A punto de cumplir los nueve años de este espacio que me permite saborear parte de lo que me ha mantenido vivo durante mucho tiempo, me apetece tirar de memoria (o algo así) y recordar cómo empezó esta aventura que me marcó siendo casi un niño y que no dudo que estará conmigo hasta que la última nota de la Música que amo me haga dormir para siempre.
Recordar de vez en cuando lo que nos hace feliz es un placer en sí mismo, y cuando se trata de mi Música, una llamada a lo más profundo de mis emociones.
I
Terminando mis 14 años, a un mes clavado de cumplir los 15, tuve mi primer vinilo, o mejor dicho, los dos primeros vinilos. El número 1 (curioso el tema) es un disco de segunda mano, y ya el dos pude comprármelo nuevo con unos ahorros y la emoción de un chaval que no sabía muy bien dónde se metía.
Durante el primer año, quitándome de aquí y de allá, logré, entre regalos de cumpleaños, eventos varios y la ayuda de algún amigo, llegar a los 60 vinilos (todo, absolutamente todo lo que me daban lo dedicaba a comprar discos) un logro si pensamos en las circunstancias, y ya terminando este primer año, con el número 59 entró en mi vida, en mis entrañas y en mi alma Rory Gallagher; acababa de sacar su álbum "Photo Finish" y como siempre me ha ocurrido, hice caso a los que me lo recomendaron y acerté.
A partir de ese momento se convirtió en un fijo de la colección, y disco que sacaba, allá que iba a comprarlo, y por suerte para mí comenzaron a editar sus primeros vinilos en una casa independiente y los fui consiguiendo todos, con el amor por un músico muy especial.
Lo curioso de mi relación con Rory es que lo primero que tuve de él como artista fue un disco reeditado en una de esas colecciones que por esa época merecían la pena y que de vez en cuando las casas discográficas editaban con títulos míticos de sus archivos ya descatalogados, el "On The Board" de Taste, lo primero que me dio a conocer a este genio irlandés antes de su carrera en solitario.
De hecho, cuando mi primer mentor Goyo se encargaba de llenar los silencios de la noche en nuestra querida Augusta Emerita con la única e imprescindible Radio Libélula, me permitió hacer un especial sobre Rory Gallagher, y algunos temas del "On The Board" salieron a las ondas.
Taste fue un grupo muy singular, los comienzos a nivel de gran público de un músico excepcional, uno de los más queridos genios de las seis cuerdas y que en un chaval adolescente dejó una huella en mi forma de entender la Música, por eso es uno de los que más me entusiasman, me elevan.
Rory es uno de los pocos a los que he unido como persona y como músico, del resto realmente me da igual, es la Música la que me interesa, pero con él siempre me pasa que me imagino mirándome, tocando para quien le escucha, eso no lo separo nunca.
Rory Gallagher, un músico que se quemó donde quiso, en los pubs y en los escenarios.
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