domingo, 26 de junio de 2011

La Guasa Que Tiene Esto

Ge, ge, ge o je, je, je, que a mí me suena igual,  cuando me suena.

Descubrí que reírme de mí me daba vida, y a día de hoy me sigo riendo. No fue casualidad, porque mirarme al espejo y ver ese esperpento daba risa, o llanto, o pena, pero elegí lo primero. Había llorado mucho, y me había dado pena muchas veces, así es que supongo que como soy un inconformista y me aburro con lo que se repite, decidí cambiar, y me tocó reírme de mí.
Quizás ahora soy muy cruel con casi todo, y borde, muy borde. Quizás ahora no admita medias tintas a nadie, y me importa una mierda lo que digan, lo que piensen, lo que puedan imaginar que imagino, pero es que ya he sido cruel conmigo antes que con nadie, ya me he machacado yo y me he puesto en el límite mil veces, de un lado a otro, y ahora me da igual.
No quiero engañarme porque no me llevó a ningún sitio, y no quiero engañar. No me gusta algo y lo digo, no me gusta alguien y se lo hago ver, a mí me salvó el hecho de decirme a la cara (benditos seáis, basura humana) que era una mierda, que me estaba pudriendo, que no valía ni la saliva que desperdiciaban conmigo, y eso me llevó a llorar, pero me llevó a verme tal y como era, y a reírme mucho, muchísimo de mí.
Eso sí, la risa que concedo a los demás no me la escuchan, me río de ellos en silencio, porque la educación es la educación, cuando les espetó lo que pienso me pongo serio, digno, todo un caballero (es un decir) y luego, si me tengo que reír de sus miserias, lo hago yo sólo, para no quedarles en evidencia, que a muchos les duele. Pero cuando me río de mí, las carcajadas suelen oírse lejos, muy lejos, y sin problema, que para eso soy yo y mis circunstancias.
Me sigo mirando y sigo viendo, eso sí, lo que yo veo raramente lo verá nadie, porque me parece difícil que puedan introducirse en tal cantidad de fango sin ahogarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario