martes, 7 de abril de 2020

de Vinilos y Otras Glorias MMCCLXXV

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


John Martyn (Grace & Danger) 1980


Todos tenemos nuestros mitos, y esos grandes que lo son por derecho propio y porque marcan a fuego la historia de nuestra Música; todos tenemos esos geniales músicos y grupos que nos han hecho soñar, pero además (supongo que como todos pero como no lo sé hablo por mí) esos artistas que son parte del universo íntimo y personal que cada uno se crea cuando les escucha, estén en lo alto del Olimpo o hayan sido olvidados por todo lo que la Música representa.
En mi caso, por suerte más de uno de esos geniales músicos o grupos me han marcado a fuego, y cada poco vuelvo a ellos para recordarme lo que fui, donde estuve o lo que ahora escucho; entre ellos, y ocupando un lugar de privilegio en mi alma se encuentra John Martyn, un genial creador y maravilloso intérprete que me ayuda a recordar que lo que no se ve no tiene por qué no estar.
"Grace & Danger" es un disco que nace desde el desgarro, desde las entrañas de la oscuridad provocada por un drama personal, y un tipo como este (que estaría dándose una vuelta por los infiernos) transforma esos sentimientos en una obra de maravillosa Música que te agarra por el cuello y te hace sentir lo que debes.
Desde la primera sílaba escupida en el primer tema la voz de John Martyn se hace una con su estómago, y ayuda a escupir todo lo que lleva dentro; una manera de cantar, de iniciarte en lo que cuenta que se mete muy adentro, hasta donde puedas aguantar sin sentir esa congoja que a veces ahoga (incluso en la personalísima versión que hace de "Johnny Too Bad" parece que se quiere comer el mundo, y eso que el tema no es ningún dramón al uso, más bien todo lo contrario)
Su voz es la que maneja los sentimientos, pero su guitarra es la que te da esa vuelta de tuerca cuando tira del acero y arranca melodías de puro fuego a golpes de notas paridas en la penumbra.
Una banda de músicos tremendos ayuda a que todo suene como debe, y arropan en los momentos de intimismo perdidos en los pensamientos a John Martyn para que el desasosiego sea un poco más llevadero con una Música magistral hecha por tipos que van muy sobrados (especial la colaboración a la batería y las voces de Phil Collins que parecía también intentar renacer de un desgarro)
Un disco para ahuyentar a los demonios o para perderse con ellos en los infiernos, pero sobre todo para entender que este hombre, cuando componía con la inspiración que muchas veces le llegaba como un torrente, sabía hacer de la Música un vehículo para expresarse en lo más íntimo, y llegar al alma no es tan fácil como pueda parecer.
John Martyn voz y guitarras. Tommy Eyre teclados. John Giblin bajo. Phil Collins batería y voces.

SIDE ONE:  Some people are crazy;  Grace & Danger;  Lookin' On;  Johnny To Bad
SIDE TWO:  Sweet little mystery;  Hurtin your heart;  Baby please come home;  Save some (For Me);  Our Love

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