sábado, 2 de julio de 2011

Guitarras Gemelas


No fue fácil para mí acceder a la Wishbone Ash, yo venía del rock más clásico, un poco de hard y algo de pop, por lo que esos sonidos que se iban más allá de lo que yo conocía hasta entonces me costaban mucho, y eso que había tenido algunos devaneos con otro tipo de Músicas, pero el "Sonido Wishbone" era otra cosa, y no me acababa de envolver.
Tuvo que ser el empeño de mi mentor (gracias de nuevo "Black Moses") el que consiguiera, a base de ponerme una y otra vez en el viejo aparato los discos de este maravilloso grupo, meter en mis entrañas la magia de ese sonido único y característico de un grupo simplemente excepcional, más allá de estilos, tipos de Música o genios de los instrumentos. Desde entonces Wishbone Ash se instaló en mi alma de impenitente amante de los sonidos, y nunca más se ha ido, y a estas alturas nunca se irá.
Wishbone Ash creó un estilo, y ese estilo es, guste o no, único; el sonido de las dos guitarras gemelas, solistas sin sobresalir una sobre otra, con los eternos duetos en sus canciones, los diálogos incesantes en las composiciones, solistas sublimes que sin alardes creaban un universo de sonidos únicos, acompañados por la maravillosa sección rítmica que les dejaba hacer al tiempo que ellos hacían, y de qué manera, para que todo el conjunto funcionase. No se había visto nada igual hasta entonces, y muchos han sido, en distintos estilos y géneros, los que han trasladado ese sonido de las  guitarras a sus grupos, pero ellos fueron los pioneros, los que marcaron la pauta.
No se quedaron en eso, Wishbone Ash creó otro universo paralelo que se mezclaba con el instrumental llegado el caso, el de los maravillosos conjuntos corales que parecían recitados como en óperas que marcaban el tempo del tema, con preciosas letras, justo hasta que esa musicalidad tan única tomaba la batuta y volvían a perderse por el infinito.
Amo el sonido de este grupo único, he aprendido a saborear cada una de sus composiciones, especialmente esa década prodigiosa de creatividad y estilo, me penetra cada solo de guitarra realizado con esa sensibilidad que sólo ellos consiguen, esos majestuosos duetos que me hacen soñar con estar sobre un escenario, y me absorbe el sonido en su conjunto, con las voces susurrándome en varios tonos perfectamente enlazados, toda la magia de un grupo simplemente único.
Andy Powell nació para tocar la guitarra, pero como un profesor de los que te hacen acariciar el instrumento mientras dirige tus dedos a cada nota que ha de marcarse, por eso marca los eternos rifs y se lanza a esos solos que sólo los genios pueden hacer, pero sobre todo, y por encima de todo, sabe que nació para esto porque crea canciones que en su propia complejidad le hacen ser diferente, y lo sabe, cuando se planta con su eterna Gibson en forma de flecha, ese símbolo del grupo, delante del micrófono para arrullarnos, arrullarla, amarla cuando la acaricia por todo el traste.
Ted Turner no supo nunca qué quería, un día soñaba con sonidos únicos, nunca antes escuchados, y como un eco a su guitarra le contestaba una "gemela" que entendía la Música de la misma forma, y dejó que sus manos y su voz se unieran al impenitente calvo para formar una pareja de amantes sobre el pentagrama que nunca antes se había conocido. Era un genio y no lo sabía, la mitad de un mito y lo desconocía, pero al escuchar esa otra mitad, descubrió la media naranja que le esperaba ansioso para recitar estrofas de cuentos imposibles y enormes solos de finales nunca encontrados.
Martin Turner tomó su guitarra de cuatro cuerdas y decidió que las gemelas fuesen trillizas, que los coros de dos voces se convirtieran en un coro casi de iglesia cuando se unía a ese micrófono que le pedía cantar, recitar, susurrar, y así dar algo tan increíble como un sonido que nunca antes había existido. Su sombra es de él mismo, no se proyecta en nadie, y puede hacer que su presencia, sin quererlo, sea diferente e ineludible.
Steve Upton era un visionario, y como tal supo que sin él todo sería algo nuevo sin forma, por eso puso orden en el maravilloso caos que se estaba creando, y todo tuvo sentido. Él ordenaba los sonidos de las gemelas, conjuntaba las cuatro cuerdas y provocaba que todo pudiera ir en esa dirección que sólo ellos sabían conducir. Desde su batería, con los toques mágicos de un excelso maestro de ceremonias, permite que lo que nadie conocía suene como... magia.
Treinta años después me entusiasma escuchar la Wishbone Ash, sigue pegada a mis recuerdos, fue el primer grupo que me exigió algo más de lo que yo podía entender, y una vez metido en su magia se me abrieron infinitos caminos para conocer más de esta droga maravillosa que me posee y a la que llamo Música.
Wishbone Ash, un soplo de carácter para mi alma, sensaciones que me envuelven y transportan a un universo único, el "sonido Wishbone", una manera de entenderme a mí mismo a través de las creaciones de unos genios únicos. 



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