sábado, 1 de marzo de 2014

Discos Melocotón... Para Siempre (Por Mª Paz)


Si de algo no tengo ninguna duda es en existen lugares que no hubieran sido los mismos sin las personas que de alguna manera los crearon y los convirtieron en especiales, mágicos. Sitios de esos que una vez que entras en ellos sientes la química, algo que te arropa, que hace que te sientas cómodo y a gusto, donde se respira una atmósfera que te inspira pensar que lo auténtico de verdad sí existe.
Y eso sucede con Discos Melocotón, muy bien definido por un incondicional (y me consta que habrá muchos más) como el Templo de la Música.  Lo es porque así se siente cuando estás ahí y lo que te recibe es sabiduría Música escogida y un ambiente como en pocos espacios es posible encontrar.
No se trata de un local más, son escasamente unos cuantos metros cuadrados, pero eso no resulta ningún inconveniente. Toda la esencia de la Música se encuentra ahí concentrada, algo que han logrado personas de la talla de Eduardo-Pablo o Pablo-Eduardo  a base de labrarse una gran categoría profesional  y sobre todo personal, exquisitamente cultivada y conseguida a lo largo de años de total dedicación  la Música.

Un verdadero oasis en medio de un mundo en el cual para algunos prima lo comercial sobre otro tipo de valores pero que en este caso, estos últimos están muy presentes logrando así tanto una gran calidad humana como profesional. Ellos dos, que gozan de una cultura musical privilegiada no escatiman en compartirla, charlando y aconsejando a la hora de escoger Música,  un plus que no tiene precio y uno de los motivos que les ha hecho ser diferentes. La base de todo esto es el amor hacia la Música, esa entrega es incondicional y crea seres especiales con una gran sensibilidad. No hay más para comprobarlo que haber tenido la oportunidad de conversar con ellos y eso te lo transmiten, esas charlas improvisadas donde te hacen partícipe de sus  vivencias, gustos musicales, sentimientos, son un verdadero lujo.

Además de esto y para que ya fuera del todo perfecto debiera tener otro don, el de lo infinito, perdurando en el tiempo, pero lamentablemente no es así y su final  está ya muy cercano. Se va un referente, una parte de la historia de la música, de eso no hay duda, pero también se va un poco de todos los que de alguna manera o de otra han vivido la música en contacto con Discos Melocotón.
Los que han tenido la suerte de hacer ese recorrido de años junto a ellos se llevan todo un universo musical y aunque la Música sí es infinita y tiendas de música seguirá habiendo en el futuro, no habrá otra igual, porque Discos Melocotón, ha sido Pablo y Eduardo, Eduardo y Pablo, y las personas que son únicas no se repiten.

Cuando llegue el momento y esa persiana baje, no solo cerrará una tienda, también cerrará una etapa de la vida de todos, cesará la música  pero inevitablemente volverá  a sonar en el recuerdo a ellos y Discos Melocotón, El Templo de la Música.


A Pablo y Eduardo, por su generosidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario