THE FLYING
BURRITO BROS (THE GILDED PALACE OF SIN) 1968
… y nació el Country
Rock, y de pronto la perspectiva sobre un estilo muy cerrado en lo que era y
otro que buscaba la libertad por encima de todo cambió radicalmente gracias a
estos iluminados que (de nuevo, como tantas veces a lo largo de la historia de
la Música) creyeron en una idea y la llevaron hasta el final gracias al talento
y la clase.
Un disco mítico porque
cambió muchas cosas, abrió las fronteras y las posibilidades a muchas otras e
influyó hasta el presente a infinidad de músicos que creen en una forma
distinta de crear lo que llevan en vena por las raíces y lo que desean por su
generación.
Más allá de la propia
Música, que es excepcional y convierte al disco en una Joya, en todo lo que le
rodeaba, el estilo de vida, la manera de entender un concepto, el ámbito social
por las fechas convulsas en las que nació, es un soplo de aire fresco y una
guía perfecta de la fusión de estilos de una manera excepcional, por eso me
encanta escucharlo, porque en mi mente se relacionan tantas cosas que me
gustan, que no hay una sola nota que no me lleve muy arriba.
Todo se unió para que
saliera lo que salió, una Obra Maestra de la Música moderna, dos genios al
mando de una nave que se lanzó a por todas y que se salió en belleza, calidad y
emociones, porque es brutal el sentimiento que desprende, las formas exquisitas
con las que se lleva al vinilo y sobre todo la frescura de algo nuevo y que a
la postre sería eterno.
“The Gilded Palace Of
Sin” es una aventura única, y no esconde nada, ni lo que los músicos piensan y
creen (basta ver la portada y situarse, o la contraportada y situarse mucho
más) hasta esos pequeños detalles que surgen de los temas para llenar los
sentidos. Una barbaridad
en estado puro.
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