sábado, 28 de febrero de 2015

Hacia La Nada


Medievo

Es lo que tiene no estar cuando la vida de uno es "algo" ajetreada. Me he encontrado lo que suscribo en la cuenta de e-mail, y pase lo que pase, se lleve a cabo o no siga adelante, simplemente plantearlo me resulta preocupante.
Quien me conoce sabe cómo pienso, para los que no saben cómo ni de qué manera (caso de quienes han escrito este memorable libreto de teatro medieval) mis sueños son impenetrables, salvo para aquellos con quienes los comparto.



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Atentamente.
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Bruce


Rock Sureño 3


LAS PIEZAS DE UN PUZLE VISCERAL: PARTE I

El Sureño es ante todo Rock, y se nutre de todos los grandes momentos y virtudes de esta Música para soñar, pero por supuesto tiene una serie de características que le hacen especial y único, diferente a lo que la Música rockera ofrece y aunque en la mayoría de los estilos los sonidos son universales y eso es algo que he defendido siempre y seguiré haciéndolo, es en estilos como el Sureño en los que se aprecia más la influencia del lugar y las zonas de creatividad de los músicos, porque se basan en enseñanzas muy concretas que pasan en principio de una manera íntima de generaciones en generaciones.

Como buena Música de Rock, pero quizás con mayor profusión que otras dentro del género, la guitarra se convierte en la auténtica protagonista alrededor de la cual giran todas las composiciones y esas leyendas de músicos nacidos, desarrollados y muertos a lo largo de la historia machacándose en el escenario con las seis cuerdas colgadas de su cuerpo. Guitarristas que hacen de su vinculación a este instrumento una seña de identidad del estilo, al margen de las variaciones (que las hay) dentro del mismo, eléctricas sobre todo para arrancar astillas del alma de quien lo escucha, el símbolo y vértice de una Música maravillosa en la cual el chirriar del acero se dispara por el aire para atravesar la piel. Los límites para que las guitarras luzcan se convierten en infinitos, bandas en las cuales se alinean dos, tres e incluso más guitarristas según la calidad multi instrumental de algunos de sus componentes, composiciones pensadas y creadas para solos sin final, riff de ritmos continuados y más solos que llevan al infinito. Incluso en las reuniones que sirven de homenaje a iconos vivos y sobre todo muertos en los años de carretera la hilera marcando la primera línea del escenario de guitarras al unísono dan fe de lo que significa ese dibujo en las alturas de la gloriosa guitarra.

Por supuesto acústicas para erizar la piel en temas de sublime belleza, baladas que son caricias al sueño eterno, pero siempre detrás, entrando o buscando el hueco que le deja el eléctrico sonido madre de todas las cosas.
En el uso de la guitarra se destaca dentro del Sureño (que ni de lejos es exclusivo de este estilo) el uso y virtuosismo del slide, símbolo de una técnica que lleva más allá ese agudo sonido y la capacidad para agudizar y acelerar la Música hasta lugares y límites casi irreales. Excepcionales maestros de esta técnica han jalonado la historia del Rock Sureño, monstruos sagrados que nos han hecho cabalgar a ritmo de una secuencia que desliza los dedos embutidos en metal u otro material sobre el acero para arañar lo imposible.

En mi opinión una de las grandes características de los grupos Sureños dentro del propio estilo es el uso de los grupos de un cantante exclusivamente vinculado a la tarea de la garganta con aquellos que usan la voz miembros del propio grupo que además son instrumentistas. Salvo gloriosas excepciones, sublime la de GreggAllman (excelso teclista, gran guitarrista y una de las mejores voces del Sureño de la historia y en esto para gustos los colores) o Charlie Daniels (un violinista único y guitarrista de pedigrí así como vocalista de belleza en su voz) los cantantes solistas de los grandes grupos y bandas sureñas (o los músicos que forman sus propias bandas con nombre propio) provocan que la voz sea otro instrumento más, dotando a las canciones de un plus que en situaciones en las cuales no ocurre, lo instrumental se come completamente a lo vocal. En algunos casos que se encuentran sin esfuerzo en la memoria colectiva de los amantes de esta Música los vocalistas son tan fundamentales en las bandas por su personalidad como cualquiera de los héroes que nos encantan, e incluso algunos de ellos han llegado a ser leyendas a lo largo de la historia. No se puede negar que la instrumentalidad en el Rock Sureño es la marca de la casa del estilo, pero una voz y coros cuando están como deben y transmiten lo que se buscan en las historias narradas dan ese giro que hace navegar en la realidad una Música que muchas veces se desplaza por senderos de límites irreales provocados por la magnificencia de sus inmensas óperas instrumentales.




Bruce... Dando


Poster


De Vinilos y Otras Glorias MCCCVI

Como uno no puede esconder ciertas debilidades, pues vienen conmigo a este lugar donde la mentira no cabe porque con la Música no me lo puedo permitir.


Bread (Baby I'm A Want You) 1972


Un comienzo como "Mother Freedom" podría hacer ver que la Música de Bread daba un giro en esta su cuarta entrega, pero la canción homónima del álbum nos devuelve a la realidad del grupo y a la manera de componer de sus almas David Gates y James Griffin.
Aún así hay más temas en los que la melodía se lanza entre guitarras eléctricas y ritmos más acelerados de lo habitual, un contraste que hace de "Baby I'm A Want You" el disco más especial de la carrera de Bread, que sea el mejor o no en un grupo como este ya va para gustos, y a mí particularmente me gusta mucho.
Pop Rock de alta escuela, típico y al uso pero con esa clase que le da el toque en la manera de componer, temas muy bien creados y realizados con mucho oficio por músicos que sabían a qué estaban jugando.
Las voces exquisitas de todos los componentes del combo consiguen conjuntos corales preciosos cuando se unen varios para interpretar las letras y delicados momentos con las voces solistas rompiendo el silencio. No existe un virtuosismo exagerado en la parte instrumental, pero no hay nada que desmerezca, se trata de un disco de canciones y composiciones y en eso radica su fuerza, son temas que pueden realizarse de mil maneras porque se sostienen solos y la esencia de Bread no eran las jam y demostraciones instrumentales, sino esos cortes de tres minutos donde la historia arropada por voces, guitarras y el conjunto entra sola.
Los apasionados momentos de letras directas al alma se suceden entre coros, melancolía y suaves caricias desde la garganta que te cuenta, como "Baby I'm A Want You", "Nobody Like You", "Diary", "Just Like Yesterday", "Games Of Magic", "Down On My Knees"... arreglos elegantes y momentos (los menos afortunadamente) orquestales para cubrir todo lo que llega.
Disco eterno como los que están hechos con gusto y soportan este tipo de estilo que nunca pasa, para escuchar en cualquier lugar y cuando la mente necesita ser acariciada por eso que la gente extravagante como nosotros llamamos Música, magia, seda...
Disfruta de Bread, melodías para acariciarte y sentir el rastro de los sonidos llegándote donde otras emociones no pueden hacerlo.
Mike Botts batería, percusión y voz. David Gates voz, guitarra, bajo, moog, violín. James Griffin voz, guitarra y piano. Larry Knechtel piano, bajo, órgano, armónica, guitarra y voces.

De Vinilos y Otras Glorias MCCCV

Como en este espacio la Música es la que es y por suerte o por desgracia es la que me lleva, ahora nos descolgamos con algo que jamás será lo que debe porque...


William Ackerman (Childhood And Memory) 1979


En realidad al título le falta el paréntesis de "Pieces For Guitar" para que quede claro de qué va la cosa y así no nos esperamos nada más.
Con William Ackerman pasa como con los artistas que ven la posibilidad de expresión a través de la complejidad que da lo que parece simple, y a partir de aquí es cada uno el que decide. La Música de este artista (la mal llamada "Nueva Era" por esos popes de la cultura que se agarran a cualquier estupidez) es tan amada como despreciada, como la de sus compañeros de estilo y modo de entenderla, algunos prefieren la Música Clásica que "esto", otros no pueden con tanto virtuosismo porque aburre, otros no sienten nada con instrumentos tan solitarios, otros... y al final del camino algunos amamos lo que gente como Ackerman hace porque nos parece Música bella, de calidad y con mucho sentimiento.
"Childhood And Memory" es una selección de piezas escritas por el artista entre 1973 y 1979 y salvo alguna excepción no publicadas hasta ese momento. Llama la atención porque su inconfundible estilo no cambia, pero pensar que a principios de década se hacía esto que muchos (los mismos popes, por supuesto) se tomaron como suyo para "salvarse" de la mediocridad de mediados de los ochenta, es como siempre desmentir a los estúpidos que nunca ven más allá de sus narices.
En cuanto a las piezas que componen el álbum, salvo la flauta en "Anne's Song" y el banjo (interpretado por el propio Ackerman) en "Sunday Rain" y "Gideon" todo lo que nos llega es la guitarra de William acariciada con maestría para que la sensibilidad y el sentimiento llene el espacio, una manera de crear seda que está muy por encima de lo que se debe o no pensar sobre ella. La magia que desprenden los sonidos sirven para momentos de inspiración que los sentidos agradecen y hacen suyo, un canto a la belleza desde la sencillez de un instrumento y la complejidad en su manera de tocarlo.
No se debe decir mucho más del disco, del artista, de lo que propone porque no hay dobleces en ello, "Childhood And Memory" es otra pieza más del puzzle que el guitarrista y compositor ha ido creando a lo largo de su carrera, una manera de entender las emociones para que la Música sea parte de uno de manera infinita, a quien le ocurra o no ya es otra historia.



De Vinilos y Otras Glorias MCCCIV

De uno del que se ha hablado todo es difícil decir casi nada, pero con los sentimientos y lo personal el límite no existe.


Bruce Springsteen (Darkness On The Edge Of Town) 1978


No es fácil seguir la estela que traza una obra maestra, uno de los mejores discos de Rock de la historia, porque normalmente se tiende a comparar con lo que viene y en estos casos la justicia suele ser bastante cruel.
No voy a defender a "Darkness On The Edge Of Town" (que por cierto al margen de la canción me parece un título tan poético como sublime por lo que pueda querer decir) como la joya de la corona del Rock'N'Roll, sería un error porque no lo creo y sería desmerecer otras obras de exquisita belleza, pero no voy a caer en la tentación de comparar con nada porque el disco me parece un grande de uno de los genios del Rock cuando aún se encontraba en estado de gracia.
El disco no tendrá esos himnos que el genio de Jersey se marcaba de vez en cuando en sus primeros discos y que pueden ser la banda sonora de la vida de cualquiera, pero de los diez temas que lo componen ni uno sólo es malo, ni de baja calidad, ni peor que... es un disco compuesto por un puñado de canciones que son un tratado de lo que la esencia del Rock'N'Roll debe ser.
Para mí es la virtud de este "Darkness On The Edge Of Town", su calidad elevada en una línea donde nada desmerece, no tiene picos de joyas infinitas, pero está arriba, muy arriba en todo el conjunto.
Con The E Street Band perfectamente asentada y acoplada tras varios años de giras y millones de espectadores en directo, la composición de Springsteen se ve agrandada por unos músicos que saben perfectamente lo que quiere y se lo dan en forma de una de las bandas del Rock más grandes de la historia. La mezcla perfecta y sin que el resultado se resienta de trallazos de puro fuego como "Badlands", "Adam Raised A Cain", "Candy's Room" (una de mis favoritas) junto a baladas intimistas que cuentan historias de dolor y amor por igual ("Racing In The Street", "Factory", "Darkness On The Edge Of Town") hacen de este disco un compendio de los sentimientos y la manera de escribir de Bruce, un artista que dominaba las facetas del Rock'N'Roll como le daba la gana.
Un disco a caballo entre la transición a genio y el genio buscándose, que quizás por eso se resintió dentro de la obra y la historia de Springsteen, pero en mi opinión cuando treinta y cinco años después cada tema sigue sonando como siempre, el disco es de una consistencia que no deja lugar a dudas.
Supongo que ya lo conoces, quizás ahora es el momento de conocerlo sin nada más que la propia obra delante de tus sentidos.
Bruce Springsteen voz, guitarra, armónica y coros. Clarence Clemons saxo. Danny Federici órgano. Roy Bittan piano. Garry Tallent bajo. Steve Van Zandt guitarra. Max Weinberg batería






De Vinilos y Otras Glorias MCCCIII

Un genio de la guitarra (acústica en especial, eléctrica cuando se pone) vuelve a nuestro espacio para que podamos saborear su arte.


Bruce Cockburn (Dancing In The Dragon's Jaws) 1979


Me apasiona Bruce Cockburn, es más, creo que hay una especie de hilo invisible al que puedo llamar amor cuando hablo de su Música, y eso me pasa de vez en cuando, a pesar de ser un apasionado de esta maravillosa locura.
Tras una primera época de acústicas sensaciones que dejaron un puñado de obras magnas y fabulosas, después del impresionante doble en directo del año 77 dio un pequeño giro en su carrera y sin dejar (no podría, porque es él mismo) el intimismo del que impregna a sus creaciones, comenzó a extenderse por los senderos de las guitarras eléctricas y los temas con más instrumentación, aunque poco a poco iba entregando parte de esto mismo en sus anteriores trabajos.
"Dancing In The Dragon's Jaws" es otra de esas obras que nadie llamaría maestra porque a Cockburn no se le considera lo suficiente, pero en mi caso me lanzo al barro de la incomprensión y me atrevo a decir que se trata de una creación que raya lo eterno.
La voz única, inigualable, subyugante y emocional del artista canadiense se te mete por la piel, busca en tus entrañas y se instala en el alma para no salir jamás. Esta voz que en este disco particularmente, donde no hay temas instrumentales, se compromete a llevarte a través de los sentidos, abre la puerta a la guitarra de Bruce, tanto en los momentos eléctricos como acústicos, provocando ese anhelo por lo bello que poco a poco va llegando sin esfuerzo. 
Perfectamente apoyado por una banda de viejos amigos que se ocupan de lo que él no hace, Robert Boucher al bajo, Bob DiSalle en la batería y Pat Godfrey con el piano y la marimba, que mantienen el ritmo íntimo y personal de los temas, el disco se desarrolla en la línea de la perfección que Cockburn siempre busca y que tantas veces ha alcanzado.
Temas que son parte de su historia en directo como esa oda que te levanta del asiento llamada "Wondering Where The Lions Are"; una maravillosa recreación del susurro titulada "Badlands Flashback" o la parte de su historia recitada "Hills Of Morning".
No falta el francés acompañando a su lengua mater, y poco a poco los 37' de Música te van poseyendo hasta creer que te encuentras en un sueño, una sensación que con Bruce Cockburn es fácil de conseguir.
Disfruta de un genio cuando la Música se convierte en magia.

Face One:  Creation Dreams;  Hills Of Morning;  Badlands Flashback;  Northern Lights
Face Two:  After the rain;  Wondering Where The Lions Are;  Incandescent Blue;  No Footprints


viernes, 27 de febrero de 2015

Ball And Chain


Música


No me gustan las profecías que hablan de lo que será, porque el presente se forma con la profecías del pasado y el mismo pasado se hizo por aquello que nos dejó de ser dado.

No he escuchado profetas que hablen de Música, de lo que vendrá o nos encontraremos, quizás algunos no se atrevieron a ver la basura con la que nos engañan y otros tuvieron miedo de la gloriosa experiencia que la Música puede provocar.

Rock Sureño 2



Una nueva entrega de esta emotiva interpretación del amor por una Música que mi querido Amigo entrega y me honro en descubrir en este espacio.


ANTES DE…

Como siempre, pensar que el Sureño nació por generación espontánea un día cualquiera en un momento de éxtasis trascendental con la alineación de los planetas es tan estúpido como creer que nada hay antes de y que nada queda después de… porque precisamente el Rock Sureño termina formándose en cualquiera de sus formas, que las hay variadas dentro de lo que se considera como tal, por la unión con el tiempo y en el espacio de estilos tan puros y auténticos como de raíces tratados y no como un camino corto y simple sino como toda una amalgama de vicisitudes que generan una forma de interpretar los sonidos tan particular como fascinante.

A pesar de la denominación de Rock Sureño, que por otra parte es a mi entender bastante acertada por la Música que comprende y la ayuda que ofrece al señalar la zona de la cual proviene en el sentido más amplio, creo que es de casi todos compartido que dos estilos tan separados como antagónicos en lo social (sobre todo porque las diferencias culturales y las raíces de los pueblos marcan a fuego demasiadas cosas) como el Blues más puro del Delta y las cruentas represiones a los negros que se aferraban a una manera de sentir la vida y la sangre, y por otro lado el Country también labrado en las áreas más profundas de los USA en las cuales defender una forma de vida y una manera de entenderla era tan vital como el aire que se respiraba terminarían formando a su manera y supongo que sin desearlo un estilo que llegó a unir lo más florido de uno con las más amplias formas del otro.

La evolución natural del Blues desde esos primeros tiempos de Robert Johnson y sus míticas canciones y otros pioneros que se curraban y jugaban la vida en los tugurios de mala muerte para negros que existían en las poblaciones del profundo Sur fue llevando poco a poco al cambio hasta una Música más compleja y sin perder las bases de lo que era porque la raíz y el sentimiento seguían (aún siguen de hecho) estando ahí, fuimos conociendo artistas que se atrevieron a introducir los sonidos eléctricos en sus composiciones, dar un ritmo distinto a la manera de interpretar y llevar un poco más allá esos riff de secos quejidos y elevar su Música con un poder en los sonidos desconocidos en esos comienzos. Por supuesto que además de los pioneros negros que se atrevieron a ese giro (me viene a la memoria genios como BuddyGuy que fueron tratados de “traidores” por agarrar una guitarra eléctrica y lanzarse a crear desde este sentido, John Lee Hooker, Howlin Wolf, MuddyWaters y muchos más) tuvieron una influencia capital los artistas blancos de Blues que sacaron del ostracismo y provocaron que las carreras de estos creadores en algunos casos volviera a revitalizarse y en otros naciera de nuevo porque simplemente habían muerto.

A mediados y durante la segunda mitad de los sesenta se vivió esta resurrección y el conocimiento por parte del gran público del Blues tanto en sus raíces como su evolución y algún que otro genio quiso que la historia llegara mucho más lejos.

Por otra parte, la Música auténtica, autóctona (aunque en esto no suelo estar de acuerdo porque todo tiene su devenir) del país, ese Country más primario salido de zonas de la América profunda también sufrió una evolución continua que fue desde esos instrumentos realizados incluso de manera manual por los propios músicos y los conjuntos vocales que servían como parte indisoluble de los sonidos hasta llegar poco a poco a las guitarras acústicas, armónicas, violines, banjos que fueron dando un paso tras otro en todo el camino del Country, el Bluegrass y la Música folclórica estadounidense y las manifestaciones artísticas más allá cuando el Country Rock con su introducción de los instrumentos eléctricos en la Música (incluso teclados, pianos) se acercó mucho a lo que nosotros vemos ahora como este Rock Sureño.


Por un lado la Música menos aceptada por la población de ciertas raíces y por otro todas esas raíces hechas una se fueron acercando, aunque al principio fuesen claramente en paralelo y tuviera que ser un giro en el camino el que lo fuera uniendo.


Poster 書を捨てよ町へ出よう


De Vinilos y Otras Glorias MCCCII

Una visita más de un grupo que me abrió las puertas a un mundo fascinante y en el cual me sumergí de una manera irreversible.


Birthcontrol (Rebirth) 1973


Última entrega en estudio (quedaría la obra de su doble en directo que es un impacto en el entrecejo brutal) de la mejor y más gloriosa época de Birthcontrol, uno de los más grandes nombres de la escena Krautrock en su vertiente más Hard. Si bien es cierto que la estela del grupo se alargó por una década más y más, y más... nada como los cuatro primeros trabajos, aunque el primero pecara de demasiado bisoño; media década de trabajos monumentales cerrados con este "Rebirth" que aún deja más de uno y dos impactos de lo que eran.
Con algunos de sus himnos de directo, especialmente los temas "She's Got Nothing On You" y por encima de todos "Back From Hell" con el que se despachaban a gusto en jams sin final, y detalles de virtuosismo guitarrero, el quinteto cerraba un círculo que ya es historia en las tierras teutonas.
Cuarto disco, al son de las guitarras, en este caso dos a cargo de Dirk Steffens y Bruno Frenzel, y como siempre el órgano metiéndose entre ellas y saliendo en solos que parecen aullar a las estrellas de la mano de Zeus B. Held.
El alma y voz solista, Bernd Noske, arrasando desde su batería y pegando de lo lindo con una sección rítmica que junto a Peter Foller al bajo y voz solista no dejan títere con cabeza.
Disco de contrastes, porque tampoco es normal escucharles en pequeños espacios de acústicas y pianos de apenas un minuto, como "Grandjeanville" y "M.P.C." que se contraponen a las jams tan típicas del grupo donde desarrollan su capacidad instrumental (en este caso la cara B se la comen el brutal "Together Alone Tonight" de 10'28'' con una maravillosa composición, y la ya mencionada "Back From Hell" con sus 8'08'' de orgía sensorial) siendo como eran me sobran los vientos de "Mister Hero", a pesar de la guitarra que te toca el alma.
El final de una época y la marca indeleble de un grupo que es historia en la Música alemana y europea en general, Hard de muchos quilates para sacarte el polvo y desaparecer entre duros riff y solos sin final. Disfruta de nuevo con Birthcontrol y su energía, una manera como otra cualquiera de "romper" con todo y "romper" todo lo que se te ponga por delante, que a veces es necesario.



jueves, 26 de febrero de 2015

De Vinilos y Otras Glorias MCCCI

A caballo entre dos culturas, una de las primeras bandas de ámbito internacional que desafió mucho del poder establecido.


Omega (Élö) 1972


Como siempre que se quiera hablar de este grupo (o casi siempre si nos cuidamos de respetar a todos los miles de millones a los que no les gusta ni les dice nada) es necesario mencionar su origen húngaro, porque marca y mucho la manera de pensar musicalmente de la banda, a pesar de estar encuadrado en muchos de los escritos que pueden verse por ahí en el ámbito del Krautrock.
Un grupo de vivencias en un álbum (el cuarto o quinto según las lecturas a pesar de la fecha de su publicación) que parece querer reconciliarse con sus seguidores tras una época de escisiones y cambios en lo estético y musical, regalando este disco en directo en el cual se proyecta la magia que el grupo tenía.
Omega resulta fascinante si se antepone lo cultural a lo meramente sónico, pero es que además el grupo (especialmente en esta época de producción intensa y sin pausa) resulta brillante y es un puente entre maneras de entender la Música dado el momento social.
Un disco que empuja desde la primera nota, con la abrasiva "Hütlen Barátok" quemándote en una entrada brutal que deja bien claro quienes eran, intensidad y fuego en directo con ese toque que sabían dominar a base de voces crepusculares, teclados enardecidos y una guitarra que corta las venas.
A principio de los setenta estar en Centro Europa y sentir la opresión física, social y política no debía ser fácil, quizás por eso la Música de Omega me atrae, porque es un escape a todo lo que podían sentir (una vez alejados de lo que debía ser) y en directo se elevaba más allá. El disco, para desgracia de quienes amamos ciertas cosas, no cuida demasiado el sonido, y es una pena porque se siente esa fuerza de un Prog. en el que la sinfonía se eleva y la melodía envuelve, como el final de fiesta de 9' "Varazslatos , Fehér Kö".
Para apreciar lo que se hacía según qué situaciones y vivir a un grupo especial en su salsa, este "Elo" me resulta tan apabullante como sincero, aunque existan otros momentos de Omega con los que me evado y siento irme más allá de mis pensamientos.
László Benkö teclados. Ferenc Debreceni batería. János Kóbor voz. Tamás Mihály bajo y guitarra. György Molnár guitarra.



domingo, 22 de febrero de 2015

De Vinilos y Otras Glorias MCCC

Porque no todo es lo que se espera, esta visita "redonda" a nuestro espacio "Paseando Por Los Sueños" nos la deja un grupo que además de fascinarme, me pone...


Jane (III) 1974


Tras una obra de arte en su debut considerada una de las piedras angulares del Krautrock y una segunda entrega para estremecer, se podría pensar que la calidad de Jane pudiera sufrir un revés importante en la siguiente manera de llegar a nosotros a través de los sonidos, pero a pesar de los pesares...
"III" es en mi opinión un álbum bastante olvidado por crítica y público, quizás porque se esperaba otra andanada de joya en forma de Música, quizás... pero el disco es un trallazo brutal de puro Krautrock con unos temas maravillosos que representan lo que el grupo ha sido siempre.
Si todo es comparar, nos quedamos con un 1% de lo creado en la historia y ponemos el cartel de completo, pero si además de eso es valorar las obras por lo que son, creo que subimos bastante el porcentaje.
En formato clásico de cuarteto, pero dando más importancia a los teclados que al comienzo de su carrera, los temas del álbum siguen demostrando ese Krautrock elegante y señorial que Jane hacía, una Música para que soñar no cueste nada porque las melodías te mecen y te llevan de la mano. La guitarra sigue siendo el punto de encuentro, Klaus Hess demostrando su calidad y manera de levitar sin esfuerzo, a través de composiciones que enamoran. "Comin' Again" y sus 9'40'' de aterciopelado embrujo son el comienzo del éxtasis, pero a partir de aquí el grupo de nuevo hace saber por qué la Música es lo que a uno le parece si tiene calidad.
Charly Maucher con el bajo y Peter Panka en la batería (símbolo de muchas cosas desde su altar tras los timbales y platos) enardecen las sensaciones que te vienen cuando cada tema pasa ante tus sentidos como una marea de sonidos que te abducen, y para que todo deje de imaginarse y se crea los teclados y guitarra de Wolfgang Krantz te llevan al paraíso.
Jane, de nuevo, paseando por los sueños de la Música, quizás soy un admirador excesivo del grupo, quizás simplemente la belleza me subyuga, quizás... pero hay una parte de la Música de un período oculta en las creaciones de grupos como este que nos hacen soñar y creer en lo que está más allá de lo que nos dejan ver.
La portada, otra alegoría, una indicación de todo lo que la Música puede dar a entender cuando se sabe cómo hacerlo.


De Vinilos y Otras Glorias MCCXCIX

Un grupo que se convierte en una de esas sensaciones que una vez conocidas no te abandonan pase lo que pase en tu vida, porque se graban en tu mente a sangre y fuego.


Amon Düül II (Live In London) 1972


Supongo, porque no tengo la más mínima idea de que pudiera ser así, que cuando los teutones firmaron el armisticio tras la segunda guerra mundial, los aliados no incluyeron en las cláusulas de rendición que no pudieran "ocuparles" a través de la Música. De otra manera no podría entenderse esta animalada que los componentes de Amon Düül II se marcaron en el mismo corazón del Imperio Británico, una burrada en clave de Krautrock para desmentir lo ocurrido veintisiete años antes.
"Live In London" se convierte en la imaginería Prog. más extrema dentro de un lugar en el cual los sacrilegios se permiten exclusivamente a sus fieles, una demostración de libertaria conducta musical más allá de lo que acontecía en el universo musical por esas fechas.
Y no es así porque el comienzo desgarrador con "Soap Shop Rock" ya sea para sentarse y esperar que te las den todas juntas, es que cada uno de los siete cortes del disco (que dicho sea de paso podía haber sido un doble, triple o cuádruple y nos hubiéramos dejado violar de igual manera pero con más gusto) te pone en el lugar que ellos quieren y después tú te pierdes por donde te dé la gana.
Emocionante y visceral uno de mis temas favoritos del grupo, "Archangels Thunderbird", alegoría de lo extremo en la izquierda de la Música hecha mente que aquí se sublima con el ruido como orgásmico efecto de intensidad mental, pero si se atreven a terminar con esa "Improvisation" que es el último clavo en el ataúd de quienes escuchan esperando algo que no es, todo es posible, y en este disco lo es.
Al margen de lo musical que no esconde nada de lo que Amon Düül II ofrece, quizás esto es lo más válido del disco, que son ellos sin dejar un ápice de sus convicciones musicales allá donde todo es lo que pueda desearse pero... y en este caso no hay pero que valga porque se lanzan al vacío sin red para dar en mitad del entrecejo.
Disco de diálogos con nuestra mente, viajes sin retorno y búsqueda de eso que hoy no tenemos y que a través de la Música nos ha sido dado tantas veces, ¡¡y que siga!!
John Weinzierl guitarra y bajo. Lothar Meid bajo y voz. Chris Karrer guitarra, saxo, violín y voz. D. Secundus Fichelscher batería. Falk Rogner teclados. Renate Knauo voz y percusión. Peter Leopold batería




Ronnie


Música


Rock Sureño 1


Vamos a comenzar una pequeña serie de capítulos (la palabrita suena de aquella manera, pero es que por ahí van los tiros) sobre una Música que me apasiona. Palabras derramadas por un querido amigo que comparte conmigo la pasión por ciertos sonidos y que me hace el honor de dejármelas para este nuestro espacio.
Dicho esto y sabiendo que son sus pensamientos los que importa, comenzamos para que todo fluya y la pasión que mi querido colega siente se transmita en lo posible por este lugar que es suyo como de quien ama la Música, Nuestra Música y Nuestra Esencia.



ROCK SUREÑO, MUCHO MÁS QUE COLOR EN LA PIEL

El título es porque me gusta, digamos que me da gustirrinín lo de los tópicos, típicos, tácitos y epicíclicos y además siendo como soy pensando en lo que pienso cuando de Música se trata, nada de teatros ni farándulas, sólo inmensidad y falta de límites, pues queda la mar de provocador.

No niego que el componente racista en la Música de la que quiero hablar existía en sus comienzos (aunque curiosamente los que están considerados padres de la criatura como paso adelante en el concepto se pasaban esas ideas por el forro) e incluso ciertos grupos y solistas han sido abanderados de ello en una época en la cual los miedos y mediocridades mentales llevaban más allá el sentido de los sonidos (aún hoy ocurre pero se difumina más por la globalidad de la que nadie escapa) pero al margen de la mente de cada uno es el concepto en la Música lo que me atrae, lo que expone y nos da sea quien sea quienes la interpreten, porque de no ser así los prejuicios limitarían de manera brutal lo que realmente siento por los sonidos y eso en algo que me otorga la libertad mental más absoluta no me lo permito (en el resto tampoco pero no viene al caso)

Dicho esto y pasando por alto, simplemente porque me da la gana y no le doy importancia, lo que pueda suponer disturbar mis sentidos a la hora de ponerme a cien como lo hago cuando el Rock Sureño me abraza quisiera hablar para mis adentros, mis afueras, mis locuras trascendentales y esos otros yo que de vez en cuando pululan por mi mente, de una Música maravillosa que durante gran parte de mi vida como enamorado de los sonidos me ha llevado al éxtasis tantas veces como he podido desearlo cuando una andanada de lo que ofrece me ha pateado el culo.

A diferencia de otros estilos musicales el Sureño ha estado ahí desde que soy consciente de lo que me gusta en la Música, a pesar de la inconsciencia de no saber apreciar (como siempre cuando alguien comienza y todo es un aprendizaje con los oídos preparados y la mente dispuesta) qué era y por qué, en ese génesis de mis comienzos como amante de los sonidos en los cuales todo era placer, emoción y el viaje hacia una aventura que espero nunca termine.


También me gustaría resaltar, como haré en otras ocasiones porque es una realidad que me niego a olvidar, que lo que se escriba en estos espacios en blanco será fruto de las enseñanzas de aquellos que amaban la Música como yo, los que me han dirigido para empujarme a vivirla de manera libre y absoluta y por supuesto las emociones que con los años la Música me ha provocado y los discos me han proporcionado, bien desde lo que ellos mismos entregan, bien todo lo que dejan entrever más allá de los surcos que recrean las creaciones de los músicos que les hacen vibrar. Por eso estas palabras serán un poco de todo, de lo escuchado, leído, bebido y aprendido, un cóctel de emociones y sentimientos que no se rige por norma alguna y que afortunadamente sale sólo y exclusivamente de mis entrañas traducido en el amor que siento por la Música.


sábado, 21 de febrero de 2015

Poster


De Vinilos y Otras Glorias MCCXCVIII

Últimamente vamos de mitos y leyendas (que sean en la corte de algún rey o en nuestro espacio ya es más discutible) de modo que continuamos por estos senderos de lo eterno.


Pink Floyd (Atom Heart Mother) 1970


Antes de mito Prog. fueron abanderados de una Psycho absolutamente magistral, y tras la salida del genio Syd Barret su camino giró hacia lo que todos conocemos. 
"Atom Heart Mother" es el primer disco de la historia Prog. del grupo, no sólo porque el sonido así lo expresa de manera grandilocuente, además de todo lo que conlleva la concepción del álbum, las largas historias en forma de temas dilatados en el tiempo permiten ese derroche de imaginación y emoción unidas al talento creativo de un grupo realmente increíble.
Temas que forman en sí mismo historia dentro de la propia historia que es el álbum, la canción que da título y ocupa toda la primera cara no es sino la demostración de la idea sobre todo lo demás, impresionante en su manera de atacar la Música, sublime su forma de interpretarlo de tal manera que te envuelve y te hace formar parte de ella.
Lo acústico llega de la mano de "If", balada para adormecer conciencias, guitarras acústicas acariciando mientras dejan de lado (aunque no de manera definitiva) la Psycho que les vio nacer. Un estilo que madura y se moldea de manera rápida, casi inconscientemente, como si la necesidad les llevara a él. Orquesta, trombas, arcos, cuerdas y coros, un sonido cristalino y limpio, bajo y órgano para un disco que desafía lo que fue y convierte al grupo en lo que es, un trabajo que se convierte en el principio de una historia fascinante e infinita, como las fantasías, los sueños y lo que proponen desde la Música. La propia portada, tan simple como icónica se convierte en un símbolo, como si de pronto las vacas fueran animales ajenos a este mundo y nunca conocidos, un salto en el propio concepto a años luz de lo que las presentaciones anteriores indicaban.
También hay un recuerdo a ese momento de anarquía "barretiana" con el tema "Alan's Psychedelic Breakfast" transgresora y fuera de la línea que el propio trabajo indica y dirige.
Disco para conocer, entender y adentrarse en un universo único, el mundo ideado por Pink Floyd y su Música, toda una aventura que se convirtió en un viaje sin retorno hacia el Olimpo de los sonidos.
David Gilmour guitarra y voz. Nick Mason batería. Richard Wright teclados y voz. Roger Waters bajo y voz.

De Vinilos y Otras Glorias MCCXCVII

Una leyenda y mito no sólo de la escena Prog. histórica sino de la Música británica en general nos visita en nuestro espacio para llenarlo de sus melodías.


Hawkwind (Warrior On The Edge Of Time) 1975


En un grupo cuya producción ha sido (y aún sigue siendo) inmensa en cantidad e inmensa en la calidad hasta donde fue, los detalles de ciertas obras marcan de algún modo su carrera y lo que representaban más allá de la propia Música.
A pesar de seguir siendo considerados como uno de los valedores del Prog. más underground e independiente, la gloriosa época de Hawkwind en la cual este título le iba como anillo al dedo pasó más que algunos se empeñen en seguir viviéndola.
No obstante el paso del tiempo, es indiscutible y además necesario para entender el Prog. el legado que el grupo ha dejado, y entre esas obras de magnificencia y gloria musical se encuentra "Warrior On The Edge Of Time". Sin llegar a las obras maestras del grupo, este disco define de manera clara y elocuente la evolución natural de una formación viva y sugerente, el preciso dominio de lo que eran y querían expresar, manteniendo aún la magia que el grupo destilaba en sus creaciones.
En cierto modo podríamos hablar del disco de la madurez del grupo, el más completo en el concepto y la forma, refinado y más homogéneo que sus antecesores, y aunque conserva un poco de esa anarquía que hacía de la banda algo especial, no llega a la libertad creativa que los primeros trabajos buscaban, quizás porque en éste la técnica de los músicos estaba mucho más depurada, quizás porque Dave Brock pretendía un poco de orden dentro de la anarquía creativa que regaba al grupo (algo que para mí provocó los mejores momentos de un grupo inolvidable). Su acercamiento a un Prog. más clásico ya hace ver este giro en sus ideas, aunque aún retiene parte de esos momentos de belleza sin forma que tanto adoro.
Probablemente el último disco de Hawkwind como tal, iniciadores de una idea maravillosa y visceral, un trabajo que sigue teniendo su sello y que debe gustar a quienes aman la Música del grupo, a pesar de tantas cosas o precisamente por esas mismas cosas, porque nos demuestra la despedida elegante, vibrante y sugerente del Prog. más clásico y minimalista hacia... pero es otra historia.
Dave Brock voz y guitarra. Lemmy bajo y voz. Nik Turner saxo, oboe, flauta y voz. Simon House teclados y violín. Simon King batería. Allan Powell batería. Mike Moorcock voz.

De Vinilos y Otras Glorias MCCXCVI

Grupo y obra de un artista muy particular, se deslizaron por esos caminos que el Prog. recorría intentando innovar donde había mucho escrito.


Atomic Rooster (Atomic Rooster) 1970


En el año 1969 y tras una volcánica experiencia con Crazy World Of Arthur Brown, Vincent Crane forma Atomic Rooster, una de las piedras angulares del Dark Prog. inglés, inspirador y pionero de lo que más adelante fue dando paso a momentos Hard.
Como buen teclista enamorado de su instrumento como solista máximo de su concepto musical, este primer álbum homónimo que es el debut de la banda nos presenta una formación en trío, los teclados de Vincent Crane que se rigen en las vedettes de la fiesta, el bajo de Nick Graham que también se atreve con la flauta y la voz solista y la batería de Carl Palmer.
"Atomic Rooster" es un álbum que resume el estilo que se quería implantar en el período por ciertos músicos, una Música que se mueve entre el Hard Rock hecho con gusto y el Prog. con profusión de teclados.
El maravilloso "Hammond" se convierte, por deseo de Crane, en el instrumento que dirige toda la función, parece que el disco estuviera realizado para él, y en cierto modo su particularísimo sonido lleva de la mano al resto de las melodías, composiciones que se dejan arrullar por este sentimiento que desprende. Mucha saturación del sonido ("Friday The 13th" es uno de los grandes clásicos del grupo en vivo y a todo volumen, "Before Tomorrow" una cabalgada inmensa y furiosa que demuestra la capacidad instrumental de los músicos, "Winter" una melódica balada Dark Folk con un precioso dueto realizado para piano y flauta, "Broken Wings" el tema de John Mayall se convierte en una canción de tono oscuro y gótico) ritmos precisos y machacantes de la mano de Carl Palmer que comienza a demostrar su talento a la batería, acompañado por el bajo de Nick Graham que le da la réplica de manera efectiva, aunque la voz no llegue donde se espera.
Disco de momento especial y concreto dentro del Prog. que comenzaba a surgir buscando fundamentos y maneras de creatividad ajenas a todo lo que se conocía, un poco ingenuo por lo que representa pero fresco y lleno de vida, sintiéndose ese ansia por escupir todas las ideas que llevaban dentro. Una obra que se escucha con gusto y sirve (muy bien, por cierto) para acercarnos a un estilo dentro del estilo, con músicos que son parte de esa historia grabada a base de clase.


De Vinilos y Otras Glorias MCCXCV

Un artista que fue lo que deseó hasta que la Música y lo que conlleva dejó de buscarle. Nombre, figura y lo que se quiera imaginar.


Kevin Ayers (The Confessions Of Dr. Dream & Other Stories) 1974


Para un artista como Kevin Ayers, inmerso en un mundo de imaginación y creatividad mental, que titule un disco "The Confessions Of Dr. Dream & Other Stories" tiene o mucho jugo o mucha guasa.
El primer disco que disfruté del genio del Prog. más intelectual y emocional, quizás porque es el más conocido de su época gloriosa y brillante, quizás porque las palabras se corren como el viento y siempre se habla de él como la obra definitiva de Ayers.
No creo que sea su mejor trabajo, los esplendorosos discos de finales de década y principio de los setenta son joyas difícilmente superables, pero esta obra tiene mucho de esa melancolía de quien está en lo más alto y sin embargo no quiere seguir con las miradas puestas en lo que hace.
Evidentemente el disco atesora gran parte de esa magia que el autor tenía al componer, lo hace (o le sale sin proponérselo que nunca se sabe) más accesible y con un estilo que denota la madurez del músico, sin tanta extravagancia (algo que quien suscribe hecha en falta más que algunos lo odien) pero con un contagioso y precioso canto a las melodías del Prog. más depurado y elegante.
El tema homónimo del título, una larga suite que se compone (o descompone, según se mire) en momentos de inspiración canterburiana que surgen por los cuatro costados, puede ser el último gran instante Prog. del músico, con su voz regando de emocionantes palabras las estructuras musicales de la misma, una manera de creatividad que impregna todo el disco y que sugiere lo mucho de genio que tenía Kevin Ayers y el cansancio de ese mismo genio en los momentos finales de su aventura Prog.
Disco crepuscular de una época y la vida musical de un artista que poco a poco se fue diluyendo para desaparecer de la escena cubierto por ese halo de misteriosa presencia y mágica intención, siempre bajo los parámetros buscados para rodearse de amigos músicos con las mismas inquietudes y otro tipo de búsqueda.
Kevin Ayers bajo, guitarra y voz. Mark Warner guitarra. Sam Mitchell guitarra. John Perry bajo. Mike Giles batería. Mike Moran piano. Ollie Halshall guitarra y bajo.