domingo, 5 de junio de 2011

De Vinilos y Otras Glorias XXXVIII

Esta primera "entrega" (que queda la mar de bien decirlo así, porque parecemos hasta serios) de esos dobles en directo que en su día nos enamoraron y deseábamos encontrar para poder estar "cerca" de nuestros ídolos termina con algo que tengo tan cercano como alejado en el tiempo el número del vinilo (ese 13 maravillosamente significativo) nada menos que...


Deep Purple (Made In Japan) 1972


En el año setenta y dos, tras la publicación del "Machine Head" el grupo estaba en lo más alto de su carrera, con espectaculares giras llenas de energía y poder, puro Hard Rock llevado a lo más alto, alejados ya de los devanéos progresivos (geniales y maravillosos por otra parte) y quizás, según gustos y preferencias, convertidos con permiso de otros cuatro monstruos en la mejor banda del universo rockero.
Una debilidad de estos Purple cuando giraban para demostrar su arte era el país del Sol naciente, y en el contexto de varios conciertos en distintas ciudades se registró este disco que es una de las más grandes obras del rock duro en vivo, su "Made In Japan".
Casi tocados por los dioses, el grupo, con la mítica formación Blackmore, Gillan, Glover, Lord y Paice demuestra ser una auténtica pieza de precisión en temas alargados hasta el infinito, con inmensos solos y eternos rifs en unos conciertos en los que descargaban una energía que traspasaba más allá del propio escenario. La poderosa y legendaria voz de Ian Gillan llegando a esas notas agudísimas en temas eternos, donde subía y se movía con la garganta como un instrumento más de los cinco que componían el grupo, aporreando sin mesura la percusión en esos instantes de largos silencios tomados por los solistas. La sección rítmica de Glover y Paice era un muro que permitía el lucimiento a los solos, pero además ellos mismos se permitían estar improvisando la mayoría de las canciones. John Lord con su órgano "Hammond" dando ese toque entre clásico y frenético, aullando con ese sonido inconfundible, sacándole todo el partido a las teclas o acompañando la base de cada tema, y para terminar este poker de genios el impresionante, imprevisible, díscolo y oscuro Ritchie, un guitarrista con el que comencé a amar las seis cuerdas, el talento en estado puro dentro de los talentos, esa capacidad casi infinita para improvisar, con solos limpios que te atrapaban hasta penetrarte en las entrañas.
Con esta base de portentos, los directos eran pura descarga de adrenalina, y este doble una joya que va desgranando uno a uno los siete temas que lo componen, todos ellos superando de largo los siete minutos de descarga. Un primer disco que presenta dos temas por cara, comenzando por la frenética "Highway Star", una cabalgada hasta el infierno, a la que sigue la espectacular "Child In Time" para lucimiento y gloria de Gillan y solos descarnados de Blackmore. La segunda cara nos entra con el rif más famoso del rock, el que inicia el "Smoke On The Water", más solos y se acaba con "The Mule", un tema extraño en su discografía que permite a Paice demostrar que él solo mueve un teatro.
El segundo disco mantiene este tremendo nivel, con la preciosa "Strange Kind Of Woman, mi debilidad, para más gloria de dos antagonistas, Gillan, que juega con su voz al compás de la guitarra y el bacilón solo de Ritchie aprovechando estos momentos, acabando con ese grito a las estrellas de más de diez segundos mantenido casi en el aire. Sigue "lazy" y todo acaba en esa cara D, o 4, o Four... con el viaje por el infinito que es "Space Truckin" más de 20 minutos de rock casi electrónico manejado por los teclados de Lord envolviéndonos en esa atmósfera espacial.
Quizás, a pesar del mito y la mística, lo único que echo en falta en esta obra magna es más en la presentación, aunque el color dorado y esa foto de portada del grupo ya sea leyenda, pero me hubiera gustado (puestos a pedir) más sensaciones en imágenes en su contraportada y en el interior, un insulso Sol con sus rayos albergando fotos de muy baja calidad, pero bueno, aún esto es historia de la Música por lo que representó.
"Made In Japan", un mito del directo que encumbró a la categoría de leyendas a sus cinco componentes, llevándoles a un estatus difícil de repetir, un disco brutal, potente, bello en su demoledora energía, hipnótico, simplemente genial. 
¿Qué no se comparte? sería tan aburrido que no me gustaría en absoluto.





2 comentarios:

  1. Una hora y cuarto de puro directo en exclusiva para mi (Youtube te lo pone fácil). Metida en la cápsula espacio-tiempo voy y vuelvo de Japón en un periquete mientras tarareo "Smoke On The Water" e instintivamente punteo las cuerdas de esa guitarra imaginaria que tengo ahora en mis manos.
    Domo Arigato.

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    1. Menos mal que has llegado a tiempo, iban a quitar de los libros de historia este disco con ese "Smoking... no sé donde" que viste tan bien.

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