sábado, 2 de julio de 2011

La Música Sustituye A Las Palabras (Cuando Hay Necios)

Amaba tanto las palabras, adoraba de tal manera la forma de decirlas, que se aburrió de no escucharlas como se debía y decidió callar para no ofender a los que pateaban “su” lenguaje, a los que creían saber,  y terminó mirando con sus ojos eternos, sin decir nada, pero diciéndolo todo.
Se dejó ir con su eterna sonrisa de niño malo, pasados ya los noventa, escuchando una melodía que pidió a su nieto, una vez más, sin ruidos, sin excesos, dando otra lección de cómo ser, simplemente y nada menos, un ser humano por encima de los mediocres que pueblan, cada vez más éste que era su mundo.
Aún hoy, cuando quiero recordar sus ojos eternos, su rostro de maestro sin papeles, pongo esa melodía, y los sones del "Dust In The Wind" me llevan al lugar donde moran los seres excepcionales, los espíritus libres, donde se encuentra desde hace tiempo, por la Eternidad y un día, el ser más increíble que he conocido.

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