lunes, 11 de mayo de 2020

Surcos del Siglo XXI - 312

Desde el lugar donde lo prohibido comienza a tener sentido


Luna (The Days Of Our Nights) 1999


El grupo Luna, nacido en un lugar maravilloso para recrear ideas y creencias en cualquier tipo de arte, NYC, nos visita de nuevo con su quinto trabajo, una obra que continua su trayectoria en el Pop Rock que se llamó, allá por el final del siglo XX y comienzos de éste, Música alternativa.
Como nunca he sabido a qué se buscaba la alternancia, siempre he creído que la Música de Luna, como la de otras bandas del entorno y del resto del mundo, hacía en mayor o menor medida Pop Rock, aunque algunos, como es el caso, se decantaran más por sonidos roqueros en su manera de componer.
Este "The Days Of Our Nights" no cambia su concepto de creación y en la composición de las canciones las guitarras siguen siendo fundamentales. Es más que comprensible, porque algunos momentos del disco, que no se ocultan para nada y me parece genial, suenan descaradamente a mitos de la zona como The Velvet Underground, con esa cadencia del Rock basado en los ritmos de las guitarras y unas voces que se mueven entre la desidia y la intensidad al recitar las estrofas.
Es este Rock el que riega mayoritariamente este trabajo, con momentos muy plausibles donde las distorsiones de las seis cuerdas te trasladan de época sin esfuerzo, arañando los sentidos en un contraste frontal con la voz y el ritmo a cabalgada del resto de la banda, que siguen como si estuvieran al margen.
Un disco que sirve para conocer el concepto musical de una época (en los músicos que decidieron continuar este camino) en la cual el Rock, a pesar de las estúpidas etiquetas que cambian de nombre y siguen sin decir nada, volvía a beber de fuentes de inspiración que son la base de muchas cosas.
En ese sentido la calidad compositiva de Luna, a pesar de esas influencias evidentes, permite crear un trabajo como este "The Days Of Our Nights", que es una obra muy personal, con letras directas y llenas de mensajes, el Rock entre ácido y básico llenando los surcos del vinilo, y una textura que aborda los sentidos con un gusto exquisito.
Dean Wareham guitarra y voz. Sean Eden guitarra y voz. Justin Harwood bajo, teclados, trompeta y arreglos de cuerda. Lee Wall batería y percusión.

side one:  Dear diary;  Hello, little one;  The old fashioned way;  Four thousand days;  Seven steps to satan;  Superfreaky memories
side two:  math wiz;  Words without wrinkles;  The ristler;  U.S. out of my pants!;  The slow song;  Sweet child o'mine


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