BOB DYLAN
(BLONDE ON BLONDE) 1966
Para aquellos que me
conocen ya lo saben, para el resto… no soy mucho de Dylan, tengo todos sus
discos básicos (una barbaridad hasta la época setentera) y este disco que he
elegido lo considero uno de los más grandes de la historia.
Uno de los primeros
discos dobles de estudio (según quién lo diga en esas posiciones andamos) que
ya hay que echarle valor y sobre todo talento y creatividad, de estilo definido
sin definición, Rock, Pop, algo de Country y lo que quieras decir de él, pero
esta joya anómala que sufrió todo lo inimaginable para salir a la luz, es un
perfecto ejemplo de Música, un perfecto ejemplo de obra magna y un maravilloso
ejemplo de lo que la Música con la ineludible parte en ella que es la letra
como vínculo de transmisión de ideas, puede conseguir.
Que en el año 1966 se
hiciera esta barbaridad ya tiene mérito, pero lanzarse a hacer Rock en estado
sublime alguien como Bob Dylan, me parece de una clarividencia absolutamente
mágica, porque no sólo lo borda, sino que marca el camino de muchísimas cosas.
La perfecta conjunción
entre la Música y la poesía es otra de las grandezas del álbum, un camino que
marca las historias contadas en clave de Música, o la Música como vínculo para
las palabras, porque van en el mismo viaje y todo en clase de lujo.
Una Obra Maestra de uno
de los más grandes creadores de canciones de la historia de la Música
contemporánea, un disco imprescindible que eleva a la categoría de arte esa
magia que llamamos Música.
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