sábado, 8 de marzo de 2014

De Vinilos y Otras Glorias CMLV

Una pequeña curiosidad que vive conmigo desde hace tanto que casi me soporta por costumbre y dicen que no es nada fácil.


Country Joe & The Fish (Electric Music For The Mind And Body) 1967


Volvemos a lo de siempre, esos nombrecitos que nos permiten identificar qué es la Música que amamos y que son una guía para muchos de los sonidos. A veces no se sienten de otra manera, en ocasiones es simplemente cosa de nuestra mente y deseos, por eso...
En el caso que nos encontramos, la primera obra de Country Joe & The Fish no creo que quepa duda a la hora de decir que se trata de Psycho en estado puro, pero puro y duro vamos.
Música que nos llega desde California, rezumando época de filtros no queridos para apurar directamente todo lo que se podía asumir, ácido, sustancias de experimentos varios y viajes hasta donde los confines de la mente permitían.
Me encanta el título, "Electric Music For The Mind And Body" es una declaración de intenciones tan directa como sentida, sin nada que ocultar cuando las notas salen del vinilo e impactan con tu cerebro.
Joe McDonald como maestro de ceremonias, músico emocional y en estos tiempos con una capacidad innata para crear piezas de Música excelsa nos transporta a través de un viaje con la mente y el cuerpo dispuestos sin paradas ni vuelta atrás, su voz es el sonido del principio de todo y con ella nos embarcamos en esos territorios donde la Psycho nos envuelve hasta no poder más.
Guitarras lacerantes, siempre en tonos altos, cortados a cuchillo, ácid guitar y fuzz para aburrir en solos a dúo que cortan como un cuchillo cuando no lo hacen los riff que te atraviesan.
El órgano de David Cohen es una apisonadora para los sentidos, chirriante, agudo y emocionante en momentos de búsquedas por otras culturas musicales ("Happiness Is A Porpoise Mouth" es una belleza donde el sutil roce del órgano lo engrandece todo) o acompañando a las seis cuerdas asesinas pasadas por todo tipo de efectos para soñar.
Alguna armónica que oscurece el ambiente festivo según qué momentos y da un ligero toque garajero al conjunto que no obstante no pierde ese tono del lugar de donde procede, Sol, exuberancia y transgresión social.
Un disco de muchísima calidad hecho por un grupo tan intermitente como genial cuando querían (como en este trabajo de piezas ensoñadoras) que no puede dejarse para conocer y entender, dos verbos en desuso que merecen la pena retomar.
Joe McDonald voz, guitarra, campanas y pandereta. Barry Melton voz y guitarra. David Cohen guitarra y órgano. Bruce Barthol bajo y armónica. Chicken Hirsh batería.

Side One:  Flying high;  Not so sweet Martha Lorraine;  Death sound blues;  Happiness Is A Porpoise Mouth;  Section 43
Side Two:  Superbird;  Sad and lonely times;  Love;  Bass Strings;  The masked marauder;  Grace

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