domingo, 20 de octubre de 2013

Surcos del Siglo XXI - 143

A pesar de los pesares he de hacerlo porque quieras que no algo hay cuando parece lo que es y no se lleva mucho la contraria.


Coldplay (A Rush Of Blood To The Head) 2002


Para empezar y llevarme por delante más de un enemigo de esos que se definen afines a... y no entienden de razones, lógicas ilógicas y mentes como la mía decir que no soy de Coldplay, es un grupo al que no le niego esos millones de copias vendidas y lo que representa en el siglo XXI pero me parece un grupo super-hiper-mega-valorado muy por encima de lo que ha hecho a nivel musical, y dicho esto...
Tengo los discos del grupo, los tres primeros y me parecen muy escuchables y de calidad, pero no para volverse locos, quizás porque pienso que son más de temas que de obras y eso les resta un poco la importancia que como banda puedan tener, eso sí, este "A Rush Of Blood To The Head" me parece la excepción que confirma la regla y un disco con todas las de la ley.
Completo y enorme en su concepción como un conjunto de canciones que forman un todo compacto y de una pieza, un disco donde aún existiendo canciones que sobresalen del resto ese resto no desentona en absoluto y tiene una calidad media realmente buena.
Aprendiendo de su debut les salió una obra que aúna la complejidad de las composiciones con esa interpretación personal que les dan un sello propio y que además en este caso sustentada por la calidad de lo escrito va hacia arriba sin ningún problema. Es cierto que algunos temas son superlativos, como esa maravilla llamada "The Scientist" o ese sublime toque suspendido en el aire que es "In My Place" pero el resto de los temas llevan un ritmo y una cadencia que no desentona nada de nada y hace que la calidad del disco sea muy alta.
Para mí la obra cumbre del grupo, Chris Martin no se pasa de rosca y se agradece, su voz está calmada, medida y al servicio de los temas (deberían haberle dicho que esto es así como norma, pero...) las guitarras suenan perfectas en los momentos de calma chicha que el disco sugiere y la sección rítmica no se pasa ni un pelo pero no se queda corta. Por otro lado el piano es una pieza de delicada suavidad y enamora al ser escuchado, una belleza muy bien aprovechada en ese instrumento que si se usa bien es... magia.
Los arreglos metidos de manera efectiva y perfecta, ni se pasan ni se quedan cortos y los susurros son... pues eso una gran obra cuando el grupo aún quería seguir creciendo.
Para disfrutar, gozar y beber del delicado sonido de la seda en los instantes en los cuales unos músicos eran capaces de ser ellos mismos y no para lo que debía ser, el resto es otra historia (u otra histeria que siendo yo nunca se sabe)
Chris Martin voz, guitarra y piano. John Buckland guitarra. Guy Berryman bajo. Will Champion batería.

A:  Politik;  In My Place;  God put a smile upon your face;  The scientist;  Clocks
B:  Daylight;  Green eyes;  Warning sign;  A whisper;  A rush of blood to the head;  Amsterdam

2 comentarios:

  1. Quizás el tema más conocido del disco sea "Clocks" pero como bien dices "The scientist" tiene un algo especial. Es un disco para disfrutarlo de principio a fin. Una muestra más de que la buena música, esa que te atrapa y te hace soñar, se hace siempre.
    Hasta el proximo.
    Ciao.

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