sábado, 7 de mayo de 2011

Un Sutil Despertar

No me ocurre últimamente que recuerde lo que sueño, quizás mi estado de continua ansiedad me impide centrarme en sueños con lo que sueño (más quisiera) pero de vez en cuando algo me viene y algo se va, como cuando quieres retener esa última mirada y resulta que ya no está.
Pues bien, estaba en una de esas, con la imagen de un efebo negro en sus componentes de leyenda y de cualquier otro color en sus otros componentes, que también se iba, y venía y volvía a irse y yo queriendo que me tomara toda pero no había manera porque seguía apareciendo y desapareciendo, cuando de pronto, en un alarde de inteligencia femenina, esa que tenemos pero no nos dejan que se vea y por eso la sacamos en nuestros sueños más... "profundos", hice como que estaba despistada mirando hacia otro lado (en el sueño se entiende, porque seguimos en el sueño) y el efebo mitad atributos, mitad hombre de las cavernas, mitad ejecutivo agresivo vestido de sport, mitad operario de andamio con cante jondo en sus venas (me gustaría encontrar alguien con muchas mitades, ¡qué le voy a hacer!) apareció medio escondido tras una puerta para provocarme y dejó de irse, venirse, pasear por mis sueños (esto es un guiño a este pedazo de blog que me permite contaros estas experiencias tan mías gracias a Agilulfo, ser excepcional y con varias mitades) por lo que pensé que era la mía, o alguna de sus mitades debía ser la mía, así es que allá que me lancé cuando de pronto, una pedazo de tormenta primaveral con granizada incluida, y no era de limón ni café, golpeó de forma salvaje la ventana de la habitación, y una que es de sueño más bien ligero, pues abrí los ojos como sobresaltada sin poder tener ante mí, ni debajo de mí, ni al lado, ninguna de las mitades del hombre de mis sueños (nunca mejor dicho; hoy estoy fina con el relatito)
Lo del dulce despertar se fue al garete, humedad lo que se dice humedad sólo había de la ventana hacia fuera, eso sí estaba todo empapado, y por supuesto de mitades dispersas ni torta.
¡Qué se le va a hacer! resulta que la lluvia que tantas veces he disfrutado mojándome a conciencia o haciendo como que me mojaba se me ha vuelto celosilla y me seca en seco los supuestos sueños húmedos que una quería tener. Espero en alguna ocasión poder contaros si alguna de las mitades apareció en algún lugar más tangible que esos sueños por donde paseo tan a gusto.

1 comentario:

  1. Como siempre tan sutil a la hora de exponer esos problemas tan tuyos y casi de la raza humana. Gracias por pasear por estos sueños que son por supuesto también tuyos, y espero que te animes para volver a nosotros con ese toque femenino pero informal que te brota tan natural.
    Besos y hasta la próxima.

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