sábado, 9 de noviembre de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCCCXLVIII

Otro de esos nombres propios del Rock Sureño, al menos el del músico en cuestión en uno de esos álbumes para recordar.


The Charlie Daniels Band (Saddle Tramp) 1976


Es indudable la contribución como músico de Charlie Daniels al Rock Sureño, a lo que es tal y como se le conoce y a lo que fue antes de conocerse, es un mito y como icono ha participado en todo lo imaginable colaborando con bandas y grandes de esta Música.
Sin embargo, y es una opinión del que suscribe, siempre he esperado más de su producción propia, discos que pueden dar más y se quedan ahí... quizás porque sea más de grandes temas que de obras completas aunque la buena época de la banda en un período de media década sí son a tener en cuenta.
Quizás sea porque el Rock Sureño de CDB tiene más deslices hacia el country y eso dulcifica un poco su Música, quizás porque el punto entre unos y otros es casi imperceptible y pasar el límite es fácil, pero el caso es que cuando se ponen a hacer Rock y del bueno como en este "Saddle Tramp" sí que están entre los grandes.
Un disco enorme con colaboraciones floridas y de pedigrí, un álbum de temas inmensos que son himnos a la Música sureña, como el que da nombre al disco que es una obra de arte de 10'55'', pura esencia de jams sureñas. Trabajo elaborado y con temas preciosos, Country y Rock alternándose sin pudor y la banda en el mejor momento que haya tenido nunca.
Charlie Daniels saliéndose como siempre con la voz especial y preciosa y a dúo en las guitarras con Tom Crain que también pone su granito de arena en las voces. El piano de Taz Di Gregorio, fiel escudero de por vida de Daniels toca la fibra y te lleva a esos momentos tan de terruño junto al excepcional violín que Charlie Daniels maneja como pocos y es santo y seña del grupo.
La sección rítmica para clásicos, Charlie Hayward en el bajo y Fred Edwards y Don Murray en la batería, todos ellos componentes de una banda que se ha mantenido intacta muchos años.
Cuando el violín toma el mando y el piano le secunda el Country llena los surcos, las guitarras se encargan de dar el golpe de Rock y la voz de Charlie se maneja por donde quiere, incluso cantando de manera blusera según qué momentos, pero vamos como está sobrado...
Un disco para escuchar, dejarse penetrar y hacer de uno porque es parte de ese momento en el cual la Música se movía por tantos caminos que andar por ellos es fascinante.

Side A:  Dixie on my mind;  Saddle Tramp;  Sweet Louisiana
Side B:  Wichita jail;  Cumberland mountain number nine;  It's my life;  Sweetwater Texas



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