sábado, 9 de julio de 2011

De Vinilos y Otras Glorias C

Ha sido difícil llegar hasta aquí, pero ya que lo hemos hecho, desde las entrañas de mi alma, que es donde siento esta magia llamada Música, algo que no por conocido debe evitarse (repetiremos con otros, por supuesto) un placer para mis sentidos y espero que para todos los corazones sensibles.


King Crimson (In The Court Of The Crimson King) 1969


Atención, damas y caballeros, niñas y niños, chicas y chicos... nos encontramos ante una joya, una obra de arte, un disco que es la creación 10 sobre 10, porque esta obra magna del progresivo traspasa la frontera de cualquier categoría y se instala por derecho propio como una de las mejores piezas de Música de la historia, por su monumental calidad, por su innovadora propuesta, por la tremenda Música que sale de sus surcos, por su concepción... por todo, ¡¡¡qué jooooooooé!
De la mente visionaria de Robert Fripp salió la idea de este tremendo grupo que se presentó en sociedad con esta obra imperecedera, vértice del Progresivo y álbum fundamental de una época, porque definió un estilo y llevó a las pautas de lo que la Música, como experimento mental además de musical, podía ser.
Es un disco donde no falta de nada, los temas, cinco en total, se van sucediendo como una cascada de sensaciones que te envuelve, composiciones perfectas, maravillosas letras en los textos casi líricos, casi una obra conceptual por su manera ininterrumpida de suceder los temas, que van enlazándose casi sin darse uno cuenta, metiéndote en una historia de la que eres protagonista. Robert Fripp impecable en su trabajo como guitarra, con esa técnica tan especial, que se vuelve casi salvaje en el tema quizás más duro de toda su carrera, "21 st Century Schizoid Man", un temazo de tono oscuro, futuro incierto y apocalíptico, donde la guitarra rompe furiosa, casi violentada por el saxo distorsionado a cargo de Ian Mc Donald, para que la banda se permita un desenfreno llevado en volandas por esa sección genial con Greg Lake al bajo y la voz desgarrada y pasada por filtros y Mike Giles a la batería, una auténtica orgía. "I Talk To The Wind" cambia radicalmente de registro, un tema maravilloso con la dulzura de la angustia y la pena, la soledad y alienación del ser humano, expresada con esas guitarras cálidas, la flauta como de cuento de hadas, la banda serena y la maravillosa voz dulce y susurrante de Lake, un tema bellísimo que se une con (en mi modesta opinión) el tema de los temas, ese adiós desesperado que es el "Epitaph", un tema único, genial, maravilloso, con la voz en la máxima expresión de sentimiento, una orquestación perfecta, la letra... simplemente poesía, la banda entregada a destrozar las entrañas entrándote por todos los sitios, simplemente perfecta.
La cara B sustenta dos temazos (dos más, porque los otros tres ya lo eran) "Moonchild", una delicada melodía que nos transporta a épocas antiguas con personajes fantásticos, bufones de corte, magos, ilusionistas, una composición perfecta donde el tiempo se detiene, las guitarras y teclados parecen no querer seguir adelante, todo organizado bajo un "caos" musical que es "made in King Crimson". El disco acaba (lástima, ¡¡por dios!!) con "In The Court Of The Crimson King", otra sinfonía con la que perderse de la mano de esos ambientes orquestales, la acústica que te acaricia los oídos, esa flauta suave, muy suave... y de nuevo la voz, porque Lake se sale.
La portada, un icono del progresivo y de la Música en general, una especie de máscara fúnebre con forma de rostro desesperado y aterrado que grita por su vida, en formato de álbum, impoluta de texto, todo el dibujo es la propia carátula en el anverso y reverso. El interior, los textos (fundamentales) créditos y parte de ese ser con la cabeza redonda y las manos expresivas en un fondo de universo sin fin; como todo el disco, una obra de arte.
Un disco irrepetible, músicos legendarios y Música que traspasa las fronteras de épocas y estilos, imprescindible para escuchar cierto tipo de sonidos que son un todo, sencillamente único, una joya entre las joyas.



1 comentario:

  1. Me ha costado ponerme con este disco. Quizás el primer tema me hacía dejarlo para otro momento porque lo intuía difícil, pero ese momento ¡ha llegado!
    Hoy puedo decir a quien lea esto que no se asuste ante este disco. Es tan brutal todo lo que ofrece... No sé con qué parte me quedaría, creo que con todas. Si tuviera que decir algo de cada uno de los temas, no acabaría. En algún momento ha llegado a ser una "experiencia casi religiosa", sobre todo cuando escuchaba "Epitaph".
    Siempre he oído decir que más vale tarde que nunca, pero mi consejo es otro: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
    Creo que tengo mucho trabajo pendiente.
    Hasta el próximo.
    Ciao

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