sábado, 8 de octubre de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXXVIII

Sin abandonar el país del Sol naciente, nos acompañan bandas donde el concepto de lo musical se eleva por encima de lo expresado.


Shingetsu (Shingetsu) 1979


Banda de culto del Prog. japonés, activa desde mediados de los setenta y que durante una década fue una de las valedoras del sinfonismo más clásico dentro del estilo.
Curioso el caso a nivel de presencia en las grabaciones, registrando sólo el álbum homónimo que nos visita, imprescindible sin embargo para conocer una parte de la Música realizada como la sugestión, las ideas, con el indiscutible toque personal de la Música nipona, sea cual sea su estilo.
Seguidores de la corriente más clásica dentro del Prog. las similitudes con pasajes de grupos como Genesis, Yes (en sus obras menos eternas en lo temporal) son evidentes. Ayuda y mucho en esto la enigmática y delicada voz de Makoto Kitayama, que se empeña (consiguiéndolo siempre) en deslizarse más que asentarse, suspenderse en las notas más que atraparlas, atravesar el silencio haciéndose entender como una sombra de notas maravillosamente entrelazadas.
Una garganta privilegiada que modula cada instante, cada suspiro, buscando la odisea entre la ambigüedad, lo sencillo entre el complejo componente de una Música, el Prog. Sinfónico, que abruma por su belleza.
Pero no se encuentra sola esta garganta en la magia de "Shingetsu", disco de enormes emociones, los teclados de Akira Hanamoto y Takashi Kokubo envuelven el todo para viajar desde los sueños, elevándose por encima de lo que se escucha con la impecable interpretación.
Montado el poso con voces y ambientes, sólo queda hacer que el resto de los componentes sigan sus pasos o animen desde la íntima idea de Música con solos estremecedores de una guitarra que es pura seda, casi invisible entre los silencios, excepcionalmente sensible y llena de vida cuando impacta en los sentidos, embaucada por los dedos de Haruhiko Tsuda. 
El contrapundo a lo que se escucha de manera más fiel a los parámetros del Prog. lo dan el bajo de Shizuo Suzuki y la batería de Naoya Takahashi, que mantienen en las alturas esa sinfonía que desde el comienzo de "Oni" y sus 9´'37'' se convierte en un viaje más allá de la memoria.
Puro estilismo de recuerdos de grandes del estilo, momentos de magia que lucha entre lo que no se puede tocar ("Fragments On The Dawn" o las dos piezas con las que el disco acaba, "Night Collector" y "Return On The Night" son pura orgía) y otros donde lo humano se hace parte de uno.
Descubre (si no lo has hecho ya) a Shingetsu y disfruta de un viaje alucinante hacia el fondo de tu mente
  

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