martes, 10 de noviembre de 2020

MIS 50 MEJORES DISCOS DE LA HISTORIA (QUE SE ENCUENTREN EN MI COLECCIÓN)

 

PINK FLOYD (WISH YOU WERE HERE) 1975



Quedará como un tópico, pero me da igual, porque elegir esta maravillosa creación de un grupo como Pink Floyd (que tiene muchas y buenas para aburrir) es una deuda de honor con la delicadeza, la intimidad, lo más profundo de los sentimientos y ese desbordamiento de emociones que la Música, cuando quiere, provoca.

En un alarde de emociones sin pausa, se gesta esta Obra de Arte llamada “Wish You Were Here”, que desde la primera nota rezuma ese toque de nostalgia unido a la maravillosa representación de la pena por la pérdida, el desasosiego por la búsqueda de lo que se añora, el intimismo de un viaje hacia lo más profundo de las entrañas que buscan esa luz que parece no llegar nunca.

La perfecta simbiosis entre la monumental guitarra y los ambientes (mágicos, absorbentes, embaucadores) de los teclados y efectos manejados de manera magistral, hacen de la obra un viaje alucinante al fondo de todo lo que cada uno tiene, sea humano, o lo que aún nos permita serlo.

Cuando uno grita hacia la nada lo que desea, en clave de una Música que no sabe de estilos, porque Pink Floyd tiene la desfachatez de crear algo atemporal, fuera de espacio, de tiempo, de estilos y alardes, aunque sea el Prog. más lujoso y elegante lo que le da la base, ocurren cosas como esta, un disco que descansa en la omnipresencia de lo mágico surgido de la Música, y a partir de ahí lo eterno es algo asumible sin esfuerzo.

Cuando la piel necesita esa caricia que provoca a todos los sentidos, la Música se convierte en la quintaesencia de lo bello, y “Wish You Were Here” es belleza en estado puro.

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