y que te da acceso a una red inmensa de este transporte, nos permitió en poco tiempo llegar a un lugar que parece la entrada a una puerta lejana en el tiempo, Kurashiki. Con casi medio millón de habitantes, que para Japón la convierten en una pequeña ciudad, se trata de un lugar histórico situado junto a la desembocadura del río Takahashi, que le da la vida y mucho del sentido de lo que es.

Pasear por sus calles, especialmente la zona histórica y todo lo creado alrededor de los puentes y el río es deslizarte por el tiempo sin saber nada de fechas y relojes, porque todo parece detenido en un pálpito que se convierte en ajeno a lo que es el discurrir normal de la vida de cualquier ciudad japonesa.

En este lugar el frenesí lo da el sonido del agua, el discurrir de las horas en un  cuadro de otras épocas, la tranquilidad de lo que es más allá de la propia ciudad. Al margen del impresionante museo Ohara, que en un espacio parecido a un palacio neoclásico alberga obras de una colección privada donada a la ciudad de artistas grandes y clásicos, llama la atención la parte histórica conservada con un gusto exquisito, que guarda la forma de vida de épocas pasadas, con canales donde confluyen calles derramadas hacia el río, que datan del período Edo y que aún conservan los almacenes donde se guardaban los productos (especialmente el arroz) que llevaban al puerto.

La Honmachi Higashimachi, un entramado de calles conservadas como eran siglos atrás, son un desvarío emocional para sentirse transportado sin remedio a otros tiempos, sin desentonar la Música que sale de alguno de los negocios que ahora ocupan sus locales, habitualmente japonesa (supongo que para dar un toque más de autenticidad al lugar) 

En uno de esos locales, una casa particular de una encantadora señora que había hecho de su hogar un lugar de descanso a modo de café, degustamos una cerveza helada con (increíble por la estampa de lo que nos rodeaba) los sones de Música Rock de clásicos de los setenta, que nos envolvieron en cada sorbo y nos hicieron recuperar las fuerzas para volver.


Paseo hacia atrás buscando el próximo tren, entre galerías, vistas del río y más guiños a una época de esplendor que en Kurashiki se niegan a perder, entre visitantes japoneses, algún despistado como nosotros y lo que nunca puede faltar en Japón, grupos de colegiales que aparecen y desaparecen por muy lejano, remoto o ignoto que sea el lugar donde te encuentres.








Japón: Cuaderno De Viaje III // Hiroshima, La Música Del Silencio


Hoy en día, y desde hace décadas, Hiroshima es una ciudad moderna, perfectamente estructurada y con más de un millón doscientos mil habitantes sin contar toda el área metropolitana que por aquellos lugares suele aumentar bastante según qué ciudades.

No es una ciudad al uso, porque a pesar de ser moderna y con todo lo que corresponde a una urbe japonesa, tiene ese halo de misticismo que le da el saberse para la eternidad uno de los puntos donde la barbarie humana llegó a su cenit.

El área dedicada al recuerdo de lo que supuso el desastre de la segunda guerra mundial y la caída de la bomba atómica es en sí misma una zona que se aparta de la ciudad, realmente creo que se aparta del mundo. Todo el parque y lo que en él puede verse, dedicado a este momento de aberración de la mente humana, es un monumento al silencio, a la Música que desprende la muerte y los recuerdos de la nada, a esa sensación lúgubre de lo que nunca va más allá de la memoria porque no se quiere olvidar y al mismo tiempo no de debería recordar.

La Música de este lugar es el silencio, roto en ocasiones por el sonido de la campana de la paz, que cualquiera puede tocar para (no sé muy bien si de manera efectiva o simplemente porque el ser humano aún no se reconoce) que no vuelva a ocurrir esa barbarie que pisas cuando estás allí. El silencio es Música porque tus sentidos buscan esa parte de lo que asumen cuando nada les rodea, y en Hiroshima, en ese lugar, parte de lo que me lleva hasta el éxtasis más absoluto, los sonidos y su significado, se empeñaban en rodearme sin poder expresarse, porque allí todo se expresa en la hecatombe.

La llegada al país del sol naciente una vez aposentadas las maletas y pisado el suelo ajeno a estaciones de trenes y aeropuertos, fue un recorrido por lo opuesto a lo que buscaba en este viaje, pero no me dejó indiferente, porque en muchas ocasiones, cuando la Música calla, es esa sensación la que me queda, la nada más absoluta, el sentimiento de no poder sentir lo que ella me da, lo que posiblemente ocurrió tras el estallido de la muerte, ese silencio que lo abarca todo y que se convierte en la Música innecesaria que nunca se debería escuchar.




viernes, 1 de junio de 2018

Live At Dunajam


Tomo Katsurada


Japón: Cuaderno De Viaje II // Camino De Los Sueños


Hacer el viaje en dos etapas no ayuda a reducir las catorce horas hasta llegar a Tokyo, pero al menos te permite despejarte durante un rato (que sin ser gran cosa ni desearlo, por aquello de llegar y los deseos de estar en nuestro destino, ayuda) y para cuando tomas el avión que arrastra toneladas y toneladas de metal enfilando hacia el cielo, la sensación ya es otra cosa.

Tenía por delante muchas horas y un reducido espacio para vivirlas, de modo que la primera idea fue buscar Música en la pantalla que hacía de ordenador personalizado en cada asiento. ¡¡Craso error!! porque la moda no suele ir conmigo, y la moda de los últimos años me produce una alteración estomacal bastante agudizada. Vistas las perspectivas, preferí recrear los temas y sones que me apasionan, buscando en mi cerebro de manera aleatoria y haciendo acopio de algunos de los discos que podría encontrar y que descansan en una lista que siempre que puedo me acompaña cuando voy a algún lugar donde se aprecie lo que amo.

Como siempre, las perspectivas en Japón pasan por los lugares que se atrevan a compaginar el inglés con el japonés para darte la información, porque de no ser así en mi caso estás perdido, y si das con el encargado de turno que no da crédito a que un occidental que no sea yanqui o británico pueda conocer según qué cosas, vas apañado. De todas maneras la imaginación es libre, y el tiempo en este caso era mi aliado para soñar (que no para ir mordiendo los kilómetros que me separaban del destino) de modo que pasé por el filtro de mi memoria los incunables que nunca se encuentran y por descontado esa lista paralela de discos japoneses que son la búsqueda del santo grial para un enamorado de su Música, como es mi caso.

El día 24 de mayo aún quedaba lejos, pero esos cuarenta años que la Música cumpliría a mi lado en fecha tan señalada iban conmigo desde hacía mucho tiempo, y me entretenía en imaginarme qué podría conseguir justo ese día, si es que los precios del mercado no me hacían quedarme con las ganas. Estaba claro que algo iba a conseguir, de modo que seguía imaginando y viéndome ya en las tiendas conocidas y en otras que quería visitar por primera vez. 

Kyoto y Tokyo son dos lugares para buscar y perderse con los vinilos, independientemente de que encuentres lo que buscas, porque es un placer visitar las tiendas, pero había algunos lugares más que podrían hacer sentirme bien, entre discos de negro vinilo o escuchando Música al amparo de una buena cerveza. Tras el interminable viaje y los trámites de rigor nos encaminamos hacia la primera etapa de nuestro viaje, con el tren bala Shinkansen deslizándose sobre las vías rumbo a Hiroshima.



Japón: Cuaderno De Viaje I // Más Allá Del Sol Naciente


Parece una quimera, y realmente pudiera serlo si nos ponemos en la ilusión de vivir un sueño.
Nunca imaginé que sería el cuarto viaje a un país fascinante que me atrae por lo que da en sus lugares, sus gentes (a día de hoy sobre todo, y que dure) y en esa parte de mi alma que es casi todo porque me lleva a los confines del universo, la Música, su esencia y lo que representa.

Japón es en muchos aspectos un lugar donde perderse en lo físico y lo espiritual, lo mental y lo emocional, y además tiene la capacidad de guardar muchas de esas sorpresas que cuando uno las va descubriendo enganchan porque son pura sensibilidad.

El cuarto viaje al país del sol naciente buscaba muchas cosas, abundar en otras que nos emocionan y por las fechas descubrirme cuarenta años después del inicio de una pasión que los japoneses viven como pocos, la Música y lo que representaba celebrar ese aniversario buscando, acariciando, desnudando... vinilos con las yemas de los dedos, a través de mis ojos y por supuesto viviéndolos con mi alma.

Las siguientes entradas de este espacio que guardo para la Música pero que me permite vivir otras  muchas cosas más, serán para recordar de nuevo esa cuarta tuerca de vuelta a los sueños, con el hilo conductor de la Música, porque en cada segundo ha estado presente en espacios, rincones, lugares inimaginables y por supuesto tiendas de discos que me han hecho viajar a un lugar donde nadie puede ser si no es con los sonidos y lo que significan.

Cuando una gente que se encuentra a once mil kilómetros de ti siente con algunas cosas eternas lo que tú, sabes que el mundo es tan grande como uno quiera y tan pequeño como las sensaciones te hagan.