martes, 19 de julio de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CXI

Un paseo por el rock sureño, de la mano de un grupo que me ha encantado siempre, aún por encima de mitos sagrados de aquellos lares, pero es que para mí ellos son un mito y en especial alguno de sus miembros. Otro doble en directo para viajar.


Outlaws (Bring It Back Alive) 1977


Una descarga de puro Rock'N'Roll... sureño, pero Rock. Tras tres delicatessen de estudio, lo mejor de su discografía, sobre todo los dos primeros álbumes, Outlaws sufrió un cambio en su formación y con esta que presentaba en la gira del 77 se presentaba a su vez en sociedad como una banda de seis miembros, una apisonadora que si bien había perdido a uno de sus fundadores, Henry Paul, aún podía demostrar muchas cosas, especialmente si sus shows se basaban en lo mejor que tenían.
Como buen grupo sureño Outlaws estaba creado para el directo, grandes jams, improvisaciones eternas de los miembros del grupo, temas estirados hasta el límite, tiempo indefinido sobre el escenario y una energía salvaje, que transmitían a través de esa capacidad para expresarse por la Música.
Un canto al rock a través de las seis cuerdas, con tres guitarras solistas enzarzadas en salvajes carreras y punteos desenfrenados, constantes cambios en los solos de la mano de Hughie Thomasson, uno de mis héroes de las seis cuerdas, brutal, preciso, técnico, infinito en su capacidad para improvisar, insultante en su facilidad para manejar la guitarra, amén de ser la voz del grupo en este tramo de su historia; Billy Jones, otro de mis favoritos sureños, un guitarra salvaje y buenísimo, compositor y coros, otro para el cual las seis cuerdas eran parte de su anatomía, y como complemento a este trío Freddie Salem, recién incorporado al grupo, más desgarrado que los otros, más fiero, a mi modo de ver menos genial, pero un auténtico killer de las seis cuerdas y un animal cantando, un verdadero gritón. A esta burrada que el escenario aguantaba se les unían Harvey Dalton Arnold en el bajo y voces, para marcar la zona de las cuatro cuerdas con poderío, al que se unían en la sección rítmica la otra novedad del grupo, dos baterías emulando a algunos mitos sureños, Monte Yoho, el original batería de la banda, tremendo pegador, con un sentido del ritmo brutal, y David Dix, formando una pared donde poder aguantar las acometidas de las tres guitarras  asesinas.
El show del doble disco es lo que eran ellos en directo, auténticas andanadas de Rock'N'Roll en once temas (la introducción es eso, pero no más que eso) donde desgranan lo más florido de sus creaciones, recreándose y de qué manera en esos temas creados para el lucimiento de los músicos, jams de Música colosales donde las guitarras te llevan por donde quieren y muestra de ello las inmensas "Stick Around For Rock'N'Roll", 9'10'' de guerra sin cuartel, "Prisoner", 7'17'' de melodías preciosas y arpegios salvajes, los himnos más incandescentes del grupo, "Holiday" "There Goes Another Love Song" y la maravillosa "Hurry Sundow", un temazo de lo mejor del rock sureño, "Freeborn Man", otra cabalgada a los infiernos y por encima de todas su himno, una de las grandes composiciones de la historia del rock, la maravillosa "Green Grass And High Tides" 20'20'' y una cara entera del segundo disco para terminar y dejar con la boca abierta a quien sea, porque esta exhibición de improvisaciones, cortes, ritmos, solos y más solos es una auténtica gozada, y en esta versión una joya inmensa. Por el camino preciosidades melódicas como "Lover Boy", "Song For You" (una delicia) "Cold And Lonesome" que demuestran que eran mucho más que las ganas de atravesarte en dos, eran un pedazo de grupo que en mi opinión con este doble en directo entonaron su canto del cisne.
La portada, en álbum los cuatro guitarras con el título y el nombre del grupo puestos a fuego con un hierro candente, con eso se dice todo y a mí me dice muy poco, porque si los baterías suenan, están, y si están, hay que ponerlos. Contraportada con fotos (todos) y créditos y el interior una foto de los guitarras (ya les vale) trucada y una dedicatoria al grupo que ese año se fue, Lynyrd Skynyrd escrita sobre una bandera sureña.
"Bring It Back Alive" un tremendo disco para apreciar el rock sureño más puro en toda su dimensión, el directo, y conocer lo que era un grupo increíble que hasta ahí dio lo que tenía, que en ese momento era muchísimo.


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