Bendito Maldito

Un grupo monstruo lo dio a conocer, siendo cantante y compositor, guitarrista y arreglista genial, pero nadie le miraba, todos los ojos se fijaban en un mocoso con pecas que tocaba los teclados como los ángeles, y Dave Mason, un músico único, genial, honrado, tuvo que emigrar y cruzar el océano para intentar labrarse un nombre en la Música, porque cuando alguien nace maldito, por más que luche, esa maldición parece condenada a perseguirle, y este músico quizás esté maldito, pero los que tenemos la fortuna de no dejarnos llevar por lo que dicen, lo que piensan, o lo que deciden otros, tenemos la fortuna de saborear una de esas delicatessen que altera tus sentidos cuando decides salir de la mediocridad y adentrarte en el mundo de los sueños.

Harto de miles de temazos que pasan desapercibidos, de obras mágicas de poesía con Música, busca desesperadamente un número uno, el crack que le saque del letargo general, pero no lo necesita, no alguien que puede llevar a las más altas cotas de clase el Rock, porque lo que hace Dave Mason es Rock de quinientos quilates, cuando ataca su guitarra o cuando regala una balada con la exquisitez de un maestro, porque Dave Mason es un cantante, un guitarrista, un compositor increíble, y por eso de su alma han salido joyas que nos acompañarán siempre, y por eso los que amamos la Música, Nuestra Música, queremos que todo siga así, para que la pureza de sus creaciones sigan manteniéndonos vivos, y ya no nos preocupemos de los pobres que decidieron arrinconarle en la esquina del Rock, no dejándole llegar a donde se merece, pero nosotros lo tenemos como algo íntimo, personal e intransferible, y el que se lo pierda pierde uno de esos objetos que hay que guardar en un rincón del corazón.

Y es que Dave Mason llega al corazón, y al alma, cuando sus manos acarician una guitarra acústica y su voz rasgada entona estrofas que son cantos a las almas sensibles, o cuando enchufa su guitarra eléctrica y ataca excepcionales mensajes de Rock con la clase y el talento de los elegidos, punteando para que los sentidos se pongan a tono, porque este músico da mucho más de lo que parece, es un placer disfrutarle y saborear lo que sabe porque lleva demasiado en esto, y como él mismo dice, “La Música es mi Vida” y como tal se lo toma, subiendo a los escenarios, cuatro décadas después, y tomando su vida a sorbos, apurando esos tragos de increíble esencia que deja. Para los que podemos disfrutar de su arte será siempre el alma errante que sigue buscando su sitio, pero para los que amamos la Música con sentimiento, con clase, ya se ha instalado en un lugar donde sólo los privilegiados pueden estar, y al resto, a los muros de hormigón que dicen tener pabellones auditivos, que les siga pareciendo... lo que quieran, nosotros seguimos necesitando y deseando “Malditos” como Dave Mason.