sábado, 13 de agosto de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CXLI

Por primera vez (espero que no sea la última, pero nunca se sabe) nos atrevemos con un tipo de discos que han marcado una época por lo que era buscarlos, después, allá cada uno con lo que se encontraba...


Derek & The Dominos (The Miami Sessions) 1970 


De las piezas de vinilo de múltiples colores que adornan mi pequeña colección, la mayoría corresponden a esos discos que antaño llamábamos, ¡y ahora también porqué no!, "Piratas", grabaciones con una calidad más que dudosa pero que te servían para conocer a tus ídolos en estado puro, sea en directo o con esos temas nunca editados ¡vaya a saber por qué! pero que si tenías suerte y te encontrabas con un sonido en condiciones te podías hallar frente a pequeñas joyas más allá de la propia Música.
En mi opinión este es el caso que nos ocupa, un doble disco (de color azul transparente, por aquello del dato) grabado durante las sesiones del mítico y maravilloso doble disco "Layla And Other Assorted Love Songs", que nos regala una maravillosa sesión de Música en estado puro, como lo eran los componentes de esta banda increíble que duró un suspiro.
Con los cuatro miembros del grupo, Eric Clapton, Bobby Whitlock, Jim Gordon y Carl Radle, a los que se sumaba el maravilloso e increíble Duane Allman, cualquier cosa podía pasar, y si ya habían logrado uno de los mejores discos de la historia del blues rock, pues en plan entretenimiento para gozar con lo que sabían hacer eso debía ser de traca, como de traca es este doble disco que corresponde a improvisaciones instrumentales que los músicos hacían durante las sesiones de grabación.
La fórmula es tan sencilla como contundente, tipos acostumbrados a jugar con sus instrumentos de manera infinita (de hecho Clapton y Allman en esa época simplemente disfrutaban con inmensos solos en las canciones cuando actuaban en directo) lanzados a jams eternas que ocupan las cuatro caras del disco, o sea "Miami Jam I", Miami Jam II", "Miami Jam III", "Miami Jam IV" por si queda alguna duda, y eso es lo que hay, temas sin un principio ni un final, porque la grabación sube cuando arranca la cara y baja cuando termina, se acabó, donde la banda simplemente se luce para ellos o para los privilegiados que los vieran, si es que había audiencia.
Las dos guitarras turnándose sin parar, solo de una, solo de la otra, vuelta a empezar, otro solo, riff de la que espera atenta, y así... el gran Whitlock metiendo su "Hammond" hasta las entrañas en cada jam, y la base rítmica a lo suyo, improvisando, dejando hacer y haciendo.
No hay mucho más que decir, salvo que es una auténtica gozada escuchar a estos monstruos dejarse llevar disfrutando, sin límites y sin planteamientos de mercados, simplemente y nada menos haciendo lo que sabían, en un estado de gracia realmente espectacular, cinco músicos de traca, dos de ellos leyendas de la Música, demostrando lo que es si se quiere, y el resto ¡¡que venga detrás y que arrée!!
Para mí, que amo la Música en dimensiones tan descomunales, un disco que si se puede hay que escuchar, para comprender un poco más lo que eran estos tipos alucinantes, para degustar Música sin más y para que las entrañas se te remuevan tras una sesión de orgía musical.




No hay comentarios:

Publicar un comentario