domingo, 24 de julio de 2011

El Viento Que No Cesa



Es el mismo que se siente si se deja el alma libre, esperando que los sonidos te atraviesen, que las sensaciones nazcan por el placer de lo bien hecho, cuando nos dejamos llevar más allá de nuestros propios sueños, en el camino que sólo nosotros marcamos, por encima de lo que nos hace ser humanos, racionales, hombres y mujeres con prejuicios absurdos.
La brisa de la Música atraviesa nuestro cuerpo, eleva los corazones, marca el ritmo de nuestros sentimientos y es entonces cuando una melodía se convierte en algo mágico, supera el pentagrama y llega directo a nuestra mente, se hace nuestra y no nos abandona jamás.
Siento desde hace décadas el viento que no cesa envolverme cada mañana, como una segunda piel que nada ni nadie puede atravesar, me cubre de sensaciones maravillosas y me hace pensar en todo lo que puedo conseguir, dejándome llevar, haciéndolo parte de mi ser, por encima de las oscuras fatigas de lo mundano.
¡Que no cese nunca! ¡Que sienta su frescor cada amanecer! seguiré buscándolo para elevarme con él hacia el infinito, donde la Música deja de ser notas, atraviesa el infinito y se convierte en seda... 

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