sábado, 30 de mayo de 2020

El Por Qué


Hace tiempo comentaba con un amigo algo tan manido, divertido y a la vez muy usado en conversaciones de las que no llevan a ningún lado (no era el tiempo) como la muerte.

Ambos hemos sido siempre frikis convencidos de que la dama negra no tiene por qué ser una calavera, vacía de todo y con la capa y la capucha negras para ocultar algo que es ridículo que no se vea porque en teoría no es nada.

Viendo algunos caretos de los que salen constantemente en medios audiovisuales, o las transformaciones de cabestros de medio pelo que marcan las pautas y leyes a seguir, creo que se gana bastante pensando en llenar esa calavera y ponerle el rostro de alguien o algo que al menos tiene claro lo que busca (hoy en día es un arduo trabajo encontrar a alguien o algo con esa claridad de ideas)

En lo que no estábamos tan de acuerdo era en el noble utensilio usado por la dama para su propósito cuando visita a los humanos y les recuerda que además de humanos son gilipollas y lo de los "seres" se debe poner en unas comillas enormes.

La guadaña ha dado momentos de inmensa alegría durante siglos, y ha permitido que las cosechas no se perdieran cuando es tratada como se merece y por quien sabe usarla.

Lo que ocurre (esta es la discrepancia principal con mi amigo) es que la dama negra no da abasto, está tan ocupada haciendo horas extras con estos "seres" llamados humanos, que no tiene tiempo de cuidar como debiera (y eso es un punto muy en contra de ella) su instrumento, y así no hay manera.

Para mi amigo es jodido que te rebanen el cuello o lo que sea estés o no muerto con un útil de labranza, la guadaña, mellado, oxidado, mugriento y lleno de restos del anterior trabajo, por eso no cree que la guadaña sea lo que provoca el final después del final.

En mi caso pienso que eso es lo que hace (al margen de la falta de cuidado e higiene obvias por lo que he expuesto anteriormente y que no debería ser así) que a uno la muerte le dé la seguridad de que está muerto, y que a pesar de los deseos de no morir, si te ha tocado, la dama negra tiene la obligación y el deber de dejarte (pues eso) bien muerto.

En este caso la falta de tiempo y la multitud que deja de ser viva a cada instante ha provocado la seguridad, por un utensilio que se regodea en la inmundicia, de saber que si te mueres, lo haces y punto.

Mi amigo y yo mismo preferimos una cerveza y la Música para hablar de temas mundanos, incluso del tiempo, pero a veces lo manido es lo más fácil. 

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