viernes, 18 de noviembre de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CCLXXVII

Mira tú por donde esto de los directos me hace rescatar clásicos entre los clásicos, porque no soy muy dado a traer lo que se puede encontrar en otros lugares quizás mejor que aquí (aunque podemos cambiar de idea) y nos pasamos por las islas para adentrarnos en una leyenda...


The Who (Live At Leeds) 1970


Un disco legendario, según algunas crónicas (con las que discrepo porque cada cosa es lo que es) el mejor disco en directo de la historia, pero de lo que no hay duda es que se trata de una barbaridad con mayúsculas, una auténtica joya creada por cuatro iluminados en un momento de gracia, una obra de arte del Rock Duro y de la Música de todos los tiempos.
Como casi siempre en estos casos en los que los directos son de estos monstruos y son un sólo disco, se me queda muy, pero que muy corto, (36'04'') porque The Who daba tanto en escena que no se podía medir, pero como digo siempre, en lo que hay es una auténtica barbaridad, desde la primera nota hasta la última, no tiene desperdicio y se te mete por cada poro para sacarte a volar por las estrellas, realmente genial.
Roger Daltrey a las voces y percusión, una de las gargantas privilegiadas del Rock, Hard, un tremendo vocalista y un frontman excepcional. Pete Townshend en las guitarras y voces, alma y creador de la mayoría de los temas del grupo, tremendo con las seis cuerdas, salvaje en su concepción del espectáculo, solos desmadrados, riff poderosos, coros básicos, alma mater. La base rítmica es una de las más grandes e increíbles de la historia del Rock, con el gran Keith Moon a la batería y coros, un innovador que fue pionero a la hora de golpear los timbales no sólo como parte de un acompañamiento, sino como un instrumento solista, una auténtica fiera en directo, salvaje, demoledor, maravilloso y genial; en el bajo otro genio, John Entwistle, al igual que su compañero uno de los primeros que se empeñaron en llevar más allá las cuatro cuerdas, como un solista más, y a fe que lo conseguía, otra brutalidad de músico.
La cara A se abre con una andanada salvaje llamada "Young Man Blues", una salvajada que estos cuatro tipos hacen más dura aún, y entre la base que te patea, Townshend que no para y Daltrey que se sale acaban con cualquier defensa, una auténtica barbaridad. "Substitute" es un clásico acelerado y tremendo, con un corte final brutal, para unir con "Summertime Blues", otro clásico versioneado que es santo y seña de la banda, puro rock con ese riff que parece cortarte las venas y la voz arrasadora, la base rompiendo... la cara acaba con "Shaking All Over" otro trallazo donde la base demuestra que de comparsas nada, un auténtico recital.
La cara B comienza con el himno del grupo, "My Generation", 14'27'' de orgía musical, solos, carreras, voz increíble, banda lanzada, demostraciones solistas, salvajes cabalgadas, maravillosa, genial, con las piezas de Tommy dentro del propio tema, una joya dentro de la joya. El disco acaba con otra barbaridad, "Magic Bus" un tremendo tema de Blues Rock para abrasarte las tripas, con la armónica que te quema vivo y el resto más de lo mismo, genial.
La portada, mítica, por su sencillez y el significado, una muestra de que todo puede ser perfecto, o casi.
"Live At Leeds" una joya de la Música en general, del Rock Duro en particular, la experiencia del directo de un grupo único, que salvo por el sonido, demasiado oscuro a veces, no tiene una fisura, es algo tremendo.



2 comentarios:

  1. Así es como se puede disfrutar a tope de un tema tras otro a un ritmo frenético y sin cansarse, cuando algo está hecho con tanto arte y clase hasta hartarse.
    Ma-ra-vi-llo-so!!

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  2. Así se disfruta y así se emociona uno. Gracias, Jane. Besos

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