Las cenizas de todos mis sueños se fundieron en un
disco negro y formaron el comienzo de un universo único, propio. Nunca he
mirado atrás porque es parte de lo que soy, el principio de lo que quise ser.
Ahora escucho esos sonidos que me
hacían volar, creer que podía conseguir cualquier cosa que me propusiera y sigo
teniendo las sensaciones de antaño, la del héroe que salva a la doncella, el
guitarrista que enardece a las masas desde el escenario, el jugador que
convierte a su equipo en una leyenda…
Pusieron los cimientos de todo y
hasta que descubrí a los profesionales de los “andamios”, esos que me enseñaron
cómo construir un edificio sin grietas ni fisuras, me consiguieron un techo
donde guarecerme de mi soledad y eso, hasta que acabe, siempre irá conmigo.
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