viernes, 5 de agosto de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CXXIX

Es un placer para mí traer a este "Paseando por los Sueños" artistas que fueron capaces de creer en la Música por encima incluso de su propia vida, como el maravilloso bluesmen que nos vista, algo realmente para gozar.


Furry Lewis (Fourth And Beale) 1969


Blues puro, duro y sin aditivos. Gustará más, menos o nada, pero a los que nos engancha cierto tipo de Música los orígenes nos ponen cardíacos, o al menos a mí, que en esto de la Música con mayúsculas fuerzo demasiado ese músculo llamado corazón.
Furry Lewis tenía 76 años cuando el productor Terry Manning apareció en su casa con dos micrófonos y un grabador, dado que el estado de salud del músico era bastante precario, y los plantó delante de este genuino e increíble artista, otro de los supervivientes de esas generaciones de músicos negros que crearon y cimentaron las bases de demasiadas cosas, aunque más adelante todo se pudiera desarrollar de otra manera.
Con estas premisas, el disco no es sino una sucesión de temas cantados por la maravillosa garganta de Furry Lewis, una voz dulce y delicada que te atraviesa las entrañas cuando recita casi como oraciones las estrofas de los temas, y tocados por sus viejas y expertas manos a través de las cuerdas de la guitarra, porque el disco es nada más y nada menos que eso, un músico cuya vida fue por y para la Música haciendo lo que sabía, él solo delante del mundo, como siempre.
Nueve temas interpretados con soltura, como el que ya se lo sabe casi todo, sino todo, seis del propio Lewis junto a dos tradicionales y uno de otro grande, W.C. Handy, todos ellos pura historia del blues con mayúsculas (Blues)
Desconozco cómo fue la sesión de grabación, pero la sensación del propio disco es que tal cual se interpretó y registró así se parió, con Furry Lewis hablando desenfadadamente entre canción y canción, antes de atacar la siguiente y zambullirse de nuevo en su Música.
"Going To Brownsville" abre el álbum, con la voz como un susurro, la guitarra acompañando, para seguir con la tradicional "John Henry", donde parece gritar a las estrellas y el arpegio le sigue como un quejido, maravilloso dolor de puro blues, al igual que "Casey Jones", para llorar; termina la cara A "St. Louis Blues", demostrando cómo se toca una guitarra de blues sin más ayuda que el alma, unos desgarradores arpegios y las cuerdas gimiendo.
En la cara B nos ofrece un trallazo pasado por el sonido steel, arañando las cuerdas y la garganta "Judge Boushe Blues", a la que sigue una pequeña broma para él mismo de 1'28'', recitada y con la propia guitarra sirviendo de percusión en su caja, "Just A Little Fun". Mi favorita, la monumental "Gouing Back To Gary", 7'41'' de blues auténtico, cantando como si estuviera ido, borracho o a punto de dormirse, dejándose ir en cada palabra, con la guitarra acompañando la voz en lamentos cortos que van deteniéndose con cada pausa de las palabras, una gozada, pero cuando de pronto coge ritmo y despierta te lleva, te eleva...; "When The Saints Go Marchin' Home" lo hemos oído tanto que punteada y arpegiada por este viejo león que deja hablar a su guitarra tanto como a él se me antoja una delicatessen para derretirse, y tras esto va acabando con esos 0'39'' de... "A Dog Named Blue".
La portada, una preciosidad, un dibujo del viejo Furry Lewis en su hamaca, pitillo en los labios, su bastón y ¡¡cómo no!! su guitarra.
"Fourth And Beale", un maravilloso y genuino disco de Blues puro, para escuchar si te gusta esta Música, lo auténtico y las cosas hechas con el alma.


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