martes, 29 de septiembre de 2015

Música


Es normal que no guste, al final lo que uno siente no puede compartirlo cuando las entrañas se encuentran llenas de Música que no se quiere entender.

Black Night


Ritchie


De Vinilos y Otras Glorias MDXXXIV

Seguimos con nuestros instintos para saborear la Música que se hizo y que perdura porque lo bueno es...


Blind Ravage (Blind Ravage) 1971


Señoras y señores, niñas y niños, mayores, pequeños, los de azul, blanco o rojo, tenemos (tengo, porque estoy más solo que la una) el placer de presentar un grupo que se desliza por nuestro "Paseando Por Los Sueños" y que en el único trabajo que hicieron, dejaron una delicatessen para que los suspiros se convirtieran en jadeos.
Porque puestos a quedarnos cortos podríamos decir que "Blind Ravage" es un gran disco de Blues Rock con toques exquisitos de Psycho tardía que experimenta con sonidos tan profundos y brillantes como lo que les va en sus raíces, Música, Música y más Música; puestos a decir algo que se acerque un poco más a la realidad, el grupo canadiense nos entrega en su única obra una exhibición de sentimientos pasados por la más cuidada entrega a la Música que aman, con una capacidad excepcional para emocionar y una más que probada calidad en cada tema.
La absoluta desnudez de artificios convierten al disco en una sinfonía de Blues Rock en clave Psycho elevada a la décima potencia, una energía que se libera desde la voz que marca a fuego cada estrofa, cada matiz de las canciones recitadas, y que poco a poco va ocupando todo lo que sale del vinilo para llegar a los sentidos.
A partir de ese momento, instante en el cual estás abducido por lo que te viene, entran en juego las guitarras y los momentos de ritmos inalcanzables que te balancean de un lado a otro sin pausa, con una manera extraordinaria de entender el tiempo, la pausa, los solos y las melodías, que se turnan sin cesar para no dar un solo respiro.
Salvaje el comienzo con el clásico "Susie - Q" a mayor gloria de quienes amamos ese Rock descarnado que no sabe de vestidos cargados de tono, impresionante la segunda andanada con "Tousaw", un ataque directo al entrecejo para desmantelarte, enérgico y polvoriento para dejarte seco "Friday Fish" con un riff que quita el sentido, y así hasta un final que nunca se desea pero que acaba con un "Loser" excepcional, brutal...
Libera tu mente y hazte el amor con un disco que si le dejas lo hará por ti, eso sí, a su manera.
Jean Charbonneau guitarra. Andre Declare batería. Serge Fleury órgano. Robert Dufour bajo.

SIDE 1:  Susie - Q;  Tousaw;  Friday Fish;  Prodigal;  My Life
SIDE 2:  Strange Power;  Cement Jungle;  Ruins;  Disaster;  Loser

De Vinilos y Otras Glorias MDXXXIII

Personaje curioso donde los haya, creador de un universo fascinante de Música, nos llega con melodías para acariciar el alma.


Merrell Fankhauser (Merrell Fankhauser) 1976


Se podrán decir muchas cosas de Merrell Fankhauser y su Música, pero lo que no se le puede negar es la inquietud por estar siempre en marcha, ya sea en proyectos altamente reconocidos a nivel musical participando como parte de grupos de pedigrí, ya sea con sus propias aventuras donde se convierte en el guía de ese universo tan particular y personalísimo.
"Merrell Fankhauser", el disco homónimo del artista que nos acompaña en este "Paseando Por Los Sueños", es su primera aventura en solitario (al menos la primera que tomó forma de manera seria siendo él el centro de todo el proyecto) un disco que no abandona el sonido Psycho melódico tan característico del músico, reuniendo un puñado de canciones de delicadas cadencias y suaves melodías que susurran a la piel.
Íntimo y profundo, el trabajo lo componen mayormente temas que se dejan hacer por la guitarra de Merrell, su voz aterciopelada y los acompañamientos de seis y doce cuerdas con los que adorna los mismos. Al margen del propio artista, imprescindible en el sonido del disco la aportación en los coros de Mary, que ayuda en los conjuntos vocales aportando una belleza exquisita; al mismo tiempo, el sonido más allá del intimismo que se nos ofrece tiene mucho que ver con el violín, la mandolina y el BKG que la propia Mary maneja como los ángeles.
Banda que se completa con músicos que aportan el sentido instrumental que algunos temas requieren aunque no son muchas las ocasiones necesarias para ello.
Un trabajo que se escucha sin esfuerzo, apreciando esa sensibilidad que aporta su creador, momentos para descansar la mente y el espíritu acompañados de guitarras que resbalan sobre la piel, voces que te llevan levitando hacia los sueños y en general, canciones que se adentran donde tú quieras sin mayor esfuerzo.
Para darse un respiro y al mismo tiempo respirar profundamente llenándose de Música hecha con gusto, sin estridencias, sin agobios.

SIDE 1:  Lovely Lady;  I saw your photograph;  We were all free;  On our way to Hana;  Make a cloyful noise
SIDE 2:  Garden in the rain;  Waterfall;  La La Doesthe Boo Ru;  Sail it over the ocean;  Love Is all there Is;  The Source


De Vinilos y Otras Glorias MDXXXII

Un poco oxidado por el período de inactividad, volvemos con más de esa magia a la que llamamos Música.


Agape (Victims Of Tradition) 1972


Segundo álbum y segundo trallazo de esta banda de puro Psycho pasado por todos los momentos de guitarras encendidas y rotas hasta la extenuación.
Sin abandonar esos orígenes que mantienen como creencia y mucho más de Rock Cristiano, en formato de cuarteto el grupo nos sigue dejando momentos de lucidez distorsionada de la mano de esa guitarra que parece lacerarte el alma sabiamente manejada por Fred Caban, alma mater del grupo, voz, compositor y creador de las letras que claman a lo divino.
Con más profusión de teclados que en su primera entrega, este "Victims Of Tradition" juega con el impacto que supone contraponer el maravilloso sonido del órgano y piano a las seis cuerdas que chirrían de gusto y se suben a lo más alto cuando se enroscan a la piel para dejarte seco de un latigazo. Perfectamente acoplado al sonido del grupo, Jim Hess sobresale en solos de teclados preciosos y momentos de ambiente para dar un toque de divina providencia a la Música.
En consonancia al sonido compacto y sin fisuras del grupo, Richard Greemburg con el bajo y Mike Jungkman en la percusión nos hacen levitar a golpe de una Psycho tan pura como exquisita, tan tremenda como melódica, tan abrumadora como elegante.
Ocho temas en los cuales se permiten demostrar sus capacidades como instrumentistas en piezas para el lucimiento de los instrumentos, con algunos momentos jazzy como "Wouldnt It Be A Drag" o la delicada "Change Of Heart".
El universo religioso se deja ver desde las letras que titulan los temas hasta las palabras vertidas en los mismos, pero no por ello (como es propio de esta corriente tan Psycho americana) pierde la Música fuerza ni empuje, porque el Rock rezuma por todos lados y se deja sentir en cada nota que llega a los sentidos.
Gran disco, potente, sin fisuras, para dejarse llevar por la energía de Agape, un grupo con las ideas muy claras, los sentimientos encontrados y la creencia de que a través de la Música muchas cosas son posibles, al menos en lo que a sus convicciones se refiere.

SIDE ONE:  Voyaging Pilgrim;  Walking over the hill;  Wouldnt It Be A Drag;  Jazz Jam (Part I)
SIDE TWO:  The king Is Christ;  The king of kings;  Change of heart; You reap what you sow


lunes, 28 de septiembre de 2015

Doug


Música (o algo que quiere ir de ello)


Hablando de aficiones (porque de algo hay que hablar para comenzar la entrada) me preocupa enormemente esa afición de algunos individuos por involucrarse en la vida de los demás a través de los extraños aparatos que emiten ondas que te atrapan y te enganchan en una vorágine de placer sensorial.

Pero seamos serios, señores. Cómo se les ocurre ya no sólo intentarlo, sino en el mayor de los descaros posible ponerse a grabar supuestos programas de Música con la intención de emitirlos y atacar las puras mentes de los que, engañados, se atrevan a escucharlos. Que no, que no es así, que lo que hay que hacer es aprovechar al máximo los maravillosos seriales ya existentes, esas comedias al uso que nos reflejan la vida tal y como es (en la mente de algún visionario, por supuesto), por no hablar de los programas que nos inundan, ¡benditos ellos!, con las últimas riquezas del folklore mundial, esas tonadillas pegadizas que nos elevan y nos hacen sentir el espíritu de unión entre los pueblos, entre las gentes de a pie (que con el pie siguen el ritmo sin cesar, por otra parte).

Esas aficiones extrañas y de tan mal gusto, dirigidas a manchar lo que es inmaculado, el cerebro blanco y cristalino (por lo trasparente) de niños, adolescentes, jóvenes, mayores y señores de la tercera edad (porque la transparencia y la diarrea mental no saben de edades) deberían dejarlas para esos animales como ustedes que gustan de extraños sonidos y ritmos sin sentido, creados para envenenar el ambiente.

Está claro, me preocupa enormemente la práctica de esas aficiones, será porque yo soy uno de los personajes, de los raros, y comienzo a pensar si no estaré contribuyendo al final de la raza humana tal y como la conocemos, con esas extrañas melodías que no sólo intento, sino que efectivamente derramo a los vientos a través de las ondas, acompañadas de “vómitos mentales” que me salen del alma, y que seguramente traspasarán sin esfuerzo esas mentes huecas y sin capacidad de razonar.

Pues tras unos instantes de pensarlo, al menos unas décimas de segundo, he decidido que mi alma se queme en el infierno, así es que seguiré con la afición, porque no sé jugar a las canicas, ni a las cartas, ni escucho los principales (40, 50, 60 o 100) y creo que las melodías que surgen de lo que creamos son las únicas balas que deberían atravesar los cerebros dormidos de las millones de ovejas que van por donde les mandan.

Van "The Class" Morrison


Hace años que algunos personajes de la Música, es decir, músicos, no fingen lo que son porque no les hace falta. El problema es que no les hace falta por lo que fueron, genios y parte fundamental de los sonidos de la segunda mitad del siglo XX y (según quién y como) del siglo XXI, pero no por lo que son, porque ya no son nada, o mejor decir casi nada.
Matizando este "no son nada, o mejor decir casi nada" me refiero a lo que hacen desde hace años, algunos décadas, vivir de su nombre, grandioso y mítico, eso sin duda, pero en un tiempo pasado que siempre fue mejor.

Sabiendo como saben algunos mi devoción por un músico que me ha arrancado los sentimientos más profundos en mil y una ocasiones, llevándome al éxtasis en otras tantas, me ofrecieron ir a ver a un artista que fue y al que adoré, pero que desde hace mucho ya no me dice absolutamente nada, Mr. Van "The Man" Morrison, el León de Belfast, uno de los más grandes y durante décadas el hombre que con su Música me hizo sentir fuera de este mundo.
Incluía la propuesta del concierto que se celebrará en la capital del reino el pago de la entrada por el módico precio de 140€ la más asequible, porque debía saber que iba a ver a... realmente no sé a qué.

Que Morrison merece vivir de la Música hasta que se muera no seré yo quien lo dude, ni me importa que sea así, porque lo que le renten sus creaciones, auténticos himnos de Música hecha seda se lo ha ganado a pulso, y son muchas y maravillosas como para que no sea así, pero que a estas alturas, sin nada que dar desde hace mucho se permita ir de lo que parece, me parece como mínimo gracioso.
Será que se sabe el músico de la jet, del clasicismo, de los que enseñan la entrada del concierto porque han ido a ver a Morrison, a Van, The Man, no a otro, y esa entrada se cotiza porque lleva a sus espaldas cuarenta y seis años de entrega y magia, pero eso quedó atrás hace demasiado, y lo clásico es otra cosa.

Evidentemente que su graciosa majestad te haga Sir hay que valorarlo, sobre todo si eras irlandés convencido y la armada del imperio te coartaba tu libertad, esa que expresabas a través de la Música, joyas y más joyas en forma de temas y discos inolvidables; será que Irlanda ya es parte de ese vasto imperio que a los que son algo más que un nombre los idolatra en forma de homenaje con papel y pergamino, o será que ya ha cumplido y a partir de ahora... pues 140 más IVA.

No voy a caer en la tentación de hacer una crítica a un músico sobre su Música porque no entiendo nada de sonidos, y menos a un genio que me ha hecho estremecer demasiadas veces, pero quizás por esos sentimientos vertidos en cada nota sentida creo que puedo decir que ya que es su trabajo debería seguir trabajándoselo, porque para alguien como Van subirse a un escenario es tan fácil como simple, porque siempre ha dado lo que podía esperarse y más, y ahora no da nada, por mucho que entone sus viejos temas y algunos clásicos de toda la vida, no aporta lo que alguien que siempre ha ido de ser lo que era hacía. No critico lo que no sé, ni entiendo de Música ni cómo hacerla, pero como tipo que se lo curra cada mañana por unos euros sí puedo decir que cuesta la vida levantarse para ser honesto y cumplir con uno mismo, y en eso este músico ya no cumple con nadie, aunque lo de ser Sir deba pesar mucho.

Marcar con una línea la audiencia que quieres y a quién quieres ver en tus conciertos debe llevar tiempo, haces un estudio de mercado, te pones un límite y de ahí para abajo se quedan fuera. Así te aseguras que la entrada valga una pasta si la pones a la venta en alguno de los múltiples foros en los cuales tener el privilegio de haber ido a escuchar al león que ya no ruge se paga porque la imagen es lo que cuenta, aunque si es por imagen sobra algún que otro sombrero.

Es una lástima, no voy a poder ir al concierto, ni al de Bilbao, que es más barato pero igual de clasista, porque me pilla mayor y con ganas de ver a Van "The Man" Morrison, ese músico que me hacía vibrar y estremecer con sus temas, no a Van "The Class", eso que ahora se lleva, mola mucho y deja huella cuando lo cuentas. Sólo espero los próximos cinco discos de duetos para ver si hay mucho sello regio en ellos, y que no falten, que la Música no sería lo mismo sin estas cosas.

Aún... más que les pese


Hay veces que no puedo resistirme a lo que me dictan los deseos más profundos, y es que soy débil cuando la Música llama a mi puerta, o a la de mi mente, que para mí es lo mismo y un poquito más allá.

Ciertas canciones están grabadas a fuego de tal manera en mi subconsciente, que al cabo de un tiempo de recordarlas cuando paseo, tararearlas para evitar el mediocre comentario del mediocre de turno haciendo el mediocre por enésima vez, evitar las cancioncillas al uso de la banda hortera de la vida que nos rodea o cualquier circunstancia en las que me sirven de blindaje emocional, necesito volver a ellas acariciando el vinilo y paseándolas por mis sentidos en vivo y en directo.
Últimamente estoy de lo más clásico, llevo casi siempre en mi cabeza los temas eternos de Zeppelin, Purple y Thin Lizzy como una letanía que forma una maravillosa banda sonora con la que me muevo por la vida intentado (en lo que puedo) estar ajeno a lo que me rodea y es... pues eso.

La última ocasión en la que esos sonidos incrustados en mi ser tomaron forma fue con el legendario "Made In Japan", será que lo del país del sol naciente lo llevo puesto en muchos sentidos, será que me sugiere más de la cuenta el que todos los grandes se den cita en ese lugar, será que añoro la capacidad para convivir entre los hombres que teníamos y que por allí aún poseen, será... que además es un disco ajeno al tiempo, a las modas y parte fundamental de la historia de mi adolescencia, el primer disco que me despertó muchas cosas en el interior de mi alma.

Marcado a fuego en mí mismo y marcado con el número 13 de mi colección, el viejo vinilo de Deep Purple sigue sorprendiéndome por lo bien que suena, por los matices que tiene y porque sacarlo del subconsciente y darle forma es un ejercicio de maravillosa historia musical y de vida en mi caso. Cuando lo he sacado de su funda, con ese dorado inmenso de la portada, recorriendo mis dedos y acariciándolo como hace 37 años, un escalofrío de gusto y placer me ha recorrido entero, me han vuelto todos los momentos increíbles escuchándolo en casa con los amigos, los quince años de adolescentes alrededor del tocadiscos y sobre todo me ha sonado el puro Hard elevado a la máxima expresión.

La memoria, la historia personal de cada uno, los momentos irrepetibles que aún puedo recordar, eso que me hace sentir la Música y saber que cuando tarareo un tema eterno, la eternidad me abraza de alguna manera, a pesar de todo, a pesar del tiempo, a pesar de la mediocridad que se empeñan en echarme encima.

Larga vida a lo que me hace ser, larga vida a la Música, larga vida a la mente que se niega a resignarse.

Gary


Libertad Mental



No podía ser un mejor momento para plantearme el por qué de la situación y reírme con ella. Iba absolutamente derrotado por un día de altas temperaturas, humedades (en el ambiente y el termómetro) rayando el 100%, mi cara no era precisamente la de un tipo que se afana por estar a gusto donde estaba y con lo que me venía encima, pero aún así ocurrió.

Una señora de aspecto apacible, con dos dientes frontales menos, piel desgarrada por los años (o el calor soportado a lo largo de ellos) una especie de vestido que mezclaba sabiamente el art deco más exquisito con lo hortera elevado a la categoría de mal gusto, y una sonrisa tan forzada que no había por donde cogerla, se acercó lo suficiente para sentir su penetrante aroma y me preguntó si deseaba (por este orden) opio, masaje, chicas.

Con la cámara de fotos entre las manos y pinta de turista fuera de enfoque, lo primero que me vino a la mente fue hacerle un primer plano para recordar el momento, pero desistí porque tras ella había algún que otro tipo con la misma pinta en cuanto a los dientes y la vestimenta pero sin sonrisa, de modo que tras intentar seguir mi camino y no poder hacerlo porque se interpuso entre los millones de transeúntes y yo, en uno de esos momentos en los cuales mi mente sale por donde quiere sin pedirme permiso, le pregunté si la oferta era con ella.

No debió entender mi spaninglis de alta escuela o lo entendió y se estremeció ante la idea (uno ya no es lo que era y los años y kilos se van notando) porque la sonrisa se transformó en mueca, la lista de ofertas varias que llevaba en la mano se le cayó al suelo y dándose la vuelta se perdió entre la muchedumbre.

Tras estos momentos de confusión seguí mi camino sin dejar de pensar en toda la escena, me llamé zumbado unas dos mil veces, sonreí por la ocurrencia y me entró un temblique algo extraño por lo que hubiera podido suceder, fuese con las sustancias opiáceas, el masaje (que no entendí de qué iba pero imaginé algo al respecto) o las chicas si mediaba en todo ello la de la sonrisa forzada y las mellas a juego.

Es lo que tiene la mente, que si uno la enseña a pensar, razonar, crear y desarrollarse, en ocasiones se lo toma por su cuenta y puede meterte en alguna que otra situación comprometida, aunque en lo que a mí respecta, me encanta que siga siendo así.

Música... Y Algo Más



No puedo (ni quiero) negar que amo la Música, esa que me lleva donde ningún sentimiento me acerca, la que produce con sus sonidos la magia de transformarme en un ser que puede creerse el amo del universo. No puedo (ni quiero) negar que esa Música, la que me eleva sobre mi propio cuerpo, es la creación de la mente de un ser que puede llegar a desarrollar las más increíbles creaciones y que puede caer en lo ruin con la facilidad de la propia mística con la que crea.
No es nuevo, ni siquiera algo que me tome por sorpresa, saber que a lo largo de los años he ido creyendo cada vez menos en el ser humano, en ese creador y destructor de todo por igual, ese ser que se esfuerza por sentirse ajeno a lo que es en sí mismo y demuestra un desprecio total por lo que le rodea, sean hechos realizados en lo sublime de su intelecto, sean aberraciones desprendidas de la capacidad infinita que posee para llegar a lo más infame.

No soy el más adecuado para sentirme parte de la humanidad y luchar por ella, quizás porque no me siento con fuerzas para salvar a nadie sabiendo que no sé salvarme de mí mismo, pero al menos intento pasar por este mundo sin poner trabas a lo que el resto de mis congéneres quiera o desee, intentando que lo que me gusta, me hace y amo sea para mí sin imponer ni tratar de ir hacia donde nadie quiera llegar.
No soy el más adecuado porque con los años me siento cada vez más ajeno a lo que es el hombre, a lo que siente y cómo actúa, a las normas que impone para no cumplirlas... por eso mi Música me ayuda a crear ese micro mundo en el cual desarrollo lo mucho o poco que el intelecto me da, con mis sentimientos expresados a quienes (en este caso sí) me permiten amarles o tenerles como parte de lo que soy. La Música me ha llevado a discernir tanto y de tal manera, a llegar a extremos que serían impensables en la mayoría de las ocasiones, a sentirme libre en una proporción que ninguna ley escrita (que por serlo ya no libera) hubiera podido ofrecerme jamás. Pero también esa misma Música me ha enseñado que no hay dos capacidades de comprensión iguales, que no puedo intentar llegar donde otro no desea, que no soy quien para implicar a nadie en lo que siento porque los sentimientos son tan personales como lo que los provocan.

Por eso cada vez más me siento solo, unido a mí mismo y atendiendo a los pocos (seres humanos) que quieren compartir lo que me hace ser, pero sin suponer, ni pensar, ni creer que eso que a mí me lleva es lo que debería llevarles a ellos. No soy partidario de las normas, porque por esa inmundicia que el ser humano se empeña en mantener, suelen ser parte de su idea para apretar del cuello a los otros, para encadenarlos a lo que se quiere sin quererlo; no soy partidario pero no olvido que las que realmente han sido creadas por la lucidez humana cuando existía con mayor profusión que ahora, han sido necesarias para intentar que todo esto siga siendo algo por lo que luchar, para pensar que aún es posible, para disfrutar con una melodía que a través de las normas de la magia en las notas se convierte en una caricia para el alma.
Es por eso que mi Música me hace creer en lo poco que queda de los que no viven con los animales y creen que deben tratar a sus semejantes como tales, en una disculpa o un "por favor" para solicitar o hacer entender algo, en la sonrisa cuando uno parecido a ti y que anda sobre dos piernas y no sobre patas se afana en ser amable simplemente porque sí.

La involución de la especie humana es un hecho, el hombre lleva siglos siendo un lobo para el hombre, seremos los que destruyamos todo lo que hemos creado porque la capacidad de ambición en nuestra especie es infinita, no llegaremos a la gloria y sí ocuparemos un lugar destacado en la cumbre de la miseria, los mediocres dominan la tierra y seguirán llevando la batuta de su melodía... pero en lo concerniente a las melodías que me llevan a mí, esa Música es imposible prostituirla, porque es capaz de hacer llorar, reír, estremecerse, amar o pensar, mi Música y lo que conlleva me hacen seguir diciendo "buenos días" cada mañana, ceder el paso en una puerta, saludar a un desconocido que me lo cede a mí, hablar del bien y del mal y reírme con ello, amar a quien amo porque merece la pena, pensar (aún y por encima de todo) gracias a esa evolución que nos hizo únicos y que ahora nos empeñamos en destruir.



sábado, 5 de septiembre de 2015

Gregg


Southbound


Música


Como verme no me da miedo, tras haberme visto como me vi, cierro los ojos y es ella la que se atreve a verme, mirándome dentro de lo que soy, o dentro de lo que nunca me he atrevido a ser si no es a través de ella.

Poster


De Vinilos y Otras Glorias MDXXXI

Vamos a decir que lo que decimos no suele servir para decir nada, porque al final se trata de otra cosa, ¡¡qué le vamos a hacer!!


Blackfoot (Striker) 1979


Tras dos discos que no sirvieron de mucho, salvo para conocer al grupo y saber que en las naciones indias existía una inquietud musical más allá de su propia cultura, llegó este "Striker" que por algo tan inexplicable como los propios avatares de la vida llevó a sus componentes al reconocimiento general.
Y en este caso no por cosas o eventos ajenos a la propia Música, ya que "Striker" es un muy buen disco de Rock Sureño y el comienzo de una aventura que si bien no duró mucho, al menos lo hizo lo suficiente para demostrar que había donde disfrutar y por qué.
Una sección rítmica al uso manteniendo el tipo sin alardes y sin ninguna necesidad de nada que no fuese llevar el ritmo de los temas para que las dos guitarras, base, epopeya y homenaje a los mitos, hiciesen el resto. Y es que el bajo de Greg. T. Walker y la batería de Jackson Spires no tenían que hacer mucho más que lo que hacen (que por otra parte está muy bien y no sobra para nada) porque las seis cuerdas de Charlie Hargrett y las de ese animal de Rick Medlocke ya se encargan de derramar energía y acero en cada tema de un disco que llena de Rock y hace que uno se sienta poseído por espíritus y totems llegados de otros universos.
Brutal el comienzo del disco con "Road Fever"; esplendoroso tema para mayor gloria de más de un rockero americano haciendo versiones llamado "Train, Train" con un ritmo que te saca del asiento a patadas y ¡¡cómo no!! el himno que cualquier gurpo sureño sueña y que en el caso de Blackfoot se llama "Highway Song", una odisea de 7' que va subiendo, subiendo y subiendo hasta dejarte tan arriba que da miedo aterrizar.
Déjate llevar por los sonidos de los ancestros convertidos en puro Rock Sureño con las guitarras abrazándote la piel y dejando marcas en cada solo, cada momento de riff ardientes y abrasivos, cada instante en los cuales la voz te llama para cantar al viento lo que vale una vida dedicada a la Música.

SIDE ONE:  Road Fever;  I got a line on you;  Left turn on a red light;  Pay my dues;  Baby Blue
SIDE TWO:  Wishing Well;  Run and hide;  Train, Train;  Highway Song




De Vinilos y Otras Glorias MDXXX

La elegancia en la Música suele ir pareja con esos sueños que nos llevan a lo más alto, y grupos como este ayudan.


Poco (Poco) 1970


Encuadrados mucho más (especialmente en sus comienzos por razones obvias) en el Country Rock que en lo que se conoció como el Rock Sureño nacido al amparo de otras bandas, Poco es una de esas formaciones que han sabido aglutinar talento y expresión musical a partes iguales, a través de músicos que son parte de la historia de los sonidos americanos de varias décadas.
Este "Poco", su segundo trabajo y en mi opinión uno de los más grandes de su carrera, es una demostración de calidad musical muy por encima de cualquier estilo, pero si nos basamos en ese Country Rock con algún que otro desliz hacia el Rock Sureño, una gran obra que no tiene fisuras, con unas composiciones de altísimo nivel.
Como no podía ser de otra manera, ya que ha sido el santo y seña de su carrera, los conjuntos corales elevan hacia el infinito lo que se escucha, cinco gargantas que ejercen de solistas y coros sin ningún tipo de pudor porque pueden hacerlo, creando una belleza que envuelve en armonías y melodías preciosas.
No se quedan en este caso tampoco atrás en el uso y manejo de los instrumentos, con los temas de siempre de duraciones cortas pero intensas unidos con otras andanadas donde la calidad de los músicos se pone de manifiesto, como la exuberante "Anyway Bye Bye" de 7'01'', preciosa en forma y estilo, o esa exhibición de 18'25'' que cierra el disco, la preciosa "Nobody's Fool / El Tonto De Nadie Regresa" donde todos están a la altura de lo que son, unos grandes de la Música.
Y es que tener en la misma banda a Jim Messina, Rusty Young, Richie Furay, Timothy B. Schmit y George Grantham no es ninguna broma, y en este "Poco" demuestran la calidad creativa e interpretativa llevando todo demasiado arriba.
Disfrutar de la Música de calidad es fácil, disfrutar de discos como este donde todo se junta para crear seda y provocar sensaciones que llevan hasta el infinito se convierte en un placer que sólo la Música puede ofrecer, y en este caso a pesar de tantas cosas...

SELECTIONS:  Hurry Up;  You Better Think Twice;  Honky Tonk Downstairs;  Keep On Believin';  Anyway Bye Bye;  Don't Let It Pass By;  Nobody's Fool / El Tonto De Nadie Regresa

De Vinilos y Otras Glorias MDXXIX

Grupo de calidad contrastada que quizás no tuvo ese momento para llegar a estar entre los más significativos de un estilo muy especial...


Atlanta Rhythm Section (A Rock And Roll Alternative) 1976


... aunque como siempre para gustos los colores y para el que suscribe la ARS es una banda como la copa de un pino, con mucha mala suerte a nivel de éxitos y momentos en su discografía de estimable y elevada calidad.
A pesar de los pesares, tuvieron que pasar muchos álbumes para ver reconocido (y no mucho, la verdad) el talento de un grupo que escribía de manera especial, y quizás este "A Rock And Roll Alternative", su séptimo álbum de estudio, fue el primer disco en el cual se elevaron un poco por encima de la incomprensión, aunque sin pasarse. Lo que sí les sirvió fue para tener un relativo éxito en ventas y a partir de aquí el nombre del grupo verse entre los más importantes del período de mayor gloria del Rock Sureño.
Un disco que define el sonido de la ARS, elegante, cuidado, sobre todo y por encima de todo como un bloque compacto, sin muchos alardes solistas por los músicos pero sonando de una manera fantástica.
La voz de Ronnie Hammond, con un registro que se antoja de enormes recorridos, se acopla sin esfuerzo a esos temas escritos para que los sueños te acojan, melódica y suave, lleva de la mano todo lo que viene detrás, una banda que puede embaucar con las baladas que ponen la piel de gallina ("So In To You" es un enamoramiento en clave sureña) o esas cabalgadas donde todo está bajo control para que te dispares hacia las estrellas. Dentro de este bloque donde todo suena bien, me encanta el poderío de Paul Goddard en el bajo, que bien secundado por la batería de Robert Nix forman una sección rítmica que permite esos momentos demoledores de ritmos con mucha clase.
Un disco de sonido clásico y sin nada que ocultar, una banda que por fin encontró su sitio y sobre todo Rock Sureño de quilates que no por ser tan conocido desmerece en absoluto de todo lo bueno que había en esa gloriosa década.
Disfruta de la Atlanta Rhythm Section y el sabor de un paseo por los grandes espacios del Sur, no es difícil trasladarse, y este "A Rock And Roll Alternative" ayuda mucho en el viaje.
Barry Bailey guitarra. J.R. Cobb guitarra. Paul Goddard bajo. Dean Daughtry teclados. Robert Nix batería y voz. Ronnie Hammond voz.

SIDE ONE:  Sky high;  Hitch-Hiker's Hero;  Don't miss the message;  Georgia Rhythm
SIDE TWO:  So In To You;  Outside woman blues;  Everybody gotta go;  Neon nites


De Vinilos y Otras Glorias MDXXVIII

Base de muchas de las cosas que se hicieron por el Sur, nos visita un grupo que por ser, está siendo casi eterno.


ZZ Top (Tres Hombres) 1973


En lo que a mí respecta, los dos primeros álbumes de ZZ Top son insuperables, a pesar de la gloriosa y exitosa carrera de estos tres tíos de Texas que han marcado época en cuanto al Rock Sureño se refiere.
Dicho esto, de lo que no cabe duda es que sus siguientes trabajos consiguieron algo que no puede desdeñarse, la creación en gran parte de ellos de himnos que han perdurado a través de las décadas como santo y seña de la Música y el estilo.
"Tres Hombres" es un disco completo, con el sonido característico de la banda y ese toque que les hace tan especiales, pero además es el primero con algunos de esos temas que son parte del sentimiento del Rock y cuyo sonido te transmite de manera automática la imagen de los tres músicos y su nombre buscado para ocupar el último lugar en cualquier orden alfabético.
Las primeras notas de este su tercer trabajo, con "Waitin' For The Bus", ya te ponen en el camino de un sonido tan suyo que no puede ser de nadie más, con la guitarra de Billy Gibbons bramando y aullando en esos solos tan especiales y metiéndose en tu cerebro cuando los riff secos a cuchillo cortan el aire. El conjunto sigue siendo una maravilla, compacto, directo y sin fisuras, con la sección poderosa que entregan Dusty Hill y Rube Beard, bordándolo en los temas eternos que comentábamos, como la desgarradora "Jesus Just Left Chicago", un Blues que saca de dentro todo lo que llevas, y la eterna "La Grange" que consigue ser un tema de los que jamás puedas olvidar.
Blues, Rock, Sureño... todo cabe en este "Tres Hombres", un disco que se convierte en una manera fácil de disfrutar del buen Rock Sureño de la mano de tres tipos que siempre han ido ajenos a todo lo que arrastraba al resto pero pisando seguro con una Música que en toda su primera época nunca estuvo exenta de calidad, y que en discos como el que nos visita nos da más de una alegría al cuerpo.
Sigue siendo Música, nada más, y afortunadamente nada menos.

SIDE 1:  Waitin' For The Bus;  Jesus Just Left Chicago;  Beer drinkers hell raisers;  Masters of sparks;  Hot, blue and righteous
SIDE 2:  Move me on down the line;  Precious and grace;  La Grange;  Shiek;  Have you heard?