MICHAEL
CHAPMAN (RAINMAKER) 1969
Me apasionan los perdedores impenitentes que van buscando su propia libertad creativa al margen de todo lo que está escrito, y si además unen el talento a la creación, pueden pasar cosas como esta.
Cuando escuché por
primera vez “Rainmaker”, descubrí una manera distinta de expresar el Folk Rock
de estilo, con unos matices que sólo un tipo como este podía hacer. Un disco
que enseña una nueva manera de hacer lo que se hacía décadas atrás, con un
estilismo maravilloso y una manera de conjugar la sensibilidad y la furia nada
contenida de riff asesinos de forma única.
Un tipo que no tenía
nada que perder desde sus principios, que nunca había sido tratado bien por la
crítica, se lanza a esta aventura demostrando durante toda la grabación que la
Música que ofrece (o se ofrece, ¡¡vaya usted a saber!!) le sale de lo más
profundo, de esas entrañas que no piden porque les da igual.
Lirismo puro y duro,
crudo y sin tapujos en la guitarra hiriente y que ama, en las letras de una poesía
que desgarra por lo que es la realidad que le rodea, en las composiciones de un
Folk que no deja títere con cabeza; y a pesar de todo ello el disco es tan
bello que abruma, una manera de embaucarte desde lo que uno quiere aunque no lo
entiendan, porque rezuma autenticidad por todos lados.
“Rainmaker” es un
diamante en bruto que uno debe tallar y hacerlo suyo, convertirlo en la Joya
que es pero que se esconde en las manos y la voz de un tipo único y que en mi
caso me hizo descubrir esas maravillosas Obras de Arte ocultas, una manera de
ver lo que parece que es y se puede hacer distinto.
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