viernes, 12 de agosto de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CXXXIX

Otro doble de los directos, de toda la vida, un poco más de alguien que fue y parece que aún sigue siendo, aunque en eso ya no me meto.


Eric Clapton (Just One Night) 1979


A mi modo de ver, tremendamente tardío este doble del gran Clapton, que si bien estaba recuperado de todo lo que había estado a punto de dar al traste con su carrera y su propia vida, después de unos discos de sesión que le llevaron a lo más alto, había dejado de ser ese monstruo sagrado de las seis cuerdas que no tenía rival como instrumentista de versiones eternas y jams sin final.
Cinco álbumes de estudio después de su rescate de las profundidades de la miseria, Clapton se lanzó a este doble en directo grabado en el mítico (otro local de esos que han visto de todo) Budokan Theatre en plena gira de su disco "Backless", un momento de bastante calma en su carrera y rodeado de unos músicos solventes que le permitían lucir su talento sin los alardes de antaño pero con una dosis de clase bastante plausible aún.
No tendría la frescura de Cream, Blind Faith ni Derek & The Dominos, pero no se puede negar que el disco es tremendo, una portentosa exhibición de lo que mejor sabía hacer, blues y rock en estado puro, con una demostración musical del más alto nivel.
Como siempre E.C. a la guitarra y voces, sin agobios, sin problemas, más contenido que antaño pero haciendo lo que debía, sobrado y sin un ápice de dudas a la hora de tocar los solos tan característicos que le han hecho un mito de la Música. Acompañado por una banda realmente formidable, músicos de sesión tremendos que envuelven al jefe de una manera tremenda, con el gran Chris Stainton en los teclados, un clásico entre los grandes acompañando con sus teclados, músico para músicos, realmente una joya. Alber Lee a la guitarra, coros y teclas, genial y grande en solitario, así es que aquí... Henry Spinetti a la batería, otro monumental músico de sesión para tapar cualquier fuga en esta banda que era como un reloj de precisión, y para terminar Dave Markee al bajo, solvente y sin aspavientos, que no hacían falta en lo que se pretendía.
El doble es un recorrido por los temas señeros de esa época en la que Clapton resurgió de sus cenizas, éxitos más comerciales y algunos que le hicieron ya un mito al margen de lo que fuese su carrera, 14 temas de lo más florido, un paseo por el blues (donde realmente se luce con su guitarra y la banda, viejos maestros, se lucen acompañándole) el rock, baladas descomunales, clásicos con los que el gran E.C. comenzó a ser alguien en la Música, todo un viaje por la buena Música realizada a través de cinco músicos magistrales, que entregan en directo, sin aparente esfuerzo, una auténtica andanada de seda en forma de sonidos, realmente grande.
Si no hubiera conocido a E.C. siendo lo que era, lo más parecido a dios con una guitarra en la mano, diría que este disco es una joya, una tremenda manera de ensalzar la Música, como conozco a ese E.C. que me ponía los pelos de punta allá por los años sesenta y principios de los setenta, este disco me parece un discazo, una obra realmente maravillosa para escuchar en cualquier situación, porque no le sobra de nada, aunque le falta algo de magia de diez años antes. 
La portada, en álbum, una foto de E.C. con su "Stratocaster" sobre el escenario, la contraportada los créditos y el interior una foto del mismo E.C. (ya le vale no sacar ni por equivocación a los músicos, a ver si él tocaba todos los instrumentos, ¡¡qué joooooé!!) y un comentario del mismo Clapton.
"Just One Night", obviamente, un disco que hay que tener si te gusta E.C., su Música y lo que era, aunque no lo fuera tanto, un gran disco de Música con mayúsculas, que por donde quieras te entra.

Cara A
Tulsa Time; Early In The Morning; Lay Down Sally; Wonderful Tonight.

Cara B
If I Don't Be There By Morning; Worried Life Blues; All Our Past Times; After Midnight

Cara C
Double Trouble; Setting Me Up; Blues Power

Cara D
Rambling On My Mind; Cocaine; Further On Up The Road


1 comentario:

  1. E.C. es una auténtica debilidad para mis sentidos, totalmente irresistible no solo por la barbaridad del sonido que es capaz de arrancarle a su guitarra, también me dejo acariciar por esa voz que me lleva hasta donde quiera..
    Si era o se ha endiosado, no lo sé porque yo, se lo permito absolutamente todo.

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