LOVE
(FOREVER CHANGES) 1967
Para algunos, el mejor disco de la historia. Así de claro, de contundente y de sencillo.
En mi caso, que no
quiero saber de numerología en esto de las emociones extremas, no puedo llegar
a eso, pero que “Forever Changes” es uno de los mejores discos de la Historia
de la Música contemporánea, por supuesto que sí.
Cuando se aúnan el
talento de un genio, un grupo que entiende cada paso que hay que dar, canciones
perfectas, una creación sublime y arreglos fuera del tiempo, los planetas se
alinean y surge una Obra Maestra como este monumento a los sonidos, a los
sentimientos y a cualquier tipo de emociones.
Arthur Lee, que de
iluminación iba sobrado, derrama en los once temas del disco todo su talento (y
eso es decir muchísimo) y elabora una Joya suprema de la Música que junto a sus
compañeros de Love ejecuta a la perfección para que todo sea esa gema que
brilla hasta en los silencios que se producen después de las canciones.
Pop Rock superlativo,
con una composición excelsa, unos momentos rítmicos insuperables, y los conjuntos
corales apoyando a todo lo que reluce hacen que “Forever Changes” no tenga ni
un “pero”, y si se encuentra allá cada uno con el tesoro.
El disco además es un
lienzo perfecto del ideario social y musical de la época en la que se gestó,
trasladando esas ganas de vivir que la Música hacía ver y creer cuando lo
escuchas, una perfecta forma de entender todo lo que existía alrededor de esta
portentosa creación.
Si se cree en la
perfección, uno de los discos que más la rozan, y en la mente de muchos la
consiguen.
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