lunes, 12 de septiembre de 2011

Pacto Con El Diablo


Una mañana cualquiera (o no tanto) con el Sol entrando levemente por la ventana apenas abierta y no tenía nada mejor que hacer que escuchar Música. Normal, es lo que me lleva y me sale del alma, pues si el momento lo permite me lo sugiero a mí mismo y ya está.
Por aquello de las nuevas adquisiciones, he comenzado a escuchar el nuevo trabajo de Gregg Allman, su "Low Country Blues", un doble vinilo (que se agradece por lo de la duración) con una portada preciosa y unas fotos del viejo Gregg pero que muy logradas. No voy a hablar del disco, es del 2010 y me cae un poco lejos para lo que solemos traer al Blog, baste decir que lo que llevo escuchado es de una calidad muy alta, en su estilo, así es que con eso ya irá bastante bien, lo que quisiera es hablar de este viejo superviviente del universo musical, porque se las trae.

En un mundo en el que los héroes del rock y sucedáneos caídos más o menos en acto de servicio se multiplican por doquier, lo de Gregg Allman es de traca, como si hubiera hecho un pacto con el diablo rubricado a base de ceremoniales con alcohol, drogas y ¡¡vaya usted a saber qué más!! porque saber que existe, y más aún, saber que aún se plantea giras en solitario presentando su disco cuando no se vuelve a subir al tren ABB e incluso saber que la voz, el piano o el "Hammond" que escucho en el disco son suyos es para hablar con Satanás y que nos cuente.
Gregg es un músico como la copa de un pino, habrá hecho lo que sea, como sea y con quien sea, que me da igual, pero es un pedazo de artista, un grande, y hasta lo que hace ya por el regusto de seguir en la brecha para que la gente le mire como a un fantasma le sale bien, porque es genial, ha mamado lo que no está escrito y hablamos de uno de los padres de muchas cosas, un clásico y un mito.
Lleva la Música en las venas, además de otras cosas cierto es, su alma se mueve entre el Blues, el Rock y el diablo, va sobradísimo para esto de los sonidos, y su voz es una de las más privilegiadas como cantante de Blues blanco de la historia, y eso es un equipaje que no todo el mundo se puede echar a la espalda. Con su hermano y otros cuatro iluminados creó una de las más grandes bandas de la historia de la Música, se permitió fundir estilos como quien hace una sopa de pescados, y ha surgido como el Ave Fénix tantas veces que lo de las siete vidas del gato le deben parecer una broma de colegiales.

Que en solitario su carrera haya sido irregular es cierto, de hecho esta barbaridad que estoy escuchando es de lo mejor que le he oído en mucho tiempo, será que ahora ya viene de vuelta de las vueltas y lo ha hecho porque le da la gana (como todo lo que ha jodido en su vida) pero a diferencia de cuando la jode con los músicos, supuestos amigos o actividades varias, en la Música lo que le da la gana es mucho, porque sabe lo que se hace, y bien que lo sabe.
Lo que sí es cierto es que parece que la ABB le inspira, será por el legado, porque se lo debe a alguien o por lo que sea, pero cuando compone en la banda se sale, y eso sí que es una norma, para estar muerto se lo hace bastante bien, o será que compartir lo más grande con otros grandes ayuda a que todo quede perfecto, y en solitario se lo come él solo, no sé, quizás...

El caso es que me encanta, es un músico que me alucina, aún esperando que desaparezca desde hace décadas (está sonando "Just Another Ride" y desde luego el que piense que la Música americana de raíces ha muerto es que no ha escuchado esto, ¡¡qué barbaridad!!) su voz es embriagadora, emociona, ese gemido que desgarra el viento, ese aparente no llegar y hacer lo que quiera con su garganta, en esos pedazos de Blues que canta como quiere, y en las animaladas de Rock Sureño que crea; pero con su "Hammond" se pasa lo que quiere, lo aplasta para hacerle chillar, casi llora con él, y no tiene mesura, esos solos tan descarnados, es una mala bestia, un animal de instinto, con un talento increíble. La guitarra la toca muy bien, pero como siempre le veo con otros...
El viejo Gregg ha vuelto, más vivo que nunca no sé si se puede decir, pero ha vuelto, con una obra de mucha calidad ¡faltaría más! 42 años después del primer disco de la ABB, sin nada que demostrar salvo no arrastrarse por el fango (el musical, el otro me da lo que me da) y a fe que con este doble no se va a arrastrar nada, más bien va a cerrar algunas bocas, aunque este tipo de artistas están por encima de eso, ya han meado y vomitado en todos los tugurios de mala muerte posibles, y han recorrido demasiados kilómetros para pensar en la crítica del periódico local, aún así es una delicia que lo que mantiene vivo a este genio, la Música, no le haya abandonado, porque se puede permitir lo que quiera, aunque esto sea en solitario y mejor que lo que solía hacer.

Bueno, es lo que tiene, que un disco hecho por el placer de hacer cosas, cuando uno es quien es, puede llevar hasta donde quiera, como me está pasando a mí recordando los viejos momentos con este músico y lo que representa mientras escucho otra vuelta de tuerca, "Out Of Bad Luck" ¡¡¡tremendo!!!

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