sábado, 9 de julio de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CII

Otro viaje musical que nos va a hacer aterrizar por lejanas tierras en lo físico y muy cercanas en los sonidos que desprenden, porque entre nosotros no hay distancias si de apreciar Música se entiende.


Kimio Mizutani (A Path Through Haze) 1971


Del país del Sol naciente nos llega esta joya del progresivo más puro y descarnado, a cargo de Kimio Mizutani, reputado guitarrista de sesión y componente de algunas bandas míticas, parte de la escuela de músicos increíbles que a finales de los sesenta y principios de los setenta poblaban la isla, entregando glorias en forma de sonidos, por aquello de...
El disco es una exhibición musical no sólo de Mizutani, sino de todos los músicos que le acompañan, porque se trata, salvo en algún momento aislado, de una obra instrumental, donde deleitarse con las composiciones elaboradas y desarrolladas con una técnica increíble. 
La guitarra de Mizutami, tanto la eléctrica como cuando usa la guitarra folk es una auténtica delicia de solos descarnados en ocasiones, con todo tipo de efectos, limpios punteos que llevan el peso de las composiciones, pesados riffs entrando a matar cuando la ocasión lo requiere, como esa reminiscencia descarada y próxima a King Crimson que es "Tell Me What You Saw", con el bajo distorsionado, la guitarra rompiendo los tímpanos, el piano ensordecedor y la batería a su aire, un perfecto caos "made in..." pues eso; aunque es, como es lógico el líder indiscutible de esta obra, no se corta a la hora de dejar hacer al resto de los instrumentos, así los teclados toman una importante prioridad en cada composición, ambientes oscuros, solos de "Hammond" y pianos que ocupan todos los temas, en ocasiones diálogos guitarra teclados por canales, "Sail In The Sky", lo más cercano al jazz-prog. del disco, algo que repite aunque no tan acusado en "A Bottle Of Codeine" (ojo a la batería que se los come) en otras mientras la guitarra arrasa con los riffs se dedican a hacer solos impresionantes. Los culpables de estos sonidos a las teclas Masahiko Satoh (órgano, piano, moog, sintetizadores) y Hiromasa Suzuki (piano); el resto de la banda, tres animales, dos bajistas, Masaoki Terakawa y Hideaki Takebe y un batería en la mejor tradición nipona, brutal a los timbales, acercando el sonido al hard más duro, Takeshi Inomata, entre los tres consiguen que no haya ni un resquicio para que escape sonido alguno. Con todo esto, las exhibiciones son eso, "déjame que arraso..." y a fe que lo hacen.
Kimio Mizutani demuestra durante todo el disco su portentosa técnica, brutal el solo de "One For Janis", donde se dobla con riffs tremendos, uso de pedales, mucha distorsión, alucinante la canción que da título al disco, pero a pesar de ello vinilo, por encima de todo es una brutal composición para músicos con un talento tremendo, que no paran en los más de 42' de duración del mismo. "Turning Point" es un solo demencial que lleva el tema además de la guitarra como solista, y los temas donde hay arreglos de cuerdas, la banda parece caer en un letargo que utilizan para gustarse, como en la preciosa "Sabbath Day's Sable", con los violines envolviendo la guitarra de Mizutani casi quejumbrosa y el piano tranquilo, sereno. "Way Out" termina la exhibición, la única que permite una garganta entre "Hammond", acústicas y eléctricas a modo de himno celestial. 
A mi modo de ver, el único pero el sonido, se podría mejorar para disfrutar más y mejor de lo que los músicos entregan, pero como tal el disco es tremendo, maravilloso, una auténtica andanada de progresivo maravillosamente interpretado, para disfrutar, nada más y nada menos.

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