CREAM
(WHEELS OF FIRE) 1968
Uno de los grupos de los que pondría toda su producción.
No es difícil porque
salvo añadidos en directo, son cuatro obras magistrales, pero por eso mismo creo
que de esas, el “Wheels Of Fire” es la obra.
Un Obra de Arte del
Rock, del Blues Rock, de la Psycho… realmente de la Música, porque el doble
disco que parieron estos tres iluminados que se unieron no se sabe cómo, que
superaron durante unos cuatro años sus egos (no se sabe cómo) es una de las más
grandes piezas de Música para entender lo que la creatividad y el talento
pueden hacer cuando se unen.
Todo es perfecto, ya
sea el disco en estudio, donde los tres músicos se salen bordando lo que es
crear en todos los estilos a la vez (casi, al menos) como esa barbaridad de
segundo disco en directo, en el cual inventan hacer Música cada uno por su lado
como solistas más allá de lo normal (o sea, algo paranormal) haciendo que todo
suene como una perfecta alegoría de lo sublime, sin un resquicio, una fisura,
sólo libertad creativa creando lo impensable.
“Wheels Of Fire”
desafía lo que se entendía como un grupo en sí mismo, juega con el talento de
tres superdotados que sin dejar de hacernos ver que son cada uno un genio en
estado puro, unidos convierten esta epopeya en una demostración de maestría y
sentimientos.
Nada que no sea
intensidad en las entrañas puede entender cada nota, cada suspiro sacado del
negro vinilo en uno de los más grandes discursos musicales de la Historia de la
Música moderna, y si llegas a ello, este magno evento te envuelve sin remisión
hasta absorberte completamente. Ginger Baker-Jack Bruce-Eric Clapton, la
santísima trinidad haciendo algo irreal.
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