domingo, 22 de mayo de 2011

De Vinilos y Otras Glorias XXIV

Vamos a divertirnos, que de eso se trata, a ver si podemos, con las pequeñas pinceladas que dejamos por aquí, que se conozcan algunas barbaridades menos visitadas en los sentimientos y las escuchas de buena Música.


Julian Jay Savarin (Waiters On The Dance) 1971


Esta obra que tenemos entre manos se concibió, en un principio, como la primera de una trilogía que iba paralela a unas historias de ciencia ficción escritas por el propio J.J. Savarin, en las cuales, en esta primera entrega, se pretendía contar el exilio voluntario de los cielos y la llegada a la Tierra para fundar Atlantis. Una trilogía temporal según su autor.
Bien, será esa la base o no de este disco, pero musicalmente el resultado es simplemente mágico, una auténtica joya. Concebida como una obra conceptual de psycho-progresivo, en pleno auge de este estilo que tanto nos gusta, la banda (que por cierto son los componentes de "Julian's Treatment") se recrea para hacer un trabajo realmente maravilloso, con los sonidos de órgano y mellotrón manteniendo todo el peso de los temas, llevados con manos expertas por J.J. Savarin, creando un ambiente fantástico de sensaciones profundas. Por supuesto esta es la escusa perfecta para que la guitarra se eleve por encima de todos los instrumentos en largos solos desgarradores, con una sección rítmica demoledora que van dejando paso a las entradas (de nuevo) de los teclados para ir introduciendo al que escucha en una especie de odisea espacial, como un viaje a través de esa historia que se desarrolla con Música.
Los temas son tratados con una belleza increíble, a lo cual ayuda, además de los instrumentos, la voz cálida y suave de Lady Jo Meek, que como una narradora nos va metiendo en cada pieza engarzándolas sin esfuerzo.
La brutal "Child Of The Night 1 & 2" abre el disco con una preciosa introducción de teclados que da paso al despegue de toda la banda enganchando con la voz, para que la guitarra rompa el espacio, ocho minutos de maravilla que dan paso a "Stranger", salvaje aquí la voz (como excepción) femenina que corre con ellos, terminando la primera cara del disco con otro trallazo que alterna las pausas de teclados, fondos de cuerdas y de nuevo galopadas sin fin, "The Death Of Alda".
En la segunda cara del disco más de lo mismo e igual de bueno, "Dance Of The Golden Flamingoes" son otros nueve minutos instrumentales de continuos cambios con la banda desmadrada y la guitarra con riffs salvajes, acompañados (¡cómo no!) del órgano que a veces rompe la canción para volver a la calma e inundar el ambiente de un halo de misteriosa espera. "Cycle"  y "Soldier Of Time" completan este pedazo de disco de una calidad altísima, dejándonos de nuevo la voz sugerente de Jo Meek, manteniendo el ritmo del resto del vinilo.
En mi opinión, un disco tremendo, de una calidad musical brutal, que no deja indiferente, porque no tiene fisuras para poder romperse.
Si quieres salir un poco de lo que siempre te venden, escucha obras como esta, y decide si merece la pena lanzarse al barro, sinceramente creo que sí.

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