domingo, 18 de mayo de 2014

El Albino De Oro (Johnny y Los Que Le Amamos)


No quería hacer una entrada sobre el concierto de Johnny Winter en Bilbao que tuve la satisfacción de ver junto a mi amor y una querida amiga de emociones musicales sin límites, y no quería porque me resulta imposible separar lo intenso de mis sentimientos y la Música que nos ofreció el Albino tejano en esa sala abarrotada de "quinceañeros" que queríamos volver a recuperar la magia de un icono.

Johnny fue uno de mi primeros héroes de la guitarra, cuando hace unos treinta y cinco años escuché su brutal "Captured Live!" el concepto de Rock'N'Roll cambió para siempre en mi mente y ahora tenía la oportunidad de verlo de nuevo con sus 70 años y lo que viniera.

De entrada la banda comenzó con un instrumental que Johnny no dejó acabar y al que se unió andando solo por el escenario hasta llegar a su taburete, algo que ya era distinto a la última ocasión tres años atrás cuando necesitaba ayuda para todo lo que no fuese tocar la guitarra, y en esto me dejé llevar por la emoción esperando que su "mejora" física fuese acompañada de una mejora musical. Realmente lo deseaba por él y por mi memoria y la verdad es que hubo de todo y aquí radica el problema. 

La banda está a su servicio, especialmente Paul Nelson, guitarrista solvente que se dice ha sido el que más empeño ha puesto en conseguir la vuelta de Johnny a los escenarios y que le ayuda en temas en los cuales se necesita un apoyo para sacarlos adelante, y junto a él Scott Spray en el bajo lo hace como debe y en su justa medida. El que no me convenció tanto fue Tony Curiale cuya batería se me quedó corta (no en el sonido que iba pasado de vueltas) en momentos en los cuales los temas necesitaban un recorrido mayor de los timbales y se quedó en marcar y seguir, algo que no está mal cuando no hay que pasarse pero que si se necesita... pues eso.

Johnny está para muchas cosas o para ninguna, en mi caso puedo perdonarle deslices por creer que ya está a punto de decir adiós y que necesita el escenario y la Música para no marchitarse, pero me molesta desde el cariño que le tengo que un grande, grande, grande, leyenda e historia de la Música en general se vaya de vez en cuando sin saber por qué. Los momentos estelares del concierto fueron eso, un paseo por las estrellas del que es difícil bajar, cuando arrancó con uno de mis temas señeros, ese "Get My Modjo Working" que hacían grande, enorme en directo Muddy Waters y él mismo arrancando astillas con una demostración de poderío me hizo muy feliz, era el Johnny de siempre manejando sus dedos por un mástil que es parte de su piel y me arrancó las tripas con su clase; "Blackjack" fue un lujo dentro de los lujos que se marcó en este espacio, además con su voz llegando sin problemas y haciéndonos vibrar y como si de pronto hubiera sido iluminado por algún dios de los sonidos se permitió enganchar con una versión del "Killing Floor" para asustar, una brutalidad.
También me emocionó el espacio de Blues épico y desgarrador de "It's All Over Now" viéndole entregado a esa Música que le hizo ser uno de los más grandes intérpretes de la historia y por supuesto me llevó al éxtasis con esos dos bises regalados con su vieja guitarra y ese slide que hace que todo se dispare. Pocos manejan esa técnica como él y si está en racha como con los dos trallazos que nos dejó, la brutal "Dust My Bomb" y su insignia que me marcó a fuego en el "Captured Live!" el tema que Dylan nunca escribió "Highway 61 Revisited" porque Johnny se lo compró al diablo y tiene su sello puesto entonces...

Me hizo feliz en esos espacios pero me dejó el regusto amargo en los atolondrados momentos en los cuales su voz no llegaba, la banda iba por un lado y él por otro o cuando algunos solos se sentían fuera de lugar, especialmente con clásicos del Rock'N'Roll que ha bordado toda su vida. Me apena porque para mí la Música es la vida (o mi vida) y sé que no fueron momentos de bajada en este concierto, sé que ocurre porque el gran Johnny Winter, Mi Héroe de las seis cuerdas, del slide y el Blues más eléctrico y salvaje que se halla hecho nunca a veces no está y subirse a un escenario es algo tan sublime que ni siquiera él debería hacerlo si no es para provocar que nos corramos de gusto (al menos en mi caso)

No soy quien para juzgarle por seguir, de hecho los minutos en los que la banda y Johnny estaban bien se estaba provocando una magia que pocas veces ocurre si no es con leyendas y genios como estos, pero porque amo su Música, su sentido de lo que hace y lo que me ha dado me molesta verle así, aunque sea a veces, pero así.
Volví a ver a Mi Héroe, el querido Albino tejano haciendo lo que siente y le da vida, estuve con su mano derecha (Paul Nelson) que sabe quién es y deja paso al genio a pesar de poder hacer más él mismo y me llevé ese regusto extraño cuando mi mente aún flotaba con los últimos compases del tema señero que cerró el concierto, antes de analizar algún que otro día después lo que me había supuesto sentirlo.


Señoras y Señores, Niñas y no tanto, Niños y esos de más allá, apasionados y zumbados por igual, con todos vosotros Johnny Winter, La Leyenda...


2 comentarios:

  1. Siempre impresiona tener delante una Leyenda y que los sonidos de su guitarra vayan directamente hacia ti, un lujo de sensaciones dignas de ser grabadas para siempre en la memoria del alma.
    Una genial entrada Agilulfo, para un grande.
    Besos.

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    1. Es lo que siento por él, pero quisiera verlo de otra manera.
      Besos

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