sábado, 12 de octubre de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCCCXXVI

Una demoníaca exhibición de Música en un álbum que a veces pongo cuando quiero perderme en las profundidades de mis sueños


Muddy Waters (Fathers And Sons) 1969


Cuando se habla de un grande uno va y se pone de pie (aunque sea en sentido figurado por si estás haciendo otras cosas) pero cuando se habla de una leyenda que además como músico ha sido referente y pieza fundamental en el desarrollo del Blues uno ya va y se tumba para que le venga lo que sea.
Esto me ocurre normalmente con Muddy "Mississippi" Waters pero especialmente con este "Fathers And Sons" un álbum que me fascina y me vuelve loco. Este doble disco es una demostración de lo que este genio ha influenciado a otros músicos, porque la banda que le acompaña es una abrumadora compilación de otros genios al servicio de ese "Father" que les hizo meterse en la Música que es el sueño dentro de los sueños, el blues.
Un primer disco en estudio y un segundo en directo grabado al día siguiente de las sesiones de estudio dejan una joya del Blues eléctrico de un nivel simplemente brutal donde la Música se destila y filtra para dar a saborear una exquisitez que no hay por donde soltarla.
Una voz quejumbrosa, en continuo lamento gritando al universo las desdichas o pidiendo que todo cambie... de color, esos momentos de diálogo interior al micro para escupir lo que lleva dentro acompañado por su guitarra, esas cuerdas que son parte de los dedos que acarician las cuerdas. Junto a la imagen del Bluesmen negro de toda la vida nacido a principios de un siglo que no les reconocía, los "hijos" blancos enamorados por la Música del alma que les embaucó e hicieron suya, acompañándole en un disco memorable. Salvo Otis Spann que junto a Waters se mezcla en los entresijos de una raza y que con su piano alcanza cotas de pura seda, el resto de los músicos bordan un trabajo excelso que no tiene desperdicio. La guitarra de Michael Bloomfield seca el aire a base de solos lacerantes y despiadados, esa armónica que parece un llanto continuo sacada de lo más profundo por Paul Butterfield araña la piel con su sonido y la base rítmica a cargo de Donald "Duck" Dunn en el bajo y Samy Lay a la batería no da tregua.
Un disco que se convierte en la unión a través de la Música de generaciones tan distintas en sus cimientos sociales como parecidas por ese amor al Blues nacido de las entrañas del infierno.
A partir de aquí dieciséis temas para disfrutar sin límite, no hay pausa en la gozada que supone escucharlo y por supuesto las sensaciones llegan porque no puede ser de otra manera. 
¡¡Ojo a la portada con los colores, simplemente brutal!!

SIDE A:  All aboard;  Mean disposition;  Blow wind blow;  Can't lose what you ain't never had;  Walkin' thru the park
SIDE B:  Forty days and forty nights;  Standin' round cryin';  I'm ready;  Twenty four hours;  Sugar sweet
SIDE C:  Long distance call;  Baby please don't go;  Honey bee
SIDE D:  The same thing;  Got my mojo working (part 1);   Got my mojo working (part 2)



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