domingo, 25 de septiembre de 2011

Percusión


Cuanto más me acercaba a las murallas de la maravillosa ciudad medieval de Carcassonne más lo sentía, y es que la percusión tiene eso, que si es pura se te mete en las entrañas a través de las tripas y la sientes como parte de ti.
El tipo tenía pinta de moderno monje del siglo XXI escapado del Tíbet, aunque la indumentaria no iba con nada, pero sus manos, desnudas de cualquier cosa que no fuesen sus dedos iban con un ritmo que no pude desdeñar.
A la entrada de la ciudad, justo en el puente levadizo, las piedras recogían los sonidos que salían de un instrumento que era incapaz de saber de qué se trataba, una especie de platillo volante metálico sujeto sobre las piernas y que era golpeado con la destreza de un maestro por el tipo en cuestión, consiguiendo que los sonidos se perdieran por el espacio hasta que de pronto se incrustaban en las piedras y se metían en mi estómago. Me quedé ensimismado, no tanto por verlo, sino porque necesitaba sentir esa Música que me estaba llenando; dos manos, un instrumento nunca visto de metal con distintas ondulaciones que provocaban las notas según se las tocara y de qué manera se hiciera y el talento del individuo en cuestión golpeándolo. Había reminiscencias asiáticas, primitivos sonidos africanos, donde nació esto que amo y que llamo Música, algunas que otras "sinfonías" de mis queridos grupos experimentales, pero sobre todo era Música en estado puro, sin ningún aditivo, una sensación me transportaba hacia lo más primigenio de todo, a los grandes espacios donde nada es lo que parece y el tiempo corre de otra manera.
Me sentí llevado en volandas hacia cualquier lugar donde la soledad es la dueña de los sonidos, donde los haces tuyos porque van dirigidos a tu alma, esas sensaciones que me apasionan cuando sé que la Música es mía porque se me mete en cada poro de mi piel, y allí, de pie en medio del puente levadizo de una ciudad de más de mil años, rodeado de gente, turistas, ciudadanos habituales... me sentía sólo, maravillosamente bien y flotando en el espacio.
Lo complejo nace de lo simple, luego va uniéndose y pueden salir obras excelsas, pero lo simple refleja la base, el poso desde donde se construye, y esos minutos que pasé escuchando la percusión pura que me daba este tipo volví a la comprensión de muchas cosas que me apasionan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario