domingo, 5 de junio de 2011

De Vinilos y Otras Glorias XL

Algo melódico para viajar donde queramos, un disco que en sí mismo es pura necesidad para apreciar la belleza, y a partir de aquí lo que cada uno quiera.


Tudor Lodge (Tudor Lodge) 1970


Una delicatessen para los sentidos, ese puede ser el resumen del precioso disco que traemos a "Paseando por los Sueños", una maravillosa conjunción de free folk, sobre todo por las asimétricas composiciones, con influencias del progresivo más suave y melodioso. 
El disco es pura belleza, un grupo compuesto por tres miembros que manejan los conjuntos vocales y los distintos tonos acústicos con maestría; este trabajo, su único disco, nació dentro de la corriente folk que impregnaba Inglaterra a finales de los sesenta y principios de los setenta, pero como ya hemos dicho, se deja impregnar de esa Música que cubría el panorama emocional de esos días, creando una obra original y rica en matices musicales, con constantes cambios de textura pero viajando siempre guiados por las voces, esas maravillosas voces que crean la atmósfera delicada en la que se envuelve toda la grabación.
La suavidad de Ann Stewart, una garganta privilegiada que además se acompaña del piano y la flauta, manejando ambos instrumentos con sensibilidad y sin fisuras, así como la guitarra acústica, instrumento predominante en todas las composiciones y que es interpretada por los tres músicos del grupo. Lyndon Green y John Stannard componen este trío, ambos voces solistas y coros en según qué temas y como ya hemos comentado, guitarras acústicas tanto en ritmos como en los refinados arpegios de las composiciones.
Los arreglos son excepcionales, cada instrumento suena en su lugar, y el conjunto es de una belleza y delicadeza realmente maravillosa. Doce temazos que te transportan a otras épocas, otros mundos, con la sonidos típicamente folk como las preciosas "It All Comes Back To Me", "Forest", una versión bellísima de "Kew Gardens", la maravillosa (y mi favorita) "The Lady's Changing Home" en la que voces, guitarras, viento y piano se funden en una armonía sin final. "Help me find myself" otra joya del folk más radical, para dar ese salto a lo progresivo en la oscura Willow Tree", con un piano para morirse, la compleja "I See A Man", la increíble instrumental "Madeline" ¡¡¡qué pasada!!! ... y así hasta el final de esta joya de armonías y gusto refinado, un disco realmente bello y sorprendente.
Para completar esta joya, la presentación no tiene desperdicio, con una portada donde los tres miembros en dibujos surgen sobre el nombre del grupo, apertura en álbum que a su vez se abre en ventanas para presentar cada miembro y los créditos con las canciones, todo en blanco y negro, una auténtica delicia, y es que cuando las cosas se quieren hacer bien se pueden hacer maravillosamente bien.
Si deseas disfrutar, viajar sin billete o recorrer esos parajes entre siglos pasados y los sueños más inquietantemente tuyos, escucha Tudor Lodge, una maravilla de sensibilidad. 


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