sábado, 11 de junio de 2011

Humo, Reggae y Lágrimas


Y de pronto apareció, queriendo llevar a la gente la Música de un pueblo, extender un forma de vida que era una creencia a todo el mundo, demostrando cómo la Música se podía sentir como una religión, y con unos amigos comprometidos como él se lanzó desde tierras lejanas al “mundo civilizado”, pero pronto los amigos tomaron su propio camino y quedó como el máximo exponente de esa forma de entender la vida a través de la Música, de la hierba, de la religión, del fútbol, y Bob Marley  fue conocido en el Universo, y el “reggae” se introdujo en nuestro mundo, y nos dimos cuenta de nuevo que la Música hecha con clase, con amor, con genialidad, no tiene fronteras, porque llega, no como lo que quieran darnos o decirnos, sino como Música, y por encima de sus planteamientos personales, religiosos, políticos, Bob Marley hacía Música, y era genial, por eso llegó como nadie a través del océano, aunque estuviera “flipado” en el escenario, aunque los “kilos” de hierba le elevaran fuera del alcance de los hombres, porque a fin de cuentas él era también un hombre, un Músico, uno de esos seres maravillosamente dotados para recrear fantasías en los que sus incondicionales se metían sin problemas.
Todo su planteamiento musical era un reflejo de su vida, porque Marley estaba comprometido con una serie de convicciones que le hacían ir más allá del puro espectáculo, pero por suerte o por desgracia (en estas cuestiones cada uno toma el camino que quiere) era algo que se escapaba a los que no estuvieran realmente en esa “vida”, por lo que a la mayoría nos quedó fue su legado como Músico puro y duro, que fue mucho, que fue simplemente (y nada menos) hacer llegar el espíritu de una Música que hasta entonces era minoritaria, que era local, que era la Música de un pueblo, de una raza, de una cultura, y logró hacerla parte del mundo, un legado que le hace estar por derecho propio en la historia de la Música contemporánea, porque hacer que algo que llena los sentidos pueda atravesar los límites establecidos por unos pocos es de una valía incalculable, y este músico nos llegó, desde luego que nos llegó, porque su Música era sentimiento, salía del alma, y así lo transmitía, como un fogonazo directo a tus entrañas, esas que se removían cuando tus oídos eran acariciados por memorables composiciones como “No Woman No Cry”, un tema que es parte de la historia, “Redemption Song”, un himno de libertad, un canto a la vida,  “Stir it up”, una balada de seducción; y los pies se te desprendían del cuerpo intentando llevar los ritmos que te provocaban temas como “Is This Love”, “One Love/People Get Ready”, “Three Little Birds”... toda la elegancia de una Música que se lleva dentro, en las entrañas.
Bob Marley era humano, era un hombre, aunque gente de su raza, de su religión, de su forma de ver la vida lo consideraran un mesías, y por eso también nos dejó, por una de esas enfermedades que algunos dicen que los hombres se merecen, pero dejó su Música, su eterna imagen con un “canuto” kilométrico y la cara de colgado, y llevó el sentimiento de todo un pueblo al lugar donde quien quisiera pudiese verlo, oírlo, olerlo, sentirlo, fumarlo.




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