martes, 10 de septiembre de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCCXCII

Otro grupo que aún con un mayor seguimiento que otros tampoco gozó del reconocimiento que por calidad tenían, y es que había tantos y tan buenos...


Brainticket (Cottonwoodhill) 1970


En una época de gloriosa creatividad, cuando el Prog. estaba en lo más alto y aún le quedaba mucho por ofrecer, eran escasos los grupos que se atrevían fuera de las fronteras de las Islas a establecer una similitud en calidad con los creadores del género (salvo movimientos propios en algún país determinado) pero los que realmente pudieron atravesar esa barrera demostraron lo que siempre defendemos y no nos cansaremos de repetir, el talento no conoce de espacios ni tiempos.
Brainticket es un grupo holandés que se empeñó en demostrar esto que decimos y en su primera obra, "Cottonwoodhill" dejó la impronta de una calidad realmente notable.
Una Música lisérgica, siguiendo los cánones de los "acid trips" de california pero dirigida hacia la calidad y estilo del Prog. con mucho teclado, flautas maravillosas y dulces que suenan a gloria, voces que van recitando como una obra de teatro en sonidos, ritmos hipnóticos, sensuales y subyugantes que poseen los sentidos cuando los tocan, voces femeninas delirantes y en momentos sexualmente implicadas y mucha improvisación con ruidos y ritmos asonantes que provocan un maravilloso caos que no es tal.
Todo mezclado, pasado por la mano de los artistas y sobre todo dado de la manera en la cual suena la Música del grupo provocan un resultado alucinógeno que llega a su cénit en el ritmo de teclados prácticamente llevado hasta el infinito de la suite "Brainticket" centro musical de todo el disco que ocupa una cara y media para 26'10'' de extraordinaria y exquisita orgía musical donde los sentidos están maravillosamente perdidos en un océano de sensaciones y emociones creadas al unísono por la Música y lo que te sugiere, obsesiva, excitante, martilleante...
Una de las obras cumbres del Prog. ácido psicodélico, uno de los pocos trabajos que provocan verdadero agotamiento psicofísico al escucharlo.
Cuando la mente crea trabajos como estos sólo se pueden saborear y dejar que te hagan suyo, que los sonidos te posean y viajar hasta los confines de tus propios sueños, de tus sensaciones y por supuesto de las emociones que te provoquen, porque puede ser un recorrido alucinante que merece la pena intentar.
Joel Vandroogenbroeck teclados y flauta. Dawn Muir voz. Ron Bryer guitarra. Hellmuth Kolbe teclados. Werni Frohlich bajo. Cosimo Lampis batería. Wolfgang Paap batería y percusión.

A:  Black Sand;  places Of Light;  Brainticket Pt 1
B:  Brainticket Pt 1 (Conclusion);  Brainticket Pt 2

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