sábado, 19 de noviembre de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXV

Vamos con lo clásico hecho por gente que nunca se vio reconocida (o casi nunca, por si acaso) con un disco que da gusto sólo por pensarlo.


Parish Hall (Parish Hall) 1970


Como comentaba con el bueno de Javi, rostro amable de la más que recomendable tienda de discos Harmony Rock y entendido en esto de los descubrimientos más allá de las listas, éste es el típico disco que puede estar colgado en la pared de la tienda todo el tiempo del mundo hasta que de pronto alguien aparece y se lleva las manos a la cabeza por haberlo encontrado.
Y quien lo haga tiene toda la razón y más para hacerlo, porque el disco de Parish Hall es una brutalidad hecha Música del mejor Blues Rock guitarrero con clase, calidad y muchas de las cualidades para hacerlo imprescindible.
Tremendo en su concepción, Blues Rock eléctrico de altos vuelos en manos de un Power Trío que se salta todas las barreras para parir esta obra que emociona desde la primera nota. Eso sí, puestos a pedir yo pediría sesenta horas más de esta Música que me saca todo lo que llevo dentro, pero me conformo con los diez temas interpretados de manera sublime por estos tres tipos que se nota han mamado lo que dan y lo sienten en lo más profundo de su alma. Porque de no ser así no se entiende esa endiablada comunicación con lo más demoníaco para que la guitarra arrase desgarrándote la piel y haciendo tiras de la misma en cada riff, cada solo desmelenado, cada ataque de furia que es como una patada directa a las tripas.
Con una sección rítmica que aguanta las seis cuerdas y se permite algún que otro momento estelar "soleando" con clase, los temas pasan por el tamiz de Gary Wagner, su guitarra y su voz, que parece una con ella, en una lección tras otra del buen Blues Rock realizado con mucha, muchísima clase.
Seda y magia para un disco sin pausa en el disfrute, lleno de clasicismo y mirando hacia lo que estaba por venir, como un puente entre todo lo que había sido y los momentos que esta Música maravillosa siempre ofrece.
Una vez más, descubrir estas gemas ocultas en el olvido ya es de por sí un placer, disfrutarlas y saber hasta donde llega el talento y el amor por lo que nos lleva... simplemente no tiene precio.
Gary Wagner guitarra, piano y voz. John Haden bajo. Steve Adams batería.

Side One:  My eyes are getting heavy;  Dynaflow;  Ain't feeling too bad;  Silver Ghost;  Skid row runner
Side Two:  Lucanna;  We're gonna burn together;  Somebody got the blues;  How can you win;  Take me with you when you go





2 comentarios:

  1. Se nota, lo hacen sentir así, logran hacer vibrar desde el primero hasta el último sonido, y cuando todo acaba y llega ese silencio tan especial, el momento dulce donde recuperarse y saber, que ha sido un instante mágico, genial.
    Besos.

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  2. Se nota, haces saber que la Música te llega, y no una cualquiera, la de calidad y clase.
    Besos

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